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Rastros del mismo sistema de creencias se pueden rastrear por todo el área mediterránea y Atlántica Europea, lo cual podría apuntar a un origen neolítico de tales creencias, anterior incluso a la llegada de los indoeuropeos, como indican las semejanzas entre las versiones vascas y las de zonas.
Rastros del mismo sistema de creencias se pueden rastrear por todo el área mediterránea y Atlántica Europea, lo cual podría apuntar a un origen neolítico de tales creencias, anterior incluso a la llegada de los indoeuropeos, como indican las semejanzas entre las versiones vascas y las de zonas.


== Véase también ==
== Véase también ==Ya sabemos que el mundo mitológico vasco se compone de figuras variadas e interesantes. En una de las lecturas anteriores pudiste leer sobre Mari, Maju, Atarrabi y Mikelats, Etsai, Zezengorri y las Sorgiñas. Esta vez, si lees estas líneas, podrás saber quiénes eran Basajaun, los Gentiles, los Galtzagorris, las Lamias, Tartalo, Olentzero y Akerbeltz.


Basajaun es un hombre muy alto y fuerte. Tiene barba y el pelo muy largo. Su pelo es tan largo que le tapa casi todo el cuerpo. Basajaun vive en el bosque, y tal y como indica su nombre, es el señor del bosque. Este personaje protege a los animales. Si Basajaun anda cerca, las ovejas suelen estar tranquilas, ya que se enfrenta a los lobos que intentan atacarlas. Basajaun conoce bien la agricultura, incluso mejor que los hombres y mujeres. Basajaun ha enseñado muchas cosas sobre agricultura a los humanos.

Tartalo también es un ser grande, pero es malo. Tiene un solo ojo. Vive en cuevas e intenta atrapar a los humanos. Si atrapa a alguno, se lo lleva a su cueva y se lo come.

Akerbeltz en cambio, es un ser poderoso que vive bajo tierra. Suele tener a numerosos animales bajo su protección. Protege a estos animales de todo tipo de males. En muchos caseríos se cría un macho cabrío en homenaje a Akerbeltz, para que proteja su ganado. Akerbeltz también puede crear tormentas.

Los Gentiles son hombres grandes y salvajes que vivían en el monte. Eran muy fuertes, y eran capaces de transportar de un lado a otro piedras grandes y pesadas. Muchos de los monumentos megalíticos que ahora conocemos están hechos por gentiles. Olentzero también es un gentil. Olentzero bajó del monte para pregonar el nacimiento del niño Jesús.

Los Galtzagorris en cambio, son seres muy pequeños. Son tan pequeñitos que viven en alfileteros. Ayudan a los humanos en sus trabajos. Suelen estar esperando a que sus dueños los llamen, y siempre están preparados y dispuestos para cumplir sus mandatos.

Las Lamias son bellas mujeres que viven en ríos y en el mar. Aquellas que viven en los ríos tienen pies de gallina. Las que viven en el mar, en cambio, tienen cuerpo de pez de cintura para abajo, y cuerpo de mujer de cintura para arriba. Las lamias suelen tener el pelo muy largo, y peinan su cabello con peines de oro. Hay una lamia que vive en el arco iris. El arco iris se forma debido a que la luz del sol se refleja en el largo cabello de la lamia. Las lamias son mujeres buenas que ayudan en sus trabajos a aquellos que les hacen regalos

*[[Mitología asturiana]]
*[[Mitología asturiana]]
*[[Mitología de Cantabria]]
*[[Mitología de Cantabria]]

Revisión del 18:12 2 dic 2009

La mitología vasca son el cúmulo de creencias, personajes míticos y leyendas propias de Vasconia o Euskal Herria (Navarra, País Vasco y País Vasco francés) que se remontan a tiempos anteriores al cristianismo.

Los vascos mantienen una lengua, el euskera, que no tiene relación con ninguna de las que le rodean y que se estima es anterior a la entrada de los pueblos indo-europeos, como el Celta. Entre las diversas hipótesis del origen de los vascos una de ellas señala la permanencia, al menos desde el neolítico en el territorio que ocupan. La lengua expresa una base cultural concreta que ha ido evolucionando con el tiempo y las interrelaciones con otras culturas que llegaron al territorio. La más influyente, fue la romana y la indroducción, desde ella, del cristianismo, que vino a sustituir la antigua religión que se desarrollaba en las tierras que ocupaban los hablantes del euskera en aquellos tiempos. El cristianismo, impusos sus formas y enmascaró los cultos y deidales autóctonas que fueron conformando el universo mitológico vasco.

Representación de Mari, la Madre Diosa.

La religión pagana vasca

A pesar de la cristianización sufrida por el pueblo vasco en el último milenio y de las persecuciones de la Inquisición - especialmente durante el siglo XVII que cuentan en sus anales dos de los más cruentos episodios de la Inquisición: los procesos de Logroño contra la llamada "secta de las brujas de Zugarramurdi" y el de Bayona, en el País Vasco francés -, el pueblo vasco ha conservado numerosas leyendas que dan cuenta de una antiquísima mitología propia. Así se recogen en los estudios del P. José Miguel Barandiarán y de Julio Caro Baroja.

Por otra parte estos temas mitologicos se incluyen en el resto del complejo vasco aquitano, encontrandose el Basarajaun en el Pirineo Aragones o los omes granizos similares a los Jentillarri, y especialmente residuos de la secta brujesca por todo el Pirineo.

Entorno geográfico

Las leyendas de pueblos vecinos más romanizados, como las del Alto Aragón, Cataluña, La Rioja, Cantabria o Asturias muestran una sorprendente similitud, especialmente en el área pirenaica, siendo este uno de los indicios que apuntan a una mayor extensión del puebla que lanzan o apilan grandes montañas de rocas (como los jentiles), evitar tormentas, curar enfermedades o adivinar el futuro (como los brujos), tal y como recogen en sus obras Julio Caro Baroja y especialmente Ramon Violant i Simorra en su obra de 1946, El Pirineo Español.

Mari, la divinidad femenina

Esta religión precristiana estaba aparentemente centrada en un genio o divinidad central de carácter femenino: Mari. Su consorte Maju o Sugar parece tener también cierta importancia. Esta pareja ctónica (subterránea) parecía tener el poder ético supremo y también el poder de crear y destruir. Se decía que cuando se reunían en las cuevas de las cumbres sagradas, engendraban tormentas. Estas reuniones las celebraban los viernes por la noche, el día de los aquelarres. Los "zezen gorri" o "behi gorri" (Betizu), toros salvajes autóctonos de la zona, eran los encargados de proteger los tesoros de las grutas donde vivía la diosa.

Se decía que Mari vivía en el monte Anboto, y que periódicamente cruzaba los cielos como una luz brillante para ir a su otra casa en el monte Txindoki. Según una de las tradiciones, cada siete días Anbotoko Mari viajaba desde su cueva en el monte Anboto a otra en otro monte (según cada historia, este cambia); el tiempo era húmedo cuando estaba en el monte Anboto, y seco cuando estaba en Aloña, o Supelegor, o Gorbea. Es difícil saber la antigüedad de esta leyenda; a pesar de los elementos paganos, uno de sus nombres, Mari Urraca, la relaciona con una princesa navarra histórica de los siglos XI y XII y otras leyendas dicen que tenía un hermano sacerdote católico, o que su marido era el primer señor histórico de Vizcaya, Diego López de Haro.

Urtzi, el Jovis vascón

Otra supuesta divinidad celeste era Urtzi (o Ost, Ortzi: cielo), asimilable al Júpiter latino, pero esta parece ser importada, dado que las leyendas no la mencionan. Sin embargo su nombre aparece en los días de la semana, en el nombre de los meses y en fenómenos meteorológicos. En la Edad Media, Aymeric Picaud, un peregrino francés, escribió sobre los vascos, diciendo: et Deus vocant Urcia ("y llaman Urci-a a su dios"; la -a es el nominativo vasco, o un artículo de sufijo.

La antigua religión vasca es por tanto de carácter ctónico, teniendo todos sus personajes su morada en la Tierra y no en el firmamento, que aparece como un pasaje vacío por el que Mari o Maju viajan de montaña en montaña o pastorean rebaños de nubes.

Los genios o entidades mitológicas

Las leyendas también hablan de muchos genios, como:

  • jentilak, equivalente a gigantes
  • lamiak, equivalente a sirenas, ninfas o hadas, es resaltable que algunos toponímicos recogen este nombre, como Lamiako
  • mairuak, constructores de los cromlechs o círculos de piedras, que literalmente quiere decir Moros, en este aspecto hay que apuntar que en muchas partes de España se denomina genéricamente Moro a los seres mágicos, como por ejemplo a las encantarías o hadas pirenaicas aragonesas también se les denomina moras o moricas.
  • iratxoak (que viene a significar "duendecillos")
  • sorginak, brujas sacerdotisas de Mari, o simplemente brujas
  • Basajaun es la versión vasca del hombre salvaje del bosque, aunque tiene una gran importancia dentro del imaginario pagano vasco, en varios aspectos diferentes, ya sea como protector de los rebaños y pastores, o haciendo funciones de fauno, o como dios al que se le roban los secretos tecnológicos (como la sierra, la agricultura, etc., en la parte aragonesa del pirineo se conoce en algunos lugares como basarajaun, y en la parte catalana también se recojen mitos similares, como recoge Violant i Simorra.
  • También aparece San Martín Txiki ("San Martín el Pequeño"), que es una figura legendaria, así como algún sacerdote católico, que en la mitología vasca actúa de facto como un genio más.
  • Mamarro, que son los duendecillos del hogar, que también se conocen en otras partes del pirineo como enemiguillos, o en la parte aragonesa de la cordillera como "nemos", que pueden ser beneficos o traviesos, pero también se da algún caso en el que un humano (frecuentemente un cura) los ha domesticado.

Se sabe que muchas de estas historias pasaron a formar parte de la cultura vasca hace pocos siglos, o como parte de las supersticiones romanas. Otros personajes de la mitología vasca son Gaueko, Tartalo, los galtzagorris, el dragón primigenio o Herensuge, etc.

Los jentilak

Por otro lado, los jentilak ("gigantes") eran un pueblo legendario de la Edad de Piedra que vivía en las tierras altas y que no conocía el hierro. Muchas leyendas dicen que eran muy grandes y muy fuertes, pero que fueron desplazados por los ferrones, o herreros, hasta su total desaparición. Eran paganos, pero uno de ellos, Olentzero, supo de la llegada de Jesucristo y fue a dar la buena nueva a todos los habitantes de su tierra; pues con este nacimiento todos los seres mitológicos antes descritos desaparecerían para siempre. Olentzero, después de encerrar a los demas jentiles en una cueva, marchó a dar la noticia. Despues de eso la tradición cristiana lo ha convertido en carbonero y trae carbón a los niños malos por Navidad y regalos a los buenos en el País Vasco, Navarra y los territorios vascofranceses.Todos estos seres mitológicos son la base de muchos topónimos, como Jentilbaratza.

Es de destacar que figuras similares pueden encontrarse en las mitologías de todo el área cantábrica y en Galicia, donde también se habla de mouros, mouras, bueyes que guardan las cuevas y xentis (gentiles). Asímismo destaca la figura de una misteriosa Raiña Lupa o Reina Loba, que aparece como el ama de las tierras donde se instala el sepulcro del Apostol Santiago, lo cual nos reconduce a la idea de la diosa como encarnación del territorio. Rastros del mismo sistema de creencias se pueden rastrear por todo el área mediterránea y Atlántica Europea, lo cual podría apuntar a un origen neolítico de tales creencias, anterior incluso a la llegada de los indoeuropeos, como indican las semejanzas entre las versiones vascas y las de zonas.

Véase también