Diferencia entre revisiones de «Lenguas celtas»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
Revertidos los cambios de 85.57.149.172 a la última edición de Macalla usando monobook-suite
Línea 3: Línea 3:
|name=Lenguas celtas
|name=Lenguas celtas
| zona = En la antiguedad en la práctica totalidad de [[Europa Occidental]]; actualmente, en las [[Islas Británicas]] y [[Bretaña]]
| zona = En la antiguedad en la práctica totalidad de [[Europa Occidental]]; actualmente, en las [[Islas Británicas]] y [[Bretaña]]
|países= [[Reino Unido]], [[Irlanda]], [[Francia]] y [[España]]
|países= [[Reino Unido]], [[Irlanda]], [[Francia]]
| hablantes =
| hablantes =
|familia = [[Lenguas Indoeuropeas]]</br>
|familia = [[Lenguas Indoeuropeas]]</br>

Revisión del 16:28 29 ago 2009

Lenguas celtas
Región En la antiguedad en la práctica totalidad de Europa Occidental; actualmente, en las Islas Británicas y Bretaña
Países Reino Unido, Irlanda, Francia
Familia

Lenguas Indoeuropeas

 Lenguas celtas
Subdivisiones Lenguas célticas insulares
Lenguas célticas continentales
ISO 639-2 cel

Distribución cronológica de los pueblos celtas:
     Centro del territorio de la cultura de Hallstatt (en el siglo VI a. C.)     Máxima expansión celta (en el siglo III a. C.)     Las seis naciones celtas que conservaban un número significativo de hablantes de lengua celta (al inicio de la Edad moderna)     Áreas donde las lenguas celtas son ampliamente habladas en la actualidad

Las lenguas celtas son un grupo de idiomas pertenecientes a la familia indoeuropea, en la que se incluyen

Historia

Procedente del proto-indoeuropeo, el grupo de lenguas célticas ocupa una posición intermedia, cronológicamente hablando, dentro de la familia indoeuropea, haciendo su aparición después de las lenguas anatolias (2000 a. C.), el griego (1400 a. C.), las lenguas índicas (1000 a. C.), las lenguas iranias (700 a. C.) y las lenguas itálicas (600 a. C.), pero antes de las lenguas germanas (siglo I d. C.), el armenio (siglo V), el tocario (siglo VII), las lenguas eslavas (siglo IV), las lenguas bálticas (siglo XV) y el idioma albanés (siglo XVI).

Éstas fueron habladas por los pueblos celtas, una serie de pueblos y tribus de la Europa Central y Occidental que compartían unas características culturales similares: creencias religiosas, estructura social, estilos artísticos, sistemas de producción, etc, pero sobre todo, estos pueblos hablaban una lengúa común, o más bien una serie de dialectos inteligibles entre sí. En nombre para designarse a sí mismos utilizaban era *gal- o *kel- como muestran los nombres de sus lenguas y los nombres de los pueblos celtas: Galli, Gálatae, Galaici, Gaelige, Kel (toi), Gálatai. De ahí que los griegos los llamaran keltoi y los romanos galli (pronunciado gal-li). El nombre celta procede del griego keltoi, nombre que usaban los geógrafos griegos en la primera mitad del I milenio a. C. para designar a los pueblos que habitaban Europa central. La primera referencia a este pueblo la hallamos en la Ora Marítima de Avieno, procónsul en África en el 336 d. C., basándose en un original griego del siglo VI a. C., aunque se encuentran esparcidas diversas alusiones a los celtas en Hecateo de Mileto, Heródoto y Aristóteles.

La aparición de las lenguas celtas está marcada por el debate sobre las teorías al respecto, que tienden a ser contradictorias entre sí. Una de ellas afirma que las lenguas célticas insulares son una unidad frente a las lenguas célticas continentales. Otra de las teorías propugna la existencia de una relación galo-britónica de un origen más arcaico, frente al goidélico, el idioma celtíbero y el idioma lepóntico.

Más tarde los celtas aparecerían en los registros romanos como los galli, nombre que permaneció en la denominación de determinados pueblos como los galos, los gálatas, o regiones como la Galia, Gallaecia o Galizia. Sin embargo, aunque los romanos denominaran a las tribus con sus nombres individuales (aedui, belgae, helvetti, boii...), sí reconocen ciertas características culturales entre éstas. La unidad lingüística de estos pueblos es puesta de manifiesto por Tácito al percibir la similitud entre las lenguas brytónicas y las galas y San Jerónimo dejó constancia en sus escritos de que la lengua de los gálatas resultaba parecido el dialecto galo de Tréveris.

Los pueblos celtas, a lo largo de la historia se expandieron entre los siglos VIII y V a. C. desde su núcleo original centroeuropeo hacia otras regiones, ocupando el norte y centro de Francia (la Galia), el valle del Po en el norte de Italia, la península Ibérica, así como la mayor parte de las islas británicas. También se extendieron por los Balcanes, alcanzando incluso una comarca de Asia Menor, que será conocida como Galatia. En todas estás migraciones su lengua les acompañó allá donde fueran; en el siglo I a. C. se extendían por gran parte de Europa, desde la actual Turquía (Galacia) hasta Portugal.

Habladas ampliamente en Europa occidental en el primer milenio a. C., desde los tiempos romanos han experimentado un declive gradual, bien reemplazadas primero por el latín y luego por las lenguas romances en Francia, Portugal, Italia y España, bien desplazadas y sustituidas por otras ramas como la germana en las islas Británicas y Europa Central o la eslava en los Balcanes, o bien por la disipación e integración del pueblo celta y de su lenguas dentro de nuevas realidades históricas. A pesar de estos hechos, hubo pequeñas islas lingüísticas que sobrevivieron bastante tiempo a este influjo, habiendo testimonios de gálatas hablantes de lengua celta en el siglo IV d. C.

Sin embargo las lenguas célticas encontraron refugio a la romanización en el extremo noroccidental de Europa, en las islas Británicas. Allí las lenguas nativas gaélicas y britónicas mantuvieron su hegemonía hasta la Edad Media, siendo la lengua predominante en el Reino de Escocia y en los condados y reinos irlandeses y galeses.

Su declive en Gran Bretaña comenzó con las invasiones anglosajonas, quedando reducida su presencia tras Muralla de Offa a Gales, y al Reino de Escocia. Unos siglos más tarde también empezaron a perder peso y presencia las lenguas célticas en estas regiones y en Irlanda debido principalmente la perdida de independencia política y cultural, así como por el aislamiento económico, en detrimento del entonces pujante Reino de Inglaterra en el siglo XVI, si bien este proceso se dio de manera lenta y constante desde siglos atrás. La lengua hablada en la isla de Man se vería muy influenciada por aportes nórdicos, fruto de las sucesivas invasiones vikingas.

El origen del bretón, si bien se podría pensar fácilmente debido a su situación geográfica que es un reducto de la lengua gala hablada en época prerromana en la actual Francia, se remonta a migraciones de británicos (principalmente de las zonas de Cornualles y Gales) en el siglo V d. C. que huían de las invasiones anglosajonas a Gran Bretaña, estableciéndose tras cruzar el canal de la Mancha en la costa de Armórica, la actual Bretaña. Algunos de estos britanos llegaron incluso a la península ibérica, a las regiones de Galicia y Asturias.

Pese a su lento declive con los siglos, hoy día aún sobrevivien, únicamente, cuatro lenguas de la rama céltica, limitadas a pequeñas regiones de Europa: el idioma irlandés o gaélico irlandés en Irlanda, el gaélico escocés o escocés (nombre que lleva a la confusión con el también llamado escocés, idioma germánico) en Escocia, el idioma galés en Galés y el idioma bretón en Bretaña. Asimismo, hasta el siglo XVIII en Cornualles se hablaba el idioma córnico, de gran semejanza con el bretón y el galés. Hasta principios del siglo XX en la isla de Man se hablaba el idioma manés. También, fruto de la emigración, hay pequeñas colonias de hablantes de lengua celta en la Patagonia argentina y en algunas partes de Canadá.

Sin embargo, en mayor o en menor medida pero en la mayoría de los casos muy reducido, generalmente las lenguas posteriormente habladas en regiones de lengua celta mantienen un sustrato céltico en su vocabulario, como pueden ser el español, el francés, el portugués, el inglés o el alemán.

Clasificación de las lenguas celtas

Las lenguas celtas son una de las ramas de la familia indoeuropea, y dentro de ésta queda englobada dentro de la rama occidental indoeuropea y en las lenguas centum. El estudio de las lenguas celtas se ha basado en la mayoría de las ocasiones es especulaciones debido a la falta de fuentes primarias, ya que los pueblos celtas nunca fueron muy prolijos en su literatura escrita.

La clasificación interna de las lenguas célticas se puede hacer desde dos puntos de vista.

Clasificación geográfica

Porcentaje de hablantes de irlandés
Distribución poblacional de los hablantes del gaélico en Escocia
Distribución poblacional de los hablantes del bretón
Distribución poblacional de los hablantes del galés
Retroceso del córnico a lo largo del tiempo

La subdivisón geográfica de estas lenguas nos lleva a clasificarlas en dos grupos:

Respecto al ivérnico o paleoirlandés no se tiene clara su filiación britónica o goidélica.

Clasificación lingüística

La división de las lenguas célticas por un criterio lingüístico las separa en dos grupos[1]​ en lenguas célticas P o Grupo-P y lenguas célticas Q o Grupo-Q. La diferencia es como evolucionó el sonido *kw, que se transformó en *p en algunos y en *k en otros.

Diversos estudios afirman que las lenguas celtas-Q derivarían de las primeras oleadas culturales de la cultura de Hallstatt celta de entre los siglos VIII y VI a. C., que se extendieron por el centro y noroeste de Europa hasta la península Ibérica. El supuesto idioma común, que luego se bifurcaría, de estos pueblos conservaba muchos de los rasgos del indoeuropeo original, entre ellos la ya mencionada conservación del sonido *kw. Incluso se habla de un subgrupo italo-céltico para referirse a estas lenguas, por su supuesta similitud con las lenguas itálicas.

Asimismo, las lenguas celtas-P provendrían de una segunda oleada cultural celta igualmente proveniente de centroeuropa, pero con una patrones culturales diferentes, marcados por la Cultura de La Tène, y que ocuparon Europa central y occidental desde la isla de Gran Bretaña, a través del norte de Italia, hasta del valle del Danubio y el norte de Anatolia. El principal rasgo de estas lengus, como se dijo ya, era la sustitución del sonido *kw por el sonido p.

Esta teoría, aparte de por las pruebas lingüísticas, también se apoya en el hecho geográfico de que los pueblos que conservaron las lenguas celtas-Q se encuentran en los extremos occidentales de Europa, Irlanda, Escocia y la península Ibérica, como si éstos hubiesen sido desplazados hacia el oeste por otras migraciones, mientras que las celtas-P ocupan el centro de Europa y del área de la cultura celta.

Céltico P

En éstas, el sonido labiovelar indoeuropeo /*kw/ se reduce a /p/. A este grupo pertenecerían las lenguas británicas, el lepóntico, el gálata y la mayor parte del material en galo.

Céltico Q

En éstas el sonido /*kw/ indoeuropeo se mantuvo en época antigua, deslabializándose en /k/ más tardíamente. Dentro de este grupo quedarían englobadas las lenguas goidélicas (irlandés, gaélico escocés ymanés) y el celtíbero.

Comparativa léxica del celta-P y el celta-Q

Proto-Celta Galo Galés Bretón Irlandés Gaélico Escocés Manés Español
*kwennos pennos pen penn ceann ceann kione cabeza
*kwer- pryf cruim caliente
*kwrei- prynu crenaim compra
*kwrmi- pryd cruth forma
*kwetwar- petuarios pedwar pevar ceathair ceithir kiare cuatro
*kwenkwe pinpetos pump pemp cúig còig queig cinco
*kweis pis pwy piv [< cia] cò/cia quoi quién

Por ejemplo, la raíz verbal protocelta *kwrin- (‘comprar’) es pryn- en galés pero cren- en irlandés. Consecuentemente, en este esquema, goidélico es celta-Q y el britónico y galo celta-P.

En un principio se consideró que las únicas lenguas celtas-Q eran las de la rama goidélica y las de la rama británica, junto con el galo, como lenguas celtas-P. Un ejemplo de esta hipótesis es el de la raíz verbal protocelta *kwrin- (‘comprar’), que es pryn- en galés pero cren- en irlandés.

El descubrimiento de que el celtíbero retuviera el sonido *kw, siendo considerado como parte del grupo celta-Q aunque sin ser un lenguaje goidélico dado que no es insular, hizo que algunos autores consideraran la división celta-P/celta-Q como superficial y explicable en término de contactos externos, y, aunque hay argumentos validos y convincentes en favor de ambas hipótesis, la hipótesis del sistema insular-continental ha ganado mayor aceptación.[2]​ A favor de la división geográfica[3]​ se pueden apuntar algunas innovaciones compartidas entre los componentes del grupo continental, tales como preposiciones infleccionadas, el orden de las palabras en una frase, y la nasalización de [m] a [β], fenómeno extremadamente raro.

No hay sugerencia de que haya habido un ancestro común entre ellos y el Proto Céltico, más bien se considera que la rama celtíbera fue la primera en separarse y que desde ella se habrían originado el galo y el celta insular. Sin embargo, hay diferencias adicionales entre los dos subgrupos que hacen conveniente su retención por lo menos de manera provisional. Por ejemplo, en el grupo goidelico los sonidos *an, am se han transformado a una é, vocal desnalizada y con enlargamiento antes de un fricativo, Por ejemplo, el antiguo irlandes éc (‘muerte’), écath (‘anzuelo’), dét `(‘diente’), cét (‘cien’) comparado con el galés angau, angad, dant y cant.

No obstante, el debate no está cerrado pues los proponentes de cada bando disputan la certitud y utilidad de uno y otro esquema.

En términos modernos, y dado que el celta continental no tiene descendientes hablados, celta-Q se utiliza como equivalente de goidélico y celta-P de britónico.

Características lingüísticas

Uno de los rasgos característicos respecto de otras ramas indoeuropeas de las lenguas célticas es la pérdida del fonema /p/; esto es, por ejemplo, que palabras con /p/ en posición inicial o media en latín, griego o sánscrito, pasan a prescindir de ella en las lenguas celtas. Así, porcus, en latín 'cerdo', 'puerco', en gaélico es orc; plenus, en latín 'lleno', en galés es llawn y en bretón leun; platys, en griego 'ancho', en galés el lydan y en bretón ledan.

Como ya se mencionó anteriormente, dentro de la familia celta, en las lenguas goidélicas se conserva el sonido labiovelar indoeuropeo /*kw-/ (posteriormente escrito /c/), mientras que en las britónicas se convirtió en /p/ posteriormente a la caída general de la /p/ primitiva del celta antiguo. Por ejemplo, cuig, en irlandés 'cinco', se dice pump en galés. Además también difieren en otros aspectos fonéticos.

La pronunciación de estas lenguas tiende a ser muy complicada pues la escritura no suele coincidir con la pronunciación y las consonantes al inicio de las palabras varían según el último fonema de la palabra precedente. De este modo, fuil, es en irlandés 'sangre', y ar bhfuil es 'nuestra sangre'. En galés tad es padre, en tanto fy nhad es 'mi padre', y ei thad y y dad son 'su padre (de él)' y 'su padre (de ella)' respectivamente. El mecanismo de las mutaciones, que en cierto número de casos modifican, en posición inicial, siete de las consonantes del alfabeto en éstas lenguas como se ha explicado parece no haber entrado en uso hasta después del siglo V.

El vocalismo de las lenguas célticas conserva las vocales cortas indoeuropeas /-i/, /e/, /a/, /o/, /u-/ y las vocales largas /-i:/, /a:/, /u:-/. Sin embargo la /e:/ del indoeuropeo se transforma en /i:/; así, verus, en latín 'verdad', es en galés y bretón gwir, el latín rex 'rey', era rix en galo. Además, la /o:/ del indoeuropeo pasa a /a:/; Latin cōrnu cuerno, céltico cārnos.

También permanecen las semivocales /w/ y /j/ en el céltico común, conservándose en el galés.

También desarrolló las sonoras /l/ y /r/ en /li/ y /ri/, y el cambio de la labiovelar /gw/ en /b/. La /m/ al final de palabra se tiende a convertir en /n/ excepto en el galo, lepóntico y celtibérico. Al igual que en otras lenguas indoeuropeas la /s/ tuvo un alófono en /z/.

Las lenguas célticas tenían en principio los tres casos de género del indoeuropeo, masculino, femenino y neutro, pero el género neutro se pierde a partir del irlandés medio, manteniéndose mínimamente en las lenguas britónicas. Los números son tres: singular, plural y dual.

Al igual que las demás lenguas indoeuropeas, las célticas forman los nombres a partir de los verbos, en vez de a partir de los participios presentes (como hace el inglés). Otra propiedad de éstas es que las oraciones siempre tienen verbo y que la acción se expresa por medio de la pasiva impersonal.

El orden de los elementos de la oración varía de una lengua a otra: en las insulares suele ser verbo-sujeto-predicado, si bien en el irlandés antiguo y en el córnico sollía ser sujeto-verbo-predicado; sin embargo en las continentales el orden solía ser sujeto-verbo-predicado. Por ejemplo, en galés Collodd Sion ddwy bunt significaría literalmente 'perdió Sion dos libras', y coch mawr 'autobús rojo grande' ('un gran autobús rojo'), anteponiendo el nombre a los adjetivos.

Tabla comparativa léxica

La siguienta tabla muestra los numerales del uno al diez, en los grupos celtas más conocidos: Q-celta insular (goidélico), P-celta insular (britónico) y celta continental.

Proto-Celta[4] Proto-goidélico Irlandés antiguo Proto-britónico Galo Cognado latino Español
*oinos **oin oēn **oinan oinos ūnus uno
*dwei **dā da **daw dui dwō dos
*treis / *tri **tri: trī **trī tri trēs tres
*kwetwer- **kethīr cethair **petwor petuar / petri- kwattuor / kwadra- cuatro
*kwenkwe- **kunke cōic **pemp pinp- kwinkwe cinco
*swex **sex se: **šwex suex- sēks seis
*sextam **sext secht **sexth sextam septem siete
*oxtū **oxt ocht **oxth oxto- oktō ocho
*nawan **noy noī **naw nau nowem "nueve"
*dekam **dek deich **dek decam dekem "diez"

Escritura y literatura

Bronce II en el Museo Provincial de Zaragoza

Los textos de las lenguas célticas continentales son muy escasos y la mayoría son pequeñas inscripciones, monedas, glosas y nombres. Las inscripciones en galo van del siglo III a. C. al siglo I d. C., destaando el Calendario de Coligny (del siglo II d. C.), y suelen estar escritas en letras latinas. En lepóntico han sido encontradas, escritas en una variante del alfabeto etrusco y de fechas anteriores al siglo I, en el norte de Italia. Los textos en celtibérico son pequeñas inscripciones en piedra o en bronce procedentes desde el siglo III a. C. hasta el siglo I d. C.; se destaca el Bronce de Botorrita.

Sin embargo las lenguas célticas insulares sí disponen una extensa y variada literatura, siendo de las más antiguas de Europa. Escrita originalmente en monumentos pétreos en escritura ogham en Gales y, principalmente, en Irlanda desde el siglo IV hasta el VI d. C., posteriormente se redactaron manuscritos en irlandés durante la Edad Media, como el Ciclo de Ulster o los Anales de los cuatro maestros.

Ya en el siglo XX se destacan dos escritores en irlandés, Michael Hartnett y el premio Nobel Seamus Heaney. También existe desde la Edad Media literatura en bretón, escocés y en galés, en algunos casos manteniéndose viva hoy en día.

Prehistoria e historia de los pueblos celtas

El término celta (keltoi) es de origen griego, quienes pudieron haberlo tomado prestado de íberos o ligures. Los celtas probablemente se llamaban a sí mismos galiain,[cita requerida] o sea: galos (derivados: gálata, gallego, galaico).

Es muy difícil —si no imposible— distinguir los pueblos celtas o gaélicos entre los primeros grupos de indoeuropeos que penetraron en la Europa central. Sin embargo, es prácticamente seguro que participaron, junto a otros pueblos, en la rápida y espectacular expansión de la Cultura de los campos de urnas del siglo XIII a. C., protagonizándola en la Europa occidental. En esta primera expansión, descendieron por la margen derecha del Ródano ocupando Languedoc, Cataluña y el bajo valle del Ebro. Otra línea de expansión celta les llevó a Bélgica y el SE británico.

A partir del siglo VIII a. C., los celtas participaron junto a los ilirios de la cultura de Hallstatt (Hierro-I), extendiéndose en esta fase por el interior de la Península Ibérica (s. VII). En el siglo VI a. C. perdieron, sin embargo, el noreste ibérico a manos de los íberos, quedando así los celtas de Iberia aislados de sus compatriotas continentales.

Desde el siglo IV a. C., los celtas continentales inauguran la cultura de La Tène, específicamente celta (Hierro II). En esta fase, los celtas acabaron de ocupar el norte y centro de Francia (la Galia), así como la mayor parte de las islas británicas. También se extendieron por los Balcanes, alcanzando incluso una comarca de Asia Menor, que será conocida como Galatia. En esta época se construyen importantes villas fortificadas (lat. oppida), que sirven de centros comerciales y políticos. Es también en este período cuando el druidismo, descendiente de los antiguos cultos megalíticos de Gran Bretaña e Irlanda, se introduce entre los celtas de las islas, pasando posteriormente al continente.

A partir del siglo II a. C., los celtas acusan la creciente presión militar de los germanos por el norte y, algo después, la de los romanos por el sur. En pocas décadas «toda la Galia está ocupada», excepto Irlanda. De todas formas, la presencia romana en Gran Bretaña fue también de escasa duración, lo que permitió a las lenguas celtas de esta isla (galés) sobrevivir y, más tarde, regresar al continente (Bretaña francesa).

Todavía en el siglo VII, los celtas llevaron a cabo su quizá última expansión: los escotos irlandeses invadieron Caledonia y le cambiaron el nombre por el de Escocia.

Notas (en inglés y alemán)

  1. Schmidt, 1988.
  2. Warren Cowgill, 1975; McCone, 1991 y 1992; Schrijver, 1995.
  3. McCone, 1996.
  4. Wales.ac.uk (lista de términos protocélticos-ingleses).

Bibliografía

  • Ball, Martin J. y James Fife (eds.): The Celtic Languages. London: Routledge, 1993. ISBN 0-415-01035-7.
  • Borsley, Robert D. y Ian Roberts (eds.): The Syntax of the Celtic Languages: A Comparative Perspective. Cambridge: Cambridge University Press, 1996. ISBN 0-521-48160-0.
  • Celtic Linguistics (1700-1850), 8 volúmenes que incluyen 15 textos originalmente publicados entre 1706 y 1844. Londres – Nueva York: Routledge, 2000.
  • Cowgill, Warren: “The origins of the Insular Celtic conjunct and absolute verbal endings”, capítulo de Flexion und Wortbildung: Akten der V. Fachtagung der Indogermanischen Gesellschaft, n.º 9-14 (págs. 40 a 70). Regensburgo (Alemania), septiembre de 1973 (Wiesbaden), publicado por Reichert, editado por H. Rix (ed.), 1975. ISBN 3-920153-40-5
  • Hindley, Reg: The Death of the Irish Language: A Qualified Obituary. Londres – Nueva York: Routledge, 1990. ISBN 0-415-04339-5.
  • Lewis, Henry y Holger Pedersen: A Concise Comparative Celtic Grammar. Gottingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 1989. ISBN 3-525-26102-0.
  • McCone, Kim: The PIE stops and syllabic nasals in Celtic. Studia Celtica Japonica, 4: 37-69, 1991.
  • McCone, Kim (1992). "Relative Chronologie: Keltisch" en R. Beekes, A. Lubotsky, and J. Weitenberg (eds.) Rekonstruktion und relative Chronologie: Akten Der VIII. Fachtagung Der Indogermanischen Gesellschaft, Leiden, n.º 31. Agosto-septiembre de 1987, pp: 12–39. Innsbruck: Institut für Sprachwissenschaft der Universität. ISBN 3-85124-613-6.
  • McCone, K (1996). "Towards a Relative Chronology of Ancient and Medieval Celtic Sound Change" en Maynooth (publicado por Department of Old and Middle Irish, St. Patrick's College ISBN 0-901519-40-5
  • Russell, Paul: An Introduction to the Celtic Languages. Londres – Nueva York: Longman, 1995. ISBN 0-582-10082-8.
  • Schmidt, K. H.: "On the reconstruction of Proto-Celtic", en G. W. MacLennan: Proceedings of the First North American Congress of Celtic Studies (pág. 231-248). Ottawa: Chair of Celtic Studies, 1988. ISBN 0-09-693260-0
  • Schrijver, Peter: Studies in British Celtic historical phonology. Ámsterdam: Rodopi, 1995. ISBN 90-5183-820-4

Enlaces externos