Diferencia entre revisiones de «Amenorrea»

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Plantilla:Infobox enfermedad Plantilla:Avisomédico Se define la amenorrea como la ausencia temporal o permanente del flujo menstrual. Puede ser normal (fisiológica) o ser indicativo de enfermedad (patológica). Según el periodo de instauración y su fisiopatología podemos clasificar la amenorrea en 3 grupos.

Clasificación

  • Amenorreas fisiológicas.
  • Amenorreas primarias.
  • Amenorreas secundarias.

Amenorreas fisiológicas

La lactancia es una de las causas fisiológicas que producen amenorrea.

La falta de menstruación es fisiológica:

De entre las amenorreas fisiológicas sólo la debida a la menopausia, debido a posibles complicaciones y síntomas que pueden hacer disminuir la calidad de vida del paciente. El resto han de tenerse siempre en cuenta en el diagnóstico diferencial.

La amenorrea en el periodo lactante podría ser patológica si se prolonga una vez terminada la lactancia. En este caso se requerirán estudios de la función del eje hipotálamo-hipofisario.

Amenorreas primarias

Se considera amenorrea primaria a todos los casos en que la menarquia no haya tenido lugar antes de los 16 años (el 97% de las mujeres tienen la menarquia antes de los 15 años y medio).

Además, deben tomarse en consideración el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios. Es lógico considerar como un caso de amenorrea primaria a una paciente que a los 14 años no ha iniciado aun su desarrollo (pues comenzando el desarrollo a los 14 años no sería hasta los 16 o 17 años cuando se daría la menarquia).[1]

Amenorreas secundarias

La amenorrea secundaria se da cuando en una mujer que ha menstruado durante un periodo de tiempo considerable desaparece la regla durante al menos 6 meses.

Etiología

El origen de la amenorrea es muy diverso. Cualquier alteración en los órganos que regulan la menstruación (Sistema nervioso central, hipotálamo, hipófisis, ovarios, útero) puede conducir a la ausencia de regla.

Archivo:Hymen virginal.jpg
Si el himen estuviera imperforado no habría solución de continuidad entre la vagina y el exterior.

Anomalías genéticas de los genitales

Explican principalmente las amenorreas primarias. Se pueden distinguir:

Himen imperforado

Que el himen permanezca imperforado es poco frecuente. Pese a ello, los genitales internos mantienen la normalidad. Hay hematocolpos (retención de la menstruación en la vagina) que si no se trata puede evolucionar a hematómetra (retención también en útero). Mediante el tacto rectoabdominal, se delimita una masa que se corresponde con la sangre acumulada en vagina y útero. El himen puede tener un tono azulado, además la mujer refiere dolores mensuales (coincidentes con la descamación de la menstruación).

Agenesia de vagina

Agenesia de vagina en Síndrome de Rokitansky-Küster-Hauser

La agenesia de vagina puede ser total o parcial. Cuando se asocia a un útero rudimentario constituye el Síndrome de Rokitansky-Küster-Hauser, que se caracteriza por:

  • Caracteres sexuales femeninos secundarios normales.
  • Cariotipo 46 XX (normal).
  • Agenesia total o parcial de vagina.
  • Útero rudimentario no canalizado.
  • Malformaciones renales y esqueléticas frecuentes.

Disgenesia gonadal

Se puede distinguir entre la disgenesia gonadal originada por el Síndrome de Turner, que cursa con enanismo e infantilismo sexual además de malformaciones extragenitales, y la disgenesia gonadal pura, en la que no hay ni malformaciones ni enanismo. Se define por:

  • Ausencia de células germinales en las gónadas.
  • Genitales externos femeninos pero infantiles.
  • Genitales internos femeninos e hipoplásicos.
  • Las gonadotrofinas aparecen elevadas.
  • El cariotipo puede ser 45 X0, 46 XX o mosaicos.

Pseudohermafroditismo masculino

En el pseudohermafroditismo masculino el cariotipo es 46 XY (masculino).

El pseudohermafrodistismo masculino consiste en una feminizcación testicular.[2]​ Se caracteriza por:

Pseudohermafroditismo femenino

Su forma clínica más habitual es el síndrome adrenogenital. En él hay un déficit congénito de la enzima 21-hidroxilasa en la glándula suprarrenal que desencadena un fallo en la síntesis de cortisol. El defecto de cortisona hace que aumente la secreción de ACTH, que al estimular la corteza hace que se produzcan grandes cantidades de andrógenos. Son característicos del cuadro los siguientes datos:

Amenorreas de origen uterino

Aparato reproductor femenino, vista frontal.

La destrucción irreversible del endometrio origina amenorrea secundaria. La destrucción del endometrio puede haberse producido por diversos motivos; por radiación, infecciones, cauterizaciones o legrados mal realizados.

El Síndrome de Asherman, la formación de adherencias o sinequias entre las paredes uterinas, puede originarse como resultado de estos procesos destructivos.

Otra posibilidad, además de la destrucción del endometrio es la obliteración total o parcial del cuello uterino. La estenosis y posterior obliteración del endocérvix puede deberse a la conización, la amputación o las cauterizaciones del cuello uterino.

Amenorreas de origen ovárico

Insuficiencia ovárica primaria

Su principal característica, y la que mejor diferencia a la insuficiencia ovárica primaria de la secundaria es la elevación de las gonadotrofinas (bajas en las secundarias).

En este cuadro la regla aparece para, después de un periodo variable, ir desapareciendo, dando una oligomenorrea que más tarde termina en amenorrea. Hay un déficit de estrógenos y un aumento de gonadotrofinas. A todo esto acompañan los síntomas propios de la menopausia.

Debido a esto, no son extrañas las referencias al cuadro como menopausia precoz o fallo ovárico prematuro. Se comienza a hablar de menopausia precoz cuando esta se da antes de los 35-40 años (no existe un consenso claro).

Si la pérdida fuera muy rápida pueden llegar a originar amenorreas primarias e incluso déficit en el desarrollo de lo caracteres sexuales secundarios.

La etiología de la insuficiencia ovárica primaria es desconocida. Se clasifica según exista o no dotación folicular.

Insuficiencia ovárica precoz con dotación folicular
1.Ovario; 2.Folículo terciario; 3.Ligamento propio del ovario; 4.Trompa de Falopio; 5.Arteria y vena ováricas.

En este caso, los ovarios contienen muchos folículos primordiales, esto hace que algunos médicos lo consideren una falsa menopausia precoz. Los niveles de gonadotrofinas están elevados. Comprende a:

  • Síndrome de Savage: El Síndrome de Savage o Síndrome de resistencia ovárica a las gonadotrofinas se caracteriza por la existencia de folículos primordiales, con ausencia de folículos en desarrollo, sin que exista, en la mayoría de los casos, signos que indiquen enfermedad autoinmune.
Los folículos no son sensibles a las gonadotrofinas, ni endógenas (por ello aparecen elevadas) ni exógenas.
Se observan folículos en desarrollo, cuerpos lúteos y atrésicos rodeados de infiltrado linfocitario y células plasmáticas.
Aunque en un 20% de casos se detectan anticuerpos antiováricos, sólo en el 3% se asocian a un síndrome pluriglandular.[3]​ Las enfermedades autoinmunes que más frecuentemente se asocian a la oofaritis autoinmune son: tiroiditis de Hashimoto, enfermedad de Graves, enfermedad de Addison, hipoparatiroidismo, miastenia gravis, diabetes mellitus, lupus eritematoso, púrpura trombocitoénica idiopática, anemia perniciosa y anemia hemolítica entre otras.
Insuficiencia ovárica precoz sin dotación folicular

Puede deberse a múltiples razones; alteraciones cromosómicas[4]​, yatrogenia, infecciones, alteraciones metabólicas, alteraciones familiares o idiopáticas.

Archivo:Linacprostate.jpeg
Acelerador lineal usado en radioterapia. La radioterapia puede causar menopausia precoz.
1. Alteraciones cromosómicas: la normalidad del cromosoma X es fundamental para el correcto desarrollo y maduración de las células germinales. Por ello, cualquier alteración, numérica o estructural, de este cromosoma alterará también la dotación folicular. Algunas alteraciones cromosómicas asociadas a la menopausia precoz son:
  • Cariotipo 45 X: Suele producir amenorrea primaria, aunque también ha habido casos de menopausia precoz.
  • Mosaicos: Sobre todo 45 X / 46 XX.
  • Disgenesia gonadal pura.
  • Cariotipo 47 XXX.
  • Delección del cromosoma X.
  • Cromosoma X en anillo.
2. Yatrogenia: En ocasiones la menopausia precoz puede ser el resultado de algún acto médico:
Tanto en la quimioterapia como en la radioterapia si la dosis no ha sido excesivamente alta la menopausia precoz puede ser transitoria.
3. Infecciones: Infecciones como la parotiditis al afectar al los ovarios podría inducir la menopausia precoz.
4. Alteraciones metabólicas: En la galactosemia la galactosa o alguno de sus metabolitos podría dañar el ovario o alterar las gonadotrofinas.
5. Alteraciones familiares: Existen familias propensas a la menopausia precoz sin que se haya detectado en sus cariotipos alteración alguna.
6. Idiopáticas: Son aquellos cuadros de menopausia precoz que actualmente debido a la limitación los medios no se puede detectar el origen de la patología.

Tumores de ovario

Algunos tumores producen hormonas androgénicas, que pueden dar lugar a la instauración de una amenorrea secundaria; son el androblastoma, tumores de células lipoideas y tumores con estroma funcionante. También existen casos de amenorrea inducida por tumores de la granulosa y de la teca, pero es infrecuente.

Síndrome del ovario poliquístico

En el síndrome del ovario poliquístico o síndrome de Stein-Leventhal también se da amenorrea, aunque se desconoce si el origen de la misma es ovárico o central (hipotálamo-hipofisario).

Los quistes ováricos pueden originar una amenorrea secundaria.

Lesiones ováricas

La amenorrea puede ser secundaria a diversas lesiones del ovario como quistes foliculares o quistes luteínicos que producen amenorrea secundaria.

Amenorreas de origen hipofisario

Destacan dos causas de amenorrea dependiente de la hipófisis; tumores hipofisarios y el síndrome de la silla vacía.

Tumores de hipófisis

La mayoría de los tumores hipofisarios que causan amenorrea son beningnos. Son raros los tumores malignos como causa etiológica de la amenorrea. [5]

Prolactinoma
Archivo:Prolactin.png
La prolactina se eleva en el prolactinoma y parece influir en gran medida en la instauración de la amenorrea.

El prolactinoma es el tumor hipofisario que más frecuentemente produce amenorrea (el 7'5 % de las amenorreas secundarias se deben a este tumor).[6]

Se calcula que al menos un tercio de las mujeres que padecen amenorrea de causa desconocida presentan la prolactina elevada.[7]​ Aunque de ellas sólo el 33% presenta galactorrea. La tercera parte de mujeres con amenorrea presentarán un adenoma hipofisario. Si además de amenorrea la mujer refiere galactorrea las posibilidades de presentar anormalidades en la silla turca llega al 50%.[8]

La elevación de los niveles de prolactina no se da siempre, ya que puede existir un tumor hipofisario y que los niveles de prolactina permanezcan normales. No obstante, si los niveles de prolactina están muy elevados, siempre habrá amenorrea, que podrá acompañarse o no de galactorrea.[9]​ Sin embargo en el 33% de los casos presentan galactorrea sin que se llegue a instaurar la amenorrea.

Se cree que la prolactina en altos niveles es capaz de inhibir la secreción pulsatil de la GnRH mediante el incremento de los opiáceos endógenos. Esta inhibición conduce a la amenorrea.[10][11][12]

Otros tumores

Otros tumores hipofisarios que no sean el prolactinoma también pueden producir amenorrea. Los tumores productores de ACTH desencadenan el Síndrome de Cushing la producen. Del mismo modo que los tumores productores de hormona del crecimiento, que además de la amenorrea producen la acromegalia. El craneofaringioma también puede producir amenorrea.

En ocasiones la amenorrea puede ser el primer síntoma de un tumor hipofisario. Aunque la mayoría sean benignos, si se extienden pueden llegar a comprimir el quiasma óptico y originar problemas en la visión. Por lo que es una opción que siempre debe tenerse en cuenta en el diagnóstico.

Los tumores de la hipófisis (flecha roja) pueden ser responsables de la amenorrea.

Síndrome de la silla vacía

En el síndrome de la silla vacía la silla turca no se cierra completamente, por lo que el espacio subaracnoideo penetra en el espacio hipofisario desplazando a la hipófisis y separándola del hipotálamo. La imagen radiológica de este síndrome puede asemejarse a un tumor.

El 4-16% de mujeres con la prolactina elevada, amenorrea y galactorrea presentan silla vacía. Esto puede deberse a que el tumor quede infartado.[13][14]​ Se aconsejan controles anuales de determinación de prolactina y mediante la TAC.

Amenorreas de origen hipotalámico

Son aquellas amenorreas que se producen tras la estimulación con estrógenos y gestágenos. No hay galactorrea, la prolactina permanece normal, las gonadotrofinas hipofisarias descienden o son normales, la silla turca también es normal.

Son las amenorreas hipogonadotróficas más frecuentes. Se deben a una pérdida de la secreción pulsatil de la GnRH por debajo de la normalidad. Existen diversos tipos:

La angustia y el estrés unidos a la desnutrición en los campos de concentración hacía que las mujeres perdieran su menstruación.
  • Psíquica: Desde la angustia hasta los problemas económicos, psíquicos , sexuales... pueden terminar por producir amenorrea. Se libera CRH que inhibe la secreción de gonadotrofinas por aumento de la secreción de opiáceos endógenos.[15]​ En el 72% de los casos la menstruación reaparece espontaneamente.[16]
  • Desnutrición: Puede producirse tanto por una dieta muy rigurosa como por anorexia nerviosa. Hay un descenso tanto de FSH como de LH, es una amenorrea hipogonadotropa. El aumento de peso restablece la secreción pulsatil de las gonadotrofinas.
  • Obesidad: En este caso la amenorrea se puede asociar a anovulación. No es una amenorrea hipogonadotrófica, a no ser que existan factores psíquicos.
  • Ejercicio: Las mujeres que practican deporte en la alta competición así como las bailarinas están sometidas a mucha presión, además de someterse a una gran pérdida de grasa corporal, esto produce frecuentes alteraciones en su ciclo menstrual.[17]​ Se produce un aumento de prolactina, hormona del crecimiento, testosterona, ACTH, esteroides adrenales y endorfinas, junto con un descenso de las gonadotrofinas, motivado probablemente por un aumento de los opiáceos endógenos. [18]
  • Defectos genéticos: Son muy infrecuentes. La amenorrea aparece en el síndrome de Laurence-Moon-Biedl aunque el cuadro es tan grave que pasa desapercibida frecuentemente.
  • Yatrogénica por anticonceptivos: Se debe a la inhibición que producen sobre el hipotálamo, disminuyendo consecuentemente la producción de gonadotrofinas.
  • Distrofia olfativogenital: En la distrofia olfativogenital o síndrome de Kallman hay una atrofia de la corteza olfatoria junto con infantilismo sexual, el cariotipo es femenino normal. Hay anosmia, amenorrea primaria y falta de desarrollo de los carácteres sexuales secundarios. El ovario responde al estímulo de gonadotrofinas externas (las endógenas están disminuidas).[19]

Amenorreas de origen suprarrenal

Ls alteraciones de la función suprarrenal pueden producir una disregulación neurohomonal del ciclo menstrual y llevar a amenorrea.

Pueden producirse amenorreas primarias en el caso del síndrome adrenogenital congénito o de la hiperplasia congénita de la suprarrenal. Las amenorreas secundarias se instaurarán si la alteración se produce en edades más avanzadas, este es el caso de la hiperfunción suprarrenal.

La amenorrea se produce porque el exceso de andrógenos suprarrenales producidos inhibir la producción de gonadotrofinas, llegando en ocasiones incluso a producir la virilización de la mujer.

La hiperfunción suprarrenal puede ser también la causa de un síndrome de Cushing. En este caso los 17-hidroxicorticoides están aumentados (a veces también los 17-cetosteroides).

En ocasiones, se debe a la aparición de un tumor productor de ACTH. Esto sucede en el síndrome de la ACTH ectópica en el que distintos tumores (carcinoma bronquial con metástasis pulmonar, tumor de esófago, hígado, mediastino, páncreas, ovario y médula ósea) pueden producir la ACTH.

En la enfermedad de Addison o hipofunción suprarrenal entre sus síntomas característicos a veces puede aparecer también la amenorrea.

Amenorreas de origen tiroideo

Cualquier alteración de la función tiroidea puede producir alteraciones menstruales que van desde la hipermenorrea pasando por la oligomenorrea hasta la amenorrea.

Tratamiento

Hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos la amenorrea no es más que un síntoma o un epifenómeno, por lo que su tratamiento dependerá del cuadro en cuyo contexto se produzca.

Los anticonceptivos orales previenen la hiperplasia o el carcinoma endometrial en casos de sobreexposición a estrógenos.

Déficit o disfunción del eje hipotálamo-hipofisario

En aquellos casos en que se de amenorrea en pacientes que desean tener hijos y se objetiva además la falta persistente de ovulación la terapia más eficaz es la administración de análogos de la LHRH durante un corto periodo de tiempo para después administrar FSH pura.

En mujeres que no deseen tener descendencia se aconseja el uso de anticonceptivos orales para evitar la posibilidad de hiperplasia o carcinoma del endometrio por una exposición prolongada a estrógenos.

Alteración uterina

En el síndrome de Asherman el tratamiento de las sinequias implica desbridamiento instrumental, a ser posible por histeroscopia, colocación de una sonda de Foley durante al menos 6 días y DIU, pudiendo además administrarse estrogenoterapia durante 2 ciclos.

Prolactinoma

La bromocriptina constituye la base del tratamiento actual de las hiperprolactinemias.

El tratamiento médico se basa en agonistas dopaminérgicos como la bromocriptina, la cabergolina y la quinagolida (la pergolida también ha demostrado cierta utilidad).

Los agonistas dopaminérgicos son la primera opción terapeutica tanto en las hiperprolactinemias idiopáticas como en las de causa tumoral (prolactinoma). Los agonistas se unen y estimulan los receptores D2 de la célula lactotropa normal y de la adenomatosa. Consiguen restaurar la función gonadal en el 90% de los casos, además de reducir el volumen tumoral en un 70-80%.

Se habla de resistencia terapéutica en los pacientes que pese al tratamiento no se reducen ni los niveles de prolactina ni el volumen tumoral, representan entre el 10% y el 20% de los tratados.

Si la mujer desea tener descendencia, la bromocriptina será siempre la opción inicial, dada su amplia experiencia de inocuidad durante el uso accidental en el embarazo. Sin embargo, la cagergolina, debido a sus menores efectos secundarios, comienza a ser cada vez más usada.

El tratamiento quirúrgico es otra posibilidad en casos de adenomas con desarrollo suprasellar o intrasellares macroscópicos en pacientes que desean la gestación. Si existe expansión suprasellar se abordará por vía transesfenoidal o subfrontal. Las complicaciones quirúrgicas son raras (diabetes insípida, fugas de líquido cefalorraquídeo, infecciones).

La radioterapia es la última opción, se reserva para casos en los que fracase la cirugía como en adenomas gigantes con expansión voluminosa o en adenomas invasivos.

Bibliografía

  • González-Merlo J., González Bosquet J., González Bosquet E. Ginecología. Barcelona: Masson, 2003, 8ª ed. ISBN 8445812793
  • Duplá B. Ginecología y obstetricia. Oviedo: Curso Intensivo MIR Asturias, 2005, 7ª ed.
  • Usandizaga Beguiristain J.A., de la Fuente Pérez P. Tratado de obstetricia y ginecología. Madrid: McGraw-Hill Interamericana, 2005, 2ª ed. ISBN 8448605357
Notas
  1. Speroff et cols. Clinical gynecologic endocrinology and infertility. Baltimore, 1999, 6ª. ed.
  2. Soriano Guillen L. et cols. Deletion of thymine at position 2298 in exon 5 of the androgenic receptor gene causing complete androgen insensitivity syndrome. An Esp Pediatr, 2002 Apr;56(4):347-52.
  3. Hatasaka H. Inmunologic factors in infertility. Clin Obstet Gynecol, 43, 830, 2000.
  4. Dewald D.W., Spurbeck J.L. Sex cromosome anomalies associated with premature gonadal failure. Semin Reprod Endocrinol, 1, 79, 1983.
  5. Schelthauer B.W. et cols.Prolactin cell carcinoma of the pituitary. Cancer, 55, 598, 1985.
  6. Reindollar R.H. et cols. Adult-onset amenorrhea: a study of 262 patients. Am J Obstet Gynecol, 155, 351, 1986.
  7. Schlechte J. et cols. Prolactin-secreting pituitary tumors. Endocrinol Rev, 1295, 1980.
  8. Schlechte J. et cols. Log term follow-up of women with surgically treated prolacting-secreting pituitary tumor. J Clin Endocrinol Metab, 62, 1296, 1986.
  9. Speroff L., Glass R.H., Kase N.G. Clinical gynecologic endocrinology and infertility. Williams & Wilkins, Baltimore, 1999, 6ª. ed.
  10. Monroe S.E. et cols. Prolacting-secreting pituitary adenomas: Increased gonadotrophin responsivity in hyperprolactinemic women with pituitary adenomas. J Clin Endocrinol Metab, 52, 1171, 1981.
  11. Saunder S.E. et cols. Abnormal patterns of pulsatile luteinizing hormone secretion in women with hyperprolactinemia and amenorrhea: Response to bromocriptine. J Clin Endocrinol Metab, 59, 941, 1984.
  12. Petraglia F. et cols. Differences in the opioid control of luteinizing hormone secretion between pathological and iatrogenic hyperprolactinemic states. J Clin Endocrinol Metab, 64, 508, 1987.
  13. Schlechte J. et cols. Prolactin-secreting pituitary tumors. Endocrinol Rev, 1295, 1980.
  14. Speroff L. et cols. Practical approach for the evaluation of womenwith abnormal polytomography or elevated prolactin levels. Am J Obstet Gynecol, 135, 896, 1979.
  15. Olster D.H., Ferin M. Corticotropin-releasing hormone inhibits gonadotrophin secretion in the ovariectomized Rhesus monkey. J Clin Endocrinol Metab, 65, 262, 1987.
  16. Hirvonen E. Etiology, clinical features and prognosis in secundary amenorrhea. Int J Fertil, 22, 69, 1977.
  17. Prior J.C. Luteal phase defects and anovulation adeptive alterations ocurring with conditioning exercise. Semin Reprod Endocrinol, 3, 27, 1985.
  18. Laatikainen T. et cols. Plasma inmunoreactive beta-endorphin in exercise-associated amenorrhea. Am J Obstet Gynecol, 154, 94, 1986.
  19. Maestre de San Juan A. Falta total de los nervios olfatorios con anosmia en un individuo en quien existía una atrofia congénita de los testículos y miembro viril. El Siglo Médico, 3, 211, 1856.

Véase también

Enlaces externos