Castillo de piedra

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«Castillo de piedra»
vinilo de Luis Alberto Spinetta
Álbum Spinettalandia y sus amigos
Grabación febrero de 1971
Género Hard rock, Rock psicodélico, Rock
Duración 3:17
Discográfica RCA Vik
Escritor(es) Pappo
Idioma original español
«Castillo de piedra»
(1)
«Ni cuenta te das»
(2)

"Castillo de piedra" o "Tema I" es una canción compuesta por el músico argentino Pappo Napolitano, también conocida como "Hay tiempo para elegir". El tema fue editado por primera vez con el título "Castillo de piedra" por Luis Alberto Spinetta en su primer álbum solista Spinettalandia y sus amigos de 1971, pero tanto en esa oportunidad como en las sucesivas ediciones hasta 1995, la empresa RCA atribuyó erróneamente la canción a Spinetta. Pappo grabó la canción con el título "Tema I" en sus álbumes Pappo's Blues Volumen 2 (1972) y Pappo's Blues Volumen 7 (1978).

En Spinettalandia y sus amigos el tema es interpretado por Spinetta en voz, Pappo en guitarra eléctrica y bajo y Héctor "Pomo" Lorenzo en batería.

Contexto[editar]

Pappo y Spinetta tocando juntos en el Festival Pinap realizado en Buenos Aires en 1969. Luego de la separación de Almendra, Spinetta estableció una relación de mucha admiración y afecto por Pappo, que influiría fuertemente en sus opciones artísticas y de vida, aunque terminaría de manera muy negativa.

Luego de la separación de Almendra, Spinetta vive una etapa de definición estética y de vida que él mismo considera su «etapa más oscura» y «caótica».[1][2]​ Se había roto su relación con Cristina Bustamante, de la que estaba profundamente enamorado y se involucró fuertemente con un grupo de músicos y personas del ambiente artístico, con alto consumo de drogas, que le resultaría muy costoso emocionalmente. En ese grupo se destacaba Pappo, con quien Spinetta estableció una relación de mucha admiración y afecto, que terminaría en ese momento con un fuerte resentimiento mutuo, que se atenuó con el paso de los años.[1][2][3]

Además de un trío blusero con Pappo y Pomo Lorenzo, Spinetta también llegó a formar una banda con Edelmiro Molinari, Pomo Lorenzo y Carlos Cutaia con el nombre de Tórax, que no llegaron a grabar ningún disco aunque si realizar algunos recitales en las piletas de Ezeiza.[4]

En ese momento Spinetta decide grabar su primer álbum solista: Spinettalandia y sus amigos. Lo hizo justamente con Pappo y Pomo Lorenzo, sumando también a Miguel Abuelo en algunos temas. El álbum expresa ese momento de opción estética y de vida que le estaba proponiendo Pappo, dilema que es el eje del tema "Castillo de piedra", que Pappo le obsequia para incluir en el álbum. El disco, a la vez de ser un experimento sobre música aleatoria -algo que Spinetta ya deseaba hacer con Almendra-, fue también un castigo para la opción comercial con que lo presionaba la empresa discográfica RCA, que lo intimaba a cumplir con el tercer álbum comprometido en el contrato firmado para Almendra. Spinetta decidió entonces hacer un «antidisco», "que no se lo pudieran vender a nadie", como él mismo lo definió.[1]

La grabación se realizó en 30 horas consecutivas de estudio durante el mes de febrero de 1971, con una gran cantidad de invitados en el estudio, sin cuidar de hacer silencio, con las letras siendo escritas ahí mismo.

Yo quería hacer un ritual: realizar músicas en estado casi tribal.
Luis Alberto Spinetta[1]

RCA lanzó el disco en marzo de 1971, pero la empresa no respetó el diseño de tapa ni el título original y lo tituló sucesivamente Almendra, Luis Alberto Spinetta y La búsqueda de la estrella, lo que llevó a un juicio de los ex Almendra que perdió la discográfica, debido a lo cual lo retiró del mercado. Recién en 1995 el álbum sería publicado por la empresa Sony tal como fue concebido originalmente.

Spinetta y Pappo[editar]

Guitarra acústica Gibson Dove idéntica a la que Spinetta usó en Almendra y en Spinettalandia: "Para mí era una forma de mostrarle a 'Pappo' que no existían solamente las guitarras con el volumen al mango".[2]

Spinetta y Pappo mantuvieron entre 1969 y 1971 una relación personal y musical muy intensa, caracterizada por el afecto, el respeto por la capacidad artística del otro y una forma de vida contestataria bajo el lema de "sexo, drogas y rock and roll", que implicaba también una postura estética. En 1970 ambos rompieron sus propias bandas fundadoras del rock nacional, Pappo Los Gatos y Spinetta Almendra, con el objetivo de generar nuevas estéticas contraculturales para el rock nacional. Spinetta y Pappo compartían una visión del rock contraria a la lógica puramente comercial de las empresas multinacionales discográficas. Pero las estéticas de ambos comenzarían a separarse.

Para Pappo era muy importante distinguir qué era y qué no era rock. El crítico musical Fernando García en un artículo sobre la relación entre Spinetta y Pappo escrito para un número especial sobre Spinetta lanzado por la revista La Maga menciona esa preocupación de Pappo por el "canon rockero":

Siempre (pero siempre) en las entrevistas que he tenido con Pappo ha tenido que dedicarse en un momento a su review del canon rockero, ¿qué es rock y qué no es rock? Spinetta siempre era rock en esas pasadas de canon. Era rock Manal, era rock Patricio Rey, era rock Ratones, La Renga. No era rock Charly ni mucho menos Fito. Pero Spinetta siempre era rock.[5]

Para mediados de la década de 1970 ambos se habían alejado y mantenían una actitud muy crítica frente al otro. En un extenso diálogo con Miguel Grinberg mantenido en 1977, Spinetta analizaba que al iniciar su relación con Pappo y "el círculo de Mandioca", este se presentaba como la opción auténticamente roquera, frente a la opción comercial y superficial que encarnaba Almendra, como producto comercial.[2]

Toda la ondita de tipos que si no tocabas blues eras un paquete... todo eso fue una cosa terrible. A mí eso, por momentos, me socavó. Terminé haciendo un blues que ni yo mismo sé que es. Allí empezó una lucha titánica... ...Me hice mierda. Me quedé solo. La relación con la mujer que amaba empezó a trastabillar, mi psiquis también, mi música se empezó a fortalecer en un extraño idioma que ni yo mismo sabía qué era, y sobrevinieron los peores momentos de mi vida... El conjunto se había “instalado” comercialmente, se había empezado a ganar guita...Y Aníbal vendiendo shows, y dale, y dale... y por el otro lado las visitas infernales de Pappo, con toda su vorágine de bosta... Una onda negadora... Pappo y Furia me escribieron toda la cocina de mi casa de palabra "NO" Me escribían "NO-NUNCA" en la heladera, con marcador. Yo los miraba, y un poco empecé a tener como una... a entrar en una mano destructiva, a decir “bueno, el amor tiene que triunfar... finalmente tiene que haber una esperanza en todo esto”... ahora ya no tengo más excusas, ya comprendí que crear, y crear cosas hermosas depende de una vida hermosa. Y depende de una vitalidad para vivir esa intensidad, y básicamente depende de tener gente al lado que te quiera, no como vos querés para que sea igual que vos, que vos sos el retenedor de amores que circulan por ahí, “es un amor de primavera que anda dando vueltas”. ¡No! De tener gente que te quiera porque es necesario que te quiera, para poder extraer la belleza de algo. Y fue una época en donde, Miguel, yo sufrí las humillaciones de toda la gente del rock pesado... Por otra parte, todo el aparato comercial era una conspiración constante. Ahí yo dije que se vaya todo al diablo, y voy a llegar hasta la profundidad que me permitan mis pulmones, hasta donde no me estallen, y me enterré hasta la manija... porque me fui a Europa, el 10 de marzo, cumpleaños de mi hermana, le regalé a "Pappo" mi guitarra "Dow" (sic), un modelo de "Gibson" que no baja de los 750 dólares, sin estuche. Y se la regalé, la guitarra con la que compuse las canciones más hermosas que hice para Almendra. Y para mí era una forma de mostrarle a "Pappo" que no existían solamente las guitarras con el volumen al mango. Que así como él me había inculcado algo de esa dureza del rock pesado, y la mano, copar y todo eso, por otro lado yo trataba de demostrarle que existía una fuente de ternura que él no podía ignorar. Fue como decirle: mirá, tomá, no te desprendas jamás de esto, para no traicionarme en tu vida, para darme tu fe, aunque no tocáramos nunca juntos, aunque jamás nos viéramos, pero como un acto de fe, una esperanza... ¿Sabés, que me fui a Europa y dos días después se la ofreció a Lito Nebbia por 160 lucas?... Y supuse que ese acto iba a convencer a un tipo como Pappo, al que yo quería de una manera impresionante, quería tratar de que intercambiáramos el mensaje. De que se sintiera influenciado por mí de la misma manera en que yo me había sentido influenciado por él. Estaba loco ¡qué querés!
Luis Alberto Spinetta[2]

Cuando Almendra decidió separarse en agosto de 1970, Spinetta y Pappo pensaron organizar un trío blusero junto a Pomo en batería, con el nombre de Agresivos, en el que Spinetta tocaría el bajo. De hecho, ese mismo año Pappo grabó en Mandioca su primer disco solista, "Nunca lo sabrán", acompañado por Spinetta y Pomo, aunque fuera de los créditos.[6]​ Pocos meses después, en febrero de 1971, Spinetta grabó su primer álbum solista, Spinettalandia y sus amigos, con la participación decisiva de Pappo. Pappo a su vez, ya había armado la primera formación de Pappo's Blues y había terminado de grabar el mes anterior su primer álbum Pappo's Blues Volumen 1, iniciando una serie extraordinaria que se sucedería en los años siguientes.

Al finalizar de grabar Spinettalandia, Spinetta le regala su guitarra acústica (Gibson Dove) a Pappo, marcando las alternativas estéticas que ambos encarnaban, para luego irse a Europa con Pomo por seis meses; Pappo por su lado le vendería la guitarra a Alfredo Toth.[7]​ A la vuelta de Europa, Spinetta formó el trío Pescado Rabioso, siguiendo el modelo estético avasallante que Pappo había definido con Pappo's Blues, apoyado en un rock pesado y directo partiendo siempre del blues. Sin embargo, ya durante Pescado Rabioso, Spinetta comienza a profundizar una opción estética y de vida, tan alejada de la trayectoria comercial que las empresas discográficas pretendían imprimirle a Almendra, como del blues pesado de Pappo. Esa opción propia de Spinetta, que definiría su estilo irrepetible spinetteano, ya era visible en temas como "Los elefantes" (Almendra II) y "Cristálida" (Pescado 2), para terminar estallando en Artaud (1973).[2]

El tema[editar]

El tema es el primer track del álbum Spinettalandia y sus amigos. El tema es un rock pesado rápido con un poderoso riff que atraviesa toda la canción y un solo de guitarra eléctrica deslumbrante de Pappo que anticipa lo que será Pappo's Blues. Canta Spinetta que destacó el gesto de Pappo de ofrecerle la canción y permitirle cantarla:

Pappo quiso que yo cantara esos dos temas extraordinarios que él escribió y en los que además de la viola toca el bajo.
Luis Alberto Spinetta[8]

La letra tiene tres estrofas, la primera de las cuales instala la necesidad, aunque no imperiosa, de elegir entre dos opciones:

A ver con cual nos quedamos,
tenemos que decidir,
aunque estés desesperado,
hay tiempo para elegir...
"Castillo de piedra" (fragmento)

Las dos estrofas siguientes Pappo rechaza las armas que ve que lo rodean ("muchas armas a mi lado, esto no es para mí"), para finalmente decir que va a quedarse en el castillo de piedras:

Un castillo de piedra,
miro las aves pasar,
no creas que soy muy listo,
pero yo aquí he de quedar...
"Castillo de piedra" (fragmento)

Sergio Massarotto en Tres ensayos sobre rock ha reflexionado sobre esta canción, relacionándola con el duelo de estéticas que Spinetta y Pappo estaban manteniendo en aquel momento:

Hay una canción, incluida por ambos artistas en discos respectivos, que explicita la bifurcación de dos vías. LAS la llamó “Castillos de piedra” y Napolitano “Hay tiempo para elegir”. Desde el título son ineludibles las marcas de dos estéticas diferentes. La opción de Spinetta por la imagen medieval y la otra cercana y bien subjetiva escogida por Pappo –acá lo subjetivo entendido como relativo al Sujeto, sus elecciones e intereses; el ego moderno. La letra pone sobre la mesa la posibilidad “A ver con cual nos quedamos/hay tiempo para elegir” montada en la violencia de un riff repetitivo. LAS cae en la trampa; es la estética de Napolitano la que hace la apuesta y pone las reglas. No hay opción, al menos al momento en que fue publicada tal canción, de vía intermedia; hay tiempo para la elección de una de las dos pero debe ser, sí o sí, una o la otra. Podremos discutir limitaciones, cerrazón, estrechez de miras y equívoco, pero la postura es clara y fue un gesto de coherencia extrema a lo largo de la carrera del músico de La Paternal.[9]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. a b c d Berti, Eduardo (1988). Spinetta: crónica e iluminaciones. Buenos Aires: Editora AC. pp. 30-31. 
  2. a b c d e f Grinberg, Miguel (1977). «Spinetta habla de su carrera». Jardín de Gente. Archivado desde el original el 20 de marzo de 2013. Consultado el 25 de febrero de 2012. 
  3. Lean Bukka White (21 de febrero de 2014). «Spinetta vs Pappo ¿Malas compañías?». Rockn'Ball. Consultado el 8 de agosto de 2015. 
  4. Bazzano, Guillermo Jorge. «Tórax, Luis Alberto Spinetta». La Historia del Rock Argentino. Consultado el 8 de agosto de 2015. 
  5. García, Fernando (abril de 2006). «La conexión Pappo. A ver con cuál nos quedamos». La Maga (25): 39. 
  6. * Acevedo, Emiliano (junio de 2012). «Spinettalandia y sus amigos». Secuencia Inicial. Consultado el 23 de julio de 2015. 
  7. «Apareció la Gibson perdida de Spinetta». Rolling Stone. 5 de diciembre de 2013. Archivado desde el original el 21 de septiembre de 2015. Consultado el 9 de agosto de 2015.  La Gibson Dove que Spinetta le regaló a Pappo, fue vendida por éste a Alfredo Toth, exbajista de Los Gatos, quien a su vez se la vendió a Jorge Maronna, uno de los integrantes de Les Luthiers. En 2013 la guitarra continuaba en su poder.
  8. Diez, Juan Carlos (2006). Martropía: Conversaciones con Spinetta. Buenos Aires: Aguilar. p. 182. ISBN 9789870432449. 
  9. Massarotto, Sergio (2014). «Spinetta, Pappo y las formas del duelo». Tres ensayos sobre rock. Buenos Aires: China Editora. p. 36. Consultado el 9 de agosto de 2015. 

Bibliografía[editar]

  • Berti, Eduardo (1988). Spinetta: crónica e iluminaciones. Buenos Aires: Editora AC.