Diferencia entre revisiones de «Gran Tribulación»

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A lo largo de la historia de la humanidad han ocurrido genocidios y pandemias de magnitudes apocalípticas tales como:
A lo largo de la historia de la humanidad han ocurrido genocidios y pandemias de magnitudes apocalípticas tales como:
* La [[Inquisición Española]] (1478-1821). La más cruel persecusión de la religión católica contra los protestantes, apoyada totalmente por la monarquía española. Cualquiera que fuera sospechoso de herejía, era torturado de la manera más escalofriante hasta obtener su "confesión", para posteriormente ejecutarlo en la hoguera o de otras deshumanizadas formas.
* La [[peste negra]] en el siglo XIV que mató a un tercio de la población europea, aproximadamente 25 millones de muertos sólo en Europa.
* La [[peste negra]] en el siglo XIV que mató a un tercio de la población europea, aproximadamente 25 millones de muertos sólo en Europa.
* La [[Revolución Rusa]], en la cual hubo 7 millones de muertos en su mayoría Cristianos Ortodoxos.
* La [[Primera Guerra Mundial]], en la cual hubo 8 millones de muertos y 6 millones de inválidos.
* La [[Primera Guerra Mundial]], en la cual hubo 8 millones de muertos y 6 millones de inválidos.
* La [[Segunda Guerra Mundial]], en la cual murieron 60 millones de personas.
* La [[Segunda Guerra Mundial]], en la cual murieron 60 millones de personas.

Revisión del 04:17 22 abr 2010

El concepto de La Gran Tribulación (griego: θλιψις μεγαλη) es un concepto propio de la escatología cristiana, independientemente de que interpretación se le pueda dar a las profecías de la Biblia Judeo-Cristiana. Es el período de la historia de la humanidad anunciado por Jesucristo a sus discípulos en el Monte de los Olivos. La profecía de Jesucristo aparece en Mateo 24:21-24. Jesús dijo:

"...porque habrá entonces gran tribulación, cual no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fueran acortados, nadie sería salvo; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados...

Características de la Gran Tribulación

Algunas corrientes cristianas que han interpretado los pasajes del Apocalipsis como profecías han concluido que la Gran Tribulación pasarán los siguientes eventos:

  • Este período durará poco tiempo: Y si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. (Mateo 24:22) Incluye también un aumento de desastres naturales como terremotos, plagas, maremotos etc. y además señales y portentos presagiosos en el cielo.
  • Específicamente comenzará con una proclamación de "Paz y Seguridad" profetizado en 1 Tesalonicenses 5:3 y luego ya mas concretamente con la destrucción de "Babilonia la Grande" (un término usado para referirse al imperio mundial de las religones falsas,es decir las sectas pseudocristianas Norteamericanas fundadas en el siglo XIX y que le ha causado daño a la humanidad) la cual será destruida por la "bestia de color escarlata y sus 10 cuernos" (Apocalipsis 17:16). Estos 10 cuernos son los países con poder militar que tienen unión con la bestia de color escarlata.
  • La profecía dice que habrán señales astronómicas que para los cristianos será interpretadas como una señales de su salvación y por la gente malvada como terror y angustia. (Lucas 21:25-26,28, Lucas 21:28)
  • El centro de esta profecía es la Segunda Venida de Jesucristo (Jesús de Nazaret) (Mateo 24:30, Apocalipsis 1:7) con un Ejército de ángeles para proteger a los cristianos que en esa época serán perseguidos después de los portentos presagiosos en los cielos:

14 Por tanto profetiza, hijo del hombre, y di á Gog: Así ha dicho el Señor: En aquel tiempo, cuando mi pueblo Israel habitará seguramente, ¿no lo sabrás tú?15 Y vendrás de tu lugar, de las partes del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos á caballo, grande reunión y poderoso ejército:16 Y subirás contra mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra; será al cabo de los días: y te traeré sobre mi tierra, para que las gentes me conozcan, cuando fuere santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos.

Esta es la batalla de Armagedón donde se acaba con la maldad: 21 Y en todos mis montes llamaré contra él espada, 21b dice el Señor: la espada de cada cual será contra su hermano.22 Y yo litigaré con él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, y sobre sus compañías, y sobre los muchos pueblos que están con él, impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre.23 Y seré engrandecido y santificado, y seré conocido en ojos de muchas gentes; y sabrán que yo soy El Señor.

La batalla de Armagedón ((Ap. 17:16,(Ez. 38:14-23,Ap. 16:14-16 y Ap. 19:19-21) se apoya en un texto bíblico en el que Jesús le habla al pueblo de Israel: "¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, así como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! 38 He aquí, vuestra casa os es dejada desierta, 39 porque os digo que desde ahora no me veréis más hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!" (Mateo 23:37-39).

Además de que Jesús defenderá a Sus siervos (y por consiguiente, Sus siervos también son siervos del Padre), vendrá para juzgar a a la humanidad de acuerdo a sus hechos:

Cuando el Hijo del Hombre venga, rodeado de esplendor y de todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. La gente de todas las naciones se reunirá delante de él, y él separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Y dirá el Rey a los que estén a su derecha: "Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre; reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento. Estuve sin ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme". Entonces los justos preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, y te dimos de comer? ¿O cuándo te vimos con sed y te dimos de beber? ¿O cuándo te vimos como forastero, y te dimos alojamiento, o sin ropa y te la dimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?" El Rey les contestará: "Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mism lo hicieron." Luego el Rey dirá a los que estén a su izquierda: "Apártense de mí, los que merecieron la condenación; váyanse al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Pues tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; anduve como forastero, y no me dieron alojamiento; sin ropa, y no me la dieron; estuve enfermo y en la cárcel, y no vinieron a visitarme." Entonces ellos le preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o como forastero o falto de ropa, o enfermo, o en la cárcel, y no te ayudamos?" El Rey les contestará: "Les aseguro que todo lo que no hicieron por una de estas personas más humildes, tampoco por mí lo hicieron." Esos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. (Mateo 25:31-46)

Existe otro pasaje en la Biblia que describe la Gran Tribulación:

Pues es justo que Dios haga sufrir a quienes los hacen sufrir a ustedes, y que a ustedes, los que sufren, les dé descanso lo mismo que a nosotros. Esto será en el día en que el Señor Jesús aparezca con sus ángeles poderosos, viniendo del cielo entre llamas de fuego. Vendrá para castigar a los que no reconocen a Dios ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús. Estos serán castigados con destrucción eterna, y serán arrojados lejos de la presencia del Señor y de su gloria y poder, cuando el Señor venga en aquel día entre su pueblo santo y admirado por todos los creyentes; pues ustedes han creído en el testimonio que les dimos. (2 Tesalonicenses 1:6-10)

La base ideológica de esta profecía se basa en la no salvación de a los que no creen en las doctrinas cristianas o las abandonan por otras religiones o simplemente no creen luego de haberles sido predicado el Evangelio.

Origen del término

En Daniel 12:1 la palabra hebrea צָרָה (angustia) es traducida por la Septuaginta como θλίψεως (de la tribulación): "un tiempo de tribulación como el que no ha existido". La profecía de Jesucristo se relaciona entonces con la de Daniel, no solamente por el anuncio de la Gran Tribulación, sino por la señal para ella en Mateo 24:15: "Cuando veáis la abominación de la desolación anunciada por el profeta Daniel..." (Daniel 9:27,11:31,12:11)

Escatología e historia

De manera que así como el Libro de Daniel, los Evangelios o la carta de Pablo, para el Apocalipsis el significado de cada época concreta no debe encontrarse sólo en sí misma, sino especialmente en su relación con la totalidad, de manera que no es el fin el que da significado a la historia humana concreta, presente.[1]

167 a. C.

Tanto Daniel como Jesucristo, unen un hecho histórico que va a suceder en un tiempo relativamente cercano, con el final de los tiempos. En el caso de Daniel, se refería en primer lugar a la gran persecución de Antíoco IV, quien en el 167 a. C. suspendió los rituales de adoración a Yahvé en el Templo de Jerusalén, ordenó la destrucción de las Escrituras judías y prohibió la observancia del sábado y demás normas de la ley mosaica. En diciembre de ese año hizo erigir una altar a Zeus en el Templo de Jerusalén, lo que fue considerado por los judíos como "shiqus shomem": la "abominación desoladora".[2]

Año 70

Jesucristo, al hacer estos anuncios, hablaba en primer lugar de la cercana destrucción del Templo de Jerusalén (Mateo 24:1-2), pero además sus discípulos le preguntaron, no sólo cuándo sucedería eso, sino además cuál sería la señal del fin del mundo (Mateo 24:3). Entonces la "tribulación tan grande como no la hubo ni la habrá", la anunció para esos dos momentos:

Otras tribulaciones registradas en la historia

A lo largo de la historia de la humanidad han ocurrido genocidios y pandemias de magnitudes apocalípticas tales como:

  • La Inquisición Española (1478-1821). La más cruel persecusión de la religión católica contra los protestantes, apoyada totalmente por la monarquía española. Cualquiera que fuera sospechoso de herejía, era torturado de la manera más escalofriante hasta obtener su "confesión", para posteriormente ejecutarlo en la hoguera o de otras deshumanizadas formas.
  • La peste negra en el siglo XIV que mató a un tercio de la población europea, aproximadamente 25 millones de muertos sólo en Europa.
  • La Primera Guerra Mundial, en la cual hubo 8 millones de muertos y 6 millones de inválidos.
  • La Segunda Guerra Mundial, en la cual murieron 60 millones de personas.

Apocalipsis

En Apocalipsis 13:1-7 se anuncia una época terrible, bajo el dominio de la "Bestia", en la misma forma que Daniel 7:19-21. La "Bestia" consigue que muchos la adoren Ap. 13:8,11-15 y puede identificarse con el adversario descrito en 2Tes. 2:3-12 como el hijo de la perdición "que se llama Dios y es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios", luego causará la "abominación desoladora". En Ap. 15:2-4 aparecen los que triunfan sobre la "Bestia", a quienes una visión anterior (Ap. 7:9-15) ha identificado como la multitud de "los que vienen de la gran tribulación". También estos anuncios se referían primariamente a la historia inmediata, al Imperio romano,[3][4]​ así como también, al final de los tiempos.

De manera que así como para el Libro de Daniel, los Evangelios o las cartas de Pablo, para el Apocalipsis el significado de cada época concreta no debe encontrarse solo en sí misma, sino especialmente en su relación con la totalidad, de manera que es el fin el que da significado a la historia humana concreta, presente.[1]

Notas

  1. a b Eller, V. op.cit. p. 30-34
  2. Vidal Manzanares, César 1993. Los documentos del Mar Muerto: 37. Madrid: Alianza. ISBN 84-206-9680-3
  3. Ibáñez, Andrés 1971. "Introducción al Apocalipsis"; Biblia de Jerusalén: 1639-1641. Desclée de Broewer: Bilbao.
  4. Eller, Vernard 1991. El Apocalipsis: el libro más revelador de la Biblia. Ciudad de Guatemala-Bogotá: Ediciones Semilla-Clara, p.p. 197-211.