Homo ergaster

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Homo ergaster
Rango temporal: 1,9 Ma - 1,5 Ma

KNM-ER 3733
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Mammalia
Orden: Primates
Suborden: Haplorrhini
Infraorden: Simiiformes
Superfamilia: Hominoidea
Familia: Hominidae
Género: Homo
Especie: H. ergaster
Groves y Mazak, 1975[1]
Sinonimia

?Telanthropus capensis Broom & Robinson, 1949[2]
Homo erectus

Homo ergaster es un homínido extinto, propio de África. Se estima que vivió entre 1,9 y 1,4 millones de años, en el Calabriense (Pleistoceno medio).

Sus primeros restos fueron encontrados en 1975 en Koobi Fora (Kenia); se trata de, al menos, dos cráneos (KNM-ER 3733, tal vez femenino, y KNM-ER 3883)[3]​ de hace 1,75 millones de años cuyo cerebro tenía un tamaño estimado en unos 850 cm³. En 1984, fue descubierto en Nariokotome, cerca del lago Turkana (Kenia), el esqueleto completo de un individuo de unos 11 años, 1,60 m de estatura y cerebro de 880 cm³, con una antigüedad de 1,6 millones de años; se conoce como el niño de Nariokotome.[4][5]

El Homo ergaster procede probablemente de Homo habilis y es descrito por algunos autores como el antecesor africano de Homo erectus. Algunos especialistas consideran que pueden haber sido una única especie, debido a su gran parecido anatómico, en cuyo caso tendría prioridad su denominación como Homo erectus, pero parece asentarse la aceptación de dos especies diferentes.[6]

Características[editar]

El Homo ergaster tiene un cráneo menos robusto y con toros supraorbitales menos acusados que los Homo erectus asiáticos, y se asocia, en sus comienzos, a la Industria lítica olduvayense o modo 1, para luego pasar a la achelense o modo 2.

El Homo ergaster es muy diferente a los homínidos anteriores y muestra cambios anatómicos importantes:[7]

  • La talla y proporción del cuerpo es similar a la nuestra.
  • En la edad adulta, Homo ergaster tenía, en promedio, una estatura de 1,6 m, un peso de 65 kg y cerebros de 850 cm³, aproximadamente la mitad del tamaño del nuestro.
  • Para cazar y cortar su comida, Homo ergaster fabricó hachas de piedra con lajas de doble filo, un estilo de fabricación denominado achelense o industria de modo 2.
  • Para cazar con efectividad, Homo ergaster trabajó en colectividad, de modo que la cooperación era la clave para su éxito, lo que rápidamente pudo llevarlos al desarrollo del habla.[cita requerida]
  • Homo ergaster pudo haber pintado su cuerpo con ocre rojo (un mineral que se encuentra en la tierra).[cita requerida]
  • El cerebro tuvo un aumento importante de volumen, rondando los 850 cm³.
  • Homo ergaster aprendió a hacer fuego; así, pudieron vivir en lugares más fríos y lograr una variedad de comida más amplia, al cocinar ciertos alimentos.

Es muy posible que la duración de su infancia, su adolescencia y su vida adulta fuera intermedia entre las del chimpancé y el ser humano moderno.[cita requerida]

A diferencia de "Homo habilis", se reconoce en el uso de la tecnología de modo 2 o achelense, la búsqueda deliberada y, por tanto, consciente de instrumentos de forma predeterminada.[cita requerida]

A excepción del cráneo, tanto Homo erectus como Homo ergaster tienen una constitución física bastante parecida a la del Homo sapiens, siendo similar en estatura, aunque en general son de complexión más robusta y fuerte, y tienden a ser algo más anchos de caderas. Las proporciones de piernas y brazos ya son totalmente modernas.[cita requerida]

Comportamiento[editar]

Se cree que el Homo ergaster pudo ser el primer homínido con capacidad para el lenguaje articulado. Sin embargo, la estructura de las vértebras cervicales del Niño de Nariokotome parece refutar tal hipótesis, aunque puede ser una anomalía.

No hay evidencias arqueológicas de que el Homo ergaster hiciera uso del pensamiento simbólico (como el arte figurativo), pero las capacidades bien desarrolladas cerebrales y físicas podrían sugerir alguna forma de comunicación lingüística o simbólica.[8][9]

Dentro de las hipótesis probables, se considera que los Homo ergaster pueden haber sido los primeros homínidos en establecer relaciones sociales complejas, precisamente facilitadas por los primordios de lenguaje oral articulado[10]​ que se veía acompañado por un gran cerebro capacitado ya para elaborar rudimentarias abstracciones (como metáforas: si observaban la huella de un animal, es muy probable que rápidamente pudieran imaginar a qué animal correspondía tal huella, siendo esto posible por el suficiente desarrollo de las áreas corticales prefrontales y frontales del cerebro junto con las del lenguaje —véase lateralización del lenguaje—). Los artefactos de la ya mencionada industria lítica correspondientes a los H. ergaster son muy refinados.[11]

También se supone que son los primeros ancestros de la humanidad cuya esclerótica blanca resultaba ya muy notoria, haciendo contraste con las pupilas; si esto ocurría es también probable que cada individuo Homo ergaster pudiera establecer una primitiva teoría de la mente, por la cual podría "intuir" los estados afectivos o "anímicos" de sus congéneres observando las miradas de los mismos. Sin embargo, se considera que no estaban capacitados para tener una imaginación que les hiciera proyectar pensamientos a futuro de largo plazo (de hecho el promedio de vida de los Homo ergaster habría de ser escaso y poquísimos individuos superarían los 20 años de edad).[cita requerida]

Principales yacimientos[editar]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Groves, C.P. y Mazak, V. (1975). «An approach of taxonomy of the hominidae: gracile Villafranchian hominids in Africa». Casopis pro Mineralogii a Geologii (en inglés) 20: 225-247. 
  2. Broom, R. y Robinson, J.T. (1949). «A new type of fossil man». Nature (en inglés) 164: 322-323. 
  3. Las siglas KNM-ER significan Kenia National Museum-East Rudolf
  4. Brown F, Harris J, Leakey R, Walker A (1985). «Early Homo erectus skeleton from west Lake Turkana, Kenya». Nature 316 (6031): 788-792. PMID 3929141. doi:10.1038/316788a0. 
  5. Stefoff R (2009). First Humans. Marshall Cavendish. pp. 87-88. ISBN 9780761441847. 
  6. Arsuaga, J. L. & Martínez, I. 1998. La especie elegida. Ediciones Temas de Hoy, Madrid, p. 342.
  7. Arsuaga, Juan Luis. 1999. El collar del Neandertal. Ediciones Temas de Hoy.
  8. «Homo Ergaster». EcuRed. 22 de agosto de 2019. Consultado el 28 de noviembre de 2020. 
  9. «Homo ergaster - Red Jaén». Red Jaén. Consultado el 28 de noviembre de 2020. 
  10. Tomás, Daniel. «Homo ergaster - Mc libre». mclibre.org. Consultado el 28 de noviembre de 2020. 
  11. Anton, Susan C (8 de diciembre de 2012). «Temprano Homo Quién, cuándo y dónde por Susan C. Antón». Traducida del inglés. Antropología actual. Consultado el 28 de noviembre de 2020. 
  12. Abbate, E.; Albianelli, Azzaroli, A.A.; Benvenuti, M.; Tesfamariam, B.; Bruni, P.; Cipriani, N.; Clarke, R.J.; Ficcarelli, G.; Macchiarelli, R.; Napoleone, G.; Papini, M., Rook, L.; Sagri, M.; Tecle, T.M., Torre, D. y Villa, I. (1998). «A one-million-year-old Homo cranium from the Danakil (Afar) Depression of Eritrea». Nature (en inglés) 393: 458-460. 

Enlaces externos[editar]