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'''Urioste''': No se tiene mucha información de él, pero es corredor de la bolsa y está metido en los negocios auríferos en conjunto con Goldenberg.
'''Urioste''': No se tiene mucha información de él, pero es corredor de la bolsa y está metido en los negocios auríferos en conjunto con Goldenberg.


== RESUMEN==
== Resumen ==
En el paso, un grupo de gente se marca en torno a un coche de alquiler. Julián se acercó también. Miraban un caballo. Ahí estaba el pobre animal con las patas rígidas, ojos turbios, el cuello como una tabla y los dientes apretados parecía que sonreía.
En el paso, un grupo de gente se marca en torno a un coche de alquiler. Julián se acercó también. Miraban un caballo. Ahí estaba el pobre animal con las patas rígidas, ojos turbios, el cuello como una tabla y los dientes apretados parecía que sonreía.
¡Oh! Esa sonrisa del caballo parecía decirle:
¡Oh! Esa sonrisa del caballo parecía decirle:

Revisión del 22:10 27 may 2009

El socio
Caricatura de Jenaro Prieto, Autor de El socio
Autor
Jenaro Prieto
Narrador
Omnisciente
Tiempo
1928
Género y subgénero
Narrativo
Diálogo
Culto Formal

El socio es un libro del autor chileno Jenaro Prieto, escrito en el año 1928 en Chile. Trata de un problema social "la admiración excesiva hacia los extranjeros" y también de otro problema psociológico chileno, que es el que si tienes un socio, tienes mas oportunidades de trabajo. O sea, es un libro sociológico. Su personaje principal es Julián, que es un corredor de la Bolsa, el cual inventa un socio para safarse de un negocio, con la típica frase tengo que consultarlo con mi socio. El final termina con un suicidio, y con esta frase: "desde entonces la policía busca a Davis". Lean el resumen y le encontraran el sentido a aquella frase.

Datos

Autor: Jenaro Prieto Tipo de diálogo: culto informal Otros libros:

  • Pluma en Ristre, 1925 (humor)
  • Con sordina, 1930 (Selección de libros)
  • Humo de Pipa, 1955 (Selección de libros )
  • La casa vieja, 1967 (novela romántica autobiográfica)
  • En Tontilandia..., 2006 (Selección de Artículos).
  • Un muerto de mal criterio, 1926 (novela)

Tiempo donde transcurrió la historia: por alrededor del siglo XX entre los años 20 y 50. en el año 1928. Lugar: Santiago. Motivos:

  • Crítica: en general esta crítica se forma en forma satírica, casi caricaturesca, e indirecta.
  • Critica social: asimismo, el autor critica una costumbre chilena que perdura hasta hoy, la admiración sin limites por todo extranjero, en especial estadounidenses y europeos. También se utilizan los términos de estos extranjeros en el habla corriente de los personajes.
  • Crítica política: del mismo modo, en esta obra se critican, al pasar ciertos hábitos políticos, en especial el proceder de algunos parlamentarios. También se dirigen dardos contra los militares, que suelen confiar demasiado en los fusiles.

Personajes

Julián Pardo: En torno a él se estructura la historia. Él es un hombre sentimental e imaginativo, pero carece de la astucia y audacia para triunfar en el mundo de los negocios. Pero inventa a Davis, y gracias a él se le abren todas las puertas en el mundo de la bolsa, pero la mentira crece y crece hasta que ya no puede más con ella. Termina suicidándose.

Walter Davis: Es el personaje principal junto a Pardo, son los 2 protagonistas. Él es un inglés, invento de Julián para evadir la desición de aceptar el negocio aurífero de Goldenberg y para no quedar mal con él. Apareció cuando se emborrachó junto a Bastías y él le pregunta el nombre del socio, Julián lee una servilleta y balbucea Walter Davis. Desde ese primer uso del socio, la mentira de Davis creció y creció. Julián no pudo más con ella y se suicidó.

Samuel Goldenberg: Ex compañero de colegio de Julián Pardo. En el tiempo en que ocurren los hechos de la novela él es un hombre maduro, de sólida situación económica. El gordo, amigo de la buena mesa y de la vida social ostentosa.

Anita Velasco: Es la esposa de Goldenberg. Dama joven, de cuerpo esbelto, de maneras finas, y muy elegante en el vestir. Como es inteligente y sensual, sabe ser mimosa con su marido y con Julián, es sentimental y fantasiosa. Se enamora de Davis.

Leonor: Es la esposa de Julián Pardo. Ella es lo contrario a la de la anterior. Es una mujer de la clase media baja: modesta, sacrificada, leal, abnegada. No es celosa, por eso no da importancia a los viajes misteriosos de su marido. Es mamá del nito.

El Nito: Es el hijo de Julián y Leonor, el pasó enfermo toda la historia, estuvo muy grave. El podía ver a Davis, es decir, pudo distinguir a su padre cuando se convertío en él, por lo menos en el día de su muerte cuando Davis lo ahorcó, siendo en realidad Julián.

Luís Alvear: Es un tipo simpático, alegre, gozador de la vida. Para él, el placer es el norte de su existencia, y la moral no le preocupa mayormente. Como pertenece a una familia bancaria, puede llevar una vida frívola y hacer delicia de sus amigos.

Willy López: Es otro personaje secundario digno de ser mencionado. Es averiguador e intrigante, perteneciente a la clase alta. Un chismoso, siempre andaba fisgoneando a los demás.

Fortunato Bastías y el señor Gutiérrez: Son 2 corredores de la bolsa, el primero trabaja en contacto con Goldenberg, y el segundo con Pardo. Cuando Julián, “poseído” supuestamente por Davis, mato al Nito; Fortunato y Luís Alvear fueron los únicos que le dirigieron la palabra.

Urioste: No se tiene mucha información de él, pero es corredor de la bolsa y está metido en los negocios auríferos en conjunto con Goldenberg.

Resumen

En el paso, un grupo de gente se marca en torno a un coche de alquiler. Julián se acercó también. Miraban un caballo. Ahí estaba el pobre animal con las patas rígidas, ojos turbios, el cuello como una tabla y los dientes apretados parecía que sonreía. ¡Oh! Esa sonrisa del caballo parecía decirle: – Hermano Pardo, no me mires con esos ojos tristes, no creas que me río de tu suerte, sufrir me enseño a ser benévolo. Julián miró a su alrededor. En el compacto círculo de curiosos se destacaba una mujer casi niña. Los ojos de una fingida ingenuidad subrayaban una sonrisa de Gioconda.

–Oye, Pardito, ¿tienes plata? –Sí; un peso… para comprarme unos cuadernos. -No importa; yo mañana te los traigo, me lo consigo con mi hermano que es muy tonto. ¡Oh! Desde el punto de vista de la audacia, Goldenberg no había cambiado en lo más mínimo, seguía siendo el mismo de antes, con igual gesto de seguridad del chiquillo rubio y regordete de la 3ª preparatoria. Entonces Goldenberg invitó a Julián a cenar, y hablaron de negocios, hablaron sobre un negocio aurífero, el cual iban a tener con don Fortunato Bastías, se constituye la Sociedad Aurífera El Tesoro; -le explicaba Goldenberg- los accionistas caen como moscas y nos compran nuestros derechos en 40000 libras (₤) Julián dijo: ¡Imposible!... tengo que consultarlo con mi socio- Goldenberg se largó a reír, y dijo que el cuento ese del socio era un mito.

Después de hablar con Goldenberg, Julián, rendido del cansancio, se detuvo en la puerta del correo. No quería llegar así a su casa. La gente entraba y salía precipitadamente. Ni un negocio ficticio le serviría para excusarse de aceptar un negocio inadmisible.

De pronto: –Sinvergüenza, mirando a las mujeres – –¿Yo? – Dijo Julián – ¡Lucho! – –Sí Julián, el propio Lucho – –¿Sabes quién me habló de ti? La esposa de Goldenberg, la señora Anita Velasco, me dijo que te había visto ayer mirando un caballo muerto, y te echó una talla y te enojaste –

Después terminaron la conversación.

Hacía un rato que Goldenberg, tapizado en una absurda bata china, trabajaba en su escritorio, cuando en los altos empezó a sonar un timbre eléctrico. Se tranquilizó al oír los pasos de la vieja empleada que subía pesadamente la escalera. Anita no dejaba cantar a la Pastoriza, así que le dijo a la empleada que le dijera a la Pastoriza que no cantara. Después la dejó cantar. Allá en su escritorio, Goldenberg estaba imponiéndose de la correspondencia. Al leer la carta de Julián Pardo, “Muy señor mío: He consultado con mi socio…” Goldenberg no pudo remitir un gesto de disgusto. El socio no aceptaba en modo alguno que Pardo entrara en la negociación y hasta se permitía hacer reparos al negocio mismo. “Mi socio se permite hacer presente a Ud. que el río tiene 2 márgenes y que a 50 metros de distancia el riberano opuesto también podría ofrecer arena aurífera”. Esa carta podría destruir el negocio de Goldenberg, Bastías tendría 50 acciones menos.

Nada más natural para un hombre serio era, como debe serlo un corredor de propiedades, que despertar en su casa y en su cama. Sin embargo, esa mañana al despertar en la suya Julián abrió los ojos con espanto ¡Que horribles nauseas! Con razón le dolía tanto la cabeza. Se acordaba vagamente que, abrazado a uno de los almohadones del sofá, mientras una vieja flaca le amarraba una toalla a la cabeza, él pensaba y decía bajito: - Estoy borracho- En ese momento, entraba su mujer a su pieza: Julián le habló: –¿No me das los buenos días? – –Creí que estabas durmiendo – –Amorradazo solamente, anoche llegué muy tarde – –¿Sí? No manifestaba ni disgusto ni extrañeza. La última vez que Julián vio el reloj eran las 03:00 AM. En el bar, don Fortunato y Julián estaban hablando de negocios, y don Fortunato le preguntó el nombre del socio, y Julián no hallaba que inventar, y vio un nombre en una servilleta, y entonces dijo, el socio se llama Walter Davis. Y dijo que estaba en Bolivia, Julián fue invitado a cenar con la familia de Goldenberg, Julián no conocía a nadie, excepto a una vecina que parece que lo conocía íntimamente. Todos hablaban de la bolsa y el mercado. Julián le mostró a Anita una poesía que hizo él, pero él se avergonzaba de aquella. Anita y Julián se pusieron de acuerdo para hacer una novela. Durante un largo rato, los ojos de Anita lo perseguían, hasta que él se fue. Había llovido. Todo estaba mojado. Miraba todas las casas, pensaba en Davis. Llegó a su casa, su hijo estaba muy enfermo.

A Julián se le murió un tío y le dejó de herencia $ 15000 y un escritorio antiguo, invirtió $ 2000 en acciones de la empresa Adiós Mi Plata y Goldenberg dijo que no era un buen negocio. Julián habló con el Sr. Gutiérrez (un corredor de la bolsa) y dijo que Walter es admirable. Y Julián dijo que Davis iba a Valparaíso. El hijo de Julián seguía cada día peor. Él había arriesgado su dinero, él había especulado; él había estudiado los negocios; él había ganado en buena lid esos ochenta o cien mil pesos que Gutiérrez tenía en su oficina y ahora resultaba que ese dinero era de Davis, que para entregárselo necesitaba una autorización de Davis. Obraba en defensa propia y no retrocedería ni ante el crimen; si era preciso asesinar a Davis...

No pudo menos que reírse. – ¡que ridiculez!, ¿Matar a Davis? ¿Estaba loco? Davis al fin y al cabo no era nada: mejor dicho, ¿Le pedían un poder? Perfectamente: era lo mismo que Julián Pardo autorizara que le dieran dinero a Julián Pardo. No iba a dañar a nadie. En cambio, si él no se daba ese poder dañaría a su familia, a su hijo.

Desde La Paz, Davis se había venido a Valparaíso. Davis se acercaba.

La esposa de Julián supo que Julián iba a falsificar una escritura, al final, acepto la mentira. Entonces Julián viajó a Valparaíso. Fue a almorzar a un restaurante y averiguó cuál era el notario más viejo de la ciudad y fue donde él, luego se compro unas gafas negras y se hizo pasar por Davis, después consiguió el dinero, rompió la gafas en el suelo, y oyó la voz del inglés: – Mister Pardo, Ud. hace mal, esos anteojos son verdaderamente míos. Tomo el tren, regresó y se fue directo a la bolsa de comercio.

Julián fue donde Gutiérrez y liquidó todas las acciones de Adiós mi plata Ahora con el cheque en el bolsillo, la modesta fachada de su casa le parecía más alegre, el chico salió a su encuentro: – ¡Papá! ¡Papá! dame plata Julián lo tomo en brazos. Julián, fue a dejar al tren a Nito y Leonor (su hijo y su esposa) Se fueron al campo. Julián volvió y llegó el cesar


Para dejar sitio al abdomen, él le explico a Julián que por culpa de Davis, Goldenberg le disminuyó 50.000 acciones. Y Julián le cortó, y después sonó el teléfono era ella de nuevo, recordándole lo de la novela.