Diferencia entre revisiones de «Loa»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Sirve para hacer palomitas
Diegusjaimes (discusión · contribs.)
m Revertidos los cambios de 83.38.20.142 a la última edición de Alex299006
Línea 1: Línea 1:
{{otros usos}}
{{otros usos}}
La '''loa''' es un subgénero dramático o teatral cultivado en el [[Siglo de Oro]] español. Se trata de una breve composición dialogada en verso que se escenificaba antes que el primer acto o ''jornada'' de una comedia. Servía para predisponer positivamente al público elogiando la ciudad y presentando a los actores o a la compañía al público. Muchas veces, si la compañía venía de otro lugar, solía encomendarse a algún poeta local. Sirve para hacer palomitas
La '''loa''' es un subgénero dramático o teatral cultivado en el [[Siglo de Oro]] español. Se trata de una breve composición dialogada en verso que se escenificaba antes que el primer acto o ''jornada'' de una comedia. Servía para predisponer positivamente al público elogiando la ciudad y presentando a los actores o a la compañía al público. Muchas veces, si la compañía venía de otro lugar, solía encomendarse a algún poeta local.


===Reseña Histórica===
===Reseña Histórica===

Revisión del 18:48 9 mar 2010

La loa es un subgénero dramático o teatral cultivado en el Siglo de Oro español. Se trata de una breve composición dialogada en verso que se escenificaba antes que el primer acto o jornada de una comedia. Servía para predisponer positivamente al público elogiando la ciudad y presentando a los actores o a la compañía al público. Muchas veces, si la compañía venía de otro lugar, solía encomendarse a algún poeta local.

Reseña Histórica

Uno de los poetas en el siglo XVI que consagraron sus esfuerzos a mejorar el teatro español, fue Bartolomé de Torres Naharro, autor de varias comedias que hizo imprimir en Nápoles en 1521, acompañándolas de un prólogo en que presentaba los preceptos de la poesía dramática, según su opinión.

En esos tiempos había empezado una contienda literaria entre los partidarios del uso antiguo en el teatro español que sin tener en cuenta la diferencia de civilización y costumbres pretendían que el teatro español fuese el reflejo del teatro griego del cual eran admiradores y los del uso moderno que faltos digamos de cierta erudición para producir obras de gran mérito según el arte antiguo tenían el acierto de acomodar sus producciones a las ideas y sentimientos y a las costumbres del pueblo para el que escribían.

Bartolomé de Torres Naharro, deseoso sin duda de que fuesen conocidos los preceptos que le habían servido de guía en la composición de sus obras, las hizo imprimir con el prólogo ya citado, en el cual, después de distinguir dos especies de comedia, divide esta, en dos partes que son: introito y argumento. De aquí nació la costumbre de hacer que el drama precediese un prólogo que servía de exposición, en el cual no se hizo otra cosa que imitar a los antiguos.

Esta especie de Prólogo vino con el transcurrir de los tiempos en llamarse Loa, y se consideró como una parte necesaria para entender el drama hasta la época del gran monstruo del ingenio que fue el inimitable Lope de Vega.

Agustín de Rojas, hablando en su Viaje Entretenido del estado en que se hallaban nuestro teatro en tiempo de Lope de Rueda famoso autor dramático dice de este lo siguiente: Comenzó a poner la farsa. En buen uso y orden buena; Porque la repartió en actos, Haciendo introitos en ella, que ahora llamamos loa Y declaraban lo que era.

La exposición o la loa no era, pues, una parte de la acción dramática, sino una cosa de todo punto distinta, que consistía en un breve resumen del argumento, compuesta por lo general por versos octosílabos y no sólo precedía a las composiciones dramáticas cuyos asuntos eran profanos, sino también aquellas que se llamaban autos y cuyos argumentos eran religiosos.

Para que de esta especie de prólogos se forme una idea más exacta citaré aquí uno que se encuentra en un auto titulado Los desposorios de Moisés en que se dice lo siguiente (en castellano de la época):

Aqui os traere a la memoria, si acaso atención se tien, para que se entienda bien, una divinal historia, del gran profeta Moisen.Trata de cuando huyó, del poder del Faraon, porque a un egipcio mató, y como a Madian llegó, do le avino otra quistion.Y es como caminaba, apie un pozo topó, a do bebió y apagó, la sed grande que llevaba, y a descansar se llegó.Pues dos doncellas vinieron, a aqueste pozo a abrevar, sus ganados y estorbar, dos villanos les quisieron, el agua que querían dar....

Tales pues eran las fórmulas con que de ordinario a la par que se decía el argumento se imploraba la indulgencia del público antes de dar principio a las representaciones dramáticas.

Entretanto se iban introduciendo no pequeñas novedades en la poesía dramática española, de los antiguos alterando el uso como decía Juan de la Cueva en su Ejemplar poético en lo siguiente:

  • En el argumento de la comedia se presentaban reyes y deidades.
  • Se redujeron a cuatro los actos o jornadas que antes eran cinco.
  • La fábula se hizo más ingeniosa y complicada, y fue necesario prescindir de las unidades de lugar y tiempo.
  • La exposición se fue mezclando paulatinamente con la acción en vez de preceder a la comedia.

Esta reforma que con el devenir de los tiempos fue acentuándose y fue culminada por Lope de Vega, quien en una de sus composiciones dice hablando de la comedia lo siguiente: Débenme a mí de su principio el arte.

Y como en la época en que floreció este grande ingenio los demás poetas aspiraron a ser sus imitadores, no volvieron a escribirse comedias con prólogos o loas a imitación de los antiguos.