Diferencia entre revisiones de «Estado de Buenos Aires»
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Revisión del 01:11 11 may 2010
El Estado de Buenos Aires, antiguamente denominado Estado de Buenos Ayres, se organizó como continuador de la provincia de Buenos Aires, que había sido prácticamente independiente entre 1829 y 1852. Era una reacción a la creación de la Confederación Argentina en la que se unieron las demás provincias argentinas. Existió de manera independiente entre 1852 y 1862, sin que la Confederación lo reconociera como tal. Ocupaba, en termino de poder ejercido real, una superficie muy inferior a la actual provincia, pero sus reclamos territoriales incluían extensiones de tierras hacia el sur en parte controladas por mapuches y tehuelches, llegando su reclamo territorial hasta la cordillera de los Andes, el sur de la Provincia de Mendoza y la Patagonia argentina. La constitución del Estado de Buenos Aires, promulgada en abril de 1854 establecía los siguientes límites: Áreas que también reclamaba la Constitución de la provincia de Mendoza sancionada el 24 de diciembre de 1854 y la de la República de Chile de 1833. Una vez incorporado como provincia a la República Argentina, la ley nacional argentina Nº 28 del 17 de octubre de 1862, dispuso que todos los territorios nacionales existentes más allá de los límites o posesión de las provincias fueran nacionales, fijándose los límites por la ley Nº 947 del 5 de octubre de 1878. FormaciónTras el derrocamiento del gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas por parte del gobernador de Entre Ríos, Justo José de Urquiza al mando del Ejército Grande, las fuerzas provinciales se instalaron en Buenos Aires. El triunfo militar de Urquiza cristalizó con la organización del país por medio de una constitución federal para la Confederación Argentina. Entre las imposiciones que se realizaban a Buenos Aires estaba nacionalizar los ingresos aduaneros de su puerto y federalizar su ciudad capital, Buenos Aires, que pasaría a ser capital de la Confederación. Esto no fue de agrado de los porteños, que experimentaban una prosperidad muy superior al resto de las provincias gracias a los ingresos de la Aduana. Así, algunos grupos de políticos apoyaron la exclusión de Buenos Aires de la Confederación constitucional, recién creada. La revolución del 11 de septiembre de 1852 tomó el poder, excluyendo a los partidarios y representantes del general Urquiza; éste se negó a aplastarla, por considerar que gozaba de apoyo popular. Sólo después de que perdiera la posibilidad de derrotarlos, Urquiza supo que el Estado de Buenos Aires declaraba no reconocer ninguna autoridad nacional exterior a sí misma. La contrarrevolución de diciembre de ese año, dirigida por el coronel Hilario Lagos, convenció a Urquiza de intentar nuevamente la reunificación del país por la fuerza, máxime cuando el ejército porteño fue derrotado en la batalla de San Gregorio y Lagos impuso un sitio a la ciudad de Buenos Aires. No obstante la presencia de tropas de Urquiza entre los sitiadores, e incluso el bloqueo naval de la ciudad, la superioridad financiera y económica del Estado porteño permitió obligar a Lagos y Urquiza a levantar el sitio a mediados del año siguiente. Varias sucesivas invasiones de jefes porteños emigrados — como Jerónimo Costa, José María Flores y el propio Lagos — fueron fácilmente vencidas, y no alteraron el desarrollo político y económico del Estado. GobiernoTras la , fue nombrado gobernador el general Manuel Guillermo Pinto. En 1854 se sancionó la Constitución del nuevo Estado. Sus atribuciones eran similares a la Constitución de la Confederación Argentina, aunque establecía un período gubernativo de cuatro años (a diferencia de los seis de la presidencia de la Confederación). Además, la constitución porteña reconocía una religión oficial, la católica, mientras que la Confederación había elegido un compromiso menor al asentar que "el Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano". Otras diferencias eran la elección del gobernador por la Sala de representantes y la existencia de la Asamblea legislativa (conformada por el Senado y la Sala de representantes) como instancia ratificadora de las leyes vetadas por una cámara o el gobernador. Tras su sanción fue declarado gobernador constitucional Pastor Obligado. Lista de gobernadoresPreconstitucionales
Constitucionales
Economía y desarrolloEl Estado de Buenos Aires gozó de prosperidad gracias a los ingresos aduaneros y el no tener que compartirlos con el resto de la Confederación Argentina o gastarlo en campañas militares, a diferencia de lo que se había hecho anteriormente. Durante los años en que rigió el Estado, se inauguraron varios pueblos que actualmente pertenecen a la Provincia de Buenos Aires, como Chivilcoy (1854), Bragado (1854), Las Flores (1856) y Lomas de Zamora (1860). Se firmaron varios acuerdos de comercio con países vecinos y europeos, e incluso con la propia Confederación Argentina. El 30 de agosto de 1857 se instaló el que sería el primer ferrocarril en la Argentina, denominado Ferrocarril Oeste de Buenos Aires, cuya locomotora La Porteña, recorría un trecho de 10 kilómetros desde la Plaza del Parque, sobre la actual calle Lavalle, en la ciudad de Buenos Aires, hasta Flores. En 1859, se realizó una exposición agrícola que permitió mostrar los adelantos tecnológicos que se habían conseguido en dicha área. La educación, por su parte, también efectuó un crecimiento, por impulso de Domingo Faustino Sarmiento. Además se emitió papel moneda y se realizaron campañas militares al sur contra los indígenas. El desarrollo económico terminaría alrededor de 1859, cuando comenzaron los enfrentamientos armados con la Confederación. Política y sociedadDos facciones se disputaron el poder y el predominio en el nuevo Estado, los autonomistas y los nacionalistas, también llamados pandilleros y chupandinos en la jerga popular. Los primeros estaban a favor de la separación de Buenos Aires y estaban liderados por Adolfo Alsina. Los segundos abogaban por la formación de una República entre las provincias y Buenos Aires, y estaban liderados por Bartolomé Mitre (cabe decir que Mitre lucharía en contra de la Confederación más tarde, en servicio de su provincia, pese a sus ideales). Éstas facciones tomaron más importancia a partir de 1856. En un principio, el federalismo, otra facción política similar a la nacionalista, estuvo proscripto, debido a la reciente caída de Juan Manuel de Rosas, un acérrimo federal. Recién fue readmitido en 1857, tras cinco años de proscripción. A pesar del levantamiento de su prohibición, nunca pudo prosperar, ya que sus seguidores fueron pocos y, en general, estaban alineados con el nacionalismo. En 1858, propulsado por la división social, Domingo Faustino Sarmiento, en ese entonces legislador, propuso una nueva Ley Electoral, inspirada en la vigente en Estados Unidos de América. Los conflictos con la Confederación y disoluciónTras una carta del presidente de la Confederación, Justo José de Urquiza, enviada al gobernador de Buenos Aires, en donde decía que Buenos Aires se uniría a la Confederación por la razón o por la fuerza, en 1859, que fue tomada como una declaración de guerra por parte de Buenos Aires, se desataron los conflictos. Aunque Urquiza posteriormente dijo que con por la fuerza se refería a trabas económicas y/o diplomáticas, las tropas de ambos estados se prepararon para un conflicto armado. El 23 de octubre de 1859 estalló la Batalla de Cepeda, con un triunfo de Urquiza. Tras el triunfo de la Confederación, se exigió el regreso de Buenos Aires a la misma. Sin embargo, el estado porteño no cumplió con la exigencia por la misma razón aduanera. Así, se desató, el 17 de septiembre de 1861 la Batalla de Pavón, con un inesperado triunfo de Bartolomé Mitre, comandante de las fuerzas porteñas. De esta manera, se acordó el regreso de Buenos Aires a la Confederación, pero bajo los términos que la provincia impusiese. Los porteños se comprometieron a compartir un porcentaje de sus ingresos aduaneros durante cinco años. De esta manera, el gobernador Mitre disolvió el Estado, formándose la República Argentina. Referencias |