Pedro Romero (artesano)

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Documento escrito por Pedro Romero en 1810 en el que afirma que era natural de Cartagena de Indias

Pedro Romero Porras (Cartagena de Indias 1756 - Haití 1816) fue un personaje de origen popular que por sus esfuerzos y por circunstancias que le tocó vivir logró granjearse el reconocimiento de la sociedad de la época que vivió. Su nombre ha trascendido por ser un dirigente destacado del proceso de independencia de Cartagena de Indias, Colombia. Hasta ahora es el artesano más importante en la historiografía relativa a la participación de los grupos subalternos en los procesos independentistas del Caribe hispánico en el tránsito entre los siglos XVIII y XIX;[1][2]​ Sin embargo, su vida ha permanecido en una especie de nebulosa, presentándose para las especulaciones.[3]

El desconocimiento sobre su vida se debe a tres razones: 1) se ha supuesto que era cubano, y, por tanto, se colige que cualquier dato sobre sus orígenes hay que buscarlo en los archivos de esa isla. Sin embargo, en los archivos parroquiales del siglo XVIII de la ciudad de Matanzas, los que han sido digitalizados por la Varderbilt University, no parece dato alguno que corrobore esa suposición. 2) Porque las personas del común dejaron escasos registros documentales en los archivos. Y 3) en los archivos solo se encuentran referencias indirectas, escritos de otras personas o informes oficiales de la época que le tocó vivir.

Si leemos lo que se ha escrito hasta el momento observaremos que la información de archivo utilizada se circunscribe al censo de Cartagena de Indias de 1777, al censo de artesanos del barrio de Santa Catalina de esta ciudad, realizado en 1780 y a un corto extracto de la solicitud que hizo en 1810 para que el rey de España dispensara la condición de pardo de su hijo Mauricio José Romero y que se le permitiera presentar exámenes en alguna universidad de Santa Fe de Bogotá para que se titulara de abogado.

Acerca de su participación en los acontecimientos políticos de la primera república de Cartagena (1811-1815) la información utilizada por los historiadores se circunscribe a algunos informes y escritos (por ejemplo, José María García de Toledo, Antonio Nariño, Manuel Marcelino Núñez, José Manuel Restrepo) sobre su participación en el proceso de la independencia de Cartagena. No cabe duda de que, aún siendo muy escasas, son un poco más generosas las fuentes sobre su participación política en los sucesos de la independencia de Cartagena de Indias, que los datos relativos a su vida, al ejercicio de su oficio y acerca de su condición social. Por eso, y en el marco de la conmemoración del bicentenario de la independencia, las investigaciones han insistido más en sus actividades políticas, sobresaliendo las publicaciones de Alfonso Múnera,[4]​ Aline Helg,[5]​ Marixa Lasso[6]​ y Jorge Conde,[7]​ entre otros historiadores.

Casa de Pedro Romero.
Campana fundida por Pedro Romero en 1804.

Biografía[editar]

Hasta hace pocos años la tradición oral aseguraba que Pedro Romero había nacido en Matanzas (Cuba) y según algunos fue traído con varios artesanos por el virrey Eslava a mediados de la década de 1740 para trabajar en las fortificaciones de Cartagena de Indias. La tradición oral y la historiografía basada en una precariedad de información de archivos se basa en un escrito de Antonio Nariño en su periódico La Bagatela, donde lo llamó "el célebre matancero", y por eso han concluido que era cubano. (Cuba).[8]

Matancero es un topónimo (oriundo de la ciudad de Matanzas, Cuba). Un sustantivo para señalar a quien se dedica a la matanza de cerdos. Y escrito con Z (Matanzero) también es un apellido. En la web de Familysearch se registran a 56.312 personas con ese apellidos. En la documentación de archivos de Cartagena de Indias del tránsito entre los siglos XVIII y XIX aparecen dos personas con ese apellido. A finales del XVIII Francisco Matanzero aparece en los registros de alcabalas pagando ese impuesto por la compra de una casa en el barrio de Getsemaní. Y en 1813 en los listados de soldados muertos en el combate por la recuperación de Santa Marta por los realistas, entre los fallecidos se anotó a un Manuel Matanzero, oriundo de Cartagena de Indias, quien formaba parte de las tropas de patriotas. Con estos escasos datos no es posible establecer una relación de ninguna naturaleza entre quienes llevaron este apellido en la ciudad y Pedro Romero Porras.

Sin embargo, investigaciones recientes sustentadas en diversas fuentes de archivos han apuntado a su origen cartagenero. Los argumentos centrales de estas investigaciones son las siguientes: 1) Las coincidencias entre el nombre, la edad, el oficio y la condición racial de "pardo" señaladas en el censo de 1777 del barrio de Getsemaní y el de artesanos de 1780 del barrio de Santa Catalina (actual área de la Catedral). 2) Las coincidencias entre el listado de sus familiares señalados en el mencionado censo de 1777 con lo que se conoce sobre los nombres de sus hermanas y hermanos, también señalan que se trataba de la misma persona. 3) La información contenida en el proceso judicial que se le siguió en 1779 por la arbitrariedad de un alcalde que lo puso en prisión por resistirse a desalojar su taller de herrería, también indica que se trataba de la misma persona. 4) Las declaraciones rendidas en 1816 por su hermana Marcelina Romero, para que de los bienes confiscados a aquel se le devolviera un dinero que le había entregado para que lo pusiera a producir, también apuntan en dirección sobre su posible origen cartagenero.[9]​ 5) el que aparece en documentos del Archivo General de la Nación de Colombia, realizando algunas operaciones de compraventa al lado de Andrés Romero y de Esteban Romero, también indica que Pedro Romero formaba parte de la familia Romero Porras, la que aparece registrada en el censo de 1777 del barrio de Getsemaní de Cartagena de Indias, viviendo en la casa baja N° 10, de la manzana 20 en la plaza de Nuestra Señora del Buen Camino. 6) En la documentación que presentó él mismo se reconoció como natural de Cartagena. En 1814, al resaltarse las cualidades laboriosas de Pedro Romero, se afirmó en un periódico de Cartagena “[…] hace más de dos años que se fabricó [un fusil] por el célebre Romero nativo de este país" (Década Miscelánea de Cartagena, Cartagena, 9 de noviembre de 1814), y lo mismo hizo su hermana Marcelina Romero cuando en 1816 reclamó parte de los bienes que le fueron expropiados a aquel por las autoridades españolas y anotó que su familia era oriunda de Cartagena de Indias

Con la certeza proporcionada por estos documentos podemos aceptar que su familia es la que aparece en el censo de 1777, en la que se señaló que el cabeza de familia y padre era Andrés Romero, de ocupación "hombre de la mar", y la madre María Porras. Su hermanos eran Petrona, Agustina, Marcelina, Andrea, Melchora, Andrea y María.[10]​ De Marcelina Romero Porras se sabe que desde 1778 trabajó en condición de portera en la Real Fábrica de Cigarros que se creó en Cartagena, la que hasta 1808 ocupó a un promedio de 200 trabajadoras organizadas en cuadrillas y que trabajaban por producción.

Pero más allá de su lugar de origen, que importa en la medida que señala direcciones sobre hacía donde dirigir las investigaciones, los nuevos conocimientos que se vienen exponiendo han enriquecido la imagen que se tiene sobre este artesano. Según la información de los mencionados censos de 1777 y 1780, el artesano herrero había nacido en 1756. Para 1780 contaba con 24 años de edad, ya tenía taller de herrería independiente el la Calle de Nuestra Señora de La Amargura, era de condición social parda, estaba casado y era miliciano. Tenía por vecinos de taller a los artesanos españoles Bartolomé Ponce, armero de los talleres de artillería, y a José Antonio Pereira, armero del Regimiento Fijo de Cartagena de Indias.

Luego de mantener por algunos años su taller de herrería en la mencionada calle del barrio de Santa Catalina, Pedro Romero Porras lo trasladó al barrio de Getsemaní, concretamente a la Calle Larga, área en la que se encontraban todos los talleres que trabajaban con metales duros debido a la proximidad del Arsenal-Apostadero de la Marina. Las instalaciones de este Arsenal, creado en 1750 y que fue creciendo con el pasar de los años, se convirtió en un atractivo para los artesanos de Cartagena, en especial para quienes estaban en condiciones de trabajar en la reparación de las embarcaciones marítimas. Carpinteros de ribera, pintores, calafates, aserradores de maderas, constructores de velámenes, hojalateros, toneleros, herreros, fundidores, armeros y cerrajeros, entre otros,[11]​ fueron atraídos por el Arsenal de la Marina.[12]

Este Arsenal delegó en algunos contratistas cierto tipo de trabajos. Hubo asentistas de velámenes, de pintura, de motonería, y de herrería. Entre los años de 1770 y mediados de los 1780 los contratistas de herrería fueron Romualdo Rodríguez y Juan de la Cruz de León. Pero desde 1786 el contrato de asentista de herrería, cerrajería, armería y fundición perteneció a Pedro Romero Porras, quien lo mantuvo hasta que se desató la crisis de la independencia. Entre todos los artesanos contratistas, era Pedro Romero el que recibía los mayores aportes presupuestales y el que hacía los trabajos de mayor envergadura. Su taller debió ser de dimensiones fuera de lo común, y debió emplear un número de trabajadores por encima de lo habitual. Esto le permitía tener ingresos por encima que los devengados por los demás artesanos de Cartagena de Indias. La combinación de esos cuatro oficios relacionados con los oficios que trabajaban los metales duros, en especial la fundición que demandaba hornos, fuelles, diseño de moldes por el método de la cera vaciada, implicaba utilización de materias primas como el hierro, acero, cobre, plomo, estaño.

También demandaba la compra de grandes cantidades de carbón vegetal, como también de yunques y una gran cantidad de herramientas e las que podemos hacernos una idea leyendo las relaciones del taller de la artillería que reposan en varios fondos del AGN de Colombia. La producción anual del taller estaba en un promedio de 8 toneladas, las que entregaba en los almacenes del Arsenal.[13]

Un ejercicio realizado con base en la información contenida en los pagos realizados por el Apostadero de la Marina permite saber que sus ingresos promediados por año estaban en el orden de los siete mil pesos, suma alta para la época y que estaba muy por encima de los demás trabajadores y aún de mercaderes y de otras personas que consideradas como parte de la elite de la ciudad.

Reconocimiento social[editar]

Su protagonismo en los acontecimientos que vivió Cartagena de 1810 en adelante, se debe, sobre todos, a que su oficio le otorgó reconocimiento y valoración social. La condición parda la tenían muchos hombres de origen popular, pero no todos lograron resaltar durante los acontecimientos que desembocaron en los acontecimientos del 11 de noviembre de 1811. Si a Pedro Romero, al igual que a Pedro Medrano, Nicolás Delfín, Valentín Gutiérrez, Ramón Viana, Cecilio Rojas y otros dirigentes populares los desproveemos del reconocimiento que devenía de sus oficios y estilos de vida, se pierden entre la multitud. Un conjunto de circunstancias determinó la fama pública alcanzada por Pedro Romero. La primera es que el arbitrario desalojo que padeció en 1779 de su sitio de trabajo por parte de uno de los alcaldes ordinarios se convirtió en motivo de enfrentamientos entre las distintas autoridades de la ciudad. Las circunstancias en las que se desarrolló este pleito judicial convirtieron a Pedro Romero en una persona de fama pública y lo erigieron en un símbolo entre los sectores de artesanos de la ciudad. La noticia de la orden de desalojo de su taller y la prisión que se le decretó debió correr rápidamente entre los artesanos de la ciudad.

Este pleito debió trascender entre todos los sectores sociales de la ciudad debido al contexto social y político en el que se desarrolló. Por esos años varios hechos causaban malestar social y enfrentamientos jurisdiccionales entre las administraciones ordinarias y militares de la ciudad y su provincia. En ese contexto el pleito profundizó varios conflictos entre los que quiero resaltar: 1) los procedimientos judiciales empleados por los alcaldes enfrentaron a sectores del poder, propiciando una situación explosiva por los enfrentamientos de las jurisdicciones ordinarias y militares en torno al fuero militar de los milicianos. 2) De igual forma se hizo presente un debate sobre las costumbres laborales y la utilización de los espacios en la ciudad. 3) Y, por último, también había una situación de enfrentamientos entre la oficialidad de las milicias pardas y la oficialidad blanca del Regimiento Fijo, en torno a muchos aspectos que los primeros consideraban como malos tratos, y por las aspiraciones de la primera en mejorar su imagen social.

Pues bien, en el centro de la conjunción de estas situaciones estuvo Pedro Romero. Su prisión evidenció tanto las arbitrariedades de algunos sectores del poder como también el ensañamiento que tuvieron contra humildes hombres de color. Aunque el proceso judicial no lo diga pues solo recoge las voces de los alcaldes, del gobernador, de los procuradores y del propietario de las accesorias, entre líneas se puede entender que Pedro Romero resistió en forma no violenta, quizá solo argumentando sus derechos, lo que le valió la cárcel durante 19 días, debido a que el alcalde Francisco García del Fierro lo declaró en desacato. Pocos años después, desde 1786, Pedro Romero ya era el contratista del apostadero y se encargaba de producir todo lo relacionado con la herrería, fundición, cerrajería y armería. Para finales del siglo XVIII ya gozaba de reconocimiento social en la ciudad. Tanto por su dedicación al trabajo, por su estilo de vida, su condición económica y su ascendencia sobre los sectores artesanales y plebeyos de la población, se le reconocía como un hombre de respeto[14]​.

La primera república de Cartagena de Indias (1811-1815)[editar]

Desde comienzos de 1810 entró en negociaciones con José María García de Toledo, quien entendió que no podía controlar al gobernador Francisco Montes sin contar con el apoyo de la movilización popular.

Durante los acontecimientos de junio y noviembre de 1810, y luego en los de febrero de 1811, Pedro Romero, al lado de otros trabajadores del Arsenal de la Marina (Pedro Medrano, Nicolás Delfín, Martín Villa) y de otros personajes de la vida popular de Cartagena (Cecilio Rojas, Remigio Márquez y otros), movilizaron a los habitantes de Getsemaní y presionaron de distintas maneras hasta lograr que la Junta de Gobierno de Cartagena decretara la independencia absoluta el 11 de noviembre de 1811.[15][16]

Cartagena tenía en el Apostadero-Arsenal de la Marina un espacio de concentración significativa de trabajadores, alcanzando muchos de estos estabilidad laboral por casi veinte años. Además, la forma organizativa en maestranzas, es decir, lo que después se llamó cuadrillas,[17]​ se convirtió en un elemento fundamental para a movilización de los habitantes de ese barrio y en la organización de las milicias de Lanceros de Getsemaní. Y era esto lo que convirtió a los mencionados artesanos, con Pedro Romero a la cabeza, en pieza clave en los distintos sucesos que condujeron a la independencia.

En 1812, junto con Pedro Medrano (blanco y calafate y carpintero de ribera y propietario de pulpería), Cecilio Rojas (pardo y orfebre y propietario de pulpería), Silvestre Paredes (pardo y maestro de obras y capitán de milicias pardas), Remigio Márquez (pardo y cirujano del apostadero de la marina) y Antonio Angulo (blanco y mercader y pulpero), forma parte de la constituyente que elaboró la Constitución del Estado de Cartagena de Indias. Ellos, en representación de los sectores populares, y al lado de miembros, de la elites, dotaron al naciente Estado de Cartagena de Indias, de una Carta Magna basada en los principios republicanos democráticos-liberales.

Para 1814 había roto su alianza con la facción de los Gutiérrez de Piñeres y de nuevo entabló alianza con José María García de Toledo. En 1915 apoya la expulsión del sector radical de la ciudad.

Tras el asedio de Cartagena (1815), Romero y su familia viajaron hacia Haití. Dos meses después de haber partido Cartagena, la embarcación que los trasportaba arribó a Los Cayos (Haití). Allí falleció Romero, a comienzos de 1816, como consecuencia de las penalidades padecidas en el sitio y durante el viaje.[18]

Su memoria, aunque mantenida de forma marginal, no desapareció del todo de la ciudad. En 1846 el Concejo Municipal bautizó la calle del Carretero, en el barrio de Getsemaní, con el nombre de Pedro Romero. Desde comienzos del siglo XX, cada 11 de noviembre y en las conmemoraciones del 1° de mayo, los artesanos y trabajadores, se desplazaban al sitio donde estuvo ubicada su vivienda y rendían homenaje a su memoria. En el solar donde estuvo ubicado su taller aún se conserva una placa de mármol colocada en 1910. Una artería de tránsito de la ciudad lleva su nombre y una medalla que se concede anualmente a personas que sobresalgan por espíritu cívico, también lleva su nombre.

Familia y patrimonio[editar]

Firmas de algunos miembros de la familia de Pedro Romero.

Con algunos familiares como Andrés Romero, Esteban José Romero y con su cuñado Juan Esteban Domínguez, quienes trabajaban en su taller, realizaba compra de materias primas y de materiales que desechaba el Arsenal.[13]

Sus ingresos le permitieron comprar la casa de esquina que está en la acera sur de la entrada de la Calle Larga, la que hace frente con la Iglesia de la Tercera Orden. Era una casa baja que transformó en dos plantas, con balcones y ventanales hacia la bahía. Según información dada por su hijos Mauricio José Romero Domínguez, para 1815 su familia era propietaria de 34 locales comerciales situados en el portal del Puente (actual paseo de los Mártires. Tenían un corto número de esclavos.[19][cita requerida]

Pedro Romero solicitó a Madrid dispensas de la condición de paro de su hijo Mauricio José Romero Domínguez, para que fuese examinado en una Universidad de Santa Fe de Bogotá en teología y jurisprudencia. Había estudiado estas disciplinas en el Colegio Seminario Conciliar de San Carlos Borromeo, sin poder titularse debido a que esa institución no estaba habilitada para conferir grados profesionales.[20]​ En 1810 este joven se trasladó a Santa Fe de Bogotá, regresando a Cartagena en 1812. No sabemos si recibió grado pues la solicitud de dispensas fue rechazada por el Ministerio de la Marina por considerarse que ese no era el canal regular.[cita requerida] Las hijas de aquel contrajeron nupcias con prestantes hombres de la sociedad local.[cita requerida]

Referencias[editar]

  1. Helg, Aline (2013). “De castas a pardos. Pureté de sang et egalité contitutionnelle dans le proces-sus independantiste de la Colombie Caraibe”, en Véronique Hébrard, Geneviè-ve Verdo (eds.), Las independencias hispanoamericanas: Un objeto de historia,. Casa Velásquez. pp. 181-196. ISBN 9788496820951. 
  2. Múnera, Alfonso (2005). Fronteras imaginadas,. Planeta. ISBN 9789584211699. 
  3. Ballestas, Rafael (2011). Pedro Romero. Verdades, dudas y leyendas sobre su vida y obra. Universidad Libre sede Cartagena. ISBN 9789588499178. 
  4. Múnera, Alfonso (1998). El fracaso de la nación. Banco de la República / El Áncora Editories. ISBN 9789584218193. 
  5. Helg, Aline (2011). Libertad e iguldad en el Caribe Colombiano, 1770-1835. Eafit / Banco de la República. ISBN 9789587200751. 
  6. Lasso, Marixa (2013). Mitos de armonía racial. Raza y republicanismo durante la era de la revolución, Colombia 1979-1831. Universidad de lo Andes / Banco de la República. ISBN 9789586959438. 
  7. Conde, Jorge. Buscando la nación: ciudadanía, clase y tensión racial en el Caribe colombiano, 1821-1855. Universidad del Atlántico / La Carreta Eds. ISBN 9789588427164. 
  8. «Pedro Romero, un protagonista de la Independencia». El Universal (Colombia). 11 de noviembre de 2011. Consultado el 26 de abril de 2017. 
  9. Tatis, Gustavo (23 de abril de 2017). «Pedro Romero no era cubano». El Universal. Consultado el 9 d octubre de 2017. 
  10. Solano, Sergio Paolo (2016). Alberto Abello Vives, ed. Cartagena de Indias, sociedad, trabajadores e independencia en el tránsito entre los siglos XVIII y XIX. Entrevista al historiador Sergio Paolo Solano D.. Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena. p. 76-85. ISBN 9789585975910. Consultado el 9 de octubre de 2017. 
  11. Solano, Sergio Paolo (2013). «"Sistema de defensa, artesanado y sociedad en el Nuevo Reino de Granada"». Memorias 10 (19): 92-139. 
  12. Solano, Sergio Paolo (2015). «Artesanos, jornaleros y formas concentradas de trabajo: el Apostadero de la Marina de Cartagena de Indias (Nuevo Reino de Granada) en el tránsito entre los siglos XVIII y XIX"». Theomai (31): 79-115. 
  13. a b Solano, Sergio Paolo (2016). «"Pedro Romero, el artesano: trabajo, raza y diferenciación social en Cartagena de Indias a finales del dominio colonial"». Historia Crítica 61: 151-170. 
  14. Solano, Sergio Paolo (1 de noviembre de 2023). «Pedro Romero Porras, una vida situada en circunstancias excepcionales». LA PLAZA Cultura Urbana. Consultado el 2023. 
  15. Solano, Sergio Paolo (6 de noviembre de 2023). «Dirigentes populares de la independencia de Cartagena de Indias: los constituyentes de 1812». LA PLAZA Cultura Urbana. Consultado el 2023. 
  16. Solano, Sergio Paolo (7 de noviembre de 2023). «Otros dirigentes populares de la independencia de Cartagena de Indias/ 2a y última parte/». LA PLAZA Cultura Urbana. Consultado el 2023. 
  17. Solano, Sergio Paolo (2010). «"Trabajo, formas de organización laboral en los puertos del Caribe colombiaano, 1850-1930"». European Review of Latin American and Caribbean Studies (88): 39-60. 
  18. Ballestas, Rafael. «Pedro Romero». Academia de La Historia de Cartagena de Indias. Consultado el 26 de abril de 2017. 
  19. Romero Mauricio José, AGN-COLOMBIA (12 de mayo de 1821). «Carta dirigida al general Francisco de P. Santander». Sección República, fondo Solicitudes-Magdalena. tomo 2: folios 247r.-248v. 
  20. Oribe Andrés, ARCHIVO GENERAL DE LA MARINA DE ESPAÑA (7 de marzo de 1810). «Solicitud de Pedro Romero de dispensa para su hijo Mauricio José Romero». Secretaría de Estado y del Despacho de Marina, Sección Expediciones, Sub-Sección Expediciones a Indias. Caja 46, documento 129: folio 4r. 

Enlaces externos[editar]