Megaptera novaeangliae

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Yubarta
Estado de conservación
Vulnerable (VU)
Vulnerable (UICN)
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Cetacea
Suborden: Mysticeti
Familia: Balaenopteridae
Subfamilia: Megapterinae
Género: Megaptera
Gray, 1846
Especie: M. novaeangliae
(Borowski, 1781)
Distribución
Hábitat de la yubarta
Hábitat de la yubarta

La ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), también conocida como megáptera, yubarta, gabarte o xibarte, es una de las ballenas más ampliamente distribuidas del mundo. Habita en zonas costeras, realizando migraciones en primavera desde los trópicos a las regiones ártica y antártica.

Los machos miden de 15 a 16 metros; las hembras, de 16 a 17. El peso medio es de 40 t aunque el ejemplar más grande conocido medía 19 m y sus aletas pectorales medían 6 metros.

Son una especie protegida desde 1967, hoy en día existen menos de 10.000 ejemplares. Es una de las especies privilegiadas en el turismo de observación de ballenas (avistaje de ballenas).

Descripción general

Se reconocen fácilmente gracias a numerosas señales. Cuerpo masivo, parte superior totalmente negro, parte inferior blanco o gris claro. La cabeza y mandíbula inferior están recubiertas de pequeñas protuberancias características de la especie llamadas tubérculos cefálicos o dérmicos que en realidad son folículos pilosos.

Tubérculos cefálicos característicos de la especie

La aleta caudal con sus manchas negras y blancas visible cuando se sumerge, las ondulaciones de su parte posterior y los dibujos de su borde son propias a cada individuo y se utilizan para la identificación.

La forma de la ondulación, la marcas negras y blancas y las cicatrices que permiten la identificación de los individuos

Cada aleta pectoral (también con manchas negras y blancas y con un dibujo propio a cada sujeto) puede alcanzar hasta un tercio de la longitud del cuerpo. Esto es mucho más que en cualquier otra especie del orden Cetáceos. Para explicar esta diferencia tan notable, varias hipótesis han sido presentadas. Podría ser un avance evolutivo que asegure una mayor manejabilidad. Podría también, gracias a una mayor superficie de contacto, mejorar la regulación de la temperatura interna durante las migraciones entre las zonas frías y las tropicales.

Cuando la ballena emerge expulsa el aire de sus pulmones en una nube de hasta 3 metros en forma de coliflor. El aire caliente que proviene de los pulmones condensa inmediatamente en contacto con el aire frío ambiente el vapor de agua que contiene. La aleta dorsal, achaparrada, aparece fuera del agua después de este geyser y permanece visible hasta que la aleta caudal emerge.

Como los demás balenoptéridos, la ballena jorobada posee entre 16 y 20 surcos ventrales. Son en realidad pliegues paralelos que van de la mandíbula hasta el ombligo y que permiten una mayor apertura de la boca a modo de acordeón, lo que aumenta su volumen. Son menos numerosos y profundos de los que se pueden ver por ejemplo en el rorcual.

Las barbas o ballenas características del suborden son producciones córneas que filtran el agua reteniendo el alimento. La yubarta cuenta entre 270 y 400 barbas de color oscuro dispuestas a cada lado de la boca.

Las hembras poseen un lóbulo (no presente en los machos) de 15 centímetros de diámetro en la región genital que permite diferenciar los sexos ya que el pene de los machos está generalmente escondido en la ranura genital. Las ballenas paren generalmente cada dos o tres años. La gestación dura once meses. Es raro, pero ciertas hembras pueden reproducirse dos años seguidos.

El ballenato mide al nacimiento de cuatro a cuatro metros y medio y pesa aproximadamente 700 kilos. Es amamantado por su madre durante un año, siendo su única fuente de alimentación durante los seis primeros meses. Los seis siguientes alternan con el alimento que son capaces de capturar ellos mismos. Los ballenatos abandonan sus madres al inicio de su segundo año cuando alcanzan aproximadamente los 9 metros de largo. Los jóvenes alcanzan la madurez sexual a los cinco años. Alcanzan talla adulta poco después. Viven en general de 40 a 50 años.

Etimología

la "joroba"

El nombre científico Megaptera significa alas grandes en referencia a sus aletas pectorales. Su nombre específico novaeangliae es debido al naturalista alemán Georg Heinrich Borowski que la describió por primera vez a partir de observaciones realizadas en Nueva Inglaterra.

Su nombre común, yubarta, proviene probablemente de la alteración del antiguo nombre francés jubartes que proviene de la palabra inglesa gibbard o de la latina gibbus que significa joroba por la forma que toma su espalda cuando se sumerge (cf. FEW t. 18, p. 76a y t. 4, p. 132b).

Comportamiento social

La organización social de las ballenas jorobadas es más bien escasa, los individuos son solitarios o viven en grupos efímeros que duran apenas unas horas. Los grupos son más estables en verano cuando cooperan en la búsqueda de alimento. Relaciones más duraderas de meses o años entre parejas o pequeños grupos han sido descritas pero muy raramente. Su distribución mundial hace que sean vistas con otras ballenas o delfines pero con muy pocas interacciones interespecíficas.

Saltos durante el cortejo sexual

El cortejo sexual se realiza durante el invierno; la competición por la pareja es generalmente intensa. Grupos de machos de dos a veinte ejemplares se reúnen alrededor de una sola hembra para realizar exhibiciones variadas, que sirven para establecer las relaciones de dominación entre los machos. El torneo dura varias horas y la talla del grupo fluctúa entre la llegada de nuevos pretendientes y la salida de los machos perdedores. Las figuras realizadas pueden ser saltos, pinos, golpes con las aletas en la superficie ya sea la caudal o las pectorales, cargas o esquivas. Se supone que el canto de las ballenas participa también en el cortejo, aunque no está claro si es para la identificación de los machos entre ellos o una llamada al coito (o las dos cosas). Todos estos comportamientos, sin embargo, también fueron observados en ausencia completa de pareja potencial por lo que podrían ser herramientas de comunicación general.

Alimentación

Dos ballenas durante una red de burbujas

La especie se alimenta exclusivamente durante el verano y vive de sus reservas de grasa durante el invierno. Es un depredador activo que caza el Krill y peces pequeños en cardumen como arenque, capelin o lanzón, ya sea por ataque directo o golpeando el agua con sus aletas para aturdirlos previamente.

La técnica de pesca más original de la yubarta es la red de burbujas. Varias ballenas forman un grupo que rodea el cardumen por debajo. Expulsan aire por sus espiráculos formando una red de burbujas que van cerrando alrededor del cardumen forzándolo a subir a la superficie. Esta cortina de burbujas esconde visualmente a las ballenas de sus presas en el ataque final: las ballenas suben con la boca abierta hasta emerger parcialmente tragándose millares de peces en un solo bocado. El diámetro de la red de burbujas puede alcanzar treinta metros y precisar de la colaboración de hasta doce individuos. Es probablemente el ejemplo más espectacular de colaboración entre mamíferos marinos.

Las orcas atacan las yubartas, generalmente estas sobreviven a la contienda con algunas cicatrices pero es probable que algún ballenato sea matado de vez en cuando.

Cantos

Humpback song schematic
Humpback song schematic

Además de sus acrobacias acuáticas, las yubartas son conocidas por sus largos y complejos cantos. Emiten, durante horas y hasta días, patrones de notas graves que varían de amplitud y frecuencia repitiendo secuencias coherentes y encajadas. Las ballenas sólo cantan durante el período de celo, se supone por lo tanto que se trata de cantos de seducción. Hay que notar además que el canto personal de una ballena evoluciona lentamente a lo largo de los años y nunca vuelve sobre una secuencia de notas ya cantada incluso años después.

Distribución

Se puede ver la ballena jorobada en todos los océanos entre las latitudes 60ºS a 65ºN. Es una especie migratoria que pasa los veranos en las aguas frías de altas latitudes y que se reproduce en climas tropicales o subtropicales. Recorren distancias de más de 25.000 kilómetros al año obteniendo así el récord entre los mamíferos. Como excepción las poblaciones del Golfo Pérsico no son migratorias y permanecen en sus calientes aguas todo el año. No hay yubartas en el Mar Báltico ni en el Océano Ártico ni en la parte más oriental del Mediterráneo.

La población de las yubartas parecen reconstituirse más fácilmente que la de otras especies de grandes ballenas. La población pasó de un mínimo de 20 mil ejemplares en la moratoria de 1966 a más de 35 mil en la actualidad. Para comparar, la ballena azul se quedó en sus tres mil ejemplares en todo ese período.

Se estima que la población de yubartas se compone de 11.600 individuos en el Océano Atlántico norte, 7.000 en el Océano Pacífico norte y al menos 17.000 ejemplares en el hemisferio sur.

Taxonomía y evolución

La ballena yubarta es el único representante del género Megaptera constituyendo su propia subfamila, los Megapterinae de una familia de 8 especies de ballenas, los Balaenopteridae.

Estudios moleculares recientes indican que las primeras ballenas que filtraban el agua del mar para alimentarse aparecieron en el Eoceno hace 35 a 36 millones de años. Estas especies evolucionaron muy poco durante un largo periodo.

Una nueva especiación ocurrió en el Mioceno (hace doce a quince millones de años). Los resultados del análisis molécular muestran que los linajes de la ballena azul y del rorcual se separaron hace más de cinco millones de años y que en ese momento la yubarta ya se había diferenciado. La falta de pruebas fósiles de cetáceos no permite concretar una fecha más concreta que entre esos dos límites, menos de doce y más de cinco millones de años.

Relaciones con los humanos

Las ballenas jorobadas aparecen en los cuentos de marineros desde siempre. El espectáculo de estas criaturas gigantes saltando sobre el agua explica gran parte de esa atracción. La yubarta probablemente el origen de los mitos de los monstruos marinos y de los cantos de las sirenas. Incluso en nuestros días, los buceadores que se encuentran en la proximidad de yubartas cantando dicen que se sienten desorientados, probablemente por la fuerza de las notas resonando en el tórax.

La caza de las ballenas

Grabado del siglo XVIII.

La caza de la ballena se realiza por distintas razones económicas recurrentes:

  • Alimentación (grasa y proteínas)
  • Calefacción e iluminación (aceite)
  • Cuerdas (intestinos)
  • Productos cosméticos
  • Productos farmacéuticos

Durante mucho tiempo se ha pensado que esta caza era de origen prehistórico pero sin ninguna prueba real. En realidad varias pinturas rupestres en Francia y España no fueron reconocidas como representando escena de este tipo de caza hasta recientemente.

Las primeras huellas históricas aceptadas generalmente eran documentos que prueban que los vascos ya practicaban esta caza en el siglo XI y un poema japonés anterior al siglo X. En los dos casos se trata de una caza industrial sobre animales que llegan o viajan a una zona de reproducción durante sus migraciones anuales.

Las especies cazadas pertenecían al grupo de las ballenas francas Eubalaena glacialis (ballena franca del Cantábrico o de Vizcaya) y Eubalaena japonica (ballena del Pacífico Norte). Estos animales nadan lentamente y sus cuerpos flotan naturalmente una vez muertos lo que facilita su recuperación.

Sin embargo en 2004, la hipótesis del origen prehistórico de la caza ballenera volvió a resurgir con la identificación en Corea del Sur de pinturas rupestres en Bangu-Dae en la bahía del Ulsan. En estas escenas están representados distintos cetáceos y varias pinturas que se interpretan como escenas de caza como arpones superpuestos con siluetas de ballenas. Se han identificado en estas pinturas la Eubalaena japonica y ballenas grises. Todo indica que esta práctica desapareció con la promulgación de distintos decretos reales del siglo VI que prohibían la caza de animales bajo influencia del Budismo.

Estos elementos han servido para reinterpretar las pinturas rupestres francesas, españolas y en general de toda Europa del norte y la presencia de huesos de cetáceos (de delfines y marsopas) en las excavaciones paleolíticas de las que era difícil determinar si provenían de cazas o de la recuperación de individuos varados. Los especialistas consideran actualmente que esto nos pone las primeras huellas de caza ballenera en el 5000 a. C.

La caza en la revolución industrial

Escena de caza de una ballena, Siglo XIX

La práctica de esta caza conoció un gran auge con la aplicación de medios industriales a partir del siglo XIX. Auge sobre todo en Europa y Rusia.

La guerra ruso-japonesa, ocurrida entre el siglo XIX y el XX, tenía como motivo central el acceso a los recursos balleneros del mar de Japón y del Pacífico Norte.

En este período se introdujeron tecnologías de caza muy importantes:

  • Barcos capaces de llevar la caza a alta mar.
  • Creación de flotas coordinadas para optimizar la explotación de zonas específicas.
  • Uso del cañón ballenero.
  • Arpones explosivos.

El siglo XX

Sujeta al barco, el cuerpo sin vida de la ballena es remolcado hasta la factoría. Fotografía de inicios del siglo XX.

Durante el siglo XX al menos doscientas mil ballenas fueron capturadas. La población global descendió en más del 90%. Tras la desaparición de algunas especies, una comisión internacional fue creada en 1949. Algunos países (España, Francia, Holanda, Inglaterra) renunciaron a esta actividad de forma voluntaria. Para impedir la extinción de la familia, una moratoria internacional fue instituida en 1966 que sigue aplicándose en la actualidad. Cuando esta moratoria fue decidida, las ballenas eran ya tan raras que su caza no era rentable. Oficialmente se habían cazado 250 mil ejemplares pero probablemente su número era mucho mayor. La Unión Soviética era considerada como el primer país que mentía sobre estas cifras declarando 2.710 muertes cuando se calcula actualmente que cazaron al menos 48 mil ejemplares.

Desde 2004 se permite una caza limitada en las islas San Vicente y Granadinas en el Caribe. Se supone que esta caza no pone en peligro la población local.

Según los defensores de las ballenas, la supervivencia de las especies todavía no puede asegurarse por varias razones :

  • La polución de los océanos aumenta.
  • Algunos países continúan la caza por « razones científicas ».
  • Desarrollo de la caza furtiva.

Solo quedan algunos países que siguen practicando esta caza a pesar de una nueva moratoria de 1985.

  • Japón y Rusia de forma industrial.
  • Noruega en su zona costera.
  • Islandia en su zona costera para la industria japonesa.
  • Ciertas poblaciones siguen practicando la caza aborigen artesanal como esquimales de Alaska, Siberia, Canadá y Caribe.

El turismo de avistamiento

Aleta pectoral de una ballena jorobada

Las ballenas jorobadas son curiosas. Se acercan espontáneamente a los barcos y nadan alrededor. Mientras que este comportamiento es un verdadero suicidio si el barco es un ballenero, hace de esta especie un objetivo ideal del turismo de observación de ballenas en varios lugares del mundo desde 1990.

Los lugares de observación son por ejemplo la costa norte del Océano Pacífico frente al estado de Washington, la isla de Vancouver y Alaska ; la costa sur del Océano Pacífico frente a Sídney; la costa norte del Océano Atlántico frente a Nueva Inglaterra (Boston) o frente a la península de Snaefelsnes (oeste de Islandia), Bahía de Samana y Banco de la Plata (Republica Dominicana), Praia do Forte (Bahia - Brasil) entre julio y noviembre. La ballena jorobada es muy popular ya que se muestra comportamientos ostentatorios que cautivan al público.

Como los otros cetáceos, las madres son generalmente muy protectoras con sus cachorros e intentan por todos los medios colocarse entre el ballenato y los barcos. Se pidió por lo tanto a los operadores turísticos de seguir un código de conducta para evitar agobiar inútilmente a las madres.

Investigación

Grupo de yubartas frente a las costas australianas

Aunque se conocía perfectamente la anatomía de las yubartas a consecuencia de su caza, los fenómenos de migración y de comportamiento social no fueron descritos científicamente hasta los años 60 por dos estudios distintos de R. Chittleborough y de W.H. Dawbin.

Roger Payne y Scott McVey estudiaron las ballenas jorobadas en 1971. Su análisis de los cantos atrajo el interés mundial de los medios de comunicación produciendo en el público una imagen de la especie de alta inteligencia, probablemente sobreestimada. Sin embargo esta sobreestimación de la inteligencia ayudo a las organizaciones que se oponían a su caza.

Cuando los científicos se dieron cuenta de que los dibujos de la aleta caudal podían servir como medio para identificar los individuos, la ballena jorobada se convirtió en la especie más estudiada ya que las demás especies no tenían ningún sistema sencillo de identificación. Un trabajo basado en datos obtenidos de 1973 a 1988 sobre ejemplares del Atlántico norte proporciono información detallada sobre la gestación, destete, crecimiento, etc. Gracias a este descubrimiento se pudo modelizar de forma precisa la dinámica de población de la especie como si se usara la técnica de marcaje y recaptura. Fue durante este periodo que se creó un catálogo fotográfico de todas las ballenas del Atlántico norte gestionado por el Wheelock College (ver aquí). Otros proyectos similares se están realizando en el Pacífico norte y en otras regiones. La página web de la organización Greenpeacepermite seguir vía satélite la posición y la trayectoria de algunos ejemplares de esta especie sobre un mapa de Google. La información se ofrece retrasada en el tiempo, para evitar que la flota ballenera japonesa pueda utilizar esta información para darles caza(Ver aquí: [1])

Bibliografía

En inglés

  • The Emergence of Whales: Evolutionary patterns in the Origin of Cetacea. J.G.M. Thewissen (ed). Plenum, New York.
  • Humpback Whales. Phil Clapham. 1996. ISBN 0-948661-87-9
  • Humpback Whale. Phil Clapham. pp 589–592 in the Encyclopedia of Marine Mammals. ISBN 0-12-551340-2
  • National Audubon Society Guide to Marine Mammals of the World. Reeves, Stewart, Clapham and Powell. ISBN 03755411410
  • Dynamics of two populations of the humpback whale. R. G. Chittleborough. Australian Journal of Maritime and Freshwater Resources 16: 33–128.
  • The seasonal migratory cycle of humpback whales. W. H. Dawbin. In K.S. Norris (ed), Whales, Dolphins and Porpoises. University of California Press.
  • An ocean-basin-wide mark-recapture study of the North Atlantic humpback whale, T.D. Smith, J. Allen, P.J. Clapham, P.S. Hammond, S. Katona, F. Larsen, J. Lien, D. Mattila, P.J. Palsboll, J. Sigurjonsson, P.T. Stevick & N. Oien. Marine Mammal Science 15: 1–32.


Véase también

Balleneros vascos

Enlaces externos