Discusión:Máscara de Fernando VII

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El archivo de audio no reproduce fielmente el artículo.--190.192.185.182 (discusión) 01:49 16 sep 2012 (UTC)[responder]

Por supuesto, el archivo de audio fue grabado el 27 de abril de 2010 [1], de modo que debería reproducir fielmente el artículo tal cual estaba el 27 de abril de 2010 [2], no como está hoy, que incluye una gran cantidad de cambios introducidos desde esa fecha [3]. --Marcelo (Libro de quejas) 15:56 16 sep 2012 (UTC)[responder]

Gruesa falsedad histórica[editar]

En el artículo se lee lo siguiente

A los británicos les era favorable que las colonias españolas se emanciparan, ya que así podrían comerciar libremente con ellas...

lo cual es un frondoso disparate. De hecho, por "real decreto" emanado del Virrey Cisneros, con fecha 6 de noviembre de 1809 se había dispuesto la derogación lisa y llana del monopolio español y la consiguiente libertad de tráfico comercial para el Río de la Plata y sus adyacencias. De hecho, esta medida obedeció a una presentación de los comerciantes españoles de Buenos Aires, no de los americanos a quienes nada beneficiaría, intentando los peninsulares una ampliación del ya decretado libre comercio -aunque restringido a ciertos puertos- en 1778 por Carlos III. Desde luego, en esas fechas, 1809, los únicos navíos mecantes que surcaban el Océano Atlántico eran ingleses y norteamericanos, pues los puertos de Sevilla y Cádiz estaban bloqueados por los ingleses y Francia no disponía de flota mercante transatlántica. El resto del comercio europeo y asiático lo realizaban los ingleses por barco, o los porteadores de diversas nacionalidades por tierra. Así pues, en nada mejoraba la situación del comercio inglés la Declaración de Independencia, bien al contrario, la ponía en peligro. Tan cierto es esto, que a su reinstalación en el trono en 1814, Fernando VII pretende tentar a los ávidos ingleses con un libre comercio total -que ya existía por haberlo dispuesto las autoridades fernandinas o "afrancesadas"- a cambio de su ayuda militar para recuperar sus Reynos americanos. Despreciando primero, claro está, la sumisión que le ofrecía la misión diplomática de Sarratea y Belgrano a Madrid, que el rey no quiso recibir. El miserable del rey parricida -había destronado e intentado asesinar a su padre Carlos IV en 1808 en el Motín de Aranjuez- solamente quería recuperar América por medio de las armas, sin comprender que por entonces el único Reyno que no había sucumbido ante las armas peninsulares -el Río de la Plata- le ofrecía restaurar su Corona Americana sin efusión alguna de sangre. En muchas oportunidades intentó Fernando tentar a los británicos con esta artimaña. Síntesis de todo lo expuesto y de la razonabilidad de la postura americana frente a la España borbónica, que había convertido los Reynos americanos en meras "colonias" (palabreja que aconsejaba desterrar completamente) es el Informe del Conde de Casa Florez, un porteño -nacido en Buenos Aires- al servicio del rey. Este informe, así como las circunstancias arriba referidas, pueden verse en la obra de Eduardo Martiré "Fernando VII y la América revolucionaria", editado por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, en 2015, donde se brinda abundante documentación relativa al asunto.

Por lo dicho, es evidente que la independencia americana no era justamente funcional a los intereses ingleses, los cuales se veían enormemente beneficiados con el contrabando que realizaban en los reinos americanos, en primer lugar, y luego como principales gestores de la libertad de comercio decretada en 1809. Debe destacarse, una vez más, que el actual territorio del Virreinato del Río de la Plata y concretamente lo que hoy es el territorio argentino, para las fechas en que Fernando VII vuelve a su trono madrileño, era la única porción del inmenso imperio indiano que no había sido reconquistado por las armas y resistía exitosamente todo conato peninsular de recuperación. Y también, que el libre comercio, abierto y legal, no era precisamente la herramienta que determinó el movimiento de recuperación de la autonomía americana avasallada por los Borbones desde Felipe V en adelante, pues este recurso los intentó muchasa veces el rey Fernando sin ningún éxito, pese a que los principales Libertadores de América: San Martín, Bolívar y más tarde Ithurbide, eran o fervientes monárquicos, o deseaban el regreso de la monarquía. Este error político se traslado, mutatis mutandi, a la historiografía de corte liberal, como los casos de Vicente Fidel López y Bartolomé Mitre, quienes contrariando las versiones sobre la gesta americana brindada por los propios contemporáneos de los hechos, tal cual el Discurso de Juan Manuel de Rosas al inaugurar la Legislatura de 1836[1]​, intentan demostrar que el sostenimiento de la soberanía real era, en realidad, un fraude.

Lo que es un fraude es decir que Bolívar fuese monárquico, y peor, para argumentarlo, decir que los británicos no se inclinaban por la independencia sudamericana, cuando de sobra se conoce que los británicos apoyaron la emancipación con buques, tropas, oficiales y toda clase de armas, y precisamente en los momentos que más lo necesitaban los patriotas, como ocurrió tras la aplastante reconquista de Pablo Morillo en Venezuela, cuando el apoyo británico se multiplicó al equivalente del esfuerzo español de guerra sino mayor.
A propósito de esto, la verdad, a estas alturas, ya hay que dejar bien claro que el Río de la Plata, y Buenos Aires en particular, eran un objetivo secundario para la monarquía española. Buenos Aires tenía nulo valor económico para España. Otra cosa es que se desatendiese la joya de la corona, que era México, pero eso es harina de otro costal. El valor militar de Buenos Aires también era secundario a las capacidades defensivas del virreinato peruano. Pero nada más, o sea Buenos Aires era de tan escasa relevancia que la expedición de Morillo se dirigió a Venezuela. La única voz en contraria fue la del virrey del Perú como es lógico.
Otros errores que deberías corregir es conocer que los británicos son los que tentaron con una mediación, no al revés. O que la vía militar no comienza con la restauración absolutista, sino desde la misma instalación de las cortes de Cádiz en 1810. Otra cosa es que la expediciones españolas fuesen contra México y Venezuela desde el primer instante, mientras que Buenos Aires siempre fue un objetivo secundario de un interés mas bien escaso o relativo.--Fereson (discusión) 22:43 29 dic 2019 (UTC)[responder]
De acuerdo contigo, Fereson, con algunos detalles: uno es que Buenos Aires era el puerto por el que se embarcaba la plata de Potosí. Que había disminuido alarmantemente en su caudal, es cierto, pero que seguía siendo una de las razones por las que España conservaba sus colonias americanas. Por lo demás, era un objetivo secundario, pero no podía ser abandonado a su suerte: del Río de la Plata dependía la provisión de mulas para la plata y un inmenso mercado del cuero, único material flexible y elástico utilizado, por ejemplo, en los correajes militares y elásticos de carruajes. En segundo lugar, es posible que aún así la intención de enviar a Morillo al Río de la Plata se mantuviese, pero resultó que en junio de 2014 cayó en manos independentistas la única plaza realista de la zona: Montevideo. Nadie manda una escuadra con un ejército completo a dos mil leguas de distancia si no tiene en sus manos al menos una pequeña cabeza de playa, y ya no la había. De todas formas tienes razón de que había otras razones: la guerra a muerte en Nueva Granada y la insurrección en el Cuzco, que quizá pesarían mucho más que los inconvenientes en las lejanas y secundarias intendencias del Río de la Plata. Saludos, --Marcelo (Mensajes aquí) 23:06 29 dic 2019 (UTC)[responder]
Marcelo, efectivamente, el interés estratégico por el Río de la Plata decae cuando España se queda sin su armada y el virreinato peruano parece aguantar la primera ola revolucionaria. Sin embargo, el gobierno español, su junta de guerra, no termina de aclarar porqué manda a Morillo a las junglas de Venezuela, a extinguir su ejército a base de malaria y fiebre amarilla la verdad, siendo por el contrario México el objetivo decisivo de la guerra, con mucho, por encima de todas las posesiones españolas, y con la mayor parte del territorio novohispano en poder insurgente en ese momento, y en posesión de un puerto clave como Veracruz para desembarcar. Parece que el primer gobierno consitucional reconoció la importancia de México y e hizo allí el mayor esfuerzo muy acertadamente.
Pero el absolutismo fue un periodo completamente corrupto, guiado más por los negocios particulares de la camarilla que por alguna estrategia militar del estado. En este sentido el usuario acierta de lleno. Pero para ser neutral a ese comentario habría que añadir que la restauración liberal de 1820 tampoco quiso pactar la paz, a pesar de que Morillo (y todos los gobiernos españoles) tenían completamente claro que la guerra estaba perdida (desde 1817), y consciencia de la generosidad de las propuestas de paz, como la de Bolívar: ceder Panamá y no intervenir en Perú, y apoyar a España para conservar México, etc. El Trienio Liberal, inmerso en su propia revolución peninsular, hizo caso omiso a las ofertas de los comisionados de paz que venían de América. Al final los últimos reductos españoles quedaron abandonados a su suerte, prolongando la agonía hasta el aniquilamiento. Parece inexplicable que no se firmase la paz en 1820 pero ocurrió así.--Fereson (discusión) 08:44 30 dic 2019 (UTC)[responder]

Conceptos difíciles entrelazados[editar]

Bueno he tratado de mejorar la redacción para enlazar varios procesos simultáneos, pero creo que falta un apartado con la perspectiva internacional, apoyo de la alianza europea, papel de Inglaterra y Estados Unidos. Esperaré primero a comentar lo que tengo hecho.--Fereson (discusión) 11:12 6 ene 2020 (UTC)[responder]

  1. https://www.lagazeta.com.ar/rosas_discurso_del_25.htm