Discusión:César Milstein

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No médico[editar]

El Dr. Cesar Milstein no se graduó en medicina ni estudió bioquímica, sino que se recibió primero como Licenciado en Ciencias Químicas y luego como Doctor en Ciencias Químicas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Posteriormente en 1961 obtuvo el grado de Ph.D. en la Universidad de Cambridge, Inglaterra a donde concurrió con una beca del British Council desde 1958. Atentamente, Marcelo J Vernengo vernengo@ub.edu.ar Universidad de Belgrano, Buenos Aires, Argentina

No médico. Corrección[editar]

Ok la corrección. Saqué la categoría e incorporé la de científico Rosarinagazo 15:13 24 jul 2006 (CEST)

Cesar Milstein-[editar]

" En el seno de una familia Alemana" - No es asi, Kiev (y Ucrania) no son ni fueron Alemanas.

Dijo Milstein: "Mi padre fue un inmigrante judí­o que se afincó en la Argentina y quedó a su propia suerte cuando tení­a 15 años. Mi madre era maestra e hija de una familia de inmigrantes pobres. http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/medicine/laureates/1984/milstein-autobio.html

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Patente de anticuerpos monoclonales[editar]

No es correcto lo que se dice en la nota sobre la decisión de no patentar la invención de los anticuerpos monoclonales.

En julio de 1975, Milstein hizo una presentación sobre los anticuerpos monoclonales en una reunión interna del Medical Research Council – MRC (Consejo de Investigación Médica) convocada para discutir la seguridad de la ingeniería genética. Después de su presentación, Milstein fue abordado por Anthony Vickers, funcionario del MRC, quien le solicitó las pruebas del artículo que Milstein y Köhler estaban a punto de publicar en Nature . Vickers alertó a la National Research Development Corporation (NRDC), el organismo responsable de patentar invenciones de MRC, para ver si podían presentar una patente. La acción debía ser rápida porque la ley de patentes británica no permitía la divulgación de ningún trabajo, como la publicación de un artículo antes de presentar una solicitud de patente. La respuesta llegó en forma de una carta que se muestra debajo, escrita en octubre de 1976. El personal del NRDC dejó claro que, si bien reconocían el posible valor médico y comercial de la tecnología de hibridoma, no podían "identificar ninguna aplicación inmediata", por lo que no habían tomado ninguna medida para solicitar la patente. Obviamente, esto no fue lo que ocurrió. La invención de Milstein rápidamente se perfeccionó para llevarla a escala industrial y el negocio de la síntesis de anticuerpos monoclonales adquirió cifras fabulosas. El error del NRDC para no patentar la técnica de Köhler y Milstein se convirtió en objeto de enorme controversia a fines de la década de 1970. Una de las críticas más vehementes de la falta de patente de la técnica de anticuerpos monoclonales fue la de Margaret Thatcher, primera ministra de ese momento y química de formación, por lo cual se conformó una Comisión para analizar lo sucedido. El informe exculpó en gran medida al NRDC y atribuyó gran parte de la culpa de no patentar sobre los hombros de los propios científicos. El párrafo en el informe que indignó a Milstein decía lo siguiente: “Parece que hay una falta de conciencia en la práctica de las obligaciones de los beneficiarios del dinero del gobierno y de los derechos del NRDC. Esto debe ser remediado. Nos preocupa que la falta de apreciación del NRDC, particularmente por científicos jóvenes, pueda continuar dando lugar a situaciones como la que ocurrió con los anticuerpos monoclonales, donde la protección por patente no se buscó con la suficiente antelación y se redujo la ventaja británica”. El enojo de Milstein fue porque claramente el no había sido parte de la decisión de no patentar, sino que eso había sido decisión del NRDC. No obstante, en ese entonces no había en la comunidad científica británica un sentimiento a favor del patentamiento. En muchos sentidos, la actitud de Milstein fue un reflejo de la aversión más general de la comercialización dentro del Laboratorio de Biología Molecular en la década de 1970. La situación esteba reforzada por el hecho de que los científicos que trabajaban en los laboratorios biomédicos financiados por el gobierno británico no tenían derecho a ninguna regalía de patentar sus innovaciones en ese momento. Este sentimiento solo comenzó a cambiar en la década de 1980, cuando el MRC estableció un nuevo esquema que permitió el intercambio de regalías con los inventores.

Referencia: EM Tansey et al., Editores, Technology transfer in Britain : the case of monoclonal antibodies. Self and non-self: a history of autoimmunity. Endogenous opiates. The Committee on Safety of Drugs. Wellcome Institute for the History of Medicine, Wellcome Trust, London, England. 1997.


Dr.Ing. Miguel Rapela Director Académico Maestría en Propiedad Intelectual, Universidad Austral