Semana de los Libros Prohibidos

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Semana de los libros prohibidos
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Datos generales
Tipo día festivo
Primera vez 1982

La Semana de los Libros Prohibidos es una campaña anual de concienciación promovida por la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos y Amnistía Internacional que celebra la libertad para leer,[1]​ llama la atención sobre los libros prohibidos y cuestionados[2]​ y resalta a aquellas personas perseguidas.[3]​ Esta campaña, que tiene lugar la última semana de septiembre «subraya la importancia de asegurar la disponibilidad de puntos de vista poco ortodoxos o impopulares para todos los que deseen leerlos»[4]​ y la necesidad de mantener este material disponible públicamente para que la gente pueda derivar sus propias conclusiones y opiniones. La campaña internacional destaca a aquellas personas que han sido «perseguidas por los escritos que producen, circulan o leen».[3]​ Algunos de los eventos que tienen lugar durante la Semana de los Libros Prohibidos son una lectura virtual y el festival de cine de la primera enmienda.[5][6]

Historia[editar]

El evento data de 1982 cuando lo creó la bibliotecaria y activista de la Primera Enmienda Judith Krug.[7]​ Krug afirmó que la Asociación de Editores Estadounidenses la contactó con la idea de traer libros prohibidos «a la atención del público estadounidense» después de que «una multitud de libros» fueran prohibidos ese año.[8]​ Krug transmitió la información al comité de libertad intelectual de la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos y «seis semanas después celebramos la primera Semana de los Libros Prohibidos».[8]

La Semana de los Libros Prohibidos está patrocinada por la Asociación Estadounidense de Bibliotecas (ALA), la Fundación Estadounidense de Libreros por la Libertad de Expresión (ABFFE), la Sociedad Estadounidense de Periodistas y Autores, la Asociación de Editores Estadounidenses, la Asociación Nacional de Tiendas Universitarias y es respaldada por el Centro del Libro de la Biblioteca del Congreso.[cita requerida]

Evento asociado no relacionado con los libros[editar]

Desde 2011, la Asociación Estadounidense de Bibliotecarios Escolares (AASL) ha designado el miércoles de la Semana de los Libros Prohibidos como el día de las páginas de red prohibidas.[9]​ Su objetivo es «destacar los filtros excesivamente agresivos que tienen las redes educativas y sociales que utilizan los estudiantes y educadores».[10]​ En la encuesta nacional de 2012 de la AASL, el 94% de los encuestados dijo que su escuela usaba software de filtrado y que la mayoría de los sitios web bloqueados estaban relacionados con las redes sociales (88%), la mensajería instantánea o el chat en línea (74%), los juegos (69%) o los servicios de video como YouTube (66%).[11]​ La postura de la AASL es que «el aspecto social del aprendizaje» es importante para los estudiantes del siglo XXI y que muchas escuelas van «más allá de los requisitos establecidos por la Comisión Federal de Comunicaciones en su Ley de Protección Infantil en Internet».[11]

Evento en Estados Unidos[editar]

«Una lectura en voz alta» de la Semana de los Libros Prohibidos en Shimer College

El evento se ha llevado a cabo la última semana de septiembre desde 1982.[12]​ La Semana de los Libros Prohibidos no solo anima a los lectores a examinar obras literarias cuestionadas, sino que también promueve la libertad intelectual en bibliotecas, colegios y librerías. Su objetivo es «enseñar la importancia que tienen los derechos de la primera enmienda y el poder de la literatura, y remarcar el peligro que existe cuando se imponen restricciones en la disponibilidad de información en una sociedad libre».[13]​ La ALA ofrece kits de la Semana de los Libros Prohibidos y vende carteles, botones y marcapáginas para celebrar el evento.

Muchas instalaciones educativas también celebran los libros prohibidos y cuestionados durante esta semana, a menudo creando exhibiciones y programas en torno a la campaña de concienciación. Además, varios libreros patrocinan actividades y eventos en apoyo a la Semana de los Libros Prohibidos. Algunos vendedores decoran escaparates, mientras que otros van más allá, invitando a autores de materiales prohibidos y cuestionados a hablar en sus locales o financiando concursos anuales de ensayos sobre la libertad de expresión. Las instalaciones educativas y los libreros también patrocinan «lecturas en voz alta», lo que permite a los participantes leer en voz alta pasajes de sus libros prohibidos favoritos.[14]

Evento internacional[editar]

Amnistía Internacional también celebra la Semana de los Libros Prohibidos enfocándose en las personas «perseguidas por los escritos que producen, circulan o leen» [3]​ Su página web documenta anualmente «casos críticos», donde señalan a personas que han sido asesinadas, encarceladas o acosadas por las autoridades nacionales alrededor del mundo, e insta a las personas a «tomar medidas» para ayudarlas en colaboración con su «Red de Acción Urgente». Esto lo pueden hacer poniéndose en contacto con las autoridades en relación con las violaciones de derechos humanos.[15]​ También actualizan la información de los casos de años anteriores, ofreciendo un historial y el estado actual en el que se encuentran las personas que han sido supuestamente perseguidas por sus escritos. Estos casos incluyen personas de Azerbaiyán, China, Cuba, Egipto, Gambia, Irán, Myanmar, Rusia y Sri Lanka.[cita requerida]

Recepción y crítica[editar]

El evento ha sido elogiado por celebrar la libertad que proporciona la Primera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos.[16]​ Los eventos públicos en los que se leen en voz alta libros prohibidos y cuestionados se llevan a cabo frecuentemente para celebrar el evento.[17][18][19][20]​ El evento internacional organizado por Amnistía Internacional también ha sido elogiado por recordar a la gente el precio que pagan algunas personas por expresar opiniones controvertidas.[21]

El columnista del Boston Globe, Jeff Jacoby, señaló que una abrumadora cantidad de libros de la lista eran libros que simplemente habían sido cuestionados (principalmente por los padres por: violencia, lenguaje, sexualidad o no adecuación a la edad), pero que no se habían eliminado.[22]

Mitchell Muncy alegó en The Wall Street Journal que la censura de la que se protesta en el evento no existe y que los libros no están prohibidos en Estados Unidos.[23]​ Camila Alire, ex presidenta de la ALA, contestó que la Semana de los Libros Prohibidos subraya «los cientos de intentos documentados de suprimir el acceso a la información que tienen lugar cada año en los EE.UU.», y que «cuando se le pide a la biblioteca que restrinja el acceso para los demás refleja un intento de censura».[24]​ Inversamente, Thomas Spence en las mismas páginas comentó que Amazon había creado «un nuevo y más eficiente tipo de censura», al cesar la venta de When Harry Became Sally.[25]

El ex concejal de ALA Jessamyn West dijo :

También destaca lo que ya sabemos de la semana de los libros prohibidos pero de lo que no se habla: una gran cantidad de estos libros son cuestionados por los padres por no ser apropiados para la edad de los niños. Aunque creo que esto es algo formidable para los libreros con lo que tratar, es algo muy diferente de las personas que intentan bloquear un libro de venderse.[26]

Doug Archer, bibliotecario y expresidente del Comité de Libertad Intelectual de la ALA, responde que tales críticas no abordan de manera justa la amenaza de la censura:

El argumento es así. Muchos de los libros de la lista anual de libros prohibidos y cuestionados de la ALA «solo» fueron cuestionados, no prohibidos. Aunque se sacaron algunos de las bibliotecas, aún se pueden comprar en librerías. Por lo tanto, esta censura no es real porque el gobierno no ha prohibido los libros. [...] ¿Solo porque las bibliotecas y los bibliotecarios han sido tan buenos en su defensa del derecho a leer lo que decidan, significa que no estamos siendo honestos? No, solo significa que hacemos nuestro trabajo.[27]

Focus on the Family, una organización cristiana de derechas, cuestiona regularmente la Semana de los Libros Prohibidos, alegando que los libros no están realmente prohibidos y que las políticas de las bibliotecas son contrarias a la familia.[28][29][30][31][32][33]​ Tom Minnery, vicepresidente de políticas públicas, dijo: «La ALA ha perpetrado irresponsablemente la mentira de los libros "prohibidos" durante demasiado tiempo… Nada está "prohibido", pero cada año esta organización intenta intimidar y silenciar a cualquier padre, maestro o bibliotecario que exprese su preocupación por el material sexualmente explícito o violento para los alumnos» [34]​ Candi Cushman, analista de educación de Focus on the Family, afirmó que «Los padres tienen todo el derecho y la responsabilidad de oponerse a que sus hijos reciban literatura sexualmente explícita y pro-gay sin su permiso, especialmente en un entorno escolar» [35]​ y señaló que el libro infantil Con Tango son tres sobre unos padres pingüinos del mismo sexo se encontraba entre los libros más cuestionados por la ALA. Cushman criticó el evento por «fomentar la homosexualidad en niños de 6 o 7 años en contra de su voluntad».[36]​ El grupo anti-homosexualidad Parents and Friends of Ex-Gays and Gays ha criticado de manera similar a la ALA por no usar el evento para defender libros de ex-gais o libros que se oponen al matrimonio entre personas del mismo sexo en los Estados Unidos.[37][38]

La Semana de los Libros Prohibidos fue criticada por Ruth Graham en Slate, pues argumentó que la retórica que rodea al evento a menudo combina cuestiones como la prohibición de libros en una biblioteca pública frente a los de una biblioteca escolar.[39]​ Insistió en que confunde el hecho de no incluir material en los planes de estudios con la disponibilidad general de una biblioteca.[39]​ Además, cree que, si bien es importante destacar los casos de censura, el énfasis debe estar en la celebración del mínimo número de libros prohibidos.[39]

Como respuesta, Maddie Crum de The Huffington Post defendió la Semana de los Libros Prohibidos, argumentando que la celebración de este evento conciencia acerca de la importancia de la libertad de expresión en la sociedad.[40]​ Elogió el papel de los bibliotecarios y escribió que «hacen el trabajo detrás de las cámaras que garantiza que los libros cuestionados no sean prohibidos».[40]

Véase también[editar]

Véase también[editar]

  1. «About Banned Books Week». Library Journal. Archivado desde el original el 7 de junio de 2011. Consultado el 23 de septiembre de 2009. 
  2. «About Banned and Challenged Books». American Library Association. Archivado desde el original el 27 de julio de 2009. Consultado el 8 de septiembre de 2009. 
  3. a b c «Banned Books Week». Amnesty International, USA. Archivado desde el original el 30 de agosto de 2009. Consultado el 23 de septiembre de 2009.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «AI» está definido varias veces con contenidos diferentes
  4. «Banned Books Week: Celebrating the Freedom to Read». American Library Association. Archivado desde el original el 5 de octubre de 2009. Consultado el 23 de septiembre de 2009. 
  5. «ALA Office for Intellectual Freedom». 28 de julio de 2017. Archivado desde el original el 27 de agosto de 2017. Consultado el 27 de agosto de 2017. 
  6. «BANNED BOOKS WEEK 2018: Sept. 23 – Sept. 29». American Library Association. 11 de diciembre de 2012. Archivado desde el original el 22 de abril de 2018. Consultado el 24 de abril de 2018. 
  7. Samuels, Dorothy (14 de abril de 2009). «Appreciations: Judith Krug». The New York Times (Editorial). Archivado desde el original el 15 de abril de 2009. Consultado el 15 de abril de 2009. 
  8. a b «Marking 25 years of Banned Books Week: an interview with Judith Krug». Curriculum Review 46 (1). 1 de septiembre de 2006. 
  9. Luhtala, Michelle (4 de septiembre de 2014). «What You Should Know About Banned Websites Awareness Day, September 24». www.thedigitalshift.com. Archivado desde el original el 1 de noviembre de 2016. Consultado el 19 de septiembre de 2016. 
  10. «AASL designates Wednesday, September 28, 2011, as Banned Websites Awareness Day». American Library Association. 9 de agosto de 2011. Archivado desde el original el 20 de diciembre de 2016. Consultado el 19 de septiembre de 2016. 
  11. a b JHABLEY (1 de octubre de 2012). «Filtering in Schools». Archivado desde el original el 29 de septiembre de 2016. Consultado el 19 de septiembre de 2016. 
  12. Office for Intellectual Freedom (2010). Intellectual Freedom Manual. American Library Association. p. 406. ISBN 978-0838935903. Consultado el 27 de septiembre de 2016. 
  13. «Banned Books Week». American Library Association. Archivado desde el original el 27 de julio de 2009. Consultado el 8 de septiembre de 2009. 
  14. Kepler, Ann (2011). The ALA Book of Library Grant Money. p. 176. ISBN 978-0838910580. Consultado el 27 de septiembre de 2016. 
  15. «Urgent Action Network». Amnesty International, USA. Archivado desde el original el 24 de junio de 2009. Consultado el 9 de octubre de 2009. 
  16. Dzwonkowski, Ron (1 de octubre de 2009). «Banned Books Week is a good time to read one». Detroit Free Press. Archivado desde el original el 25 de octubre de 2014. Consultado el 1 de abril de 2015. 
  17. «Lit events». 26 de septiembre de 2009. Consultado el 22 de octubre de 2009. Uso incorrecto de la plantilla enlace roto (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
  18. «VC, UHV celebrate freedom with Read Out». Victoria Advocate. 26 de septiembre de 2009. Archivado desde el original el 9 de junio de 2011. Consultado el 22 de octubre de 2009. 
  19. Mertz, Kevin (12 de octubre de 2009). «A stand against banned books». Consultado el 22 de octubre de 2009. 
  20. «'Banned Books Week' at Gulf Coast Community College». Panama City, FL: WJHG-TV. 2 de octubre de 2009. Archivado desde el original el 17 de julio de 2011. Consultado el 22 de octubre de 2009. 
  21. Mattoon, Nancy (29 de septiembre de 2009). «Books Banned, Author Imprisoned». Archivado desde el original el 8 de julio de 2012. Consultado el 22 de octubre de 2009. 
  22. Jacoby, Jeff (27 de septiembre de 2001). «Book-Banning, Real and Imaginary». 
  23. Muncy, Mitchell (24 de septiembre de 2009). «Finding Censorship Where There Is None». The Wall Street Journal. p. W13. Archivado desde el original el 1 de febrero de 2015. Consultado el 25 de septiembre de 2009. 
  24. «Letters to the Editor:Librarians Work to Protect Free Access to Information». Wall Street Journal. 1 de octubre de 2009. Archivado desde el original el 11 de marzo de 2016. Consultado el 8 de octubre de 2009. 
  25. Thomas Spence (17 de septiembre de 2021). [ek-amazon-transgender-shrier-anderson-warren-censorship-cancel-culture-11631889273 «‘Banned Books Week’ Isn’t Actually Interested in Banned Books»] |url= incorrecta (ayuda). The Wall Street Journal (en inglés). Consultado el 14 de septiembre de 2022. «Amazon announced that it would no longer sell another title on a similar topic, “When Harry Became Sally: Responding to the Transgender Moment,” [...] the singular power of “Earth’s Biggest Bookstore” makes possible a new and more efficient form of censorship. If Amazon doesn’t carry a book, it is practically invisible». 
  26. West, Jessamyn (21 de septiembre de 2006). «Banned Books Week is Next Week». Librarian.net. Archivado desde el original el 12 de enero de 2010. Consultado el 11 de agosto de 2009. 
  27. Doug Archer (17 de junio de 2009). «A Pet Peeve». OIF Blog. Office for Intellectual Freedom. Archivado desde el original el 3 de febrero de 2011. Consultado el 18 de septiembre de 2009. 
  28. Reid, Carol (June–July 1999). «On My Mind: 'Challenge', and Other Politely Empowering Euphemisms». American Libraries 30 (6): 60. 
  29. Lee, Earl (1998). Libraries in the age of mediocrity. McFarland. p. 106. ISBN 9780786405480. Consultado el 27 de septiembre de 2016. 
  30. «From banned to challenged?». Library Journal 122 (1–7). 1997. Archivado desde el original el 8 de diciembre de 2016. Consultado el 27 de septiembre de 2016. 
  31. «ALA under attack». College & Research Libraries News 56: 687. 1995. Archivado desde el original el 8 de noviembre de 2015. Consultado el 27 de septiembre de 2016. 
  32. «Focus on the Family Focuses on ALA». American Libraries 28 (10): 9. November 1997. 
  33. «Special Report: Christian Conservatives Organize to Criticize ALA». American Libraries 26 (10): 983. November 1995. 
  34. «Focus on the Family Exposes the "Banned" Books Lie». Charity Wire. 23 de septiembre de 2002. Archivado desde el original el 30 de octubre de 2010. Consultado el 12 de diciembre de 2010. 
  35. Shepard, Stuart (29 de septiembre de 2009). «Responding to Banned Books Week». Focus on the Family. Archivado desde el original el 5 de octubre de 2010. Consultado el 12 de diciembre de 2010. 
  36. Snow, Catherine (29 de septiembre de 2010). «Library Association Pushes Anti-Family Agenda through 'Banned Books Week'». Focus on the Family. Archivado desde el original el 20 de diciembre de 2010. Consultado el 12 de diciembre de 2010. 
  37. Chandler, Michael Alison (3 de octubre de 2008). «Banned Books, Chapter 2; Conservative Group Urges Libraries to Accept Collection». The Washington Post. Archivado desde el original el 15 de noviembre de 2010. Consultado el 11 de noviembre de 2010. 
  38. Macedo, Diane (22 de octubre de 2009). «Gay Reversal Advocates Say School Libraries Banning Their 'Ex-Gay' Books». Fox News. Archivado desde el original el 25 de octubre de 2009. Consultado el 22 de octubre de 2009. 
  39. a b c Graham, Ruth (28 de septiembre de 2015). «Banned Books Week Is a Crock». Slate (en inglés). ISSN 1091-2339. Archivado desde el original el 1 de octubre de 2015. Consultado el 2 de octubre de 2015. 
  40. a b «This Is Why You Should Celebrate Banned Books Week». The Huffington Post. 28 de septiembre de 2015. Archivado desde el original el 2 de octubre de 2015. Consultado el 2 de octubre de 2015. 

Otras lecturas[editar]

Enlaces externos[editar]