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Medios de comunicación y censura[editar]

La prensa y medios de comunicación en Corea[editar]

La prensa como se conoce hoy se implementó en Corea en 1883, con una gaceta llamada Hansong Sunbo (en hangul: 한성순보). Se difundió durante trece meses pero debido a al Golpe de Estado Gapsin se detuvo su publicación hasta el 25 de enero de 1886, donde se volvió a distribuir bajo el nombre Hansong Jubo (한성주보). Este útimo tuvo una duración de dos años y cerró sus puertas debido a problemas financieros. En abril de 1896 se funda el diario Tongnip Sinmun (독립신문) escrito completamente en hangul, este fue el primer periódico cuyo objetivo era informar a la gente común y corriente, sin importar su estatus social. Existían múltiples diferencias entre los periódicos, pero lo más remarcable eran los distintos ejes temáticos que abarcaban. Mientras los primeros dos se enfocaban en lo que sucedía en el extranjero y los avances de los distintos países, Tongnip Sinmun trataba temas sociales, derechos humanos, etc[1]​.

Ejemplar de Tongnip Sinmun de 1897

Desde los inicios de la ocupación japonesa, en 1910, hubo enormes intentos de reprimir a la cultura coreana, incluyendo sus periódicos. Los múltiples diarios establecidos en la época fueron cerrados por el gobierno japonés y solo se permitió que la prensa volviera en el 1920. En este año Corea fundó el Chosun Ilbo (조선일보) y el Donga Ilbo (동아일보), pero aún así existían intervenciones japonesas para regular el contenido publicado. En 1945, cuando Corea pudo liberarse del control de el gobierno japonés hubo un auge en la libertad de prensa coreana, donde existían publicaciones que reflejaban ideales de varias posiciones políticas. Este aumento de medios de comunicación liberales provocó que lideres militares norteamericanos implementaran ordenes de registrar y licenciar las publicaciones con el fin de no distribuir propaganda comunista en 1946. Esta disminución de diversidad de ideales políticos en los medios incrementó con la división de Corea, y los medios políticos de izquierda se vieron completamente desplazados por la Guerra de Corea[2]​. Durante el gobierno de Syngman Rhee todavía existía la necesidad de licenciar cualquier periódico para poder publicar noticias, y durante la guerra se impusieron normas de censura a los diarios. También existían los intereses personales dentro de los medios coreanos, donde múltiples presidentes de medios importantes accedieron a cargos gubernamentales bajo el régimen de Park Chunghee[3]​. Estas prohibiciones a la libertad de prensa se mantuvieron incluso después del armisticio entre ambos países, de hecho, solo incrementaron en los años a seguir[4]​.

Durante el periodo de la Segunda República, el primer ministro Chang Myon reemplazó el sistema de licencias por uno de registro, esto generó una segunda etapa de prosperidad en los medios coreanos, pero este fue breve debido a que en 1961 el gobierno militar de Park Chung-hee ignoró las leyes de libertad de prensa, y los medios se vieron controlados por la elite coreana. Posterior a la muerte del presidente Park en 1979 se mantuvo la censura y control sobre los medios de comunicación coreanos. La constitución coreana de la época permitía que el presidente pudiese suspender las libertades y derechos de los ciudadanos, manteniendo una prensa incapaz de reportar o criticar las decisiones políticas. Ley Básica de Prensa y el gobierno de Chun Doohwan

Cuando asumió la presidencia el general Chun Doo-hwan una de sus medidas más importantes fue la Ley Básica de Prensa, impuesta en 1980. Esta ley aseguraba la libertad de expresión y libertad de reunión de los ciudadanos, pero los medios no pueden violar la moral pública o la ética social. Esta norma trajo consigo el periodo más oscuro para los medios de comunicación coreanos, ya que aún cuando se aseguraba la libertad de expresión, no se respetaba bajo el régimen militar de Chun. La ley forzaba a los medios a tener prácticas donde el proceso periodístico se veía adulterado, favoreciendo un pensamiento antidemocrático. De hecho, el mismo año se dio la orden de despedir a 700 periodistas y editores por conductas poco éticas o “falta de habilidades periodísticas”. El gobierno de Chun pasó de tener 27 periódicos a 21, desechó 2 cadenas de televisión y añadió una red televisiva estatal[5]​.

Fue en 1980 donde la tomó lugar la masacre de Gwangju y los medios coreanos seguían siendo manipulados censurando las brutalidades policiales. El pueblo coreano se encontraba enfurecido por el trabajo periodístico manipulado y sesgado por los ideales políticos del gobierno de la época, esto obligó a las cadenas KBS (Korean Broadcasting Company, 한국방송공사) y a MBC (Munhwa Broadcasting Corporation 문화방송) a mantenerse fuera del aire temporalmente[6]​. Esto generó el alza de movimientos de alfabetización mediática, liderada por organizaciones de mujeres y religiosas[7]​. A mediados de los 80s volvieron a ocurrir múltiples levantamientos liderados por estudiantes. Los jóvenes llenaron las calles en protesta a los gobiernos opresivos y la respuesta de la policía coreana fue inmediata. A los medios coreanos todavía no se les permitía reportar con detalles los eventos que ocurrían en el país, y fue la prensa internacional la que pudo dar a conocer los eventos que estaban pasando en las distintas ciudades de Corea del Sur[8]​.

Ciudadanos de Seúl en el funeral del estudiante Lee Han-yeol. 9 de julio de 1987

Fue en 1987 cuando la tensa situación política de Corea explotó en la Lucha Democrática de Junio (6월 민주 항쟁). El 10 de junio Chun nominó a Roh Tae-woo como siguiente presidente, ese mismo día ocurrieron efusivas protestas en las calles de las ciudades de Corea del Sur. Los manifestantes estudiantiles, trabajadores explotados y ciudadanos que buscaron democracia fueron atacados con garrotes, gases lacrimógenos y cañones de agua durante días. Los protestantes atacaron a la cadena televisiva gubernamental KBS, cuyas noticias no informaban de forma correcta a los coreanos. Durante este tiempo los medios de comunicación no podían emitir opiniones críticas o publicaciones que fueran en contra de los ideales de Chun, es por esto que los ciudadanos surcoreanos se acercaban a periodistas extranjeros esperando que la verdad fuera publicada. Los medios internacionales reportaron los hechos describiendo las calles de Seúl como una “zona de guerra”. Esto trajo descontento con el mandato del presidente de Corea del Sur[9]​. Es en este periodo donde se sitúa el film, este sesgo periodístico y constante censura son demostrados de forma bastante evidente a lo largo de la película. Yoon Sang-sam se demuestra cómo un periodista dispuesto a investigar el asesinato del estudiante Park Jong-chul sabiendo las posibles consecuencias de sus actos. En la película existen descriptivas escenas de violencia contra periodistas que tratan de publicar noticias de noche en una imprenta a escondidas, solo para ser atacados por policías. También se observa de forma sútil la liberación de la prensa cuando Yeon-hee ve una foto del chico que le gusta, herido, en el diario. Es posible entender lo importante que es la prensa y los medios de comunicación para la democracia y libertad de los ciudadanos de Corea del Sur a través del film.

Estas luchas fueron violentas pero victoriosas, ya que el candidato presidencial Roh Tae-woo declaró el 29 de junio un plan de democratización que involucraba reformas que accedían a la libertad de prensa. Esta fue considerada como una de las medidas más importantes para el pueblo coreano, en una encuesta del periódico Donga Ildo los coreanos demostraron a la libertad de prensa como su primera prioridad, expresando la necesidad de ser informados de la forma correcta[10]​. Esto significaría la suspensión de prácticas que permitían el abuso y arresto de periodistas y editores por la emisión de noticias reales y críticas del gobierno. También significaba que las radios, periódicos, la televisión y revistas no debían registrarse y ser aceptados por el Ministerio de Cultura e Información para poder emitir artículos.

La prensa y medios de comunicación en Chile[editar]

Los comienzos de la prensa en Chile son con el diario La Aurora de Chile en 1812, durante el gobierno del presidente José Miguel Carrera. Al igual que en muchos países este periódico traía consigo el objetivo de informar al pueblo chileno y demostrar independencia después de un largo proceso de colonización. Aún en estos tiempos la prensa fue censurada, cuando en una junta de gobierno se decidió que el contenido publicado debía ser revisado por una comisión. A dicha comisión también se le dio la obligación de formar un proyecto de “reglameto de imprenta libre” la cual debe tener un respeto inamovible por la religión católica. Esto no detuvo al fundador del periódico Fray Camilo Henríquez, quién decidió publicar hojas ministeriales y políticas junto con fragmentos de un discurso de la libertad de prensa. En respuesta a esto de pidió un cambio en los revisores de la Aurora, asignando la tarea de censura y corrección a distintos ministerios[11]​. Henríquez decidió no someterse a las normas del gobierno y publicó un nuevo diario llamado El Monitor Araucano en 1813 para luego irse del país, fue en este mismo año cuando la Aurora dejó de publicarse[12]​. Durante el resto del siglo se publicaron distintos escritos que informaban de forma sesgada a las personas, pero en 1891 se publicó una nota en el diario opositor a Balmaceda, La Época. Debido a esto se publicó un decreto que permitió cerrar discriminatoriamente solo a las imprentas de oposición[13]​.

Entre fines del siglo XIX e inicios del XX se reconoce una etapa de periodismo moderno, donde Agustín Edwards Mac-Clure funda el periódico El Mercurio. Desde aquí comenzaron a destacar múltiples publicaciones, incluyendo revistar y otros diarios, como: El Diario Ilustrado, La Nación, Las Últimas Noticias, La Estrella de Valparaíso, entre otros[14]​. Desde el Golpe de Estado en Chile de 1925 se impusieron normas que le daban la facultad al presidente de censurar a los medios si es que la situación lo ameritaba, este decreto se mantuvo durante los múltiples cortos gobiernos presidenciales que siguieron. Durante los siguientes periodos presidenciales se intervinieron varios diarios de oposición, incluyendo El Diario Ilustrado. El periódico El Mercurio no se vio afectado de mayor forma, en comparación a otros medios donde algunos propietarios de imprentas tuvieron que irse del país.

El gobierno militar de Augusto Pinochet

Placa_Franja_Propaganda_Plebiscito_1988

En los años previos a las elecciones democráticas del presidente Salvador Allende, existían medios izquierdistas que no habían sido removidos (los diarios Puro Chile, Clarín y la Última Hora son algunos exponentes de la época)[15]​. Gracias a estos medios informativos se pudo hacer batalla a los múltiples medios de derecha, eligiendo a un presidente marxista de forma democrática por primera vez en la historia. Esta diversidad de pensamiento en los medios de comunicación se vio completamente reprimido en el gobierno militar del dictador Augusto Pinochet. Durante esta etapa de la historia de Chile la censura de los medios de comunicación críticos del gobierno o de partidos políticos de oposición fueron reprimidos a toda costa. Múltiples libros fueron quemados, periodistas fueron abusador y perseguidos por las autoridades y las editoriales se encontraban bajo una censura total[16]​, incluso la cadena Televisión Nacional de Chile (TVN) fue destruida parcialmente por grupos militares[17]​.

Mientras algunos periodistas de periódicos de oposición como El Siglo, Clarín y Puro Chile debían esforzarse por mantener sus noticias circulando de forma clandestina, el diario El Mercurio se encargaba de crear una imagen de heroísmo y salvación ante la derecha (REF scielo). Durante el gobierno de Allende El Mercurio había sido muy crítico de cada decisión tomada, mientras que algunas violaciones a los derechos humanos cometidos en la dictadura (particularmente el día de el Golpe de Estado en Chile de 1973) eran considerados “actos de valentía de los militares”. Esta era para los medios de comunicación chilenos, donde periodistas corrían riesgos de persecución, encarcelamiento y amenazas tuvo lugar hasta 1988, y solo durante el Plebiscito nacional de Chile de 1988 se permitió a la oposición divulgar sus ideales de democracia en franjas televisivas de 15 minutos cada uno.

Aún cuando no es posible observar la represión de los distintos medios de forma violenta en el film “No”, si se menciona en varias oportunidades como la oposición tiene un margen de tiempo muy limitado para transmitir su propaganda, mientras que se describe explícitamente como la derecha tiene control total sobre todo el resto del tiempo y los medios disponibles para poder convencer a los ciudadanos de Chile a votar por el “Sí”.

  1. Kwang-rin, L (1988). «Newspaper Publication in the Late Yi Dynasty». Korean Studies 12: 62. doi:10.2307/2644137. 
  2. Youm, K.H (1986). «Press Freedom under Constraints: The Case of South Korea». Asian Survey 26 (8): 868. doi:10.2307/2644137. 
  3. Suh, C.W (1979). «The Press and Politics in Korea: A Historical Interaction». Journal of East and West Studies 1 (8): 79. doi:10.1080/12265087909431286. 
  4. Kwang-rin, L (1988). «Newspaper Publication in the Late Yi Dynasty». Korean Studies 12: 62. doi:10.2307/2644137. 
  5. Williams, L (2013). «Losing Control: Freedom of the Press in Asia». ANU Press. 
  6. Eggleston, K (1991). «Kwangju 1980 and Beijing 1989». Asian Perspective 2 (15): 33. 
  7. Jeong, H.S (2009). «History, policy, and practices of media education in South Korea.». Comunicar 32 (16). 
  8. Lee, K.I (2012). «The Drumming of Dissent during South Korea’s Democratization Movement». Ethnomusicology 2 (56): 205. 
  9. Sung-Joo, H (1988). «South Korea in 1987: The Politics of Democratization». Asian Survey 2 (56). doi:10.2307/2644872. 
  10. Chira, S (July 1, 1987). «Korea’s press awaits the promised freedom». New York Times. 
  11. Silva Castro, Raúl (1958). Prensa y periodismo en Chile : (1812-1956). Santiago, Chile: Ediciones Universidad de Chile. 
  12. BCN. «Camilo Henríquez González». 
  13. Silva Castro, Raúl (1958). Prensa y periodismo en Chile : (1812-1956). Santiago, Chile: Ediciones Universidad de Chile. 
  14. Memoria chilena. «El periodismo moderno en Chile (1900-1920)». 
  15. Díaz, E.S (2017). «EL GOLPE DE ESTADO EN CHILE: LOS POLÍTICOS NO CREYERON EN LAS ADVERTENCIAS DE LOS PERIODISTAS.». Memoria de crímenes: Literatura, medios audiovisuales y testimonios: 79. 
  16. Universidad de Chile (8 de noviembre de 2013). «Represión y censura: Memorias sobre la quema de libros en Dictadura». 
  17. Memoria chilena. «El periodismo moderno en Chile (1900-1920)».