Diferencia entre revisiones de «Esclavitud en la Antigua Grecia»

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Esclavo negro con las manos atadas, Dinastía Ptolemaica, Museo del Louvre.

La esclavitud fue un componente esencial del desarrollo del mundo griego antiguo durante toda su historia. Fue considerada por los griegos no solamente como indispensable, sino también como natural: incluso los estoicos o los primeros cristianos no lo pusieron en entredicho.

De acuerdo con la tradición historiográfica moderna, este artículo sólo trata de los esclavos-mercancía (forma calificada como chattel-slavery por los autores anglosajones) - no de grupos dependientes como el Penestes de Tesalia, los hilotas de Esparta ni tampoco los Clarotes de Creta cuya posición era compleja, cercana a la de servidumbre del medioevo. Un esclavo-mercancía, es un individuo privado de libertad y sujeto a la voluntad de un propietario que puede comprarlo, venderlo o alquilarlo, como un bien. El estudio de la esclavitud en Grecia antigua plantea problemas metodológicos no desdeñables. La documentación es dispar y muy fragmentaria, concentrada sobre la ciudad de Atenas. Ningún Tratado se refiere específicamente al tema. Los argumentos judiciales del Siglo IV adC no se interesan por el esclavo más que como fuente de ingresos. La comedia describe a esclavos de comedia; la tragedia menciona a esclavos de tragedia. Es difícil distinguir con certeza a un esclavo de un artesano en la producción iconográfica o entre esquelas. Incluso la terminología es a menudo vaga.

Demografía

Es difícil calcular el número de esclavos de la Grecia antigua, a falta de censos precisos y a causa de los muchos cambios habidos en distintas épocas. Cierto es que Atenas poseía la población global más importante, acaso hasta 80.000 esclavos en los siglos V y VI antes de Cristo, a razón de unos tres o cuatro esclavos por trabajo. En el siglo V adC Tucídides evoca sin pesar la deserción de 20.000 esclavos en el curso de la guerra de Decelia, en su mayor parte artesanos. El cómputo más bajo aprecia 20.000 esclavos en los tiempos de Demóstenes y corresponde a un esclavo por trabajo. En fin, entre 317 y 307, el tirano Demetrio de Falero ordena (según Ctesiles en Ateneo, VI, 272c), un censo general de Ática que aporta las cifras siguientes: 21.000 ciudadanos, 10.000 metecos y 400.000 esclavos. El orador Hipérides, en su discurso Contra Aristogitón, evoca el proyecto de enrolar a 150.000 esclavos (hombres en edad de portar las armas) después de la derrota griega de Queronea (338), lo que concuerda con la cifra de Ateneo. En la literatura, parece que la gran mayoría de los atenienses posee al menos un esclavo: Aristófanes en su Pluto pinta a ciudadanos pobres propietarios de numerosos esclavos. Aristóteles (Política, 252a26–b15) definió una casa como poseedora de hombres libres y de esclavos. Inversamente, no poseer todo esto es un singo claro de pobreza. Así, en el célebre discurso de Lisias Sobre el inválido un enfermo protesta lo siguiente: «Lo que saco de mi oficio es poca cosa; me apena ejercer yo mismo y no tengo forma de comprar un esclavo que me sustituya.» Sin embargo, las inmensas poblaciones de esclavos de los romanos son desconocidas para los griegos. Cuando Ateneo (VI, 264d) cita el caso de Mnason, amigo de Aristóteles y propietario de mil esclavos, esto parece excepcional. Platón (propietario él mismo de cinco esclavos en el momento de su muerte), cuando evoca a personas muy pudientes (República, IX, 578d–e), se contenta con atribuirles cincuenta esclavos.

En términos de densidad, Tucídides (VIII, 40, 2) estima que la isla de Quíos es el territorio griego que posee proporcionalmente un mayor número de esclavos.

Terminología

El griego antiguo posee un gran número de palabras para designar al esclavo, muchas de las cuales necesitan un contexto para evitar toda ambigüedad. En la lengua homérica, el esclavo es llamado δμώς/demos. Durante la época clásica, se lo llama ἀνδράποδον/andrapodon (literalmente "que tiene pies de hombre", en oposición con τετράποδον/tetrapodon, o cuadrúpedo, es decir, ganado). En un contexto militar, el término designa a un prisionero que forma parte del botín, es decir, un bien. La palabra la más corriente δοῦλος/doulos (que se deriva seguramente de doero del miceno), empleado en comparación con el hombre libre (ἐλεύθερος/eleuteros) y más concretamente al ciudadano (πολίτης/politos). El δουλεῖα/douleia designa el certificado de sumisión del esclavo a su amo, y también el de los niños con relación a su padre o de los ciudadanos a los magistrados. Por último, se emplea también el término οἰκέτης/oiketes: literalmente, "aquél que vive en la casa", que por extensión, designa al "criado". Los otros términos utilizados son mucho menos precisos y requieren de un contexto:

  • θεράπων/terapón: en la obra de Homero designa al jinete (Patroclo es así el terapón de Aquiles y Merión el de Idomeneo); en la época clásica, designa al criado;
  • ἀκόλουθος/akoloutos, literalmente, el que "sigue" al "escolta";
  • παῖς/pais, literalmente el "niño", uso emparentado con el de "boy";
  • σῶμα/soma, literalmente "cuerpo", empleado en el contexto de la liberación de un esclavo.

Orígenes de la esclavitud

No quedan dudas de la presencia de esclavos (doeroi) durante la civilización micénica. Según las tablillas de Pilos, se puede identificar con certeza a 140 doeroi. Se pueden distinguir dos categorías jurídicas: los esclavos "simples" y los "esclavos del dios" (teojo doero), que probablemente era Poseidón. Algunos de ellos, como lo prueba su nombre (asociado a sus etnias de Citera, Quíos, Lemnos y Halicarnaso), fueron reducidos a la esclavitud probablemente por piratas. Las tablillas ponen de manifiesto que las uniones entre esclavos y no esclavos no eran raras, que los esclavos podían ser artesanos independientes y que podían poseer un lote de tierra. De hecho, parece que la división principal en la civilización micénica no pasa entre libres y no libres, sino entre dependientes del palacio y no dependientes.

En Homero, dónde las estructuras sociales reflejan la situación de los siglos llamados oscuros, no se observa ninguna continuidad con el tiempo micena. Incluso la terminología cambia: el esclavo es demos y no doero. Tanto en La Ilíada como en la Odisea, los esclavos son principalmente mujeres, tomadas como botín de guerra mientras que los hombres son secuestrados para pedir rescate o matados en el campo de batalla. Las esclavas son sirvientes a veces concubinas. Existen también algunos esclavos masculinos, sobre todo en la Odisea, entre ellos el criador de cerdos Eumeo. El esclavo tiene la particularidad de ser miembro totalmente del oikos (unidad familiar). El término dems no es peyorativo y Eumeo, el "divino" criador de cerdos, es tratado con los mismos epítetos homéricos que los héroes griegos. A pesar de todo, la esclavitud sigue siendo una condición inferior. El mismo Eumeo declara que Zeus le quita la mitad del valor a un hombre cuando lo convierte en esclavo.[1]

En la época arcaica, es difícil determinar cuando nace la esclavitud-mercantil. En los trabajos y los días (siglo VIII adC), todo indica que Hesíodo posee varios demos cuyo estatuto no queda claro. La presencia de douloi es mencionada por los poetas líricos como Arquíloco o Téognis de Megara. Según la tradición, el código de Dracón (620 adC sobre el homicidio habría mencionado esclavos. Según Plutarco (Vida de Solón, I, 6), Solón (594 adC-593 adC) habría prohibido a los esclavos la práctica de la gimnasia y la pederastia. A partir de esta época, las menciones se multiplican. Cuando Solón sienta las bases de la democracia ateniense se oficializa la esclavitud. Moses Finley observa también que en Quíos, que según Teopompo fue la primera polis en la que se practicó el comercio de esclavos, pasa también durante el siglo VI adC por una democratización precoz y concluye que, “uno de los aspectos de la historia griega, es el avance a la par de la libertad y de la esclavitud”.[2]

Función económica

La agricultura era la actividad principal en el uso de los esclavos, Museo Británico

No existen actividades para esclavos propiamente dichas: cualquier actividad puede ser llevada a cabo por un esclavo, si excluímos la política. Esta era la única actividad en la que el ciudadano tenía el monopolio. En realidad, para los Griegos era la única actividad digna de un ciudadano, las demás debían delegarse en la medida de lo posible a los no-ciudadanos.

La principal actividad en la que se utilizaban los esclavos era la agricultura, fundamental en la economía griega. Es testimonio de ello una abundante literatura compuesta de manuales para terratenientes (como el Económico de Jenofonte o el del pseudo-Aristóteles). Se recurría a la mano de obra servil en cuanto la explotación superaba la célula familiar. En las grandes posesiones, los intendentes suelen ser esclavos. Sin embargo, no existe en Grecia la inmensa población de esclavos de los latifundia romanos.

En las minas y canteras, el trabajo de los esclavos no es el más importante. Aunque se encuentra en ellas una importante población de esclavos, con frecuencia estos eran alquilados por particulares ricos. Así, el estratego Nicias alquiló un millar de esclavos a las minas de plata del monte Laurión, en la región de Ática, Hipponicos 600 y Filomides, 300. Jenofonte (Sobre los ingresos) indica que proporcionan un óbolo por esclavo y día, lo que supone 60 dracmas anuales. Era una de las inversiones más apreciadas por los atenienses. Jenofonte calcula que unos 30.000 esclavos trabajaban en las minas del monte Laurion o en los molinos contiguos de transformación del mineral (ibid., IV, 14). Incluso propone que la ciudad se dote de una importante población de esclavos de Estado, que estima en tres por ciudadano, cuyo alquiler aseguraría el mantenimiento de todos los ciudadanos.

También se utilizaban los esclavos en la artesanía. Del mismo modo que sucedía en la agricultura, se recurre a ellos en cuanto la actividad supera a la familia. Sin embargo, la proporción de mano de obra esclava es mucho más importante en los talleres. La fábrica de escudos de Lisias daba trabajo a 120 esclavos y el padre de Demóstenes, contaba con 32 cuchilleros y 20 fabricantes de camas.

Por último, también se utilizaban esclavos en las casas. El criado tenía como labor sustituir al dueño de la casa en su trabajo y acompañarlo en los trayectos y viajes. En tiempos de guerra, servía de escudero para el hoplita. La mujer esclava, por su parte, se ocupaba de las tareas domésticas, en especial de la elaboración del pan y de la fabricación de tejido. Sólo las familias más pobres carecían de esclavo doméstico.

Demografía

Población

Esclavo etíope intentando amaestrar un caballo, fecha desconocida, Museo Arqueológico Nacional de Atenas

Es difícil estimar el número de esclavos en la antigua Grecia, debido a una falta de censos precisos y debido a importantes variaciones en función de la época.

Es cierto que Atenas posee la población global más importante, quizás de 80 000 esclavos en los siglos VI y V adC[3]​, es decir una media de tres o cuatro esclavos por familia. En el siglo V adC, Tucídides evoca la deserción de 20 000 esclavos en el curso de la guerra de Decelia, la mayoría artesanos. La estimación más baja es de 20 000 esclavos en tiempos de Demóstenes[4]​ corresponde a un esclavo por familia. Entre 317 y 307 adC, el tirano Demetrio de Falero ordena[5]​, un censo general del Ática que aportó las siguientes cifras: 21 000 ciudadanos, 10 000 metecos y 400 000 esclavos. El orador Hipérides, en su Contra Aristogitón, evoca el proyecto de enrolar 150 000 esclavos (hombres y en edad de llevar armas) tras la derrota griega en Queronea (338 adC), lo que concuerda con las cifras de Ctesicles.

Según la literatura, parece que la gran mayoiría de los atenienses poseían la menos un esclavo: Aristófanes, en Pluto, describe a campesinos pobres propietarios de varios esclavos; Aristóteles (Política, 252a26-b15) dijo que una casa contiene hombres libres y esclavos. Inversamente, no poseer ninguno es un signo claro de pobreza. En el célebre discurso de Lisias Sobre el inválido, un enfermo, refiriéndose a la retirada de su pensión, explica: «lo que saco de mi oficio es poca cosa; ya tengo problemas en ejercerlo yo mismo, y no tengo medios para comprar un esclavo que me reemplace.» Sin embargo, las inmensas poblaciones de esclavos de los romanos son desconocidas en el mundo griego. Cuando Ateneo (VI, 264d) cita el caso de Mnason, amigo de Aristóteles y propietario de miles de esclavos, es algo excepcional. Platón (él mismo propietario de 5 esclavos en el momento de su muerte), cuando evoca a personas muy ricas (República, IX, 578d-e), se contenta en atribuirles 50 esclavos.

En términos de densidad, Tucídides (VIII, 40, 2) estima que la isla de Quíos es el territorio griego que posee proporcionalmente más esclavos.

Redes de aprovisionamiento

Existen tres redes de aprovisionnamiento principales de esclavos: la guerra, la piratería (marítima) o bandolerismo (terrestre), y el comercio internacional.

La guerra

En el derecho de guerra antiguo, el vencedor poseee todos los derechos sobre el vencido, haya combatido o no[6]​. La esclavitud, sin ser sistemática, es práctica corriente. Así, Tucídides (VI, 62 et VII, 13) evoca los 7.000 habitantes de Hicara, en Sicilia, hechos prisioneros por Nicias y vendidos enseguida (por 120 talentos) en la ciudad vecina de Catania. Incluso, en 348 adC, la población de Olinto es reducida a esclavitud; la de Tebas lo será en 335 adC por Alejandro Magno y la de Mantinea en 223 adC por la Liga Aquea[7]​ .

La existencia de esclavos griegos es una fuente de molestias constante para los griegos libres. También la esclavitud de ciudades es una práctica muy contestada. Algunos generales la rechazan, así los espartiatas Agesilao II[8]​ o Calicrátidas[9]​. algunas ciudades aprueban acuerdos prohibiendo la práctica: así, a mediados del siglo III adC, Mileto conviene no reducir a ningún habitante libre de Cnosos a esclavitud, y recíprocamente[10]​. La liberación de una ciudad entera reducida a esclavitud aporta un gran prestigio: así Casandro de Macedonia, en 316 adC, restaura la ciudad de Tebas[11]​. Antes de él, Filipo II de Macedonia había sucessvamente reducido a esclavitud la ciudad de Estagira[12]​.

La piratería

La guerra proporciona contingentes importantes y regulares de esclavos griegos. La importancia de la piratería (marítima) y el bandolerismo (terrestre) varía según las época y las regiones[13]​. Piratas y bandoleros piden un rescate cuando su presa es de calidad. Cunado no es pagado, o si el prisionero no es rescatado, es vendido a un traficante. Así, ningún hombre libre está a salvoul de caer en esclavitud. en alguna regiones, la piratería o el bandolerismo son verdaderas especialidades nacionales, que Tucídides califica de vida «a la manera antigua» (I, 5, 3): es el caso de Acarnania, de Creta o Etolia. Fuera de Grecia, es el caso de los ilirios, de los fenicios y etruscos. En el período helenístico se añaden los cilicios y los pueblos montañeses de la costa de Asia Menor. Estrabón explica la fama de la actividad de los cilicios por su rentabilidad: Delos, situada no lejos, permite «vender cotidianamente miriadas de esclavos» (XIV, 5, 2). La creciente influencia del [Imperio Romano]], gran demandor de esclavos, desarrolla el mercado y agrava la piratería. En el siglo I, los romanos intentaron aplastar la piratería, deseando explotar de manera diferente las nuevas provincias del Imperio.

El comercio

Existe, por otra parte un comercio de esclavos con los pueblos bárbaros vecinos: tracios, escitas, capadocios, paflagonios, etc. Los mecanismos son relativamente idénticos a los de la trata de negros: profesionales locales venden sus congéneres en los mercados de esclavos griegos. Los principales centros de comercio de esclavos parecen haber sido Éfeso, Bizancio o Tanais, en la desembocadura del río Don. Si alguno esclavos bárbaros son víctimas de guerre o de piratería local, otros son vendidos por sus parientes[14]​.

Existen pocos testimonios sobre el tráfico de esclaves, pero varios elementos lo atestiguan. Algunas nacionalidades están representadas de manera importante y constante entre la población servil, aisi como el cuerpo de arqueros escitas utilizado por Atenas como fuerza de policía (300 individuos al principio, cerca de un millar después). Los nombres atribuidos a los esclavos en las comedias tiene a menudo una connotación de lugar: así, «Tratta », utilizado por Aristófanes en las avispas, los acarnienses o en la Paz significa simplemente «mujer tracia»[15]​.

La nacionalidad del esclavo es un criterio esencial para los compradores importantes: los antiguos aconsejan no concentrar en un mismo lugar demasiados esclavos del mismo origen, a fin de limitar los riesgos de revuelta. Es probable que, como los romanos, algunas nacionalidades fueran consideradas productoras de mejores esclavos que otras.

El precio de los esclavos varía en función de su competencia. Así, Jenofonte valora en 180 dracmas el precio de un minero de Laurión — en comparación, un obreo de grandes construcciones es pagado con dracma diario — pero los cuchilleros del padre de Demóstenes valen 500 o 600 dracmas cada uno. El precio está también en función de la cantidad de esclavos disponibles a la venta: en el siglo IV adC, son abundantes y, por tanto, baratos. En los mercados de esclavos, un impuesto es retenido por la ciudad sobre el producto de la venta: en el santuario de Apolo en Actiôn, por ejemplo, la confederación de los acarnienses, que tiene a su cargo la logística de las festividades, percibe la mitad del impuesto, mientras que la ciudad de Anactorion, en cuyo territorio se halla el santuario, percibe la otra mitad[16]​. Se sabe, además, que el comprador se beneficia de una garantía contra los «vicios ocultos» del esclavo: si se comprueba que está enfermo y si el comprador no ha sido advertido, puede anular la venta[17]​.

El aumento natural

Estela funeraria pde dos jóvenes y su pedagogo, muertos en un terremoto, Nicomedia, siglo I adC, museo del Louvre

Curiosamente, parece que los griegos no paracticaban l’« élevage » de los esclavos — al menos en la época clásica: la proporción de esclavos nacidos en una casa parece bastante importante en el Egipto ptolemaico o en los actos d'affranchissement hellénistiques de Delfos[18]​. A veces, la causa de ello es natural: en las minas sólo trabaja personal masculino. Sin embargo, las mujeres esclavas son numberosas dans la domesticité. L’exemple des Noirs dans les États sudistes montre par ailleurs qu’une population servile peut tout à fait se reproduire[19]​. Este punto queda pues relativamente inexplicado.

Jenofonte aconseja de loger esclaves hombres y mujeres separadamente, de peur qu’ils « ne f[a]ssent des enfants contre [le] vœu [des propriétaires] car, si les bons domestiques redoublent d’attachement pour nous quand ils sont de la famille, les mauvais acquièrent en famille de grands moyens pour nuire à leurs maîtres » (Économique, IX). El Pseudo-Platón, en el 'Económico (I, 5, 6), envisage également la reproducción de los esclavos como un medio de presión disciplinar. Plus simplement, la explicación es sin duda económica: il revient moins cher d’acheter un esclave que de l’élever. En outre, l’accouchement met en danger la vie de la madre esclava, y el bebé no tiene asegurado sobrevir hasta la edad adulta.

Par ailleurs, los esclavos nacidos en casa, minoritarios, constituyen a menudo una clase privilegiada. Se les confía, por ejemplo, le soin de llevar los niños a la escuela: son los «pedagogos», en el sentido primero del término (cf. educación en Grecia Antigua). Il arrive également que ces esclaves soient les enfants du maître: en la mayoría de las ciudades, sobre todo Atenas, el niño hereda el estatuo de la madre[20]​.

Estatutos serviles

La antigua Grecia posee variso estatutos serviles. Más concretamente, existe une multitud de estatutos que van del ciudadano libre al esclavo-mercancía, pasando por los esclavos-siervos (penestes o hilotas), los ciudadanos que han perdido la categoría, los libertos, los bastardos o los metecos.

Moses Finley (1997) propone une grille de lectura de los diferentes estatutos :

  • derecho a une forma de propiedad;
  • poder sobre el trabajo de otro hombre;
  • poder de castigar a otro hombre;
  • derechos y deberes judiciales (posibilidad de ser arrestado y/o castigado arbitrariamente);
  • derechos y privilegios familiares (matrimonio, herencia, etc.);
  • posibilidad de movilidad social (emancipación);
  • derechos y deberes religioso;
  • derechos y deberes militares (servir en el ejército como simple sirviente, soldado de infantería pesada o ligaera o como marino).

Esclavos atenienses

Lutróforo funerario, a la derecha un joven esclavo lleva el escudo y el casco de su amo, h. 380-370 adC, Museo Arqueológico Nacional de Atenas

En Atenas, los esclavos no tienen jurídicamente ningún derecho. Un delito merecedor de una multa para un hombre libre da lugar a golpes de látigo para el esclavo, parece que, un golpe por dracma. Con algunas excepciones près, el testimonio de un esclavo no es admisible, salvo bajo tortura. El esclavo no está protegido qu’en tant que bien: si alguien le maltrata, su amo puede intentar una acción por daños y perjuicios (griego), δίκη βλάϐης, dikê blabês). Inversamente, si su amo le maltrata en exceso, cualquier ciudadano puede perseguir a éste último (idioma griego|griego γραφὴ ὕϐρεως, graphê hybreôs): no se trata de humanidad hacia el esclavo, sino de reprobación de toda forma de exceso (idioma griego|griego, ὕϐρις, hybris). Incluso la muerte de un esclavo: es la mancha del asesino la que la causa. El sospechoso es juzgado por el tribunal del Paladión, y no por el Areópago, y la pena prevista es el exilio, también para el homicida involuntario.

Esclavos de Gortina

En Gortina, cuyo código grabado en piedra data del siglo VI adC, el esclavo (doulos o oikeus) se halla en un estado de dependencia muy amplio. Así, sus hijos pertenecen a su amo; éste est responsable de todos los delitos de su esclavo e inversamente, percibe las multas pagadas por otros por los delitos cometidos contra sus esclavos. En el código de Gortina, donde todas las penas son pecuniarias, un esclavo tiene los montantes duplicados cuando comete un crimen o un delito. Inversamente, un delito cometido contra un esclavo cuesta muhco menos caro que un delito cometido contra un hombre libre. Así, la violación de una mujer libre por un no libre está castigado conuna multa de 200 estáteras, mientras que la violación de una esclava no virgen por un no libre lleva aparejada una multa de sólo un óbolo.

El esclavo tiene, sin embargo, el derecho de poseer un domicilio y ganado, que pueden ser transmitidos a sus descendientes, incluso sus vestidos y objetos necesarios su hogar.

Un caso particular: la servidumbre por deudas

Antes de la prohibición de Solón, Atenas practica la esclavitud por deudas: un ciudadano incapaz de pagar su deuda a su deudor le es sometido. Se trata principalmente de campesinos que alquilan tierras arrendadas a grandes propietarios terratenientes, e incapaces de pagar sus arrendamientoss. En teoría, el esclavizadoéorie por deudases liberado cuando pudede reembolsar su deuda incial. El sistema, desarrollado con variantes en todo el Próximo Oriente y citado por la Biblia (Deuteronomio, 15, 12-17), parece haber sido formalizado en Atenas por el legislador Dracón.

Solón le pone fin mediante la (griego)σεισάχθεια seisakhtheia, la liberación de las deuda, la interdicción de todo crédito garantizado sobre la persona del deudor y la prohibición de vender un ateniense libre, y comprendido uno mismo. Aristóteles hace así hablar a Solón en su Constitución de Atenas (XII, 4):

«A muchos, hacia Atenas, su patria fundada por los diose, traje que habían sido vendidos, unos sin justicia otros justamente(…) A los que aquí mismo en vergonzosa esclavitud estaban, temblorosos ante el semblante de sus dueños, los hice libres[21]​.»

Aunque el vocabulario empleado sea el de la esclavitud «clásica», la esclavitud por deudas se diferencia en que el ateniense esclavizado sigue siendo ateniense, dependiente de otro ateniense, en si ciudad natal. Es este aspecot el que explica la gran oleada de descontento del pueblo en el siglo VI adC, que no entiende que se libere a todos los esclavos, sino sólo a los esclavizados por deuda. En fin, la reforma de Solón deja subsistir una excepción en la prohibición de veder a un ateniense: el tutor de una mujer soltera que haya perdido su virginidad tiene derecho a venderla como esclava[22]​.

La liberación

La práctica de la emancipación está atestiguada en Quíos desde el siglo VI adC.[23]​. Il est probable qu’elle remonte à l’époque archaïque, la procédure se faisant alors par oral. Es probable que se remonte a la época arcaica, el procedimiento para hacerla oralmente. las liberaciones informales están atestiguadas en el período clásico: es suficiente asegurar que los testigos, lo que lleva a los ciudadanos liberarn a su esclavo en plena representación teatral o en plena deliberación del tribunal[24]​. Será prohibida en Atenas a mediados del siglo VI adC, para vitar disturbios en el orden público.


¿Esclavos en Esparta?

Los ciudadanos de Esparta disponían de hilotas, dependientes poseídos colectivamente por el estado. Se ignora si también eran esclavos - mercancía. Los textos hacen mención de personajes liberados por espartiatas (la liberación estaba teóricamente prohibida para los hilotas) o vendidos al extranjero: es el caso del poeta Alcman[25]​, de un denominado Filoxeno, ciudadano de Citera, que habría sido reducido en la esclavitud ena la época de la conquista de su ciudad, luego revendido a un ateniense[26]​, de un cocinero epartano que habría sido vendido a Dionisio I o a un rey del Ponto[27]​ o de las famosas nodrizas espartanas, muy estimado por los aristócratas atenienses[28]​.

Además, algunas menciones evocan, a propósito de Esparta, a los esclavos "e" hilotas, lo que tiende a sugerir que las dos poblaciones no coinciden. En el Primer Alcibíades, el pseudo-Platón, sobre el tema de la riqueza de los espartanos, cita a los esclavos y sobre todo a los hilotas[29]​» ; Plutarco explica que las actividades domésticas son el ámbito «de los esclavos y los hilotas[30]​ ».

Definitivamente, el acuerdo de 404 adC que pone fin a la revuelta de Mesenia, estipula que los rebeldes refugiados en el Itome deben abandonar definitivamente el Peloponeso y preciso que cualquiera que sea cogido se convertirá en esclavo del que lo haya cogido. Evidentemente, la posesión privada de un esclavo no es por lo tanto ilegal.

La mayoría de los historiadores están de acuerdo en pensar que los esclavos - mercancía eran usados en Esparta, al menos después de la victoria de 404, pero poco numerosos y sólo en las superiores [31]​. Como en las otras ciudades griegas, pueden ser adquiridos como botín o en el mercado. Definitivamente, si se admite que los periecos no pueden tener hilotas a su servicio, deben tener algunos esclavos realmente[32]​.

Condición de los esclavos

Estela funeraria: el esclavo es representado como un personaje de pequeño tamaño, cerca de su ama, Gliptoteca de Munich

Es difícil apreciar la condición de los esclavos griegos. Según el pseudo - Aristóteles (Económico, 1344a35), el diario del esclavo se resume en tres palabras el trabajo, la disciplina y la comida. Jenofonte aconseja tratar a los esclavos como animales domésticos, es decir, castigarlos en caso de desobediencia y recompensarlos en caso de buena conducta (Económico, XIII, 6) en el caso. Aristóteles por su parte prefiere tratarlos como a los niños, y recurrir a las órdenes pero también a las recomendaciones, porque el esclavo después de todo es capaz comprender las razones que se le dan (Política, I, 3, 14).

La literatura griega abunda en escenas de flagelación de esclavos: la flagelación es un medio de presionar al esclavo para que trabaje, tanto como la concesión de comida, ropa o descansos. Esta violencia puede ser el hecho del amo, pero también del intendente, por tanto también esclavo. Así al principio de los Los caballeros Aristófanes presenta a «dos esclavos que se quejan de trabajar como burros y de las palizas que les inflige el nuevo intendente». Sin embargo, Aristófanes denuncia en (La paz, v. 743 - 749) lo que es la verdadera cantinela en la comedia griega:

«...puso fin [Heracles] a los esclavos que huían y engañaban y se dejaban pegar adrede, esos que metían en la obra siempre lloranod y sólo para que el otro esclavo se buralra de sus golpes y luego preguntara: -desdichado, ¿qué te ha pasado en la piel? ¿Acaso un látigo te ha invadido los flancos con un gran ejército y te ha devastado la espalda?...»

De hecho, la condición de los esclavos varía mucho según su estatus: el esclavo minero de Laurión tiene condiciones de trabajo particularmente penosas, mientras que el esclavo de ciudad goza de una relativa independencia. Puede vivir y trabajara sólo, mediante el pago de una renta (griego, ἀποφορά, apophora) a su amo. Puede poner dinero , para comprar su libertad. La emancipación es en efecto una potente palanca de motivación, de la que es difícil estimar la amplitud real. El pseudo - Jenofonte deplora la licencia en la cual viven los esclavos atenienses: «En cuanto a los esclavos y a los extranjeros, disfrutan en Atenas de una mayor licencia; no se tiene allí el derecho de golpearlos y el esclavo no se apartará a tu paso» (República de los atenienses, I, 10).

Este presunto buen trato no impidió que 20.000 esclavos atenienses huyeran al final de la guerra del Peloponeso, incitados por la guarnición espartana estacionada en el Ática, en Decelia. Sin embargo éstos estaban eran esencialmente esclavos artesanos cualificados, probablemente entre los mejores tratados. Inversamente, la ausencia de una gran revuelta de esclavos griegos, comparable por ejemplo con la de Espartaco en Roma, se explica sin duda por su relativa dispersión, impidiendo toda acción concertada de gran enveragadura. [33]​.

Concepciones de la esclavitud griega

Concepciones antiguas

Esclavo de teatro sentado sobre un altar, vaciando el monedero que acaba de robar, h. 400-375 adC, museo del Louvre

Ningún escritor antiguo cuestiona la existencia de la esclavitud, aunque admiten que alguno sesclavos lo son injustamente. Para Homero y los autores preclásicos, la esclavitud es una consecuencia inevitable de la guerra. Heráclito reconocer así: que «el combate es el padre de todo, el rey de todo (...): vuelve a unos esclavos, a otros libres» (fr. 53, Diels).

En la época clásica emerge la idea de la esclavitud «por naturaleza»:así, lo dice Esquilo en (Los persas, v. 242) los griegos «no son ni esclavos, ni están sujetos a nadie» mientras que los persas, como lo resume Eurípides en (Helena, v. 276) «son todos esclavos, salvo uno» — el Gran Rey. Esta idea latente es teorizada al final del siglo V adC por Hipócrates: según él, El clima moderado de Asia menor produce hombres plácidos y sumisos. Esta explicación es retomada por Aristóteles en su Política, donde postula la teoría de la esclavitud por naturaleza: «El ser que, gracias a su inteligencia, es capaz de prever es gobernante por naturaleza; el ser que, gracias a su vigor corporal, es capaz de ejecutar es gobernado y por naturaleza esclavo» (I, 2, 2). Contrariamente a los animales, el esclavo puede percibir la razón, pero está «completamente desprovisto de la facultad de deliberar» (I, 13, 17). Platón, reducido a esclavitud y después rescatado por uno de sus amigos, da, al contrario, una condena explícita de la esclavitud en el Menón haciendo participar a un esclavo en la discusión filosófica. De ese modo, el estatus de él mismo como humano completo es reconocido, y el fundamento esencial de la esclavitud es desmentido.

Paralelamente desarrollan los sofistas la idea de que todos los hombres pertenecen a una misma raza, ya sean griegos o bárbaros — y puesto que algunos hombres son esclavos, entonces tiene de amo a un hombre, y recíprocamente. Aristóteles mismo reoconoce esta posibilidad (Pol., I, 5, 10) y argumenta que la esclavitud no puede ser impuesta, que si el amo es mejor que el esclavo, confirma así su teoría de la esclavitud por naturaleza. Pro su parte, los sofistas terminan por concluir que la verdadera esclavitud no está ligada al estatus sino al espíritu : así, dice Menandro, «sé libre de espíritu, aunque seas esclavo: entonces, no serás más esclavo» (fr. 857). Esta idea, retomada por los estoicos y los epicúreos, no está en absoluto en oposición al sistema de la esclavitud, sino que contribuye a banalizarla.

Incluso en la utopía, los griegos no apenas consiguen pensar en la ausencia de esclavos. Las "ciudades ideales" de las "Leyes" o de "la república" piden su existencia. Las «ciudades invertidas» muestran a las mujeres en el poder o el final de la propiedad privada (Lisístrata, Las asambleístas), pero no a esclavos gobernando a los amos. Las únicas sociedades sin esclavos son las de la Edad de oro, donde la satisfacción de las necesidades no es un problema. En este género de sociedad, explica Platón (Política, 271a-272b), se cosecha con profusión sin sembrar. En los Anfictiones de Teleclides (citado por Ateneo, 268 b-d), el pan de cebada se bate con el pan de trigo para ser comido por los hombres. Mejor aún, los objetos se mueven por sí mismos: la harina se amasa a sí misma y la jarra vierte ella sola. La sociedad sin esclavos es relegada a un más allá cronológico o geográfico. En una sociedad normal, se tiene necesidad de esclavos.

Concepciones modernas

Máscara teatral perteneciente al tipo de primer esclavo de la Comedia Nueva, siglo I adC, Museo Arqueológico Nacional de Atenas

Para los modernos, la esclavitud en Grecia es durante mucho tiempo objeto de un discurso apologético cristiano que atribuye la responsabiliad al fin del sistema. A partir del siglo XVI, el discurso sobre la esclavitud antigua deviene moralizador: debe ser interpretado a la luz de la esclavitud colonial, o los escritores alaban los méritos civilizadores, o denuncian los perjuicios. Así Henri Wallon publicó en 1847 una Histoire de l’esclavage dans l’Antiquité en el marco de su lucha por la abolición de la esclavitud en las colonias francesas.

En el siglo XIX emerge un discurso diferente, de tipo económico-político. Se trata de distinguir algunas fases en la organización de las sociedades humanas, y de interpretar el lugar correctamente que juega la esclavitud griegaí. La influencia de Marx es aquí determinante: para él, la sociedad antigua está caracterizada por un auge de la propiedad privada y por el carácter dominante -y no secundario, como en otras sociedades precapitalistas- de la esclavitud como modo de producción.

Se opone pronto a la interpretación marxista la corriente positivista representada por el historiadorn Eduard Meyer (l’Esclavage dans l’Antiquité, 1898): según él, la esclavitud es el reverso de la democracia griega. Es pues un fenómeno jurídico y social, y no económico.Esta corriente historiográfica evoluciona en el siglo XX: dirigida por un autor como Joseph Vogt, ve en la esclavitud la condición del desarrollo de la élite, de la clase de los ciudadanos. Inversamente, insiste sobre las posibilidades ofrecidas a los esclavos de agregarse a la élite. Estima que la sociedad moderna, fundada sobre valores humanistas, tiene permis para dejar atrás este modo de desarrollo.

Hoy, la esclavitud griega es objeto de debates historiográficos, en particular sobre dos cuestiones. ¿Se puede decir que la sociedad griega era esclavista? ¿Los esclavos griegos formaban una clase social?

Fuentes

Referencias

  1. XVII, 322–323. Extracto de la traducción de Philippe Jaccottet. Éditions François Maspéro, 1982.
  2. M. I. Finley, La civilisation grecque était-elle fondée sur le travail des esclaves ?, Économie et société en Grèce ancienne, pp. 170–171.
  3. Lauffer op. cit., p. 904-916.
  4. (en inglés) A. H. M. Jones, Athenian Democracy, Oxford, Blackwell, 1957, p. 76-79.
  5. Ctesicles conservado por Ateneo, VI, 272c.
  6. P. Ducrey, Le traitement des prisonniers de guerre en Grèce ancienne. Des origines à la conquête romaine, De Boccard, Paris, 1968.
  7. Garlan, op. cit., p. 57.
  8. Plutarco Vidas Paralelas (Agesilao, VII, 6).
  9. Jenofonte Helénicas}} (I, 6, 14).
  10. Garlan, op. cit., p. 57.
  11. Diodoro Sículo Biblioteca (XIX, 53, 2).
  12. Plutarco (Alejandro, VII, 3).
  13. Cf. H. A. Ormerod, Piracy in the Ancient World, Liverpool University Press, 1924 ; P. Brûlé, La Piraterie crétoise hellénistique, Belles Lettres, 1978. V. Gabrielsen, « La piraterie et le commerce des esclaves », in E. Erskine (éd.), Le monde hellénistique. Espaces, sociétés, cultures 323-31 av. J.-C., Presses Universitaires de Rennes, 2004, 495-511.
  14. Herodoto (V, 6) ; Filóstrato, Vida de Apolonio de Tiana (18, 7, 12).
  15. En las épocas clásica y helenística, es el señor el que nombra a su esclavo. Puede llevar el de su amo; un étnico, como el mencionado; un nombre de lugar (Asia, Carion, Lydos, etc.); un nombre de suissu de su patria de origen (Manes para un lidio, Midas para un frigio, etc.); un nombre de personaje histórico (Alejandro, Cleopatra, etc.). En resumen un esclavo puede llevar prácticamente cualquier nombre; solo los basados en nombres de países bárbaros están específicamente reservados a los esclavos. Cf. O. Masson, « Les noms des esclaves dans la Grèce antique », Actes du colloque 1971 sur l'esclavage, p. 9-21.
  16. V. 216 adC Jean Pouilloux, Choix d'inscriptions grecques, Belles Lettres, Paris, 2003, Plantilla:Numéro29.
  17. Garlan, op. cit., p. 60.
  18. Garlan, op. cit., p. 59.
  19. Finley [1997], p. 155.
  20. Garlan, op. cit., p. 58.
  21. Pasaje de la traducción de G. Mathieu y B. Haussoulier revisada por Claude Mossé para les Belles Lettres, 1985.
  22. (en inglés) S. B. Pomeroy, Goddesses, Whores, Wives and Slaves, Schoken, 1995, p. 57.
  23. Garlan, op. cit., p. 79.
  24. Garlan, op. cit., p. 80.
  25. Héraclides Lembos, fgt. 9 Dilts y Suda, griego Ἀλκμάν}}.
  26. Suda, griego Φιλόξενος}}.
  27. Plutarco, Vidas Paralelas, Licurgo, XII, 13.
  28. Vidas (Licurgo, XVI, 5 y Alcibíades, I, 3).
  29. «…griego ἀνδραπόδων κτήσει τῶν τε ἄλλων καὶ τῶν εἱλωτικῶν». Primer Alcibíades, 122d.
  30. « …griego δοὐλοις καὶ Εἴλωσι». Vidas (comparación de Licurgo y de Numa, 2).
  31. Pavel Oliva, Esparta y sus problemas sociales, Madrid, 1983, p. 172-173 ; Jean Ducat, Los hilotas, BCH suppl. 20, Paris, 1990, p. 55 ; Edmond Lévy, Sparte, Seuil, Paris, 2003, p. 112-113.
  32. Lévy, op. cit., p. 113.
  33. Sobrr la cuestión, cf. Paul Cartledge, "Rebels and Sambos in Classical Greece", Spartan Reflections, 2001, University of California Press, p. 127-152.

Véase también

Bibliografía

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  • Yvon Garlan, Les Esclaves en Grèce ancienne, La Découverte, coll. «Textes à l'appui», 1989 (1 édition 1982) 2-7071-2475-3.
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  • Pierre Vidal-Naquet :
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    • avec Jean-Pierre Vernant, Travail et esclavage en Grèce ancienne, Complexe, coll. « Historiques », Bruxelles, 2006 (1 édition 1988) 2870272464.
  • (en inglés) Thomas Wiedemann, Greek and Roman Slavery, Routledge, Londres, 1989 (1 édition 1981) 0415029724.
  • Lozano, A., La esclavitud sagrada minorasiática: elementos griegos y orientales, Gerión 17, 1999,

Enlaces externos