Diferencia entre revisiones de «Orden religiosa católica»

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Revisión del 18:40 30 jul 2009

Las Órdenes religiosas son Institutos religiosos de la Iglesia Católica. Están compuestas por grupos de personas cuyos individuos están unidos por una regla establecida por el fundador de dicha orden. Son la consecuencia del monacato en comunidad, de aquellos monjes que primero viven en soledad hasta que tienen que reunirse y compartir una vida religiosa porque el número de personas así lo requiere. Cada una de estas comunidades adoptó una regla de convivencia y un nombre. La aspiración común que tenían estas gentes era la de llevar una vida apostólica semejante a la de los discípulos de Jesús, bien siguiendo un modelo activo o bien contemplativo, en un estado de Vida consagrada. Las órdenes tienen su esplendor desde finales del siglo XI hasta el XIII y desde el siglo XIV al XIX. Se diferencian de las Congregaciones en que parte de sus miembros, o todos, emiten votos solemnes.

Órdenes monásticas

Con los conflictos que suscitaron los primeros intentos de vida religiosa, llegaron las primeras reglas que definieron cada orden monástica. En occidente fueron sobre todo dos, desde el siglo V: la que San Benito de Nursia dictó a la comunidad italiana de Montecassino o regla benedictina y la regla agustina que San Agustín de Hipona dictó al monasterio africano de Tagaste. A partir de ellos se puede hablar con propiedad de vida monástica y monasterios (del griego monacos, solo), con una vida sujeta a un rígido horario (horas canónicas), hábitos y comidas estipuladas y sobre todo, la alternancia de rezos y trabajos (ora et labora).

Las fundaciones de monasterios fueron decisivas para la expansión de la civilización cristiano-romana en el Norte de Europa en los siglos de la Edad Oscura, y en el caso de Irlanda e Inglaterra, con movimiento de retorno hacia el continente. Sucesivas reformas monásticas fueron actualizando a los benedictinos, columna vertebral del monacato occidental, ligado a Roma: fueron Cluny (orden cluniacense) y Cister (San Bernardo de Claraval, orden cisterciense). Su importancia económica, política, cultural, y de difusión artística (románico y gótico) es difícil de exagerar.

En el Imperio Bizantino adquirieron los monasterios un prestigio social, riqueza e influencia política inmensas. Su relación cambiante con el Emperador y el clero secular estuvo en el origen de las luchas entre iconoclastas e iconódulos. En particular, los monasterios del monte Athos adquirieron una autonomía especial y un prestigio extraordinario, que aún hoy mantienen. El papel del monacato oriental fue decisivo para la evangelización y el desarrollo cultural y político de los pueblos eslavos (incluso del alfabeto cirílico).

Las fundaciones monásticas debían hacerse en desierto, siguiendo el ejemplo de los primeros eremitas, lo que para Europa significaba hacerlo en el campo, no en la ciudad. Si la fundación quería ser rigurosa, se alejaba incluso de cualquier núcleo rural y buscaba un lugar solitario, en medio de un bosque. El ideal de locus amenus para la vida monástica se intentaba reproducir en el claustro (lugar encerrado) donde una fuente y un jardín recordaban el Paraíso.

La clausura o encierro podía ser más o menos rígida, y el contacto con el exterior mayor o menor. Lo que nunca desaparecía era la relación de los monjes con la clase dominante, de la que formaban parte por parentesco y función social. En el feudalismo el estamento privilegiado que es el clero tiene en los monjes su más acabado ejemplo. Los monasterios son señores sobre tierras y vasallos, disponiendo de siervos y derechos señoriales. Al señorío eclesiástico que ejercían los monasterios se denominaba abadengo.

Independientemente de las relaciones de producción, los monjes tenían la obligación del trabajo que les imponía la regla (ora et labora, o sea: reza y trabaja), que era muy comúnmente trabajo físico (aunque la parte más dura la solían hacer los hermanos legos, cuyo origen social era inferior). La consideración del trabajo intelectual era equivalente a la del físico, y laboratorium o lugar de trabajo podía ser perfectamente el scriptorium donde se copiaban a mano los textos disponibles en las bibliotecas monásticas, que por muy reducidas que fueran eran los únicos lugares de transmisión del saber clásico durante la Alta Edad Media. El debate entre el dominico Dom Mabillon y el trapense Rancé sobre el trabajo intelectual y el físico fue muy significativo, ya en el siglo XV

Órdenes conventuales o mendicantes

Si el ideal de vida monástica en desierto no cubre la necesidad de encuentro de Dios que está en la aspiración del monje, puede optarse por encontrarlo en la vorágine de la ciudad y la vida urbana, no en monasterios sino en conventos donde dar testimonio de un modelo de vida cristiana que seduzca y oriente a los seglares, y en la que más que el término monje se utiliza el término fraile: es el camino elegido por las órdenes mendicantes que surgen a partir del siglo XIII, con Santo Domingo de Guzmán (dominicos u Orden de Predicadores) y San Francisco de Asís (franciscanos, con su rama femenina de las clarisas). La vinculación de los primeros con la lucha contra la herejía y de los segundos con una forma de piedad extrema muy cercana a la de muchas de esas mismas herejías sirvió a la Iglesia de la Baja Edad Media para no dejar ningún flanco sin cubrir y satisfacer todo tipo de demandas sociales.

La división original de los franciscanos entre terciarios, clarisas y frailes menores, fue aumentada con la confusión de diversos enfrentamientos, que terminaron dibujando una agrupación en capuchinos, conventuales y observantes.[1]​ En el siglo XV San Francisco de Paula creó la Orden de los Mínimos o Ermitaños de San Francisco de Asís, que se incluyó entre las mendicantes.

Órdenes religiosas

Orden Nombre oficial Acrónimo Sobrenombre
Orden de la Santísima Trinidad Ordinis Sanctissimae Trinitatis Redemptionis Captivorum O.SS.T. Trinitarios
Orden de Agustinos Recoletos Ordo Augustinianorum Recolectorum O.A.R. Agustinos Recoletos
Orden de San Agustín Ordo Sancti Augustini O.S.A. Agustinos
Orden de San Benito Ordo Sancti Benedicti O.S.B. Benedictinos
Orden del Císter Ordo Cisterciensis O.Cist. Cistercienses
Orden de la Trapa Ordo Cisterciensium Strictioris Observantiae O.C.S.O. Trapenses
Orden de San Bruno Ordo Cartusiensis O.Cart. Cartujos
Orden Católica Romana de Canónigos Regulares de Premontre Ordo Praemonstratensis O.Praem. Mostenses, Premonstratenses, Canónigos blancos, ó Norbertinos
Orden de Predicadores Ordo Praedicatorum O.P. Dominicos
Orden de Frailes Menores Ordo Fratrum Minorum O.F.M. Franciscanos
Orden de Frailes Menores conventuales Ordo Fratrum Minorum conventualli O.F.M. Conv Franciscanos conventuales
Tercera Orden Regular de San Francisco Ordo Sancti Francisci O.S.F. Franciscanos
Orden de Santa Clara Ordo Sanctae Clarae O.S.Cl. Clarisas
Orden de San Jerónimo Ordo Sancti Hieronymi O.S.H. Jerónimos
Sagrada Orden de los Mínimos Ordo Minimorum O.M. Mínimos
Orden de los Hermanos Menores Capuchinos Ordo Fratrum Minorum Capuccinorum O.F.M.Cap. Capuchinos
Orden de Clarisas Capuchinas Ordo Sanctae Clarae Capuccinarum O.S.Cl.Cap Capuchinas
Orden del Carmelo Ordo fratrum Beatissimæ Virginis Mariæ de monte Carmelo O.Carm. Carmelitas
Compañía de Jesús Societatis Jesu S.J. Jesuitas
Compañía de María Societas Mariae S.M. Marianistas
Congregación de la Misión Congregatio Missionis C.M. Paúles
Hijos del Inmaculado Corazón de María Cordis Mariae Filius C.M.F. Claretianos
Orden de las Escuelas Pías Ordo Scholarum Piarum Sch.P. Escolapios o Calasanzios
Sociedad San Francisco de Sales ó Salesianos de Don Bosco Societas S. Francisci Salesii SDB Salesianos
Orden de la Merced Orde de Mercede O.deM. Mercedarios
Orden Hospitalaria de San Juan de Dios Ordo Hospitalarius Sancti Joannis de Deo O.H. Hermanos de San Juan de Dios
Clérigos Regulares Ordo Clericorum Regularium C.R Teatinos.
Canónigos Regulares de Letrán Ordo Canonicorum Regularium SS. Salvatoris Lateranensis C.R.L. PP. Lateranenses
Confederación de Canónigos Regulares de San Agustín Sacer et Apostolicus Ordo Canonicorum Regularimun Sancti Agustini C.R.S.A. Canónigos Agustinos

Véase también

Referencias

  1. Miguel Artola (dir) Enciclopedia de Historia de España, tomo 5, pg.532-533

Enlaces externos