Identidad de género

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La identidad de género (del inglés gender identity)[1]​ es la profundamente sentida experiencia interna e individual del género de cada persona, que podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo el sentido personal del cuerpo y otras expresiones de género, incluyendo el vestido, el modo de hablar y los amaneramientos. El sentido personal del cuerpo podría involucrar, de tener la libertad para escogerlo, la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios médicos, quirúrgicos o de otra índole.[2]

El término surgió en Estados Unidos a mediados del siglo XX en los ambientes médicos y psiquiátricos. En 1955 el psicólogo John Money habla de gender roles en un intento de descubrir por qué el sexo cromosómico no corresponde, en algunas personas, al sexo anatómico[3]​. Para el profesional y sus colaboradores, la identidad de género podría definirse de la siguiente manera: "la igualdad a sí mismo, la unidad y persistencia de la propia individualidad como hombre, mujer o ambivalente, en mayor o menor grado, en especial tal como es experimentada en la conciencia acerca de sí mismo y en la conducta; la identidad de género es la experiencia personal del papel de género, y este es la expresión pública de la identidad de género".[4]​ Robert Stoller, psicoanalista y psiquiatra, habla de gender identity al estudiar los transexuales, que no se reconocen en su identidad sexual de nacimiento.[3]

Junto a la orientación sexual y el rol de género, la identidad de género constituye sexo psíquico, también llamado «género».[5]

Relación con la identidad sexual

La identidad de género y la identidad sexual convergen en la construcción que hace el sujeto de sí, sin embargo, la primera es más general e incluye aspectos no estrictamente biológicos, en tanto que la segunda se relaciona principalmente con el reconocimiento que los sujetos hacen respecto a sus órganos sexuales. La identidad de género por tanto añade una dimensión psicológica de identificación que puede ser independiente de los caracteres fenotípicos que todos los seres humanos poseen en función de condicionantes biológicos; estos pueden ser independientes del ámbito psicosocial, a pesar de que en la mayor parte de las personas existe una correlación entre ambos.

Cuando se hace referencia a la expresión de género se alude a la exteriorización de la identidad de género de una persona (Ferreyra, Marcelo, IGLHRC).

Orígenes

Los roles de género se «aprenden», es decir, se desarrollan mentalmente desde la más temprana niñez[cita requerida]. La observación de otras personas de diferentes identidades de género o sexuales, como los padres, las madres y los familiares, sirve de modelo para desarrollar una autoidentificación[6][fuente cuestionable] y, con ello adscribirse a uno u otro género, lo cual puede verse influido por factores biológicos y genéticos. Los niños y las niñas en sus primeros años aprenden rápidamente a asociar determinados colores, juguetes, programas de televisión, objetos, actividades, espacios y vestimentas con identidades psicosociales. Sin embargo, existen estructuras cerebrales que influyen en la diferenciación sexual entre varones y mujeres. El hipotálamo, que influye en la temperatura corporal, en la presión arterial, en las sensaciones de hambre y de sueño, también tiene un papel decisivo en el comportamiento sexual. De hecho, estadísticamente los hombres tienden a presentar un mayor desarrollo del núcleo preóptico medial.[7]

Al considerar el género, ligado al deseo, como más determinante que el determinismo genético del sexo genético, ligado a la anatomía, reactivó las controversias en la comunidad científica acerca de lo innato o adquirido. En la década de 1950 este tema era de fundamental importancia para los que bregaban por despatologizar la homosexualidad.[8]

Bases socioculturales

Sus articuladores son los «cánones vigentes de masculinidad y feminidad»,[9]​ y «se relaciona con el esquema ideoafectivo de pertenencia a un sexo»,[10]​ y se trata, por consiguiente, de la expresión individual del género.[11]

Toda sociedad tiene un conjunto de esquemas de género, una serie de «normas, prescripciones sociales o estereotipos culturales relacionados con el género»[12]​ que sirven de base para la formación de una identidad social en relación con otros miembros de esa sociedad y que, en consecuencia, dan origen a la identidad de género.[12]

La identidad de género es parte de una serie de círculos de pertenencia, como lo menciona Gilberto Giménez (1996), a los que el sujeto se adscribe a partir del reconocimiento que hace de sí y de los otros, durante las interacciones que se suscitan en espacios y momentos específicos.[cita requerida]

Bases biológicas

El principal mecanismo responsable de la identidad de género y orientación sexual implica un efecto directo de la testosterona en el cerebro humano en desarrollo, como se muestra en los diferentes trastornos del tipo intersexual[13]​.

El síndrome de insensibilidad completa a los andrógenos es causado por diferentes mutaciones en el gen para el receptor de andrógenos (AR). Los afectados son varones XY que se desarrollan como mujeres y tienen una apariencia fenotípica de mujer y fantasías "heterosexuales", sin los problemas de incoherencia de género[13]​.

Cuando un feto varón tiene una deficiencia de 5 alfa-reductasa-2 o 17 β hidroxi-esteroides deshidrogenasa-3, ocurre que la testosterona periférica se transforma en dihidrotestosterona. Esta deficiencia parece ser una condición genética, bastante común en esta parte de la República Dominicana, pero muy rara en otros sitios[14]​. Al nacer, se presenta como una "niña" con un clítoris grande. Estos niños XY son generalmente criados como niñas. Sin embargo, cuando aumenta la producción de testosterona durante la pubertad, el 'clítoris' crece al tamaño de un pene, los testículos descienden, y los niños comienzan a masculinizarse y se hacen más musculosos[13]​. Una observación que hizo la investigadora Julianne Imperato-McGinley —una de las primeras personas en indagar en la cuestión de los niños dominicanos— fue que todos estos chicos, a pesar de ser educados como chicas, mostraron casi todos preferencias heterosexuales[14]​.

Desarrollo biográfico de la identidad de género

La conciencia de pertenencia a una de las categorías de género existentes parece desarrollarse precozmente y en relación con los estereotipos sociales[15]​ referentes a los papeles que han de representar los miembros de cada sexo dentro de los espacios socializadores. Hacia los dos años de edad los niños y las niñas ya tienen conocimiento de las categorías de género existentes en la sociedad[15]​, y que este conocimiento se complementará una vez que el sujeto tome conciencia de su identidad sexual (conciencia del propio sexo biológico), la cual se reconoce después de los 7 años[15]​. Sin embargo, sólo hasta los seis años de edad la identidad de género se consolidará (en etapas previas los niños y las niñas aún creerán que, si bien pertenecen a uno u otro sexo, este hecho puede cambiar en función de características físicas visibles o atributos externos como, por ejemplo, los atuendos o la longitud del pelo).

La identidad de género se suele formar hacia los tres años de edad.[16][17]​ Más tarde de esa edad, es extremadamente difícil de cambiar,[16]​ y los intentos de reasignación pueden resultar en disforia de género.[18]

Patologización de las identidades trans

El principio 18 de Yogyakarta afirma que la identidad de género de una persona no es, en sí misma, condición médica y no deberá ser tratada, curada o suprimida.[19]​ Sin embargo, en la psiquiatría norteamericana se sigue considerando a la transexualidad una alteración mental bajo el rubro "Disforia de género".[13][20]​ Éste último término fue incluido en la quinta versión del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM-5.[21]​ Esta versión destaca por la exclusión de la lista de trastornos mentales de la transexualidad, llamada en la versión anterior del manual "transtorno de identidad de género", sustituyéndolo por "disforia de género". Este cambio de terminología no está exenta de controversia.[21]​ El hecho que la transexualidad siga incluída como patología, aunque con diferente nombre, es un signo inequívoco que se pretende dar un abordaje puramente médico.[22]

Identidades de género

  • Cisgénero: Persona que identifica su género con su fenotipo sexual.
  • Transgénero: Persona que se identifica con otro género distinto al que le atribuiría su fenotipo sexual.
  • Transexual: Persona que ha modificado su cuerpo o desea hacerlo, hacia el aspecto del fenotipo sexual contrario, con métodos quirúrgicos, hormonales o ambos
  • Tercer género: Identidad distinta a hombre o mujer. Este término pertenece a culturas no occidentales, y no debe usarse en Occidente puesto que es un concepto distinto de nuestras categorías de género. Existen numerosas formas de tercer género en culturas indígenas a lo largo de todo el mundo.

Nota: «Cisgénero», término formado del prefijo «cis-»[23]​ y «género»[24]​ es un calco del inglés cisgender, neologismo aceptado en los diccionarios Oxford en 2013[25]

Derecho a la identidad de género

Derecho Internacional

En 2006, en respuesta a patrones bien documentados de abusos dirigidos en contra de las personas por su orientación sexual e identidad de género, real o percibida, un distinguido grupo de expert*s en derechos humanos de distintas regiones y diversa formación se reunió en Yogyakarta, Indonesia, para delinear un set de principios internacionales relacionados con la orientación sexual y la identidad de género. El resultado de esta reunión fueron los Principios de Yogyakarta, una serie de principios legales internacionales sobre la orientación sexual, la identidad de género y el derecho internacional que comprenden estándares que todos los Estados deben cumplir[26]​.

Argentina

En Argentina el derecho a la identidad de género está reconocido en la ley 26.743. El artículo 2° de esta ley define la identidad de género :

[...] la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales[27]​.

Véase también

Referencias

  1. Kaplan, Steven (2011). The Routledge Spanish Bilingual Dictionary of Psychology and Psychiatry (en inglés/español). Taylor & Francis. 
  2. «Introducción a los Principios de Yogyakarta – Yogyakartaprinciples.org». www.yogyakartaprinciples.org (en inglés estadounidense). Consultado el 17 de marzo de 2017. 
  3. a b 2013, 23 De Noviembre De. «¿Qué es la teoría del género?». Infobae. Consultado el 17 de marzo de 2017. 
  4. Alcántara, Eva (1 de enero de 2013). «Identidad sexual / rol de género1». Debate Feminista 47: 172-201. doi:10.1016/S0188-9478(16)30073-1. Consultado el 17 de marzo de 2017. 
  5. Blümel Méndez, J.E.; Castelo-Branco Flores, C.; Vallejo Maldonado, S. (2005). «La sexualidad en las diferentes etapas de la vida». En de la Gándara Martín, Jesús José; Puigvert Martínez, Ana, eds. Sexualidad humana: una aproximación integral. Médica Panamericana. p. 404. ISBN 978-847-903-386-6. 
  6. «¿Qué es Identidad de Género? - Su Definición, Concepto y Significado». conceptodefinicion.de. Consultado el 15 de marzo de 2017. 
  7. R. D. Precht, 2009.
  8. «Identidad de género. La historia de David Reimer | Centro de Bioética, Persona y Familia». Centro de Bioética, Persona y Familia. Consultado el 17 de marzo de 2017. 
  9. Casilda de, Miguel; Olabarri, Elena; Ituarte, Leire (2004). La identidad de género en la imagen fílmica. Universidad del País Vasco, Servicio Editorial. p. 162. ISBN 978-848-373-624-1. 
  10. Chávez Carapia, Julia del Carmen (2004). Perspectiva de género. Plaza y Valdés. p. 179. ISBN 978-97-0722-257-1. 
  11. Bosch, Esperanza; Ferrer, Victoria A.; Gili, Margarita (1999). Historia de la misoginia. Anthropos Editorial. p. 245. ISBN 978-84-7658-563-4. 
  12. a b Craig, Grace J. (2001). Desarrollo psicológico. Pearson Educación. p. 696. ISBN 978-968-444-516-1. 
  13. a b c d Salín-Pascual, Rafael J. (1 de abril de 2015). «La diversidad sexo-genérica: Un punto de vista evolutivo». Salud mental 38 (2): 147-153. ISSN 0185-3325. Consultado el 15 de marzo de 2017. 
  14. a b BBC, Michael Mosley Médico y periodista de la. «Los güevedoces: los niños de República Dominicana a los que el pene les empieza a crecer a los 12 años». BBC Mundo. Consultado el 15 de marzo de 2017. 
  15. a b c «Género: Socialización Temprana | Auto-socialización de género en la primera infancia | Enciclopedia sobre el Desarrollo de la Primera Infancia». Enciclopedia sobre el Desarrollo de la Primera Infancia. Consultado el 15 de marzo de 2017. 
  16. a b Pamela J. Kalbfleisch; Michael J. Cody (1995). Gender, power, and communication in human relationships. Psychology Press. pp. 366 pages. ISBN 0805814043. Consultado el June 3, 2011. 
  17. Ann M. Gallagher; James C. Kaufman (2005). Gender differences in mathematics: An integrative psychological approach. Cambridge University Press. ISBN 0-521-82605-5. 
  18. Boles, 2013. Pages 101-102.
  19. «Principio 18 – Yogyakartaprinciples.org». www.yogyakartaprinciples.org (en inglés estadounidense). Consultado el 16 de marzo de 2017. 
  20. «Disforia de género: MedlinePlus enciclopedia médica». medlineplus.gov. Consultado el 15 de marzo de 2017. 
  21. a b Atienza Macías, Elena; Armaza, Armaza; José, Emilio (1 de diciembre de 2014). «La transexualidad: aspectos jurídico-sanitarios en el ordenamiento español». Salud colectiva 10 (3): 365-377. ISSN 1851-8265. Consultado el 16 de marzo de 2017. 
  22. «La controversia del nuevo DSM-V: pros y contras. - Barba León Psicología Forense». www.barbaleon.es. Consultado el 16 de marzo de 2017. 
  23. Real Academia Española. «cis-». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  24. Real Academia Española. «género : 3. Grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico.». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  25. Clarin.com. «El término "cisgénero" llega a la revista Time y es tendencia en Google, ¿de qué se trata?». entremujeres.clarin.com. Consultado el 5 de marzo de 2017. 
  26. «Principios de Yogyakarta – Yogyakartaprinciples.org». www.yogyakartaprinciples.org (en inglés estadounidense). Consultado el 15 de marzo de 2017. 
  27. Mecon. «InfoLEG - Ministerio de Economía y Finanzas Públicas - Argentina». servicios.infoleg.gob.ar. Consultado el 5 de marzo de 2017. 

Bibliografía

  • Gimenez, G. (1996). III Coloquio Paul Kirchnof, "Identidad, análisis y teorías, simbolismo, sociedades complejas, nacionalismo y etnicidad. México: UNAM
  • Shaffer, D.R. (2002). Desarrollo social y de la personalidad. Madrid: Thomson.
  • Vasta, R., Haith, M.M. y Miller, M.A. (1996). Psicología infantil. Barcelona: Ariel.