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Diferencia entre revisiones de «Lluvia de meteoros»

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== Historya ==
== Historia ==


Era creencia común que las estrellas fugaces eran fenómenos atmosféricos y de ahí su nombre de '''meteoros'''. En [[1834]] [[Denison Olmsted]] publicó un estudio sobre la actividad de la lluvia de meteoros que se observó en noviembre de [[1832]] y [[1833]]. Calculó que el punto celeste de donde parecían radiar los meteoros era la constelación de [[Leo]] y propuso que las estrellas fugaces provenían de una nube de partículas situada en el espacio. Tras revisar los registros históricos, [[Wilhelm Olber]] determinó que el periodo de las tormentas de Leónidas era de 33-34 años realizando una predicción de nuevo máximo para [[1866]]. En [[1867]], dos años más tarde del descubrimiento del cometa [[55P/Tempel-Tuttle]], [[Giovanni Schiaparelli]] y otros astrónomos se dieron cuenta de la similitud de las trayectorias de las partículas de las Leónidas y el cometa y concluyeron que la "nube espacial" de Denison, las Leónidas, tenían su origen en el cometa 55P/Tempel-Tuttle.
Era creencia común que las estrellas fugaces eran fenómenos atmosféricos y de ahí su nombre de '''meteoros'''. En [[1834]] [[Denison Olmsted]] publicó un estudio sobre la actividad de la lluvia de meteoros que se observó en noviembre de [[1832]] y [[1833]]. Calculó que el punto celeste de donde parecían radiar los meteoros era la constelación de [[Leo]] y propuso que las estrellas fugaces provenían de una nube de partículas situada en el espacio. Tras revisar los registros históricos, [[Wilhelm Olber]] determinó que el periodo de las tormentas de Leónidas era de 33-34 años realizando una predicción de nuevo máximo para [[1866]]. En [[1867]], dos años más tarde del descubrimiento del cometa [[55P/Tempel-Tuttle]], [[Giovanni Schiaparelli]] y otros astrónomos se dieron cuenta de la similitud de las trayectorias de las partículas de las Leónidas y el cometa y concluyeron que la "nube espacial" de Denison, las Leónidas, tenían su origen en el cometa 55P/Tempel-Tuttle.

Revisión del 22:13 12 ago 2010

Las Leónidas vistas desde el espacio.

Cuando un cometa pasa por el exterior del Sistema Solar, la interacción con el viento solar hace que su superficie se active. Los gases y materiales de la superficie del cometa salen despedidos al espacio, y pasan a orbitar al Sol en órbitas muy similares a las de su cometa de origen. Así se forma una corriente o anillo de partículas, denominado técnicamente enjambre de meteoros. La órbita terrestre cruza algunos enjambres de cometas de periodo corto, produciendo lluvias de meteoros anuales, como las Leónidas o las Perseidas. Cuando la actividad de una lluvia de meteoros sobrepasa los 1000 meteoros por hora, se la denomina tormenta de meteoros.

Se cree que algunos asteroides pueden ser cometas exhaustos, es decir, cometas que han perdido todos sus elementos volátiles. Por eso, alguno de estos fenómenos tienen a asteroides como cuerpo progenitor. Es el caso de las Gemínidas, que se encuentran en la órbita del asteroide (3200) Phaeton.

Al entrar un meteoro en la atmósfera terrestre, se observa un trazo luminoso llamado estrella fugaz o meteoro. Este efecto luminoso está producido por la ionización de la atmósfera que genera la partícula. La mayor parte de meteoros tienen el tamaño de granos de arena y se desintegran a unos 80 o 100 kilómetros de altura. Algunos con masa mayor llegan a tener un brillo considerable, y se los denomina bólidos (en inglés, fireballs). Sólo cuando los meteoroides poseen una masa considerable pueden atraversar la atmósfera por completo hasta llegar a la superficie. Estos meteoroides pasan a recibir la denominación de meteoritos.


Historia

Era creencia común que las estrellas fugaces eran fenómenos atmosféricos y de ahí su nombre de meteoros. En 1834 Denison Olmsted publicó un estudio sobre la actividad de la lluvia de meteoros que se observó en noviembre de 1832 y 1833. Calculó que el punto celeste de donde parecían radiar los meteoros era la constelación de Leo y propuso que las estrellas fugaces provenían de una nube de partículas situada en el espacio. Tras revisar los registros históricos, Wilhelm Olber determinó que el periodo de las tormentas de Leónidas era de 33-34 años realizando una predicción de nuevo máximo para 1866. En 1867, dos años más tarde del descubrimiento del cometa 55P/Tempel-Tuttle, Giovanni Schiaparelli y otros astrónomos se dieron cuenta de la similitud de las trayectorias de las partículas de las Leónidas y el cometa y concluyeron que la "nube espacial" de Denison, las Leónidas, tenían su origen en el cometa 55P/Tempel-Tuttle.

Los babilonios fueron los primeros en dejar la huella de su observación de lluvias de meteoros. Se encontraron tablillas con escritura cuneiforme que datan del año 747 a. C. donde se refleja esa observación. Más adelante fueron los chinos que el 6 de marzo del año 687, durante la dinastía Chou, y ante un gran estallido de las Líridas escribieron: ""A media noche, las estrellas comenzaron a caer como lluvia", en obvia alusión a los meteoros.[1]

Desde entonces, se han asociado casi todas las lluvias anuales de meteoros con cometas, ya sigan vivos o se hayan extinguido. Sin embargo, hasta finales del siglo XX los astrónomos carecían de herramientas para predecir con exactitud cuándo y con qué intensidad se van a producir tormetas de estrellas fugaces. En 1999 varios astrofísicos desarrollaron y probaron por primera vez modelos de dinámica de meteoroides. Estos modelos realizan una aproximación de cómo evolucionan las nubes de materiales expulsadas en cada perihelio (aproximación al Sol) del cometa padre. Las nubes de material reciente poseen material fresco y denso, mientras que las nubes producidas hace varias revoluciones se encuentra más disperso. La actividad inusualmente alta sólo se produce si la Tierra se encuentra de lleno con una de estas nubes. El modelo puesto a prueba en las Leónidas de 1999 consiguió acertar con precisión de minutos la hora exacta del máximo, no así la actividad máxima.

Principales lluvias de meteoros

Estas son las lluvias anuales más notables:

Parámetros que caracterizan una lluvia de meteoros

  • Radiante: Es el punto del cielo del cual parecen salir los meteoros de una lluvia. Se mide mediante las coordenadas Alfa y Delta. Alfa es ascensión recta (AR). Delta es la declinación (Ddec).
  • Tasa Horaria Zenital (THZ). Es el número máximo de meteoros por hora observables en condiciones ideales -un cielo perfectamente claro con el radiante de la lluvia justo sobre su cabeza (el cenit).
  • Índice poblacional. Relación de la distribución de magnitudes (brillo) de una lluvia de meteoros.

Véase también

Referencias

  1. Meteor Showers and their Parent Comets. Peter Jenniskens. ISBN 9780521853491.

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