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{{Infraesbozo|20|julio}}La música profana es el contrario a la música sacra, ya que la música sacra era hecha para Dios u otros símbolos religiosos, y la profana era toda la música creada hacia temas que no tenían que ver con temas religiosos.
La Música Profana en la Edad MediaLa música culta litúrgica es la única que ha quedado plasmada en los códices, como hemos visto.
Lamentablemente la música medieval profana y popular, la que divertía y disfrutaba el pueblo prácticamente se ha perdido pues nunca se perpetuó por escrito. Sabemos que en la Edad Media era habitual el canto y el baile entre la población, en muchos casos como herencia del mundo pagano. Lo conocemos por numerosas fuentes eclesiásticas que los condenaban o criticaban.
Tanta insistencia en el ataque a estas prácticas pone de manifiesto la habitualidad con la que se producían.

La música profana de los nobles: troveros y trovadores

A partir del siglo XII, surge el movimiento trovadoresco. Nacen los llamados trovadores, troveros y minnesänger. Son compositores y poetas que en ocasiones eran también cantores de su propia obra. En sus obras se emplean lenguas romances autóctonas: dialectos franceses, alemán, portugués, etc.
No hay que confundir la figura del trovador con la del juglar. Los trovadores formaban un estamento entre los que se encontraban gentes de la más alta nobleza, mientras que los juglares solían pertenecer a las clases más populares.
La música medieval profana se centra en los intereses humanos, sobre todo en el amor, la guerra y la naturaleza. A diferencia del canto litúrgico, en las obras de los trovadores se empleaban instrumentos musicales como acompañamiento.
En Francia se los llamó troveros o trovadores, según la zona y en Alemania eran los Minnesinger. Minnesinger significa cantar de amor y fue acuñada en el siglo XII para denominar a los cantantes que destacaban la nobleza y la caballerosidad. En ocasiones, se acompañaban por un juglar que tocaba la viela, el laúd o el arpa. Algunos de sus creadores fueron Dietmar von Aist, Friedrich von Husen y a Walter von der Vogelweide. Enrique de Meissen, llamado Frauenlob (adulación de las damas), creó una escuela de poesía y canto en Maguncia, que originaría a las de los maestros cantores. Las escuelas de maestros cantores (Meistersinger) funcionaban con reglas muy estrictas y rutinarias. Este arte cayó a partir del siglo XVII.
Entre los Minnesänger destacaron: Rudolf von Fenis, Raimar el Viejo y Walter von der Vogelweide.
El primer trovador fue Guillermo IX de Aquitania (1070-1126), duque de Aquitania y conde de Poitiers, pero es posible que hubiera otros anteriores de los que se desconoce registro alguno. En el siglo XII encontramos a Marcabru, que actuó en la corte de Alfonso VIII de Castilla y de Bernart de Ventadorn, famoso por su Canción de la alondra. Y siguieron Raimbaut de Vaquieras, Aimeric de Peguilhan y el erudito Folquet de Marseille. Hacia el 1300 este arte desaparece con Guiraut Roquier. Algunos troveros son Chrétrien de Troyes, el rey Ricardo Corazón de León, Thibaut IV (rey de Navarra), y en especial Adam de la Halle (1237-1287), autor del Jeu de Robin et de Marión entre otras obras.
En España tenemos las importantes figuras de Martín de Codax, Guillermo de Berguedá y Berenguer de Palou y Alfonso X El Sabio, con sus famosas Cantigas.
Las melodías siguieron los patrones de los modos eclesiásticos, pero con un ritmo que se ajusta a la declamación del texto. Estas canciones pueden clasificarse en cuatro categorías: letanías, secuencias, himnos y rondeles. Más allá de los temas amorosos, abordaban asuntos de la mitología o filosofía, así como de excusa para la danza popular, como el conocido Kalenda Maya del catalán Raimbaut de Vaquieras del siglo XII.
Entre las letanías encontramos canciones de gesta (que destacaban las virtudes de un héroe mítico, como la Chanson de Roland), estrofas y estribillos. Las secuencias tenían versos desiguales aunque rimados en parejas, como en el lai o en la estampida instrumental. Los himnos son cíclicos y remiten al mismo estribillo tras las estrofas. Por su parte, las canciones de rondel pueden ser baladas, virelais o rondós. Según el tema, las canciones podían ser chansons (de amor), albas (el amanecer que separa a los amantes), pastorelas (el caballero enamorado de la campesina), sirventés (con moraleja), de las Cruzadas (alude a ellas o a sus batallas) y las de tinte fúnebre.
En el siglo XIII, Italia adoptó el arte trovadoresco provenzal, que dio lugar a il dolce stil nuovo. Uno de sus precursores fue el rey Federico II, cuya corte se encontraba en Palermo. A la vez en Florencia, Dante citaba en su Purgatorio a Pietro Casella, uno de los más antiguos nombres de músicos profanos italianos

La música profana popular: los juglares

Los juglares eran infatigables andariegos ambulantes que recorrían las villas y aldeas de la Europa medieval.
Su profesión consistía en amenizar la vida de las gentes de la época a cambio de dinero, comida y otros bienes.
No sólo se centraban en la música, sino que entretenían al público ejerciendo de saltimbanquis, lanzadores de cuchillos, equilibristas, domadores, etc.
En su actividad musical, lo normal es que se limitaran a ser los intérpretes del canto y tocar instrumentos, pero no eran compositores, como sí fueron los trovadores.
En general los juglares fueron muy criticados por las autoridades religiosas por considerarlos viciosos y escandalosos.
Frecuentemente sus canciones abordarían temas obscenos y el baile de las danzarinas sería deliberadamente voluptuoso.
Una iconografía muy repetida en la escultura románica y que obedece al hecho histórico es la escena en que un trovador emplea un instrumento de cuerda o viento mientras una juglaresa danzarina baila con los brazos levantados con castañuelas o contorsionándose y dejando caer su cabellera.

Los instrumentos musicales en el mundo medieval

Uno de los aspectos más interesantes de la música medieval fueron los instrumentos musicales empleados en la época.
Gracias a su representación en esculturas románicas y góticas y a los códices, en que son destacables las Cantigas de Alfonso X, se han podido reproducir y actualmente existen fabricantes especializados. Mediante su sonido, podemos acercarnos mejor a lo que fue la música popular medieval.
Algunos de los instrumentos más utilizados en la Edad Media fueron:
Dulzaina. Se trata un instrumento de viento de madera de forma cónica y doble lengüeta.
Arpa. Es uno de los instrumentos más antiguos de la humanidad y que más aparece representado. Los que aparecen en la iconografía española están relacionados con los modelos irlandeses. En la iconografía del románico es muy frecuente representar no sólo hombres con arpa sino incluso animales.
Salterio, una cítara pulsada, con un cuerpo que puede adoptar diferentes formas: trapezoidal, cuadrada, triangular o de hocico de cerdo.
Zanfoña. También llamado organistrum o viella de rueda. Es una instrumento de gran tamaño de cuerda frotada. Se caracteriza porque las cuerdas están en el interior y son frotadas por una rueda de madera impregnada de resina accionada por una manivela del extremo opuesto al clavijero. Las cuerdas se seleccionan gracias a unas teclas o clavijas. Dado su tamaño, era necesaria la intervención de dos músicos, que lo sujetaban sobre sus piernas.
Rabel. Instrumento medieval cordófono de tres cuerdas, tocado con arco.
Su caja de resonancia tiene forma de pera y en ocasiones alargada. El mástil es corto y el clavijero, a veces estaba inclinado hacia la derecha, hasta adoptar finalmente forma de hoz.
Se introdujo en Europa durante el siglo X desde el mundo árabe.
Dulzimer. Era un instrumento similar al salterio, cuyas cuerdas solían aparecer en órdenes de dos a cuatro. Se tocaba percutiendo las cuerdas con unos macillos de madera.
Fídula. Instrumentos medievales de cuerda frotada con cuerpo oval o elíptico, tapa armónica plana y clavijeros normalmente en forma de disco.

Revisión del 22:13 30 jul 2009

La música profana es el contrario a la música sacra, ya que la música sacra era hecha para Dios u otros símbolos religiosos, y la profana era toda la música creada hacia temas que no tenían que ver con temas religiosos.