Batalla de Okinawa

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Batalla de Okinawa
la Guerra del Pacífico de la Segunda Guerra Mundial
Parte de Invasión de las islas Los Volcanes y Ryūkyū y Segunda Guerra Mundial

Un infante de Marina de la 1ª División abre fuego con su Thompson, mientras su compañero se cubre.
Fecha 1 de abril de 194521 de junio de 1945
Lugar Okinawa,
Coordenadas 26°30′N 128°00′E / 26.5, 128
Resultado Victoria Aliada
Beligerantes
Bandera de Estados Unidos Estados Unidos
Reino Unido (solo fuerzas navales)
Bandera de Japón Imperio del Japón
Comandantes
Bandera de Estados Unidos Simon B. Buckner

Bandera de Estados Unidos Roy Geiger
Bandera de Estados Unidos Joseph Stilwell
Bandera de Estados Unidos Chester W. Nimitz
Bandera de Estados Unidos Raymond A. Spruance

Bandera del Reino Unido Bruce Fraser
Bandera de Japón Mitsuru Ushijima

Bandera de Japón Isamu Chō
Bandera de Japón Hiromichi Yahara
Bandera de Japón Minoru Ota

Bandera de Japón
Keizō Komura
Fuerzas en combate
183.000 marines y soldados del ejército[1] 107.000 soldados
24.000 milicianos
Bajas
12.500 muertos o desparecidos
38.000 heridos en combate
33.096 heridos
38 buques hundidos
763 aeronaves destruidas
107.539 muertos
10.755 prisioneros
16 barcos hundidos
7.800 aeronaves destruidas

La Batalla de Okinawa, cuyo nombre clave era Operación Iceberg, se libró en la isla de Ryukyu de Okinawa y fue el mayor asalto anfibio en la Guerra del Pacífico.[2][3]​ Se combatió durante 82 días, desde principios de abril hasta mediados de junio de 1945. La batalla se ha denominado Tifón de Acero (en inglés: Typhoon of Steel), y lluvia de acero (Tetsu no ame) o viento violento de acero (Tetsu no Bofu) en japonés. Los apodos se refieren a la ferocidad de los combates, la intensidad de los disparos, y la enorme cantidad de buques aliados y vehículos blindados que asaltaron la isla. La batalla resultó ser una de las que tuvo más víctimas en toda la Segunda Guerra Mundial. Japón sufrió más de 100.000 bajas, y los aliados sufrieron más de 50.000. Al mismo tiempo, más de 100.000 civiles (12.000 en acción) murieron, sufrieron algún tipo de heridas, o se suicidaron. Aproximadamente una cuarta parte de la población civil murió a causa de la invasión. Cinco divisiones del X Ejército de los EE.UU., la , 27ª, 77ª, 81ª y 96ª, y dos divisiones de Marines, la y , combatieron en la isla, mientras que la 2ª División de Marines se mantuvo en reserva y no se planteó que desembarcara. La invasión fue respaldada por fuerzas aéreas navales, anfibias y tácticas. El objetivo principal de la operación era apoderarse de una gran isla a sólo 340 Km de distancia del Japón. Después de una larga campaña de saltar entre islas (Island hopping), los Aliados se acercaban a Japón, y planeaban usar Okinawa como base para las operaciones aéreas bajo el plan de invadir territorio japonés, cuyo nombre en clave era Operación Downfall. Finalmente, los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki y la entrada soviética en la guerra provocarían la rendición de Japón, tan sólo unas semanas después del fin de los combates en Okinawa.

Orden de batalla

Fuerzas terrestres

Las fuerzas terrestres de EE.UU. que participaron incluían al X Ejército, comandado por el Teniente General Simon Bolivar Buckner, Jr.. El X Ejército, estaba compuesto por dos cuerpos, el III Cuerpo Anfibio comandado por el Mayor General Roy Geiger, que se componía de la 1ª y 6ª División de Marines, y del XXIV Cuerpo) bajo el mando del Mayor General John R. Hodge, que se componía de la 7ª y 96ª Divisiones de Infantería. La 2ª División de Marines en un principio se mantendría en reserva, y el X Ejército también controla la 27ª y 77ª Divisiones de Infantería. En total, el X Ejército contaba con más de 180.000 hombres, 102.000 del ejército y 81.000 del Cuerpo de Marines.

La fuerza japonesa en la campaña (sobre todo defensiva) se componía de unos 67.000 efectivos (77.000 según algunas fuentes) pertenecientes al 32ª Ejército y unos 9.000 efectivos de la Armada Imperial Japonesa que se encontraban en la Base Naval de Oroku (sólo unos pocos cientos de los cuales habían sido entrenados y equipados para combate terrestre), apoyados por 39.000 habitantes de las Islas Ryūkyū (incluidos 24.000 reclutados apresuradamente para la milicia llamada Boeitai y 15.000 trabajadores no uniformados). Además de, 1.500 alumnos de escuelas secundarias organizados en primera línea del frente como Unidades de Voluntarios Hierro y Sangre (Iron and Blood Volunteer Units), mientras que 600 alumnas Himeyuri se organizaron en una unidad de enfermería.[4]​ El 32º Ejército inicialmente consistía en la , 24ª y 62ª Divisiones, y la 44ª Brigada Mixta Independiente. La 9ª División se trasladó a Taiwán antes de la invasión, dando lugar a un cambio en los planes defensivos japoneses. La resistencia primaria debería de ser en el sur, comandada por el Teniente General Mitsuru Ushijima, su Jefe de Estado Mayor, el Teniente General Isamu Chō y su jefe de operaciones, Coronel Hiromichi Yahara. Yahara abogó por una estrategia defensiva, y Chō por una ofensiva. En el norte, el coronel Udo Takehido estaba al mando. Las tropas de la Armada fueron lideradas por el Contraalmirante Minoru Ota.

Se esperaba que los estadounidenses desembarcaran de seis a diez divisiones para enfrentarse a las tres divisiones (una de ellas con solo la mitad de efectivos). El Estado Mayor Japonés calculaba que la calidad superior y el mayor número de armas daría, a cada división estadounidense, de cinco o seis veces la potencia de fuego de una división japonesa.

Fuerzas navales

Armada de Los Estados Unidos

La Armada de los Estados Unidos reunió una armada sin precedentes en abril de 1945, compuesta por 327 buques. De hecho, el esfuerzo en la ofensiva de primavera de 1945 fue mucho mayor que la ofensiva de primavera anterior en Europa. Durante el desembarco de Normandía, los aliados habían empleado 284 buques.

La mayoría de los aviones de caza, de los bombarderos en picado y de los aviones de ataque a tierra fueron de la Armada de los EE.UU., basados en los portaaviones. Los japoneses habían utilizado las tácticas kamikaze desde la Batalla del Golfo de Leyte, pero por primera vez, se convirtieron en una parte importante de la defensa. Entre el desembarco estadounidense del 1 de abril y el 25 de mayo, se produjeron siete ataques kamikaze, en los que se utilizaron más de 1.500 aviones. La Armada de los EE.UU. sufrió la mayor cantidad de víctimas en esta operación que en cualquier otra batalla de la guerra.

British Commonwealth

Aunque las fuerzas terrestres aliadas estaban compuestas enteramente por unidades estadounidenses, buques de la Flota Británica del Pacífico (BPF conocida en la Armada de los EE.UU. como Task Force 57) proporcionarían aproximadamente un cuarto del poder naval y aéreo de los aliados (450 aviones). Estaba compuesta por una gran cantidad y variedad de buques, entre ellos 50 buques de guerra de los cuales 17 eran portaaviones, pero las cubiertas de vuelo eran mas pequeñas, lo que significaba que podían transportar menos aviones que un portaaviones estadounidense, pero eran mas resistentes a los ataques kamikaze. Aunque todos los portaaviones fueron proporcionados por el Reino Unido, el grupo era un combinado de la Commonwealth británica compuesta por unidades de, la Marina Real Británica, Marina Real Canadiense, Marina Real de Neozelandesa y Marina Real Australiana. Su misión era neutralizar los campos de aviación japoneses en la Islas Sakishima y proporcionar cobertura aérea contra los ataques kamikaze japoneses.

Batalla Naval

USS Bunker Hill en llamas, tras un ataque kamikaze japonés cerca de Okinawa, 11 de mayo 1945

A la Flota del Británica del Pacífico se le asignó la tarea de neutralizar los aeródromos japoneses en la Islas Sakishima, lo que hizo con éxito del 26 de marzo hasta el 10 de abril. El 10 de abril, su atención se desplazó a los aeródromos en el norte de Formosa. La fuerza se retiró a la Bahía de San Pedro el 23 de abril. El 1 de mayo, la Flota Británica del Pacífico volvió a la acción, atacó de nuevo los aeródromos. Los portaaviones sufrieron varios ataques de kamikazes, pero gracias a las cubiertas de vuelo blindadas, estos no sufrieron daños irreparables y solo experimentaron una breve interrupción en sus misiones. En los de tres meses de batalla de Okinawa, los japoneses volaron en 1.900 misiones kamikaze, hundiendo a docenas de barcos aliados y matando a más de 5.000 marineros estadounidenses, al precio de 1.465 aviones kamikaze perdidos (otros 2.200 aviones japoneses y 763 aviones de estadounidenses también fueron destruidos, incluso durante la batalla en tierra). Los buques que se perdieron fueron los más pequeños, en particular los destructores de la primera línea de defensa, así como destructores de escolta y buques de desembarco. Si bien los aliados no perdieron ninguno se sus portaaviones, algunos de ellos resultaron severamente dañados. Lanchas motoras con base en tierra también fueron utilizadas en los ataques suicidas de los japoneses. La prolongada duración de la campaña bajo condiciones de estrés forzó al Almirante Chester W. Nimitz a dar un paso sin precedentes, se relevo a los principales comandantes navales para que pudieran descansar y recuperarse. La flota cambio su denominación con el relevo de los comandantes navales, había comenzado la campaña como 5ª Flota, comandada por el Almirante Raymond Spruance, y la finalizo como 3ª Flota comandada por el Almirante William Halsey.

Operación Ten-Go

Operación Ten-Gō (del japonés Kyūjitai: 天號作戰, Shinjitai: 天号作戦 ten-gō sakusen) también llamada como Ten-ichi-gō (Operación Cielo Uno) fue la última operación naval japonesa en la Guerra del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. En abril de 1945 el acorazado Yamato, comandado por el Almirante Seiichi Itō, junto con otros nueve buques de guerra japoneses, recibieron la orden de realizar un ataque suicida contra los aliados. El Yamato y otros buques, de la Operación Ten-Go fueron descubiertos por submarinos poco después de salir de aguas japonesas, y fueron atacados por aviones, embarcados en los portaaviones estadounidenses. Bajo el ataque de más de 300 aviones en un lapso de dos horas, el mayor acorazado del mundo se hundió el 7 de abril de 1945, mucho antes de que pudiera llegar a Okinawa. Los pilotos de los Torpederos estadounidenses habían sido instruidos para atacar de forma eficaz, golpeando preferentemente la proa o la popa, donde el blindaje se creía que era más delgado. Además del Yamato, el crucero ligero Yahagi, y cuatro de los ocho destructores también fueron hundidos. En total, la Armada Imperial Japonesa perdió unos 3.700 marineros, incluyendo a Itō, a un precio de sólo diez aviones de EE.UU. y 12 aviadores.

Batalla Terrestre

Okinawa, desembarco estadounidense 13 de abril 1945.

Los primeros americanos en tierra fueron los soldados de la 77ª División de Infantería, que desembarcaron en las Islas Kerama a 24 kilómetros al oeste de Okinawa el 26 de marzo de 1945. Apoyados por más tropas, que fueron llegando en sucesivos desembarcos, Kerama fue asegurada en cinco días. En estas operaciones preliminares, la 77ª División de Infantería sufrió 27 muertos y 81 heridos, mientras que los japoneses muertos y capturados fueron más de 650. Esta operación buscaba un área protegida para la flota y, eliminar la amenaza de botes suicidas. El 31 de marzo marines del Batallón de Reconocimiento, desembarcaron sin oposición en Keise Shima, cuatro islotes a sólo 13 kilómetros al oeste de la capital de Okinawa, Naha. Se desembarcaron cañones de 155mm Long Tom para cubrir las operaciones en Okinawa.

Norte de Okinawa

El desembarco fue realizado por XXIV Cuerpo y III Cuerpo Anfibio en las playas Hagushi en la costa oeste de Okinawa el Día-L 1 de abril, que era a la vez el domingo de Pascua y el Día de las bromas de abril, en 1945. La 2ª División de Marines realizó una distracción frente a las playas de Minatoga en la costa sureste para confundir a los japoneses sobre las intenciones estadounidenses y evitar que los defensores se movieran de allí. El X Ejército se extendió por todo el centro-sur de la isla con relativa facilidad, capturando las bases aéreas de Kadena y Yomitan. A la luz de la débil oposición, el general Buckner decidió proceder inmediatamente con la segunda fase de su plan, la toma del norte de Okinawa. La 6ª División de Marines encabezó el ataque en el istmo de Ishikawa. El terreno era montañoso y boscoso, con las defensas japonesas concentradas en Yae-Take, una masa retorcida de crestas rocosas y barrancos en la península de Motobu. Hubo fuertes enfrentamientos antes de que despejaran la península el 18 de abril. Mientras tanto, la 77ª División de Infantería atacó Ie Shima, una pequeña isla en el extremo occidental de la península, el 16 de abril. Además de los riesgos convencionales, la 77ª División de Infantería encontró kamikazes, e incluso a las mujeres japonesas armadas con lanzas. Hubo fuertes enfrentamientos antes de Ie Shima fuera declarada asegurada el 21 de abril y se convirtió en otra base aérea para las operaciones contra el Japón

Sur de Okinawa

Marines de la 1ª División en Okinawa
Bombardeo efectuado por un F4U de los marines
Mapa de la Batalla de Sugar Loaf Hill

Mientras los marines despejaban el norte de Okinawa, XXIV Cuerpo rodaba al sur a través de la estrecha cintura de Okinawa. La 7ª y 96ª División de Infantería encontraron fuerte resistencia por parte de las tropas japonesas en cuevas bien fortificadas en la alto del terreno y entablaron un desesperado combate cuerpo a cuerpo en el centro-oeste de Okinawa a lo largo de Cactus Ridge, a unos 8 km al noroeste de Shuri. En la noche del 8 de abril el XXIV Cuerpo había despejado estas posiciones fortificadas. Los estadounidenses sufrieron más de 1.500 bajas en el proceso, mientras unos 4.500 japoneses murieron o fueron capturados, sin embargo, la batalla no había hecho mas que comenzar, ya que se dieron cuenta de que no eran más que puestos de protección avanzada de la línea Shuri.

El siguiente objetivo de los aliados, era Kakazu Ridge, dos colinas que formaban parte de las defensas exteriores de Shuri. Los japoneses habían preparado bien sus posiciones. Los soldados japoneses se escondieron en cuevas fortificadas ocultas, armados con ametralladoras y explosivos; las fuerzas estadounidenses a menudo perdían muchos hombres antes de despejar cada cueva. Los japoneses enviarían, a punta de pistola, a los habitantes a la búsqueda de suministros y agua para ellos, lo que produjo numerosas bajas entre los civiles. Con el asalto estadounidense contra Kakazu Ridge estancado, el general Ushijima, influenciado por el general Cho, decidió pasar a la ofensiva. En la tarde del 12 de abril, el 32º Ejército atacó posiciones estadounidenses en todo el frente. El ataque japonés era sostenido y estaba bien organizado. Después de un feroz combate cuerpo a cuerpo los atacantes se retiraron, sólo para repetir su ofensiva la noche siguiente. Se produjo un asalto final el 14 de abril que fue de nuevo rechazado. Todo el esfuerzo del personal del 32º Ejército les llevó a la conclusión de que los americanos eran vulnerables a las infiltraciones nocturnas, pero su superior potencia de fuego respecto a las tropas japonesas hizo que ninguno de esos contraataques resultaran peligrosos, lo que obligó a los japoneses a volver a una estrategia defensiva.

La 27ª División de Infantería, que había desembarcado el 9 de abril, se hizo cargo del flanco derecho, a lo largo de la costa oeste de Okinawa. El General Hodge ahora tenía tres divisiones en la línea del frente, con la 96ª en el centro, y la 7ª en el este, con cada división ocupando un frente de tan sólo 2,4 km. Hodge lanzó una nueva ofensiva del 19 de abril con una barrera de fuego (mas de 324 piezas de artillería), la más grande en el Teatro de Operaciones del Pacífico. Acorazados, cruceros y destructores realizaron el bombardeo, que fue seguido por 650 aviones de la Armada y de los Marines, se atacaron las posiciones enemigas con napalm, cohetes, bombas y ametralladoras. Las defensas japonesas estaban ubicadas al otro lado de la ladera, por lo que la barrera de artillería y los ataques aéreos no resultaron muy eficaces, los defensores japoneses salieron de sus cuevas y atacaron a las fuerzas estadounidenses durante su avance con fuego de mortero y granadas. Los tanques lograron avanzar flanqueando Kakazu Ridge pero, no pudieron conectar con la infantería que intentaba cruzar la cresta, sin este apoyo, fueron destruidos 22 tanques. Aunque tanques lanzallamas despejaron muchas cuevas, no se registró ningún avance significativo, y el XXIV Cuerpo sufrió más de 720 bajas entre muertos, heridos o desaparecidos. Las pérdidas podrían haber sido mayores, de no ser por el hecho de que los japoneses tenían la práctica totalidad de sus reservas de infantería más al sur, donde los marines de la 2ª División volvieron ha realizar distracciones frente a las playas de Minatoga que coincidieron con el ataque.

El 7 de abril la 77ª División de Infantería relevo a la 7ª División, y a finales de abril la 1ª División de Marines relevo a la 27ª División de Infantería. Cuando la 6ª División de Marines llegó, III Cuerpo Anfibio se hizo cargo del flanco derecho y el X Ejército asumió el control de la batalla.

El 4 de mayo, el 32ª Ejército lanzó una nueva contraofensiva. Esta vez Ushijima intentó desembarcar tras las líneas estadounidenses. Para el apoyo de su ofensiva, la artillería japonesa salió al exterior. De esta manera fueron capaces de disparar unas 13.000 salvas para apoyar el avance, el fuego de la artillería estadounidenses destruyó 19 piezas de artillería ese mismo día y 40 más en los siguientes dos días. El ataque fue un completo fracaso. Tras diez días de intensos combates. El 13 de mayo, las tropas de la 96ª División de Infantería y el 763º Batallón de Tanques capturaron Conical Hill. Una colina 145 m por encima de la llanura costera de Yonabaru, al este de las principales defensas japonesas que estaba defendida por unos 1.000 japoneses. Mientras tanto, en la costa opuesta, la 6ª División de Marines combatía por Sugar Loaf Hill. Con la captura de estas dos posiciones claves, los japoneses estarían expuestos a ambos lados del Shuri. Buckner quería envolver Shuri y cerrar en la trampa a la principal fuerza japonesa de defensa.

A finales de mayo, las lluvias producidas por el monzón convirtieron los caminos en zonas pantanosas agravando la situación. El avance en tierra empezó a parecerse a los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial. Las tropas vivían en campos, empapados por la lluvia y rodeados de basura, y en los cementerios. Los cuerpos de los japoneses sin enterrar se hundían en el barro. Cualquier persona que se deslizara por las laderas podría encontrar fácilmente los bolsillos llenos de gusanos, al final del viaje.[5]

El 29 de mayo, el Mayor General Pedro del Valle, al mando de la 1ª División de Marines, ordenó a la Compañía A, 1er Batallón, 5º Regimiento de Marines capturar el castillo de Shuri. La captura del castillo supondría un duro golpe para los japoneses, tanto estratégico como psicológico y fue un hito en la campaña. Del Valle fue galardonado con la Medalla por Servicio Distinguido de la Armada por su liderazgo en la lucha y la posterior ocupación y reorganización de Okinawa. La zona del Castillo de Shuri había sido bombardeada antes de este avance durante 3 días, por el USS Mississippi (BB-41).[6]​Debido a esto, el 32º Ejército se retiró hacia el sur y por lo tanto a los marines les resulto mas fácil la toma del Castillo Shuri.[6][7]​El castillo, sin embargo, estaba fuera de la zona asignada a la 1ª División de Marines y solamente un frenético esfuerzo llevado a cabo por el comandante y el personal de la 77ª División de Infantería impidió un ataque aéreo y el fuego de la artillería estadounidense, que hubiera tenido el resultado de muchas bajas debido a fuego amigo.

La retirada japonesa, aunque acosados por fuego de artillería, se llevó a cabo con gran habilidad durante la noche y ayudado por las tormentas. El 32º Ejército fue capaz de mover cerca de 30.000 hombres hacia su última línea de defensa en la Península de Kiyan, que en última instancia condujo a la mayor masacre en Okinawa en las últimas fases de la batalla, incluyendo la muerte de miles de civiles. Además, había 9.000 soldados de la IJN apoyados por 1.100 milicianos atrincherados en el recinto fortificado de la Base Naval de Okinawa en la Península de Oroku. Ese mismo día, los estadounidenses lanzaron un asalto anfibio en la Península de Oroku con el fin de asegurar su flanco occidental. Después de varios días de una lucha encarnizada, los japoneses fueron empujados hacia el extremo sur de la isla.

El 18 de junio, Buckner murió por fuego de artillería enemiga durante el seguimiento de los progresos de sus tropas. Buckner fue sustituido por Roy Geiger. Al asumir el mando, Geiger se convirtió en el único Marine en comandar un Grupo de ejército del Ejército de los Estados Unidos, en combate. Fue relevado del mando cinco días después por el General Joseph Stilwell. La isla cayó el 21 de junio de 1945, aunque algunos japoneses siguieron luchando.

Ushijima y Chō se suicidaron haciéndose el haraquiri, en su cuartel general en la colina 89 en las últimas horas de la batalla. Al Coronel Yahara se le ordeno que tratara de llegar a Japón y presentara un informe al cuartel Imperial Japonés sobre la estrategia empleada en Okinawa. La misión fracaso cuando fue capturado por tropas estadounidenses mientras se hacia pasar por civil, Yahara fue el oficial de mayor rango de los que sobrevivieron a la batalla en la isla, y más tarde escribió un libro titulado La Batalla de Okinawa.

Víctimas

Bajas militares

Simon B. Buckner, Comandante General del X Ejército, una de las numerosas bajas de los estadounidenses.

Las pérdidas de EE.UU. fueron más de 50.000 víctimas, de los cuales más de 12.000 murieron o fueron dados por desaparecidos. Esto hizo que fuera la batalla más sangrienta de las fuerzas de estadounidenses en la guerra del Pacífico.[8][9][10]​ Uno de los víctimas más famosas fue el corresponsal de guerra Ernie Pyle, que murió por heridas de bala en Ie Shima.[11]​ las fuerzas de EE.UU. sufrieron a su vez, la más alta tasa de bajas por fatiga de combate durante toda la guerra, con unos 20.000 soldados retirados debido a la crisis nerviosa.[12]

La decisión del General Buckner, de atacar las defensas japonesas, fue muy costosa en vidas estadounidenses, aunque finalmente se cumplió el objetivo. Cuatro días antes de finalizar la campaña, el general Buckner murió por causa del fuego enemigo, alguna de la metralla que se encontró en su cuerpo eran astillas de coral, mientras inspeccionaba a sus tropas en la línea del frente. Fue el oficial de EE.UU. de más alto rango muerto en combate durante la guerra. Al día siguiente, un segundo general, el General de Brigada Claudio M. Easley, murió por arma de fuego.

En el mar 368 barcos aliados (entre ellos 120 embarcaciones anfibias) fueron dañados, mientras que otros 28, incluyendo 15 buques anfibios y 12 destructores fueron hundidos durante la campaña de Okinawa. Las bajas de la Armada de EE.UU. fueron de 4.907 muertos y 4.874 heridos, principalmente de los ataques kamikaze.[13]​Los japoneses perdieron 16 barcos, incluyendo el acorazado Yamato.

En tierra las fuerzas de EE.UU. perdieron al menos 225 tanques y muchos LVTs, mientras que eliminaron 27 tanques japoneses y 743 piezas de artillería (incluidos los morteros, obuses y cañones antiaéreos), algunos de ellos destruidos por el bombardeo aéreo y naval, pero la mayoría de ellos destruidos por la artillería de las tropas estadounidenses.

Las bajas japonesas fueron de más de 107.000 muertos y se capturaron unos 7.400 combatientes. Algunos de los soldados se suicidaron siguiendo el ritual seppuku, o se imnolaron al estallar las granadas de mano que portaban. Se calcula que un número elevado de soldados japoneses pudieron perecer dentro de las cuevas, cuando los estadounidenses las sellaban.

Esta fue también la primera batalla de la guerra en la que miles de japoneses se convirtieron en prisioneros de guerra. Muchos de los prisioneros japoneses de Okinawa eran indígenas que no estaban imbuidos en la doctrina del ejército japonés de luchar hasta morir y no rendirse.[14]​ Cuando las fuerzas estadounidenses ocuparon la isla, los japoneses cogieron la ropa de los civiles para evitar su captura, y los habitantes de Okinawa ayudaron a los estadounidenses al ofrecer una forma sencilla de detectar japoneses en la clandestinidad. El idioma de Okinawa es muy diferente de la lengua japonesa, y en presencia de los estadounidenses, los habitantes de Okinawa interrogaban a los prisioneros en el idioma local, y los que no lo entendían se consideraron soldados japoneses.

Bajas civiles

Civiles en Okinawa

En algunas batallas, como en la Batalla de Iwo Jima, no hubo bajas civiles, pero Okinawa tenía una elevada población civil indígena y, según diversas estimaciones, uno de cada diez, o uno de cada tres murió durante la batalla.[5]​Las pérdidas civiles en la campaña de Okinawa se calcula entre 42.000 y 150.000 muertos (más de 100.000 según la Prefectura de Okinawa)[15]​ La cifra que barajó el ejército estadounidense fue de 142.058 víctimas civiles, incluyendo a aquellos que murieron por fuego de artillería, ataques aéreos y al servicio del Ejército Imperial Japonés.[5]​ Durante la batalla, los soldados de EE.UU. encontraron que se hacia difícil distinguir a los civiles de los soldados. Se convirtió en rutina para los soldados de EE.UU. disparar contra las casas de Okinawa, como un soldado de infantería escribió: Nos disparaban desde un número pequeño de casas, pero las otras probablemente estaba ocupadas por los civiles, y no nos importaba. Fue terrible lo de no distinguir entre el enemigo y las mujeres y los niños. Los estadounidenses siempre hemos tenido gran compasión, especialmente para los niños. Ahora nosotros disparábamos de forma indiscriminada.[16]​ En su historia de la guerra, el Museo Conmemorativo de la Paz de la Prefectura de Okinawa[17]​ presenta a Okinawa como estar atrapado en los enfrentamientos entre Estados Unidos y Japón. Durante la batalla de 1945, el ejército japonés mostró indiferencia a la hora de la defensa y la seguridad de Okinawa, los soldados japoneses utilizaron a civiles como escudos humanos. Militares japoneses confiscaron la comida de los okinawenses y ejecutaban a los la escondían, un hecho que conduce a una inanición entre la población, y obligó a los civiles a salir de sus refugios. También los soldados japoneses mataron a unos 1.000 habitantes de Okinawa que todavía hablaban un dialecto local diferente con el fin de suprimir el espionaje.[18]​ El museo escribe que muchos fueron destrozados por proyectiles, otros que se encuentran en una situación desesperada fueron conducidos al suicidio, algunos murieron de hambre o sucumbieron a la malaria , mientras que otros fueron víctimas de la tropas japonesas en retirada.[17]

Violaciones

La violación de civiles en Okinawa fue una acto en el que intervinieron soldados de los dos bandos, las violaciones de civiles por parte de los japoneses se convirtió en una rutina una vez que quedo claro que habían sido derrotados.[4][19]​ Un historiador ha calculado que soldados de EE.UU. cometieron más de 10.000 violaciones durante la campaña de tres meses.[20]​ El New York Times publico en el año 2000, que en el pueblo de Katsuyama, la población civil formaron grupos de vigilantes para emboscar y matar a un grupo de soldados estadounidenses que violaban las chicas locales.[21]​Oficiales del Cuerpo de Marines en Okinawa y Washington han declarado que no sabían que se hubieran cometido violaciones por soldados estadounidenses en Okinawa, y en sus registros no consta que los marines cometieran ningún crimen de guerra’’.[20]​El historiador George Feifer, sin embargo, escribe que la violación en Okinawa era otro de los secretos sucios de la campaña en la que la crónica militar estadounidense era ignorar los crímenes. Pocos habitantes de Okinawa quedaron embarazadas, ya que el estrés y la mala alimentación ... condujo a que la mayoría de las mujeres no fueran fértiles. Muchas de los que se quedaron embarazadas lograron abortar antes de que sus maridos y padres regresaran. Un número más pequeño de los recién nacidos engendrados por los estadounidenses fueron ahogados.[22]

Suicidios

Con la inminente victoria de las tropas estadounidenses, se produjeron suicidios en masa por parte de la población civil. Los soldados japoneses dijeron a los habitantes de la isla que los estadounidenses cometerían todo tipo de barbaries contra la población. Ryukyu Shimpo, uno de los dos periódicos principales de Okinawa, escribió en 2007: Muchos habitantes de Okinawa han testificado que el ejército japonés directamente les obligó a suicidarse. También hay personas que han manifestado que le fueron entregadas granadas por los soldados japoneses para autoinmolarse.[23]​Algunos civiles, después de haber sido adoctrinados por la propaganda japonesa, creyeron que los soldados de EE.UU. eran unos bárbaros que cometerían horribles atrocidades. En consecuencia se suicidaron y mataron a sus familias para evitar ser capturados. Muchos de ellos se arrojaron desde los acantilados donde actualmente está situado el Museo de la Paz.

A pesar de las advertencias de que serían objeto de violaciones, torturas o asesinatos a manos de los estadounidenses, los habitantes de Okinawa se sorprendieron con frecuencia por el trato humano que recibieron del enemigo.[24][25]​ De acuerdo con el libro Islands of Discontent: Okinawan Responses to Japanese and American Power de Mark Selden, los estadounidenses no aplicaron una política de torturas, violaciones y asesinatos de civiles como los militares japoneses habían advertido.[26]​ Un traductor japonés-inglés del Servicio de Inteligencia Militar estadounidense, Teruto Tsubota, convenció a cientos de civiles de que no se suicidaran, y por lo tanto les salvó la vida. [27][28]

Consecuencias

Memorial Cornerstone of Peace
Miembros del Okinawa Advisory Council

El noventa por ciento de los edificios en la isla resultaron totalmente destruidos. El valor militar de Okinawa superó todas las expectativas. La isla se convirtió en un puerto para la flota estadounidense, áreas de transito para las tropas, y en campos de aviación en las proximidades de Japón. Finalizada la campaña, los EE.UU. puso en marcha la Operación Zebra, que consistía en la retirada de las minas en las aguas próximas a Okinawa, ocuparon Okinawa, y establecieron la Administración Civil de Estados Unidos de las Islas Ryukyu, una forma de gobierno militar.[29]​A día de hoy un mumero importante de tropas estadounidenses se encuentran estacionadas en la isla, y Kadena sigue siendo la mayor base aérea de EE.UU. en Asia. Algunos historiadores militares creen que Okinawa condujo directamente a los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki, como medio de evitar la invasión terrestre del territorio japonés. Uno de estos historiadores es Victor Davis Hanson, que lo declara explícitamente en su libro Ripples of Battle:

... porque la defensa de Okinawa por parte de los japoneses, incluyendo a los propios nativos, fue feroz, y porque las bajas estadounidenses eran elevadas, muchos estrategas estadounidenses buscaron una alternativa para lograr la rendición de los japoneses, que no fuera una invasión directa. Una de las alternativas era el lanzamiento de las bombas atómicas, se trabajo admirablemente para convencer a lo japoneses a pedir la paz. Irónicamente, los estadounidenses estaban convencidos de que los bombardeos de las principales ciudades japonesas (que habían estado sucediendo meses antes de la invasión de Okinawa) eran mucho más eficaces a la hora de causar bajas en la población civil que las bombas atómicas, y si continuaban y ampliaban los bombardeos, los japoneses se habrían rendido probablemente de todos modos. Sin embargo, las bombas fueron una potente exhibición simbólica del poder estadounidense, lo que llevo a cabo la capitulación de los japoneses, obviando la necesidad de una invasión.

En 1945, Winston Churchill la llamo la batalla entre las más intensas y famosas en la historia militar. En 1995, el gobierno de Okinawa erigió un monumento llamado Cornerstone of Peace en Mabuni, el lugar de los últimos combates, en el sureste de Okinawa.[30]​El monumento muestra todos los nombres conocidos de los que murieron en la batalla, civiles y militares, japoneses y extranjeros. En junio de 2008 contenía 240.734 nombres.[31]

Controversia

Hay discrepancias importantes, en curso entre el gobierno local de Okinawa y el gobierno nacional de Japón sobre el papel de los militares japoneses en los suicidios en masa de civiles durante la batalla. En marzo de 2007, las autoridades nacionales del Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología (MEXT) recomendó a los editores de libros de texto a expresar en otras palabras, las órdenes dadas por el Ejército Imperial Japonés en las que forzaba a los civiles a quitarse la vida para no ser hechos prisioneros por los militares estadounidenses. El MEXT proponía que se dijera, que los civiles solo recibieron granadas de mano de los militares japoneses. Este hecho provocó protestas generalizadas entre los habitantes de Okinawa. En junio de 2007, La Okinawa Prefectoral Assembly aprobó una resolución declarando, Hacemos un firme llamamiento al gobierno (nacional) a retractarse de la instrucción y que restablezca de inmediato la designación en los libros de texto así que la verdad de la Batalla de Okinawa será transmitida correctamente y otra trágica guerra nunca vuelva a suceder.[32]

El 29 de septiembre de 2007, alrededor de 110.000 personas realizaron el mayor acto político en la historia de Okinawa para exigir al MEXT que se retractase en pedirle a los editores de libros de texto la revisión de las declaraciones sobre los suicidios de los civiles. La resolución declaró: Es un hecho innegable que el suicidio múltiple no habría ocurrido sin la participación de los militares japoneses y cualquier supresión o revisión es una negación y una distorsión de los muchos testimonios de las personas que sobrevivieron a los incidentes.[33]

El 26 de diciembre de 2007, el MEXT admitió parcialmente el papel de los militares japoneses en los suicidios en masa de los civiles.[34]​ El Textbook Authorization Council permite a los editores restablecer la referencia, a que la población civil se vio obligada por el ejército japonés a suicidarse en masa. Se puede decir que desde el punto de vista de los residentes de Okinawa, estos se vieron obligados a los suicidios en masa, declaró el informe del Consejo.[35]​Esto no fue suficiente para los sobrevivientes, que dijeron que es importante para los niños de hoy saber lo que realmente sucedió.[36]

El escritor Kenzaburō Ōe ganador del Premio Nobel, escribió un libro en el que precisa que la orden de los suicidios en masa fue dada por los militares durante la batalla.[37]​ Fue demandado por los revisionistas, entre ellos un comandante japonés que participó en la Segunda Guerra Mundial, y que quería impedir la publicación del libro. En una audiencia judicial el 9 de noviembre de 2007, Ōe testificó: Los suicidios en masa, a los que fueron obligados los habitantes de Okinawa, son el resultado de una jerarquía social y estructural japonesa que funcionaba en el Estado japonés, las fuerzas armadas y las guarniciones locales.[38]​ El 28 de marzo de 2008, la Corte de la Prefectura de Osaka falló a favor de Ōe diciendo: Se puede decir que los militares estaban profundamente implicados en los suicidios en masa. El tribunal reconoció la participación del ejército en los suicidios en masa y el asesinato-suicidio, citando el testimonio acerca de la distribución de granadas, a los civiles para que se suicidaran, por parte de soldados y el hecho de que los suicidios en masa no se registraron en las islas donde los militares no estaban estacionados.[39]

Enlaces externos

Referencias

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  2. The United States Navy assembled an unprecedented armada in April 1945
  3. The American invasion of Okinawa was the largest amphibious assault of World War II
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  7. Nps.gov (ed.). «The Final Campaign: Marines in the Victory on Okinawa (Assault on Shuri)». Consultado el 7 de abril de 2010. 
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  14. Huber, Thomas M. (Mayo de 1990). United States Army Command and General Staff College, ed. «Japan's Battle of Okinawa, Abril-Junio 1945». Consultado el 9 de abril de 2010. 
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  36. Okinawa's war time wounds reopened BBC News, 17 de noviembre de 2007
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  39. Court sides with Oe over mass suicides, Japan Times, 29 de marzo de 2008