Báb

El Bab

Mensajero de Dios de la Fe Bahai

Precedido por Mahoma

Sucedido por Bahá'u'lláh

Siyyid ‘Alí-Muhammad (20 de octubre de 1819 - 9 de julio de 1850), conocido como el Báb (‘la puerta’ en árabe), fue un religioso árabe, precursor de la Fe bahá'í.

El Báb era un comerciante de Shiraz (Persia), que decía ser un siyyid (es decir, un descendiente de Muhammad). El 23 de mayo de 1844 el Báb (de 24 años de edad) proclamó ser el Qa’im (‘aquel que se levanta’) prometido a los musulmanes, cuya venida introduciría una nueva era para la humanidad.

La religión que fundó el Báb en ese momento se conoció como fe babí, distinta del islam, aunque surgió de su seno, de igual modo que el cristianismo surgió del seno del judaísmo y el budismo del hinduismo. El babismo tuvo sus propias escrituras y enseñanzas religiosas, no obstante fue muy efímera. El Báb afirmo que su principal misión era anunciar la inminente venida del profeta de Dios prometido por todas las religiones, el cual sería responsable de la unificación de la humanidad. Los seguidores del Báb fueron conocidos como babíes.

Las enseñanzas del Báb hacían hincapié en el concepto de que todas las religiones reveladas fueron transmitidas por Dios a la humanidad, adaptadas para la época en que fueron surgiendo. Este concepto se conoce como «revelación progresiva». También enseñaba sobre la igualdad de derechos para los hombres y las mujeres, y condenaba los prejuicios de cualquier clase.

El creciente número de personas que se adherían a estas nuevas ensañanzas en tan poco espacio de tiempo alarmó a las autoridades políticas y religiosas de Persia. Debido a su mensaje, tanto él como sus seguidores fueron blanco de persecución y violencia. El Báb fue hecho prisionero repetidamente y finalmente fusilado en Tabriz (en 1850), por un pelotón de 750 soldados. Más de 20000 babíes fueron martirizados en los años posteriores a este suceso.

En 1863, Mirzá Husayn ‘Ali (1817-1892), conocido como Bahá'u'lláh (‘gloria de Dios’), uno de los más destacados discípulos del Báb, proclamó que era justamente el profeta que Dios manifestaría, el gran manifestante de Dios anunciado por el Báb y otros profetas del pasado.

Casi la totalidad de los seguidores del Báb aceptaron la nueva revelación, que se denomina fe bahá’í.

El sepulcro del Báb se encuentra en Haifa (en Israel), en el Centro Mundial de la Fe Bahá’í.

Los bahá'ís observan el nacimiento, la revelación y el martirio del Báb como días sagrados.