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Claudio Marcelo "Klaus" Pereyra, hijo único de Arnoldo y Herminia, nació a los siete meses de gestación en una maternidad del Partido de Morón, luego de un embarazo con complicaciones que puso en riesgo tanto su vida como la de su madre. Después de dos meses de internación, finalmente fue llevado por sus padres al hogar familiar situado en el distrito de Haedo.
Desde temprana edad fue educado firmemente en el sentido de proceder con honestidad y sinceridad, teniendo como ejemplos que marcaron su conducta, más alla de sus padres, a sus tios maternos Angel, Maria Rosa y Teodoro, éste ultimo sacerdote mercedario que donaba su sueldo de rector de una escuela de la Provincia de Cordoba a la caridad para respetar fielmente su voto de pobreza.
Cursó sus estudios primarios y secundarios en el instituto "Sagrada Familia", donde por aquella época el director era el sacerdote Josef Rant, gracias a cuya intervención, sus padres accedieron a que el jovén Claudio ingresara a la Escuela de Policía no sin antes haberle negado la autorización en repetidas oportunidades.
Ante la negativa de sus padres a la vocación que había manifestado desde temprana edad Pereyra, que siempre habia mantenido altas calificaciónes, para manifestar su disconformidad comenzó a bajar su rendimiento escolar hasta el punto de llamar la atención del director Rant, citando a sus padres a una reunión, donde estos le explicaron su disconformidad por las sospechas de corrupción que siempre rodean a las Fuerzas. La respuesta del sacerdote fue tajante: "Ustedes no pueden prohibirle que cumpla con su vocación. Tiene el caracter para hacerlo. El problema no son las instituciones. Las instituciones son buenas, el problema son los hombres"[1] . De esta forma, accedieron a aprobar la inscripción en la Escuela de Cadetes de la Policía Federal Argentina.
Paralelamente a sus estudios formales, tomó clases de Violín, dibujo y diseño gráfico publicitario obteniendo el nivel de profesor e idioma alemán, siendo uno de los motivos por el cual de pequeño lo llamaban Klaus. Según una entrevista para Noticias (revista argentina), también un superior le llamaba así por el personaje Klaus Wunderhertz del grupo homorístico Les Luthiers, quién siempre estaba inventando cosas raras.[2]
Ingresó a la Escuela de Cadetes (hoy renombrada Escuela Federal de Policía "Comisario General Juan A. Pirker"), en noviembre de 1975, con 17 años de edad. Mientras que cursaba el primer año la habilidad para dibujar hizo que junto con un compañero, diseñaran, el estandarte de la 2ª Compañía de Cadetes. Esto hizo que ambos fueran asignados a finales de ese ciclo, al gabinete de dibujo de la Escuela, para confeccionar las ilustraciones con las cuales los instructores posteriormente graficarían la teoría de las distintas técnicas enseñadas al resto de los cadetes.
En el segundo año como cadete, tuvo como instructores a los Oficiales Ernesto Benito Liaci y Roberto Eduardo Giacomino, ambos procedentes de los cursos del CIC (Centro de Instrucción Contrasubversibo), creados para hacer frente a los grupos armados revolucionarios que por ese entonces operaban en la Argentina. Estos oficiales de una preparación superior al promedio, sería de gran influencia por su pedagogía a la hora de impartir sus conocimientos como así a enseñar con el ejemplo. Giacomino seguiría siendo un factor fundamental en posterior carrera, al alcanzar la jefatura de la Institución policial.
Pereyra junto a sus padres el día del juramento a la bandera
La asignación en el gabinete de dibujo le permitió, tener acceso a material como los libros de autores franceses que describían la lucha antiterrorista en Argelia. La década de 1970 fue testigo de numerosos hechos que cambiaban el paradigma en cuanto a la lucha contra el terrorismo se refiere. Aún permancian frescos los recuerdos de la Masacre de Múnich, perpetrada por la organización Septiembre Negro durante los Juegos Olímpicos de Múnich 1972. En Estados Unidos, en el Departamento de Policía de Los Ángeles, ya se había establecido el SWAT. En 1976 los comandos israelíes de la Sayeret Matkal protagonizarían el rescate de rehenes más increíble de la historia moderna al ejecutar la Operación Entebbe, en la capital de Uganda. En 1977, otra Unidad saldría a la luz luego de recuperar exitosamente un avión de Lufthansa secuestrado en Mogadiscio, en la operación Fuego Mágico, el GSG 9 apoyado por dos integrantes de la Sección CRWT del Servicio Aéreo Especial.
Todo ese marco internacional, llevó a Pereyra a preguntarse con qué contaba la Policía Federal Argentina, para lidiar con situaciones de esas características. Desde la década de 1930, en el seno de esa Institución existian grupos especializados para allanmientos y reducción de dementes, que luego se nuclearián en el GE 1 (Grupo Especial 1 de la Guardia de Infantería), pero lo más actualizado era el CIC, que por ese entonces formaba a los policías en habilidades individuales y no en el trabajo como equipo. Todo esto hizo que ya desde su época como cadete vislumbrara la necesidad de contar con una unidad con las capacidades con las que contaban otros paises.
Pereyra en el centro de la foto detrás de la banda
Pereyra pasó un total de nueve de años destinado a ésta División, con intervalos en otros destinos policiales, oportunidades en las que tuvo la posibilidad de participar en la custodia de la histórica visita de la banda de RockQueen a la Argentina y la llegada del entonces rey Juan Carlos I de España.
En su primera estancia, tuvo la posibilidad de conocer suboficiales que a finales de la década de 1960, habían conformado una Brigada Motorizada orientada a realizar operaciones urbanas de combate, viendo acción en distintos puntos del país donde se registraban conflictos de importancia. Esta agrupación sería desactivada en los primeros años de la década de 1970 y mucho del personal se mantuvo conduciendo las motocicletas policiales. Las vivencias y anécdotas de éstos mantuvo el interés y la importancia de contar con una unidad especial con alto grado de movilidad.
En su segundo regreso, habiendo aprobado los cursos de tiro de combae e instucto de tiro, tuvo la oportunidad de conocer al Comisario Ángel Juan Antonio Ramírez, quien había sido parte de la antes mencionada agrupación motorizada de combate. Dueño de una excelente memoria, Ramírez gustaba de compartir las comidas con el resto de los oficiales que se encontraba de guardia y amenizar las mismas relatando anécdotas y dejando enseñanzas. Cuando coincidían los turnos con los de Ramírez, las noches transcurrían en charlas que se destacaban, por la pedagogía, claridad de pensamiento y conocimientos del Oficial Jefe, que en un futuro sería de vital importancia para el proyecto de Pereyra. En esta épca, también estuvo a cargo de la armería del Cuerpo, donde con el transcurrir de los años se habían acopido armamento, munición y explosivos que estaban en desuso pero eran útiles para el personal del CAPE (Centro de Adiestramiento Policial Especial), evolución del CIC, motivo por el cual Pereyra estableció una relación muy cercana con oficiales que estaban destinados allí, particularmente con Anibal "Wan Sha" Adriel, que sería fundamental en la elaboración de la doctrina de la nueva unidad de operaciones especiales.
Curso GAM 1995
El último paso por la División Motorizada fue en el año 1995, cuando el GEOF ya había empezado a ser una realidad. Con los conocimientos obtenidos a lo largo de los años y la suma de experiencias pudo dictar una capacitación para formar nuevamente motociclistas de combate. Luego de un mes intensivo, finalizaba el curso del Grupo Antidisturbios Motorizado (G.A.M.), conformándose definitivamente esta agrupación que continuaría evolucionando hasta llegar al actual Grupo de Operaciones Motorizadas Federales (GOMF). Algunos de los subalternos con los que ya había trabajado anteriormente, Carlos "Perro Verde" Lopardo, Walter "Lulú" Busso y Angel "WD40" Michellusi, posteriormente tomarían el curso básico GEOF, por otro lado, el Agente Hugo "Cabrito" Sanchez continuaría en esa especialidad hasta llegar a la máxima jerarquía, convertido en un referente para motociclistas de combate tanto de su institución como de otras Fuerzas policiales.
En el año 1983, prestando servicios en la Comisaría 42ª tras regresar de la División Motorizada del Cuerpo Policía de Tránsito, escribió un primer proyecto en el cual iría trazando la necesidad de contar con un equipo policial altamente entrenado, con capacidad para afrontar nuevos desafíos como el narcoterrorismo, narcotráfico y una delicuencia cada vez más violenta; con tácticas avanzadas. El escrito fue presentado a su jefe, el Comisario Bulacio quién, lejos de desestimarlo, le dio el curso administrativo que correspondía, desconociéndose en ese momento hasta donde había llegado.
Estando asignado a la División Armamento y Munición, en el año 1989 fue invitado a las instalaciones del Cuerpo de Policía Montada, donde el CEPOC (Cuerpo Especial de Protección del Orden Constitucional), que estaba integrado por el CAPE junto con el GE1, GE2 (Agrupación Blindados del Cuerpo de Policía Montada), y Bomberos, dieron una demostración de capacidades para Ulrich Klaus “Ricky” Wegener, Comandante ideólogo y fundador del prestigioso GSG 9 alemán. Luego de la exhibición y mientras se exponía el material, el Jefe de Policía, Comisario General Acosta, le preguntó a Wegener qué le había parecido el ejercicio que había presenciado, la respuesta fue escueta y terminante: “Excelentes hombres con pésimo equipo”[3]. Poco tiempo después el CEPOC se disolvería, siendo seguido por el CAPE.
En el año 1992, durante la presidencia de Carlos Menem, ocurrió el Atentado a la embajada de Israel en Argentina. La estrecha relación del gobierno argentino con el estadounidense, permitió que el país fuera incluido en el programa ATAP (Anti Terrorist Asisstance Program), consistente en múltiples capacitaciones, entre ellas con el SWAT del Condado de Miami-Dade. Debiendo decidir quienes deberían concurrir, el Subjefe de Policía, Beltrán Varela, recibió el proyecto que había quedado archivado, redactado por Pereyra, a quién conocía. Fue citado al despacho del superior y anoticiado que en dos días debía partir a los Estados Unidos, con otros dos oficiales de su elección. Estos fueron Daniel "Cachalote" Neira y Claudio "Bud" Serrano. Al regreso de la capacitación, elaboró el acostumbrado informe para elevarlos a la jefatura. Dicho escrito estaba dividido en dos partes, la primera describía el curso recibido mientras que en la segunda se desarrollaba la propuesta de formación de un equipo altamente calificado, dándole el nombre de "Fuerza Omega", esto no era más que el refinamiento del proyecto presentado en el año 1983 fruto de experiencias, capacitaciones e intercambios de conocimientos. Aún así, la creación de una unidad antiterrorista no era prioridad.
En 1994, el Atentado a la AMIA sacudía nuevamente a la Argentina, provocando un cambio en toda la cúpula policial asumiendo el máximo cargo el Comiario General Adrian Juan Pelacchi quien debía lidiar con dar las respuestas institucionales para enfrentar este tipo de hechos. Estando en el Comando Radioeléctrico, Pereyra se encontró con el Comisario Mayor Data, conocido de su viejas visitas al CAPE. El tema recurrente era el atentado terrorista, mostrándole al Oficial Superior una copia del proyecto para la Fuerza Omega, éste lo leyó detenidamente y enseguida dijo que se lo llevaría a otro viejo conocido, el ya Comisario Mayor Angel Juan Antonio Ramirez, jefe de la Superintendencia de Seguridad Interior, quién automáticamente se mostró entusiasmado por la propuesta.
A partir de allí, comenzaron meses de continuas peregrinaciones y esperas al Departamento Central de Policía, donde cada vez se extendía una hoja de papel con preguntas que Pelacchi necesitaba que se contestaran. Paralelamente, había instalado en la agenda de reuniones la necesidad de contar con una nueva unidad de Operaciones especiales, presionando para la aprobación del proyecto más allá de las voces que se alzaban en contra. Pelacchi, con buen criterio fue escuchando todas las posiciones y pidiendo pulir los informes hasta haber despejado todas sus dudas. Finalmente dio autorización para la creación de la nueva unidad.
De izquierda a derecha Omegas 3, 1 y 5
Pereyra fue citado al despacho de Ramirez, donde el superior le hizo saber que el proyecto tenía la aprobación de Jefatura para llevarse a cabo, pero que la nueva Unidad debía, en su blasón distintivo, contener el cóndor que identificaba a la Superintendencia de Interior y estar enmarcado por el clásico escudo policial. En tanto, el distintivo de pecho lo diseñaría el mismo Pereyra. Por otra parte, el nombre de Fuerza Omega quedaba descartado, en su lugar la dependencia naciente llevaría el nombre de Grupo Especial de Operaciones Federales. Como recuerdo del nombre que llevaba el proyecto, los instructores que se abocarían a capacitar a los primeros integrantes, diseñarían muchas de las pruebas y serían responsables de la evolución de los cursos iniciales, pasaron a ser conocidos como los Omegas:
Omega 1: Klaus
Omega 2: Wan Sha
Omega 3: Fox
Omega 4: Cachalote
Omega 5: Bud
Mientras se establecían las secciones GEOF de Tucumán y Rosario, Pereyra continúo dictando los cursos de formación junto con Adriel, delineando la doctrina que se mantien hasta la actualidad y bregando por centralizar las secciones en la Capital Federal, consiguiéndolo a partir del año 1998 cuando se le dio el comando de la División GEOF, permaneciendo como comandante hasta el año 2010, cuando ascendió a la jerarquía de Comisario Inspector y destinado al Cuerpo Guardia de Infantería, donde ejerció la jefatura por un año hasta su retiro del servicio activo.
Comandó al GEOF en mas de 1000 allanamientos, 38 operaciones de rescate de rehenes con un resultado de 356 liberados ilesos y uno herido por los delincuentes, como así en misiones clasificadas en combinación con equipos de otros paises en América del Sur, África y Oriente Medio.
Posterior al retiro le fue concedida la jerarquía de Comisario General en virtud de las lesiones provocadas en y por acto de servicio.
Nombrado miembro del Yamam de Israel con autorización al uso de distintivo
Nombrado miembro del Grupo Especial de “la Guardia Metropolitana” de la policía de Uruguay, con autorización al uso de distintivo
Nombrado miembro del SUAT (subunidad de acciones tácticas) de la Policía Nacional del Perú, con autorización al uso del distintivo de especialidad y de sniper
Cruz de caballero en oro al orden militar con hojas de laureles y espadas de la Orden de Malta (por más de 200 años, ningún sudamericano había recibido esta distinción)
Cruz “única honor y gloria militar” de la Orden de Malta (sólo existen 20 en el mundo. Ningún argentino, y solo 4 sudamericanos)
Medallas de oro de la Policía Federal Argentina “al valor en combate”, “abnegación - valor y servicios extraordinarios"
Plaqueta de honor entregada por el director del servicio de seguridad diplomática de Estados Unidos por su lucha contra el terrorismo internacional.
Árboles a su nombre plantado en el bosque San Martin y San Lorenzo (Jerusalén. Israel) otorgado por su permanente colaboración en los eventos de la comunidad judía en argentina y por su participación en la seguridad de los XI juegos panamericanos macabeos
Tres trofeos entregados por el estado de Israel, por su colaboración en la lucha contra el terrorismo internacional, y la protección de funcionarios e instalaciones israelíes.
Nombrado Brigadier General (Tat Aluf) “honoris causa”, de la Policía de Israel, por resolución del ministro de seguridad pública
Actualmente se encuentra casado, reside en Buenos Aires, manteniendo estrecho contacto con veteranos GEOF y distinto personal que porta dicha especialidad.
↑Vicencio, Alfredo Fernando (2019). «Klaus». "Honor et Valor" - Historia de la creación del GEOF. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Argentinidad. pp. 28-29. ISBN978-987-4191-57-1.
↑«El Especialista». Revista Noticias (1325). 18 de mayo de 2002. p. 78-79.
↑Vicencio, Alfredo Fernando (2019). «Klaus». "Honor et Valor" - Historia de la creación del GEOF. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Argentinidad. p. 38. ISBN978-987-4191-57-1.
