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Colecciones[editar]

Las piezas que hacen parte de los acervos del Museo Nacional son bastante diversas, por lo que está catalogado como un museo general. Así mismo, la totalidad de la colección ha sido declarada como patrimonio cultural de la nación.[1]​ Debido al carácter científico de su fundación, durante la década de 1820, la colección inicial integraba piezas botánicas, minerales, paleontológicas y zoológicas, además de objetos antropológicos y arqueológicos.[2]​ También contenía objetos de historia contemporánea, así como piezas artísticas con representaciones científicas y religiosas, dada la coyuntura de la naciente República de Colombia y su correspondiente necesidad de crear un relato de la nación.[3]

Las continuas reformas y cambios de administración dentro de la institución han afectado la clasificación de las colecciones a lo largo de su historia. En 1881, se desarrolló el primer catálogo que dividía la colección en tres partes: la primera reunía Historia, Arqueología, Curiosidades y Pinturas; la segunda, Historia Natural; y una tercera constituía un apéndice con piezas varias.[4]​Para 1886, la división se mantuvo, aunque la tercera parte empezó a agrupar pinturas y objetos de las artes nacionales.[5]​ Durante el siglo XX, el Museo Nacional siguió ampliando sus colecciones a partir de donaciones, adquisiciones y remisiones. Así, bajo la dirección de Restrepo Tirado, se seccionó la colección en Arqueología, Objetos indígenas contemporáneos, Antigüedades extranjeras, Objetos históricos, Numismática, Salón de Gobernantes de Colombia, Galería de Próceres, Mineralogía, Galería de pinturas y Apéndice.[6]​ Actualmente, el Museo Nacional clasifica la colección en cuatro grupos, según el sentido atribuido a cada pieza dentro de la institución: Arqueología, Etnografía, Arte e Historia.[7]

Colección de Arqueología[editar]

En el momento de la fundación del Museo Nacional, ciertas piezas antropológicas, entre objetos prehispánicos antiguos y etnográficos de la cultura material indígena, ya hacían parte de su colección.[8]​ En 1824, se contaba con una momia encontrada cerca de Tunja.[9]​ Objetos como éste definían la principal finalidad del Museo Nacional hasta el siglo XX: reunir diferentes tipos de objetos (entre ellos, las piezas definidas como antigüedades, reliquias y curiosidades indígenas) para ser exhibidos y dar cuenta de la riqueza de la nación.

Las excavaciones e investigaciones arqueológicas realizadas a comienzos del siglo XX, tales como las llevadas a cabo por Konrad Theodor Preuss en San Agustín (1913-1914), Alden Mason en Pueblito y otras zonas tairona de la Sierra Nevada de Santa Marta (1922-1923),[10]​así como las comisiones de Carlos Cuervo y Gerardo Arrubla en Sogamoso (1924), expandieron tanto la colección del Museo Nacional como el sentido atribuido a los objetos que la integraban. Cabe destacar que, precisamente, Arrubla fue uno de los directores del Museo Nacional más interesado por fortalecer, proteger y darle un papel científico y educativo a la colección.

En 1938 se fundó el Servicio Arqueológico Nacional, encabezado por Gregorio Hernández de Alba, lo cual significó un nuevo rumbo para los bienes arqueológicos resguardados en el Museo Nacional. Con la creación de instituciones estatales enfocadas en la protección e investigación arqueológica, se acrecentó el interés por la colección del Museo Nacional, tanto así que Hernández de Alba solicitó un préstamo de la colección para realizar una exposición durante el IV centenario de la fundación de Bogotá. Para 1940, esta misma colección fue el fondo principal del Museo Arqueológico y Etnográfico inaugurado gracias a los esfuerzos de Hernández de Alba, Pérez de Barradas, entre otros. En este contexto, 1854 piezas fueron trasladadas a dos salas de la Biblioteca Nacional hasta que en 1946 volvieron al Museo Nacional en su nueva sede en el antiguo edificio del Panóptico.[11]

Las investigaciones desarrolladas después de 1950 siguieron expandiendo los horizontes de la arqueología, brindando nuevas pistas sobre los objetos conservados en el Museo Nacional, en lo relativo a las áreas arqueológicas a las que pertenecen e incluso hasta una cronología aproximada calculada a través de instrumentos científicos, como las excavaciones estratigráficas y la datación con carbono 14. Las zonas que más se estudiaron arqueológicamente en aquella época fueron San Agustín, Tierradentro, la Sierra Nevada de Santa Marta, el territorio muisca alrededor de Bogotá y las dos costas marítimas.[12]​ Es de anotar que si bien a finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI se ha estudiado más la Amazonía colombiana, es poca la información de algunas piezas de la colección que remiten a este y otros lugares menos estudiados del territorio nacional.

Desde el 2013, la conservación e investigación de esta colección, debido a su carácter patrimonial, es responsabilidad del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), a través del área misional de arqueología y patrimonio. Por lo tanto, la totalidad de la colección está dentro del inventario de esta institución. A su vez, la divulgación, reserva y exhibición de las piezas está a cargo del Museo Nacional y del ICANH.[13]​Las áreas que comprende esta colección son la cerámica con recipientes, figuras y fragmentos; la orfebrería, que se divide en figuras y artefactos; los líticos, donde se presentan escultura, artefactos y fósiles; el material óseo, que agrupa restos humanos, momias y artefactos en hueso; la madera, que se divide en escultura y mobiliario; los textiles, que integran vestuario, mantas, telas y fibras. En esta colección también se contemplan otros elementos de la naturaleza que no están en una categoría específica, como conchas de mar, semillas y papel.[14]

Colección de Etnografía[editar]

La historia de esta colección tiene varios puntos de convergencia con la colección de Arqueología, debido en gran parte a que el desarrollo de estas disciplinas en Colombia se dio de manera paralela. Los objetos de ambas colecciones hicieron parte de las antigüedades, curiosidades y reliquias indígenas durante la década fundacional del Museo Nacional.

A mediados del siglo XIX, Manuel Ancízar estaba interesado en que el Museo Nacional, además de histórico, fuera etnológico. Así la colección integraría cráneos, momias, armas y objetos que aludieran a otras culturas.[15]​ Concepciones como la de Ancízar refleja que, en ese momento, una de las finalidades del museo era visibilizar de manera científica la diferencia racial entre los seres humanos, siendo las poblaciones indígenas sinónimo de pasado.

Dentro de los objetos catalogados a finales del siglo XIX como Objetos y Curiosidades Indígenas se encontraban el manto de la Reina mujer de Atahualpa, ídolos, vasijas de barro, arcos para disparar flechas, un cincel, un huso de pedernal, instrumentos de música, entre otros.[16]​Parte de esta colección provenía de donaciones de diferentes zonas del país como Territorios Nacionales, Boyacá, Tolima, Cauca, Magdalena, Cundinamarca,[17]​donaciones de personajes nacionales como Jorge Isaacs;[17]​y de expediciones científicas realizadas para recolectar el pasado indígena antes de que desapareciera.

Entrado el siglo XX la colección se dividió entre Arqueología y Objetos indígenas contemporáneos, lo que marcó la división que actualmente prevalece en la colección del Museo Nacional. Esta época coincidió con el surgimiento de los primeros estudios e investigaciones etnográficas como la realizada por Sergio Elías Ortiz (1935) con los indígenas de Nariño, la expedición antropológica a La Guajira por Gregorio Hernández de Alba (1935) y el libro de Antonio García (1937) sobre la situación de los indígenas en el país.[18]

La fundación en 1941 del Instituto Etnológico Nacional anexo a la Escuela Normal Superior y del Instituto Indigenista Colombiano, marca la institucionalización de la antropología en Colombia, de tal manera figuras como Paul Rivet, Hernández de Alba, Eliecer Silva Celis, Blanca Ochoa, Alicia Dussan de Reichel-Dolmatoff, Roberto Pineda Giraldo, Virginia Gutierrez, enriquecieron los horizontes de la antropología y con ello, la colección y sentidos de las piezas que integraban la colección del entonces Museo Arqueológico y Etnográfico.[19]​ Las piezas de la colección dejaron de ser reliquias, antigüedades o curiosidades para ser artefactos que hablaban de la tecnología y cultura material indígena.

En las últimas décadas del siglo XX se ha acrecentado la investigación, pero con la consideración de que el objetivo fundamental de éstas no es la recolección de objetos de la cultura material indígena, también se ha ampliado el campo de estudios a las comunidades afrocolombianas, raizales, rom y gitanas.

Al igual que la colección arqueológica, desde el 2013 la conservación e investigación de esta colección está a cargo del ICANH, mientras que la divulgación, reserva y exhibición de las piezas está a cargo del Museo Nacional y el ICANH.[20]​Esta colección se encuentra categorizada bajo las mismas áreas que la colección de arqueología a excepción del área de orfebrería. Una de las apuestas por la conservación, reserva, exhibición y divulgación de esta colección es la Reserva laboratorio visible de la colección etnográfica – ICANH, la cual cuenta con una plataforma virtual a modo de archivo digital.[21]

Colección de Historia[editar]

Debido al periodo histórico en que se encontraba Colombia, y otros países de América Latina, durante la fundación del Museo Nacional, los primeros objetos que hicieron parte de esta institución estaban relacionados con las batallas de independencia. Una de las donaciones más importantes fue la realizada por el Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre al Congreso de la República (entidad que la destinó al Museo Nacional), en la cual se encontraban banderas españolas, la guirnalda cívica ofrendada por el pueblo de Cuzco al Libertador Simón Bolívar, entre otros objetos.[22]

Los objetos naturales como minerales, especímenes botánicos y zoológicos, también robustecieron el acervo de inicial del Museo Nacional, en consonancia con el Decreto de creación de un museo natural-científico. En 1881 esta colección se clasificó bajo el reino animal, vegetal y mineral.[23]

Entrado el siglo XX la colección se amplió y recibió ejemplares como el Aerolito de Santa Rosa de Viterbo. Al mismo tiempo la colección se fragmentó para la creación de diversos museos, tal es el caso de la colección de botánica, la cual pasó en 1905 a la Facultad de Medicina y Ciencias Naturales de la Universidad Nacional; en 1920 los objetos del Libertador Simón Bolívar conformaron el Museo de la Quinta de Bolívar; la colección de zoología pasó al entonces Museo de Ciencias Naturales de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional; parte de las armas del Museo Nacional hicieron parte del entonces Museo de Armas del Ejército en 1938.

Por otro lado, en 1942 las piezas de geología, mineralogía y paleontología conformaron el entonces Museo Geológico de la Facultad de Matemáticas e Ingeniería de la Universidad Nacional, en este mismo año las piezas coloniales dieron origen al Museo de Arte Colonial. Finalmente, en 1960 los objetos concernientes a la Independencia pasaron a ser parte de la Casa Museo del 20 de Julio de 1810.[24]

La colección de historia, sumada a la colección de arte, hace parte del inventario del Ministerio de Cultura y está clasificada en 5 áreas. El área de documentos históricos contiene documentos oficiales, manuscritos, cartografías, fotografías, impresos, estampas y álbumes. La numismática agrupa documentos oficiales, especies monetarias, matrices, medallas, monedas y billetes. La filatelia se divide en estampillas, sellos y sobres de primer día.

Una de las áreas más diversa es la de objetos testimoniales con armas, condecoraciones, conmemoración, heráldica, herramientas, indumentaria, joyería, grabaciones sonoras, imágenes en movimiento, máquinas, mobiliario, objetos arquitectónicos, objetos de caballería, objetos de mando, objetos de uso decorativo, objetos de uso doméstico, objetos rituales, óseos, textiles, trofeos e instrumentos musicales. Finalmente, los objetos científicos abarcan cuerpos astronómicos, instrumentos científicos, instrumentos de trabajo, máquinas, taxonomía y taxidermia.[25]

Colección de Arte

Desde su fundación el Museo Nacional ha contado con una colección de arte, siendo la pintura la gran protagonista desde sus etapas iniciales. La colección además se encuentra conformada por una selección de dibujos, un acervo de escultura y finalmente, una subsección de artes decorativas, siendo esta última la más reducida.

Para 1881, el acervo de pintura ya contaba con 77 piezas, este número iría en aumento principalmente durante la primera mitad del siglo XX gracias a la integración de obras legadas por diversos artistas y coleccionistas locales. Durante el periodo de posguerra, el Museo Nacional se convierte en una institución central en la adquisición y exposición de obras modernistas nacionales e internacionales, dinamizando exploraciones artísticas sintonizadas con debates tocantes a la redefinición de las identidades nacionales, las tensiones políticas de la época y la relación entre actividad artística y académica.[26]​Este periodo se corresponde con el traslado de la colección general de arte a la sede actual del Museo Nacional en 1948, tras un breve traspaso a la Universidad Nacional de Colombia, institución que entonces amparaba la colección del Museo de la Escuela de Bellas Artes de Bogotá.[27]

En la actualidad la colección de pintura contabiliza un aproximado de 890 obras, dando prelación al trabajo de artistas colombianos de los siglos XIX y XX.[27]​En 2004, el Museo Nacional coedita junto a Editorial Planeta el inventario exhaustivo “Colección de pintura. Museo Nacional de Colombia”, donde se encuentra una investigación pormenorizada de cada una de sus piezas,[28]​donde se analiza el trabajo de artistas como José María Espinosa, el retratista Epifanio Garay, Ricardo Acevedo Bernal, Pantaleón Mendoza, David Manzur, Alejandro Obregón, entre otros. Ante una presencia comparativamente menor de pintoras, el Museo Nacional ha propiciado exposiciones temporales explorando la obra de figuras como Débora Arango,[29]​ además ha adelantado eventos tales como “Mujeres entre líneas” (2015-2016)[30]​y “Voces íntimas” (2016-2017)[31][32]​, donde se ha retomado el trabajo de diversas artistas y se ha reflexionado sobre las representaciones y roles asignados a las mujeres en su colección.

El Museo Nacional cuenta con una colección de dibujos que incluye piezas artísticas y científicas elaboradas empleando diversas técnicas.[27]​Esta sección de la colección, específicamente aquellas agrupadas en el área de miniaturas, representa un lugar de reflexión privilegiado para la comprensión del periodo independentista y su relación con los ideales ilustrados.[33]​Comprende un aproximado de 437 piezas cuya exposición es rotativa atendiendo a la especificidad de sus necesidades de conservación.[34]

El área de escultura acoge desde instalaciones hasta esculturas extensas, su acervo asciende a un aproximado de 180 piezas. Estos elementos  están repartidos en todo el Museo, siendo la única colección cuya presencia se extiende hasta los jardines interiores. Sus primeras piezas figuran en el catálogo de 1881, dónde se reporta la tenencia de estatuas religiosas. Sin embargo, es durante la primera mitad del siglo XX que la colección se robustece, se integra la obra del artista colombiano Marco Tobon Mejía, se reciben aportes provenientes del Museo de la Escuela de Bellas Artes de Bogotá y se reporta el ingreso de  piezas históricas como el busto de Simón Bolívar y la mascarilla del militar neogranadino Juan José Neira.[27]​ Desde entonces esta sección de la colección ha aumentado paulatinamente. Se destaca su posesión del legado de escultores suscritos al movimiento indigenista, y de artistas colombianos como Edgar Negret.

Finalmente la sección de artes decorativas reúne objetos suntuarios y de alta calidad de la industria manufacturera nacional e internacional de los siglos XVIII, XIX y XX. Incluye objetos domésticos, mobiliario y decoraciones de países como Francia, Inglaterra y España. Sus principales benefactores han sido la Fundación Beatriz Osorio, el legado del negociante inglés John Saúl Wetton[35]​y Effi Rose Holabird Wetton, y Mireya Negret Delgado.[27]

  1. «Política de colecciones». Ministerio de Cultura: 3. 31 de enero de 2017. Consultado el 20 de junio de 2023. 
  2. Rodríguez Parda, María Paola (Diciembre de 2019). «Museos, naturalistas y colecciones: itinerarios científicos en torno a la creación del Museo Nacional de Colombia (1823-1889)». Cuadernos de Curaduría (15): 18. Consultado el 20 de junio de 2023. 
  3. Rodríguez Parda, María Paola (Diciembre de 2019). «Museos, naturalistas y colecciones: itinerarios científicos en torno a la creación del Museo Nacional de Colombia (1823-1889)». Cuadernos de Curaduría (15): 19. Consultado el 20 de junio de 2023. 
  4. Pombo, Fidel (1881). Breve Guía del Museo Nacional. Bogotá: Imprenta de Colunje y Vallarino. 
  5. Pombo, Fidel (1886). Nueva Guía Descriptiva del Museo Nacional de Bogotá. Bogotá: Imprenta de la luz. 
  6. Pérez Benavides, Amada Carolina (2010). «Hacer visible, hacerse visibles: la nación representada en las colecciones del museo. Colombia, 1880-1912.». Memoria y Sociedad (Editorial Pontificia Universidad Javeriana) 14 (28): 100. Consultado el 23 de junio de 2023. 
  7. «Colecciones». Museo Nacional de Colombia. Consultado el 29 de junio de 2023. 
  8. Rodríguez Parda, María Paola (Diciembre de 2019). «Museos, naturalistas y colecciones: itinerarios científicos en torno a la creación del Museo Nacional de Colombia (1823-1889)». Cuadernos de Curaduría (15): 19. 
  9. Pérez Benavides, Amada Carolina (2010). «Hacer visible, hacerse visibles: la nación representada en las colecciones del museo. Colombia, 1880-1912.». Memoria Y Sociedad 14 (28): 87. Consultado el 29 de junio de 2023. 
  10. Reichel-Dolmatoff, Gerardo (1997). Arqueología de Colombia: un texto introductorio. Bogotá: Santa Fe de Bogotá: Presidencia de la República. p. 23. 
  11. Robledo Páez, Santiago (2021). «Gerardo Arrubla, el Museo Nacional y las antigüedades indígenas». Cuadernos de Curaduría (Bogotá) (18): 58. Consultado el 29 de junio de 2023. 
  12. Reichel-Dolmatoff, Gerardo (1997). Arqueología de Colombia: un texto introductorio. Bogotá: Santa Fe de Bogotá: Presidencia de la República. p. 29. Consultado el 29 de junio de 2023. 
  13. «Política de colecciones. Museos del Ministerio de Cultura». Ministerio de Cultura: 3. 2017. Consultado el 12 de julio de 2023. 
  14. «Política de colecciones. Museos del Ministerio de Cultura». Ministerio de Cultura: 15. 2017. Consultado el 12 de julio de 2023. 
  15. Pérez Benavides, Amada Carolina (2010). «Hacer visible, hacerse visibles: la nación representada en las colecciones del museo. Colombia, 1880-1912». Memoria y Sociedad 14 (28): 87, 88. Consultado el 13 de julio de 2023. 
  16. Pombo, Fidel (1881). Breve Guía del Museo Nacional. Bogotá: Imprenta de Colunje y Vallarino. p. 12. 
  17. a b Pérez Benavides, Amada Carolina (2010). «Hacer visible, hacerse visibles: la nación representada en las colecciones del museo. Colombia, 1880-1912». Memoria y Sociedad (Editorial Pontificia Universidad Javeriana) 14 (28): 87. Consultado el 13 de julio de 2023. 
  18. Restrepo, Eduardo (2014). «Antropología hecha en Colombia». Revista Antropologías del Sur (1): 86. Consultado el 13 de julio de 2023. 
  19. Restrepo, Eduardo (2014). «Antropología hecha en Colombia». Revista Antropologías del Sur (1): 87. Consultado el 13 de julio de 2023. 
  20. «Política de colecciones. Museos del Ministerio de Cultura». Ministerio de Cultura: 15. 2017. 
  21. «Colección etnográfica. Plataforma virtual. Reserva Laboratorio». Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Consultado el 13 de julio de 2023. 
  22. Museo Nacional de Colombia. El monumento y sus colecciones. Bogotá: Ministerio de Cultura. 1997. 
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  24. «Origen varios museos». Museo Nacional de Colombia. Consultado el 19 de julio de 2023. 
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  33. Gómez, Ángela (2007). «Colección de dibujo, área de miniatura. Moda y libertad, respiro de vida». Cuadernos de Curaduría (5). Consultado el 20 de julio de 2023. 
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  35. «Guía de los cementerios». Alcaldía Mayor de Bogotá. 2006. Consultado el 20 de julio de 2023.