Diferencia entre revisiones de «Belerofonte»

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== Exilio a Tirinto ==
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Cuando involuntariamente mató a su mejor amigo, Beleron, abandonó Corinto en destierro y se dirigió por un consejo dado por su novia, a la ciudad de [[Tirinto]], a la corte del rey [[Preto]]. El rey Preto acogió bondadosamente a Belerofonte como huésped.
Cuando involuntariamente mató a su hermano, abandonó Corinto en exilio voluntario y se dirigió como suplicante, para purificarse, a la ciudad de [[Tirinto]], a la corte del rey [[Preto]]. El rey Preto acogió bondadosamente a Belerofonte como huésped.


La esposa del rey Preto, [[Estenebea]], se enamoró a primera vista de Belerofonte, por lo que le realizó diversas propuestas indecorosas, que Belerofonte rechazó.
La esposa del rey Preto, [[Estenebea]], se enamoró a primera vista de Belerofonte, por lo que le realizó diversas propuestas indecorosas, que Belerofonte rechazó.
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Desconociendo las intenciones de Preto, Belerofonte llega a Licia, una ciudad en la extensa llanura del río [[Xantus]] localizada en [[Asia Menor]], [[Turquía]]. El rey Iobates dispensó una afectuosa acogida a Belerofonte, con grandes muestras de hospitalidad. Los primeros nueve días se la pasaron en festejos. En la mañana del décimo día, el rey Iobates abre la carta que le entregara su huésped. Ésta decía: «Ruego a usted eliminar de la faz de la tierra al portador de esta carta, quien ha tratado de abusar de su hija, mi esposa.»
Desconociendo las intenciones de Preto, Belerofonte llega a Licia, una ciudad en la extensa llanura del río [[Xantus]] localizada en [[Asia Menor]], [[Turquía]]. El rey Iobates dispensó una afectuosa acogida a Belerofonte, con grandes muestras de hospitalidad. Los primeros nueve días se la pasaron en festejos. En la mañana del décimo día, el rey Iobates abre la carta que le entregara su huésped. Ésta decía: «Ruego a usted eliminar de la faz de la tierra al portador de esta carta, quien ha tratado de abusar de su hija, mi esposa.»


Iobates también se mostró contrario a atentar contra la bendición del dios Hermes con la cuál protegía a todos los mensajeros, por lo cual, le pareció mejor encargarle un servicio imposible de conseguir. Por lo tanto, le pide como servicio a Belerofonte matar a la [[Quimera (mitología)|Quimera]] con la esperanza de que la fiera acabara con él. «La Quimera», explica el rey Yobates, «es hija de [[Tifón (mitología)|Tifón]] y [[Equidna (mitología)|Equidna]], y es la mascota de mi enemigo, el rey de [[Caria]].»
Iobates también se mostró contrario a infringir las leyes de la hospitalidad, por lo cual, le pareció mejor encargarle un servicio imposible de conseguir. Por lo tanto, le pide como servicio a Belerofonte matar a la [[Quimera (mitología)|Quimera]] con la esperanza de que la fiera acabara con él. «La Quimera», explica el rey Yobates, «es hija de [[Tifón (mitología)|Tifón]] y [[Equidna (mitología)|Equidna]], y es la mascota de mi enemigo, el rey de [[Caria]].»


== Belerofonte se enfrenta a la Quimera ==
== Belerofonte se enfrenta a la Quimera ==

Revisión del 20:45 20 sep 2009

Belerofonte y Pegaso.

Belerofontes era un héroe de la mitología griega, cuyas mayores hazañas fueron matar a la Quimera (un monstruo que se suele representar como un ser con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de serpiente) y domar al caballo alado Pegaso con la ayuda de una brida que le dio la diosa Atenea. Era el hijo del Rey Glauco de Corinto.

Su nombre original era Iponoo, sin embargo se lo cambió por el de Belerofonte (que significa “asesino de Belero”) después de haber matado accidentalmente a su hermano Belero en una partida de caza. Son diversas, y en ocasiones contradictorias las historias que describen sus aventuras, la más común es la siguiente.

Exilio a Tirinto

Cuando involuntariamente mató a su hermano, abandonó Corinto en exilio voluntario y se dirigió como suplicante, para purificarse, a la ciudad de Tirinto, a la corte del rey Preto. El rey Preto acogió bondadosamente a Belerofonte como huésped.

La esposa del rey Preto, Estenebea, se enamoró a primera vista de Belerofonte, por lo que le realizó diversas propuestas indecorosas, que Belerofonte rechazó.

Estenebea, ofendida, para vengarse por este desaire lo acusa falsamente de intentar seducirla por la fuerza. El rey de Tirinto se pone furioso creyendo verdadera la historia de Estenebea, pero no queriendo faltar a las sagradas leyes de la hospitalidad con la muerte directa de un huésped, encarga a Belerofonte llevar una carta sellada de recomendación, según dice, a su suegro el rey Iobates (o Yóbates) de Licia, padre de Estenebea. En la carta, en realidad, le pedía al rey Iobates que diera muerte a Belerofonte.

Belerofonte lleva la carta a Licia

Desconociendo las intenciones de Preto, Belerofonte llega a Licia, una ciudad en la extensa llanura del río Xantus localizada en Asia Menor, Turquía. El rey Iobates dispensó una afectuosa acogida a Belerofonte, con grandes muestras de hospitalidad. Los primeros nueve días se la pasaron en festejos. En la mañana del décimo día, el rey Iobates abre la carta que le entregara su huésped. Ésta decía: «Ruego a usted eliminar de la faz de la tierra al portador de esta carta, quien ha tratado de abusar de su hija, mi esposa.»

Iobates también se mostró contrario a infringir las leyes de la hospitalidad, por lo cual, le pareció mejor encargarle un servicio imposible de conseguir. Por lo tanto, le pide como servicio a Belerofonte matar a la Quimera con la esperanza de que la fiera acabara con él. «La Quimera», explica el rey Yobates, «es hija de Tifón y Equidna, y es la mascota de mi enemigo, el rey de Caria

Belerofonte se enfrenta a la Quimera

La Quimera era, en realidad, un monstruo terrible con forma de león y cola de serpiente, que arrojaba fuego por la boca. La fiera asolaba los fértiles campos y devoraba personas y animales. Antes de emprender esta difícil tarea, Belerofonte consultó al adivino Poliido, quien le aconsejó capturar al caballo alado Pegaso. Pegaso era querido por las musas del monte Helicón, ya que con un golpe con su pata había hecho brotar la fuente de agua Hipocrene de la tierra.

Belerofonte no encontró a Pegaso en el monte Helicón, sino en la fuente Pirene en la Acrópolis de Corinto. La diosa Atenea entregó a Belerofonte una brida de oro para domarlo, y que Belerofonte colocó sobre su cabeza.

Una vez armado se dirigió a confrontar al terrible monstruo. Protegido por la diosa Atenea, montó a Pegaso y volando sobre la Quimera, empieza a lanzarle dardos. Luego, introduce la punta de su lanza en las fauces de la Quimera, cuyo aliento de fuego funde la punta de plomo. Éste escurre por la garganta de la Quimera, quemando los órganos vitales y de esta manera Belerofonte logra vencerla.

Después de tal hazaña, Belerofonte se encaminó de regreso a Licia para afrontar a Iobates, quien le reveló que Antea fue la auténtica culpable de sus desdichas. Él, decide hacerla pagar por ello, por lo que fingió estar enamorado de ella y así la convenció de huir con él hacia Tirinto. Volando sobre el lomo de Pegaso, Belerofonte se encaminó hacia el mar y empujó a Antea a las aguas, quien cayó sobre las rocas de la costa.

La arrogancia de Belerofonte

Matar a la Quimera no fue la única empresa notable de Belerofonte. También se empeñó en encontrar al belicoso pueblo de las Amazonas, las mujeres guerreras, para luchar contra ellas.

Después de vencerlas, el orgullo de Belerofonte le llevó a compararse con los dioses y por esto quiso llegar al Monte Olimpo montado sobre su fiel Pegaso. Sin embargo, el dios Zeus no fue tomado por sorpresa y para castigar la impertinencia del héroe mandó un insignificante mosquito a confrontarle. Este mosquito clavó su aguijón en los riñones de Pegaso por lo que logró enfurecerlo. Belerofonte no pudo tranquilizar al caballo y esto provocó que su jinete perdiera el equilibrio y se precipitase al vacío.

Belerofonte logró sobrevivir la caída. Sin embargo, quedó maltrecho y terminó vagando por la Tierra, añorando su glorioso pasado. Pegaso, por su parte, se remontó hacia el cielo donde se inmortalizó como una constelación.

Véase también

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