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Las Tierras Vírgenes[editar]

Las Tierras Vírgenes es una religión politeísta de origen indio, que fue fundada en el año 176 por el maestro Rudya Rdki Plin (Bombay, 165 - Londinium, 263) Los adeptos a esta religión son los lobatos (nombre que proviene del dios principal, Akela, cuya forma es la de un lobo), aunque entre ellos se llaman los unos a los otros hermano gris. Suman cerca de 1 millón, y el conjunto de todos ellos se conoce como la Manada.

Deidades[editar]

Esta religión adora a varios dioses, todos asociados a animales salvajes. Los más importantes son:

  • Akela:
    Representación de Akela
    tiene forma de un gran lobo, y los fieles se refieren a él como el Viejo Lobo. Es el dios jefe de la Manada, y controla la vida y la muerte de todos los seres vivos.
  • Raksha:
    Representación de la diosa Raksha y su hijo Mowgli
    también tiene forma de lobo. Es la esposa de Akela y madre de todos los seres vivos. Se cree que en su vientre habitan las almas antes de poblar el mundo.
  • Mowgli: es hijo de Akela y Raksha y a diferencia de sus padres, este dios tiene forma de muchacho. Es el encargado de cuidar a los seres humanos. Según la creencia, fue Mowgli quien les entregó a los hombres la Flor Roja como arma para enfrentarse a Shere Khan.
  • Baloo:
    Representación de Baloo y Bagheera
    tiene forma de oso bezuno. Representa la alegría de vivir[1] y la despreocupación. Junto con Bagheera es el encargado de hacer cumplir las Máximas de la selva.
  • Bagheera: tiene forma de pantera, y representa la sensatez y el buen juicio, así como el cuidado del cuerpo. La mayor parte de las veces es representado junto a Baloo, con quien forma una pareja de opuestos, similar a la concepción taoísta del Yin y yang.

Otros dioses secundarios son:

Sin embargo, no todas las deidades de las Tierras Vírgenes son bondadosas: el orangután Louie, que se llama a sí mismo rey, es el dios de la envidia; los monos Bandar-Log representan el caos, la locura y el incumplimiento de la Ley; y el dios Shere Khan, un tigre de Bengala, es el dios portador del miedo de los hombres.

Los lobatos creen que todos los dioses conviven en la selva Seonee, que crece en las profundidades del río Waingunga.

La Ley y las Máximas[editar]

Los mandamientos de las Tierras Vírgenes no son complicados, pues sólo se les exige a los lobatos cumplir una Ley:

El lobato escucha y obedece al Viejo Lobo, y no se escucha a sí mismo

Al ser ésta ambigua, existen las Máximas de la selva, atribuidas al dios Baloo, que especifican mejor qué premisas es necesario cumplir. Son cinco:

  1. El lobato es alegre
  2. El lobato tiene los ojos y los oídos bien abiertos
  3. El lobato dice siempre la verdad
  4. El lobato es limpio y ordenado
  5. El lobato piensa antes en los demás que en sí mismo

En definitiva, es una religión pacífica que resume todos sus propósitos con su lema: Haremos lo mejor.

Textos sagrados[editar]

Las Tierras Vírgenes carece de textos sagrados propiamente dichos. Sus creencias, celebraciones y tradiciones están basadas en el conjunto de las parábolas y poemas escritos por el profeta y maestro Rudya Rdki Plin. Dichos textos fueron creados por el maestro a orillas del río Waigunga, y se sabe que recogen las preceptos de los dioses, porque éstos le mandaban sus designios desde las profundidades a través del murmullo del agua al discurrir entre las rocas.[2]

Ceremonias religiosas[editar]

Las Tierras Vírgenes no es una fe especialmente ceremoniosa, pero existen algunas celebraciones y actos que tienen lugar en los momentos más importantes de la vida de todo lobato.

La Roca del Consejo[editar]

La Roca del Consejo[3] es el emplazamiento donde tiene lugar el rito para ingresar en la Manada y pasar a formar parte de los creyentes de las Tierras Vírgenes. Es un acontecimiento muy solemne. Cuando una persona solicita convertirse en lobato, los más viejos entre estos se reúnen en la Roca y debaten sobre las aptitudes del nuevo miembro. En un momento dado, lo hacen llamar y lo examinan sobre la moral de la selva, le aconsejan y charlan hasta el amanecer. Es en este momento cuando se le informa de si ha sido aceptado. En caso afirmativo, se prepara una gran fiesta y se le hace entrega de los atuendos característicos de esta comunidad: camisa amarilla.

El Gran Clamor[editar]

El Gran Clamor es una ceremonia de admiración y buenos deseos que tiene lugar en la celebración de la llegada a la madurez de los lobatos. Hasta ese momento son considerados pata tierna, y cuando se estima que uno de los miembros ha dejado atrás la infancia, se celebra una fiesta. El susodicho debe realizar una promesa de compromiso con todos los seres vivos, y el resto de los lobatos le hacen el Gran Clamor. Esto consiste en ponerse alrededor de él, en cuclillas con los dedos corazón e índice de ambas manos tocando la tierra[4], y aullar y alabar al dios Akela.

La Despedida[editar]

Cuando un lobato muere, su cuerpo es embarcado en un navío que recorre el río Waingunga para ayudar a su alma a volver al vientre de la madre Raksha. Se cree que si esto no se hace, los monos Bandar-Log la robarán y se la entregarán a Shere Khan, en cuyo poder, el alma no podrá volver a encarnar un cuerpo nunca más.

Para este acto, todos los familiares y amigos del fallecido se reúnen, y mientras el barco se aleja, cantan la siguiente canción:

Te vas de la manada

buscando un nuevo rastro,

que tengas buena caza

adiós, hermano, adiós


Con él esta el hermano gris,

no le quiere dejar.

Con el están los cuatro:

Akela, Baloo, Bagueera y Kaa


Termina aquí tu rastro,

decídselo a la selva,

que tengas buena caza,

adiós, hermano, adiós[5]