Discusión:San Francisco La Unión

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Historia

Los primeros pobladores del municipio de San Francisco La Unión procedían del Valle De Écija, ubicado en el moderno departamento de Quetzaltenango, y de la región que ocupa el moderno municipio de San Francisco El Alto, del departamento de Totonicapán.

Creación del Municipio

" Francisco Colomo Gonzáles" originario de Écija del Valle De Écija electo por toda la ciudadanía como el primer secretario de la comunidad, levanto el acta correspondiente para la creación del nuevo municipio, honor ganado, secundario a la organización que realizó con todos los vecinos para los trámites correspondientes y que tan anhelado deseo se hiciera realidad, según consta en los archivos municipales y el acuerdo recibido de la Presidencia de la República de Guatemala[1]

A su muerte fue sepultado en el Cementerio de San Francisco la Unión debido a la gran simpatía que toda la población le tenía y a solicitud presentada a los familiares de Francisco Colomo fueron a traer los restos a Écija Valle De Écija para darle cristiana sepultura.[1]



  • Conforme a datos de la municipalidad, el título del municipio está registrado el 2 de junio de 1880 en el Segundo Registro de la Propiedad Inmueble de Quetzaltenango a folio 266, tomo 27, finca rústica 2095.[2]



  • El municipio fue creado por acuerdo gubernativo del 7 de febrero de 1880 del gobierno del presidente Justo Rufino Barrios, el cual dice así:[2]
General Justo Rufino Barrios, presidente de Guatemala de 1871 a 1885.

Tomando en consideración la solicitud de los vecinos de las comunidades de Chuistancia y Xeaj sobre erigirse en su solo pueblo con el nombre de La Unión, y atendiendo a que dichas aldeas poseen un territorio proporcionado a sus habitantes, y pueden pagar los gastos municipales obligatorios; y a que además, según lo informado por el Jefe Político del departamento de Quetzaltenango, han tenido hasta ahora una existencia jurídica verdaderamente anómala, por ser sus fundadores originarios de San Francisco El Alto en el  departamento de Totonicapán y pertenecer sus terrenos a la jurisdicción municipal de Olintepeque en el primero de los departamentos mencionados,

El Presidente de la República,

De conformidad con lo dispuestoen el artículo 4° de la ley de 30 de septiembre último,

Acuerda:

Acceder a lamencionada solicitud, y que el Jefe Político de Quetzaltenango dicte las providencias del caso, necesarias para la mejor organización de las autoridades locales del nuevo pueblo de La Unión.

El acuerdo gubernativo del 17 julio 1932 dispuso que el jefe de la oficina telegráfica tuviera también a su cargo la oficina postal de 3.ª categoría; el 4 de junio de 1949 abrió al servicio público oficina de 4a. categoría de Correos y Telecomunicaciones.

Por su parte, el Registro Civil inició sus operaciones el 1 de febrero de 1880 y para el 30 junio 1971 operaba con cuarenta libros principales y tres auxiliares.[3]
Doctrina mercedaria
Escudo
mercedario.
Conventos de los Mercedarios durante la época colonial en Guatemala y área aproximada de las doctrinas que les pertenecían.

Luego de la conquista española en la década de 1520, en 1565 se creó la Provincia mercedaria de la Presentación de Guatemala; originalmente los mercedarios habían obtenido del obispo Francisco Marroquín varios curatos en el valle de Sacatepéquez y Chilmatenango, pero los cambiaron con los dominicos por el área de la Sierra de los Cuchumatanes.[4]​ Durante la primera parte del siglo xvii tenían a su cargo la evangelización de algunos pueblos alrededor de la ciudad de Santiago, que con el paso del tiempo pasaron a formar parte de la ciudad; dichos pueblos fueron Espíritu Santo, Santiago, San Jerónimo y San Anton —que funcionaba como la cabecera de su encomienda y vicaría y en donde estaba el convento que tenían los mercedarios y que asitía el comendador, cura y coadjudtor de la orden.[4]

La corona española se enfocó en la catequización de los indígenas. Las congregaciones fundadas por los misioneros reales en el Nuevo Mundo fueron llamadas «doctrinas de indios» o simplemente «doctrinas». Originalmente, los frailes tenían únicamente una misión temporal: enseñarle la fe católica a los indígenas, para luego dar paso a parroquias seculares como las establecidas en España; con este fin, los frailes debían haber enseñado los evangelios y el idioma español a los nativos. Ya cuando los indígenas estuvieran catequizados y hablaran español, podrían empezar a vivir en parroquias y a contribuir con el diezmo, como hacían los peninsulares.[5]​.

Pero este plan nunca se llevó a cabo, principalmente porque la corona perdió el control de las órdenes regulares tan pronto como los miembros de estas se embarcaron para América. Protegidos por sus privilegios apostólicos para ayudar a la conversión de los indígenas, los misioneros solamente atendieron a la autoridad de sus priores y provinciales, y no a la de las autoridades españolas ni a las de los obispos. Los provinciales de las órdenes, a su vez, únicamente rendían cuentas a los líderes de su orden y no a la corona. Una vez habían establecido una doctrina, protegían sus intereses en ella, incluso en contra de los intereses del rey y de esta forma las doctrinas pasaron a ser pueblos de indios que se quedaron establecidos para todo el resto de la colonia.

Las doctrinas fueron fundadas a discreción de los frailes, ya que tenían libertad completa para establecer comunidades para catequizar a los indígenas, con la esperanza de que estas comunidades pasaran con el tiempo a la jurisdicción de una parroquia secular a la que se le pagaría el diezmo. En realidad, lo que ocurrió fue que las doctrinas crecieron sin control y nunca pasaron al control de parroquias; se formaron alrededor de una cabecera en donde tenían su monasterio permanente los frailes y de dicha cabecera salían los frailes a catequizar o visitar las aldeas y caseríos que pertenecían a la doctrina, y que se conocían como anexos, visitas o pueblos de visita. Así pues, las doctrinas tenían tres características principales:

  1. eran independientes de controles externos (tanto civiles como eclesiásticos)
  2. eran administradas por un grupo de frailes
  3. tenían un número relativamente grande de anexos.[5]

La administración colectiva por parte del grupo de frailes eran la característica más importante de las doctrinas ya que garantizaba la continuación del sistema de la comunidad en caso falleciese uno de los dirigentes.[6]

Según la relación del obispo Juan de las Cabezas en 1613[7]​ y las actas de visita pastoral del arzobispo Pedro Cortés y Larraz en 1770,[8]​ los mercedarios llegaron a tener a su cargo nueve doctrinas, y sus muchos anexos, que eran: Santa Ana de Malacatán, Concepción de Huehuetenango, San Pedro de Solomá, Nuestra Señora de la Purificación de Jacaltenango, Nuestra Señora de la Candelaria de Chiantla, San Andrés de Cuilco, Santiago de Tejutla, San Pedro de Sacatepéquez, San Juan de Ostuncalco y Écija.[9]

En 1754, debido a las reformas borbónicas impulsadas por la corona española, los mercedarios y el resto del clero regular tuvieron que transferir sus doctrinas y curatos al clero secular, por lo que la orden perdió su doctrina en San Juan Ostuncalco.[10]

Tras la Independencia de Centroamérica

Conformación de los Distritos del Estado De Guatemala tras la iindependencia del Reino de Guatemala de España.




  1. a b Guatelog.com, s.f..
  2. a b c d Gobierno de Guatemala, 1881.
  3. Estrada Paniagua, 1932, pp. 227-228.
  4. a b Juarros, 1818, p. 336.
  5. a b van Oss, 1986, p. 53.
  6. van Oss, 1986, p. 54.
  7. Pérez, 1966, p. 44.
  8. Cortés y Larraz, 1770.
  9. Pérez, 1966, p. 44-45.
  10. Juarros, 1818, p. 338.
  11. Stephens y Catherwood, 1854, p. 1.
  12. Pineda de Mont, 1869, p. 468.