Discusión:Historia del transistor

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Invención del transistor[editar]

Es indiscutible el hecho de que Julius Edgar Lilienfeld inventó, describió y patentó el transistor, y no solamente el llamado "transistor de efecto de campo", en 1931. La patente se hizo en Austria, en Alemania y en Estados Unidos. Hoy en día se discute -ociosamente- si lo construyó o no; pero sobre todo, para discutirle el mérito de su invención. La Bell, cuyos laboratorios se adjudicaran la invención llegando al caradurismo de llevarse a casa un Premio Nobel compartido, cuando en 1947/1949 intentó patentar el "descubrimiento" de John Bardeen y Walter Brattain, advirtió que existía la patente de Lilienfel y que cubría TODAS las posibilidades de transistores, incluida la de sus dos destacados empleados. Así que no les quedó más remedio que ir a verlo -Lilienfeld aún vivía- y ofrecerle una negociación. Este Lilienfeld había inventado también el nuevo condensador electrolítico, ampliamente utilizado en acústica y radiofonía en todo el mundo.

Se sabe que los alemanes tenían y utilizaban transistores antes de la 2º guerra mundial; uno de los tres grabadores Telefunken (1941) que aún existen, un Telefunken de tres cabezas, sistema de grabación de carretel abierto o cinta BASF, funcionaba con un sistema híbrido de transistores y válvulas de vacío. Pero no existen patentes porque los alemanes no querrían, probablemente, exponer este artilugio a la curiosidad internacional en tiempo de guerra. De hecho, el físico alemán Oskar Heil y su esposa, Agnesa Arsenjewa, estudiaron el asunto y el marido llegó a expresar en una patente presentaeda en Inglaterra, en 1935, un procedimiento para controlar la resistencia en materiales semiconductores mediante un campo eléctrico. Heil trabajó en la Alemania pre-guerra con Herbert Mataré, otro físico vinculado al "transistor francés", fabricado cerca de París en 1947/1948. Pero los alemanes ya tenían el concepto de circuitos de "estado sólido", como lo prueba la fabricación en 1938 de un amplificador de audio por Robert Wichard Pohl. Desde luego, como comprenderá el perspicaz lector, Pohl, Mataré y Heil trabajan con gran intimidad antes y durante la guerra. Por lo demás, Mataré y el físico Heinrich Welker patentaron el ya mencionado "transistor francés" contemporáneamente con el descubrimiento norteamericano.

Incidentalmente, sólo incidentalmente, conste que Alexander Graham Bell parece haber hurtado el invento del teléfono a un italiano. Su compañía no debía ser menos que el fundador.

Muchos de los descubrimientos e inventos vinculados al desarrollo del transistor los hizo el famosísimo físico (¿cómo...? ¿también era alemán...?) Walter H. Schottky, a quien parece que le "calotearon" el sistema superheterodino (¡sí, nada menos!) que el alemán había inventado y patentado en 1915, años antes de la patente de Armstrong. En el caso de Armstrong, me inclino a pensar que se trató verdaderamente de una coincidencia. El tipo era, como los alemanes, un ingenuo que creía en los inventos por el progreso humano. Los yankis lo han visto siempre como un negocio, de ahí su afán de patentarlo todo.

Un hecho significativo sobre este asunto de los descubrimientos y las patentes que los comprueban, es cierta medida que tomó el gobierno de Eisenhower luego de destruir y ocupar Alemania: declaró propiedad pública todas las patentes alemanas sin excepción, es decir, las declaró objeto de hurto generalizado. Y parece ser que a continuación, ordenó destruir planos, registros y documentación que permitiera a los alemanes probar ningún hecho histórico anterior a 1945. Por supuesto que esto estaba muy bien, porque los alemanes habían perdido la guerra y en consecuencia, eran lo malos, y por lo tanto, susceptibles del saqueo generalizado. Desde luego, la medida tenía como propósito la extinción económica de Alemania, así como muchas otras que aquí no comentaré. Mas los hechos le mostraron su error.

Así que estas historias de "invenciones" norteamericanas me suenan algo hollywoodenses, pura escenografía barata. Nada más.