Juegos taurios

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Figura de bronce etrusca. Según los historiadores antiguos los ludi taurii eran espectáculos con caballos purificadores, de influencia etrusca.

Los Juegos taurios (Del latín Ludi Taurii o Ludi Taurei, raramente Taurilia[1]​) eran juegos (ludi) celebrados en la Antigua Roma en honor de los di inferi, dioses infernales o del inframundo.[2]​ No eran parte de los festivales religiosos habitualmente planificados en el calendario romano, pero se mantuvieron como ritos expiatorios religionis causa (motivados por cuestiones religiosas).[3]

Probables antecedentes[editar]

En el 186 a. C. los Ludi Taurii figuran como un acontecimiento de dos días.[4]Marco Terencio Varrón los menciona transcurriendo a finales de la República.[5]​ Durante el reinado de Antonino Pío, fueron celebrados cada cinco años, entre el 140 y el 160 a. C., dentro de un periodo que se inicia el día después los idus de mayo y prosiguiendo tras las kalendas de junio.[6]​ Algunos estudiosos extrapolan que como el lustrum (ritual de purificación), los Ludi Taurii era regularmente quinquenales.[7]​ Otros advierten que los programas quinquenales celebrados bajo Antonino Pío, atestiguados por los Fasti Ostienses, nunca son mencionados por fuentes diferentes. Esta evidencia tan limitada sugiere que los Ludi Taurii fueron importantes principalmente en el contexto de renacimiento religioso acaecido durante las eras augusta y antonina.[8]

¿Qué eran y qué no eran?[editar]

Los juegos taurios serían carreras de caballos, o menos probablemente carreras de carros, en un circuito alrededor de unos postes (metae).[9]​ En la bibliografía en español, se considera que tales juegos bien trataban de luchas de hombres contra los toros[10]​ y/o, además de las mencionadas carreras de caballos, consistían en una cacería de toros.[2][11]

En el siglo XIX, fueron confundidos a veces confundidos con los arcaicos juegos tarentinos (ludi tarentini), que fueron reemplazados por los juegos seculares. Las carreras de caballos como elemento propiciatorio de los dioses infernales eran características de "antiguos y oscuros" festivales romanos como los Consualia, el Caballo de octubre, y sitios en el Campo de Marte como en Tarentum (donde se originaron los ludi tarentini) y el Trigarium.[12]​ El Ludi Taurii fueron los juegos únicos celebrados en el Circo Flaminio.[13]

Etimología[editar]

Como apuntan Sexto Pompeyo Festo y Mauro Servio Honorato, si los juegos son de origen etrusco, los taurii probablemente provengan de la palabra etrusca tauru, "tumba".[14]​ El diseño de los postes de giro (metae) en un circuito de carreras romano habría derivado de monumentos funerarios etruscos.[15]​ Festo, aun así, ofrece una etiología basada en latín taurus, "toro".[14]

Origen y relevancia[editar]

En la tradición registrada por Festo, los juegos fueron instituidos en el periodo regio cuándo era rey Tarquinio el Suberbio.[16]​ Servio también sitúa su origen durante este reinado.

Festo explica que los juegos fueron celebrados en honor de los dioses infernales (di inferi). Se establecieron como respuesta a una epidemia (magna pestilentia) que afectó a mujeres embarazadas, causada por la distribución de la carne de toros sacrificados (tauri) entre las personas. Servio sugiere que esa pestilentia era mortalidad de niño: "cada reparto a las mujeres salió mal." El remedio de los juegos fue obtenido ex libris fatalibus, "de los libros de los destinos" (cualquiera de los libros sibilinos[17]​ o textos etruscos[18]​). Según Servio, los ludi tomaron su nombre de la palabra taurea, significando una estéril víctima sacrificada (hostia).[19]

Servio da una versión alternativa que acréditan los Sabinos al instituir los juegos como respuesta a la pestilentia, y se caracteriza con el traspaso de las lues publica (la peste a las personas) a víctimas sacrificadas (hostiae) como si fuera un chivo expiatorio.[20]

Festo también proporciona una explicación adicional del nombre como taurus ("toro") según Marco Terencio Varrón,[21]​ que se preservó sólo de forma fragmentada en el Códice Farnesianus.[22]​ Una reconstrucción retrospectiva de J.J. Scaliger[23]​ se ha tomado para significar que los jóvenes, bajo la dirección de un entrenador, se enzarzaban en un ritual gimnasia en el escondrijo de un toro crudo, quizás comparable a ejercicios en un cama elástica.[24]​ Esta perspectiva no ha atraído amplia aceptación, pero sugeriría que el acto ritual countervails la mortalidad de niño por afirmar la forma física de la juventud. Ritualmente, aterrizar sobre la piel del toro puede simbolizar la "captura" de un recién nacido para entregarlo sano y salvo.[25]

El historiador augusto Livio hace una breve referencia a los juegos que sucedieron en 186 a. C. per biduum (durante dos días), religionis causa ("por motivos de celo religioso"). En esta ocasión, los Ludi Taurii de dos días precedieron a los diez días de los ludi presentados por Marco Fulvio Nobilior como el resultado de un voto durante la Guerra etolia. Los juegos de Nobilior destacan como por primera vez se escenificó una caza de bestia (venatio) en Roma.

Crítica textual[editar]

En una crítica textual entre los dos acontecimientos según el texto de Livio, aparece la palabra decem ("diez"), que Georg Wissowa afirma como referentes a la decena de miembros del colegio sacerdotal de los decemviri sacris faciundis; piensa que estos sacerdotes probablemente fueran responsables de organizar los Juegos taurios.[26]

Estudios más recientes han tomado a veces el adjetivo taurii para significar que los toros eran parte de los juegos, incluso en línea con la tradición mediterránea de la taurocatapsia, o como una forma temprana de tauromaquia.[27]​ Puesto que la cronología de Livio sitúa los Ludi Taurii (o, en algunas ediciones, Taurilia) inmediatamente después de las noticias de una victoria en Hispania, los juegos han representado unos cuantos esfuerzos para trazar los inicios históricos de las corridas de toros.[28][29]

Referencias[editar]

  1. Taurilia es una lectura alternativa del relevante pasaje en la obra de Tito Livio, Ab Urbe condita, 39.22; está incluido como acepción en Forcellini's Totius Latinitatis Lexicon (1828), p. 708, y aparece en antiguas ediciones de Tito Livio y académicas del siglo XIX. Ver las notas en la edición de 1825 sobre Tito Livio de Arnold Drakenborch y Johann Freinsheim, p. 402.
  2. a b Contreras Valverde, José; Rico Rico, Inés (1992). «Juegos taurios». Diccionario de la religión romana (1a. ed edición). Clásicas. p. 105. ISBN 84-7882-055-8. OCLC 435365715. Consultado el 9 de marzo de 2020. 
  3. John H. Humphrey, Roman Circuses: Arenas for Chariot Racing (University of California Press, 1986), p. 543; Robert Turcan, The Gods of Ancient Rome (Edinburgh University Press, 2000), p. 82.
  4. Tito Livio, 39.22.
  5. Varrón, De lingua latina 5.154.
  6. CIL xiv supp. 4541 (the Fasti Ostienses); John Briscoe, A Commentary on Livy, Books 38–40 (Oxford University Press, 2008), pp. 19, 294; Humphrey, Roman Circuses, p. 544.
  7. Eckart Köhne, "Bread and Circuses: The Politics of Entertainment," in Gladiators and Caesars: The Power of Spectacle in Ancient Rome (University of California Press, 2000), p. 9; Humphrey, Roman Circuses, p. 543.
  8. Briscoe, A Commentary on Livy, p. 294; Humphrey, Roman Circuses, pp. 543–544.
  9. Humphrey, Roman Circuses, p. 544; Varrón, De lingua latina 5.154: "los caballos corren alrededor de los postes de giro" (equi circum metas currunt).
  10. ASALE, RAE-. «taurios | Diccionario de la lengua española». «Diccionario de la lengua española» - Edición del Tricentenario. Consultado el 9 de marzo de 2020. 
  11. Vázquez Hoys, Ana María. (2000). Arcana mágica : diccionario de símbolos y términos mágicos.. UNED - Universidad Nacional de Educación a Distancia. ISBN 978-84-362-5990-2. OCLC 923011605. Consultado el 9 de marzo de 2020. 
  12. Humphrey, Roman Circuses, pp. 544, 558; Auguste Bouché-Leclercq, Manuel des Institutions Romaines (Hachette, 1886), p. 549; "Purificazione," en Thesaurus Cultus et Rituum Antiquorum (LIMC, 2004), p. 83. Ver también los Lusus Troiae.
  13. Varrón, De lingua latina 5.154; Lawrence Richardson, A New Topographical Dictionary of Ancient Rome (Johns Hopkins University Press, 1992), 83; Humphrey, Roman Circuses, p. 543. Valerius Maximus (1.7.4) es la única fuente antigua, probablemente errónea, que dice que los Juegos Plebeyos se celebraban en el Circo Flaminio, que no tenía pistas para las carreras de carros que se sabe que son parte de estos ludi; ver T.P. Wiseman, Remus: A Roman Myth (Cambridge University Press, 1995), p. 211.
  14. a b Humphrey, Roman Circuses, p. 544.
  15. Humphrey, Roman Circuses, p. 15.
  16. Festus, excerpts of Paulus, p. 479 in the edition of Lindsay.
  17. Briscoe, A Commentary on Livy, p. 294; Auguste Bouché-Leclercq, Histoire de la divination dans l'antiquité (Jérôme Millon, reimpreso en 2003, publicado originalmente en 1883), p. 1024.
  18. Bouché-Leclercq, Histoire de la divination, p. 1024.
  19. Servius Danielis, note to Aeneid 2.140.
  20. William Warde Fowler, The Roman Festivals of the Period of the Republic (London, 1908), p. 176; Servius, apunta a la Eneida 2.140 (alii ludos Taureos a Sabinis propter pestilentiam institutos dicunt, ut lues publica in has hostias verteretur).
  21. Festus, p. 478 (Lindsay).
  22. Briscoe, A Commentary on Livy, p. 294.
  23. Sed Taurios ludos Varro ait vocari, quod eis ludis discipulus pendens a doctore in crudo corio tauri solitus sit inpelli, atque usque eo inibi cogi docere, quoad consisteret atque virtute talorum constaret pedum firmitas (texto en cursiva está reconstruido); en español, "Varrón, aun así, dice que los Juegos taurios son llamados así porque era usual en los juegos para un estudiante, con un impulso de su instructor, fuera impulsado sobre la piel desnuda de un toro (tauro) , y mostrar, con el alcance de su acción, cómo de fuerte que era y cómo era la seguridad de sus pies 'clavados' en virtud de sus talones" ("Clavar" aquí es usado en el sentido de aterrizar un gimnasta correctamente en posición). Ver André Dacier (1826), pp. 960–961.
  24. J.D. Guigniaut on Frédéric Cruezer, Religions de l'antiquité (Paris, 1851) vol. 3, p. 1122.
  25. Para más sobre el parto en el mundo romano, ver Obstetricia (matronería)#Cultura grecorromana y las deidades del parto (Nixae), cuyos altares se situaban dentro de un complejo de sitios asociados con las carreras de caballos y los dioses del inframundo en el Campo de Marte.
  26. Georg Wissowa, Religion und Kultus der Römer (Munich, 1902), p. 388; noted also by Briscoe, A Commentary on Livy, pp. 294–295.
  27. Arnold Drakenborch en su edición de 1825 de Tito Livio toma el Taurilia como referencia a las actuales corridas de toros (p. 400). Ver también Guigniaut on Cruezer, Religions de l'antiquité, p. 1122ff.
  28. For instance, Edward Clarke, Letters concerning the Spanish Nation (London, 1763), pp. 113–115. The effort was derided by Charles Sumner, "Spanish Bull-Feasts and Bull-Fights," Quarterly Review (1839), p. 385ff., published anonymously and attributed to Sumner by Edward L. Pierce, Memoirs and Letters of Charles Sumner (Boston, 1893), vol. 2, p. 64.
  29. Fernández Truan, Juan Carlos (2003). «Los Taurarii en la Bética: origen del espectáculo taurino». Materiales para el estudio de la historia del deporte en Andalucía (1): 85-106. ISSN 1888-1297. Consultado el 9 de marzo de 2020. 

Bibliografía[editar]