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El Pase automático, también conocido como Pase directo o más comúnmente como Pase Reglamentado, es el mecanismo mediante el cual la UNAM otorga a los jóvenes egresados del Colegio de Ciencias y Humanidades y de la Escuela Nacional Preparatoria, la posibilidad de ingresar al nivel superior en la UNAM sin necesidad de presentar examen de admisión.[1]

La UNAM es la única institución de educación superior en México que actualmente cuenta con este sistema de selección de los alumnos que podrán cursar sus estudios de nivel superior en la mencionada institución.

Oferta y Demanda de ingreso a la UNAM de 1975 al 2013.

El pase automático fue eliminado en 1962, aunque posteriormente fue establecido en 1966 después de una huelga que trajo como consecuencia la renuncia del rector. Intentó reformarse en 1986 pero una nueva huelga lo impidió hasta que en 1997 se logró limitar un poco sus alcances por ser considerado discriminatorio. Poco se ha discutido con respecto a su utilidad y aunque no hay pruebas objetivas de su beneficio hasta la fecha no hay propuestas dentro de la UNAM para eliminarlo.

Alcances[editar]

La UNAM con base en el artículo 8 del Reglamento General de Inscripciones tiene 2 formas de seleccionar a quienes formarán parte de ella en calidad de alumnos del nivel superior.[1]​ El mencionado artículo a la letra dice:

Una vez establecido el cupo para cada carrera o plantel y la oferta de ingreso establecida para el concurso de selección, los aspirantes serán seleccionados según el siguiente orden:
  • a)Alumnos egresados de la Escuela Nacional Preparatoria y del Colegio de Ciencias y Humanidades que hayan concluido sus estudios en un máximo de cuatro años, contados a partir de su ingreso, con un promedio mínimo de siete.
  • b)Aspirantes con promedio mínimo de siete en el ciclo de bachillerato, seleccionados en el concurso correspondiente, a quienes se asignará carrera y plantel, de acuerdo con la calificación que hayan obtenido en el concurso y hasta el límite del cupo establecido.
En cualquier caso se mantendrá una oferta de ingreso a egresados de bachilleratos externos a la UNAM.[2]

De acuerdo a esta artículo, la UNAM distribuye los lugares disponibles de forma diferenciada, otorgando preferencia a los egresados de su bachillerato, posteriormente los lugares restantes son ofertados a los egresados de otros bachilleratos con base en el resultado que hayan obtenido el correspondiente examen de selección.

A diferencia de la UNAM, el IPN aplica examen de selección a todos los aspirantes, incluso a los egresados de su bachillerato, quienes deben someterse a un examen idéntico al de los demás aspirantes si desean ingresar al nivel superior en esa institución.

Aunque la UNAM ha manifestado que los egresados de su bachillerato poseen los conocimientos requeridos para ingresar al nivel superior debido a que dicha institución ha supervisado cuidadosamente el plan de estudios, los egresados de las preparatorias incorporadas a la UNAM no gozan de este beneficio a pesar que sus estudios han sido avalados por la UNAM.

Historia[editar]

Exámenes de selección[editar]

En el año de 1962 se aplicó por primera vez el examen de selección: se admitieron 10,000 alumnos y se rechazaron más de mil, abriendo con ello un nuevo frente de oposición estudiantil: la lucha en contra de que se aplicara este examen a los alumnos egresados de la Escuela Nacional Preparatoria, preludiando así movimientos futuros de rechazados.[3]

El rector de la UNAM, Ignacio Chávez, presentó la iniciativa de eliminar el pase automático debido a que la demanda de ingreso a la UNAM iba en aumento, y al ser una institución pública la UNAM debía dar las mismas oportunidades de ingreso a cualquiera, sin importar su lugar o escuela de procedencia, siempre y cuando demostrara poseer los conocimientos necesarios para cursar el nivel superior.

Origen del pase[editar]

En 1966 surgió una huelga en la Facultad de Derecho debido a problemas con el director de dicha facultad, dicho movimiento exigió la renuncia del director y este declaró que no buscaría la reelección. La situación se salió de control y de 28 escuelas de Ciudad Universitaria 11 estallaron en huelga. Estudiantes de la preparatoria aprovecharon la situación para exigir el pase automático a licenciatura.[4]

Los estudiantes de Derecho dieron al rector 24 horas para que resolviera su pliego petitorio en el que no se incluía el pase automático, así que pasado este tiempo enviaron una comisión de 15 jóvenes quienes en un acto vergonzoso un grupo reducido de jóvenes impidió que el rector abandonara su oficina hasta que les entregó su renuncia firmada, con él renunciaron 31 funcionarios y directores de la UNAM debido al sentimiento de indignación presente en la universidad. La situación era delicada y el nuevo rector tendría que enfrentarse a un movimiento que aunque pequeño no cederían en sus exigencias.[5]

El 28 de abril de 1966 se creó el consejo estudiantil universitario (CEU), quienes se alejaron de las demandas iniciales y exigieron entre otras cosas más prestaciones sociales para los estudiantes y el pase automático. Aclararon que quien tomara el lugar del rector Chávez debería dar solución a su pliego petitorio, pues de no hacerlo se resevaban el derecho de vetarlo.[6]

El 5 de Mayo, la junta de gobierno designó como rector al ingeniero Javier Barros Sierra, quien de inmediato dijo que restablecería el pase automático, y analizaría sus demás exigencias, con lo cual los estudiantes aceptaron su designación.[7]

Crisis en la UNAM[editar]

Siendo rector, Jorge Carpizo McGregor presentó un documento titulado "Fortaleza y debilidad de la UNAM" en el que presenta una análisis minucioso de los problemas que debía superar la Universidad y los elementos con los que contaba para hacerlo, cabe mencionar que gran parte de este análisis se enfoca en el ingreso y permanencia en la UNAM. Como resultado Carpizo presentó 26 propuestas[8]​ para modernizar a la UNAM, entre las cuales se encontraba el acotamiento del pase reglamentado, a fin de permitir que una mayor cantidad de jóvenes ingresaran a la UNAM mediante el concurso de selección.

La primer propuesta del documento es: “Ingreso en la licenciatura exclusivamente a través del concurso de selección, salvo para los estudiantes del bachillerato de la propia Universidad que hayan realizado ese ciclo académico en tres años y hayan obtenido un promedio mínimo de 8.”[8]

Ésta iniciativa limita el que en ese entonces era el pase automático, el cual establecía lo siguiente:

Artículo 7

Una vez establecido el cupo para cada carrera o plantel, los aspirantes serán seleccionados según el siguiente orden:

  • A. Alumnos egresados de la Escuela Nacional Preparatoria o del bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades:
  • B. Aspirantes con promedio mínimo de siete en el bachillerato, aprobados en el concurso de selección, con la siguiente prioridad:
    • 1-Egresados de escuelas del Distrito Federal incorporadas a la UNAM.
    • 2-Egresados de escuelas de provincia incorporadas a la UNAM.
    • 3-Egresados de Escuelas del Distrito Federal no incorporadas a la UNAM.
    • 4-Egresados de escuelas de provincia no incorporadas a la UNAM.
En los casos 2 y 4 sólo se atenderán solicitudes de inscripción para carreras que no se impartan en la Universidad de la entidad federativa donde el aspirante realizó sus estudios.[9]

Esta y otras propuestas que contenía el documento causaron polémica al interior de la Universidad, lo que originó una huelga en la que los estudiantes exigieron que no se limitara el pase automático, debido a que afectaba de manera directa intereses de los estudiantes y de los académicos y a que consideraban que era antidemocrático.[10]

Reforma tardía[editar]

En 1997 el rector presentó una propuesta para reformar el pase automático, con lo que se comenzó a aplicar examen de selección a:

  • Egresados de escuelas del Distrito Federal incorporadas a la UNAM.
  • Egresados de escuelas de provincia incorporadas a la UNAM.
  • Egresados de Escuelas del Distrito Federal no incorporadas a la UNAM.
  • Egresados de escuelas de provincia no incorporadas a la UNAM.

Con lo que los egresados de la ENP y el CCH, serían a partir de ese momento los únicos que gozarían de los beneficios del pase reglamentado. Esta reforma surgió debido a la creciente demanda de ingreso por medio del examen de selección a nivel superior, pues los lugares son limitados y la mayoría se reparten entre los beneficiarios del pase, con lo que cada año eran rechazados miles de aspirantes. Esta reforma trajo mínimos beneficios y aunque se planeó eliminar el pase por completo fue imposible debido a la Huelga estudiantil de la UNAM (1999-2000) en la que se exigió entre otras cosas que el pase volviera a ser como originalmente había sido concebido en 1966.

Controversia[editar]

Éste mecanismo ha generado mucha controversia dentro y fuera de la UNAM debido a que los jóvenes egresados de otras instituciones de educación superior se ven obligados a presentar examen de admisión y les resulta muy difícil ingresar a la UNAM por este medio debido a que los lugares son ocupados principalmente por estudiantes que gozan del pase.

Se ha argumentado que el pase es un mecanismo que crea una situación de desventaja para los egresados de instituciones de educación media superior públicas o privadas, pues propicia una discriminación indirecta, ya que aunque pareciera ser imparcial, en realidad redunda en perjuicio de jóvenes de escasos recursos que no pueden trasladarse al área metropolitana a cursar el bachillerato de la UNAM.[11]

Mecanismo de evaluación[editar]

Se ha discutido su pertinencia como mecanismo de evaluación, pues el pase no es una forma objetiva para determinar si un aspirante cumple con los conocimientos necesarios para ingresar al nivel superior, al respecto se han presentado argumentos a favor que dicen que si un joven aprueba las materias del bachillerato UNAM, dicha institución lo avala, sin embargo hay quienes opinan lo contrario y argumentan que evaluar una asignatura no es igual a evaluar un examen general de conocimientos, y que debido a esto el pase automático no es un mecanismo idóneo, pues no descansa sobre la evaluación de factores estrictamente académicos.

“Quizás que, en términos discretamente arraigados en el sentido común, si un examen se pasa automáticamente, ni el examen evalúa, ni pasarlo es una aprobación: lo único que es real es que es automático. Que el pase automático sería un logro ‘social’, no educativo, aunque sus consecuencias sean a la vez educativas y sociales.”[12]

Calidad de los alumnos[editar]

Cada año la UNAM publica un “Perfil de estudiantes asignados a licenciatura de la UNAM”[13]​ elaborado por la misma institución, y que muestra el nivel académico de los que ingresan por pase automático y los que presentan examen de admisión.[14]​ El mismo estudio se ha realizado en años anteriores y ha sido cubierto por varios medios de comunicación,[15]​ mismos que han llegado a conclusiones similares al respecto. Josefina Vázquez Mota quien fuera candidata a la presidencia en el 2012 fue duramente criticada[16][17]​ debido a que en su tesis profesional se manifestó con respecto a la UNAM y la calidad de sus alumnos. Literalmente expresó:

“…en un lapso de 25 años, sólo el 27 por ciento de los universitarios que concluyeron sus estudios estaban titulados a pesar de que esta institución [la UNAM] estaba considerada hasta la década de los sesenta entre una de las diez mejores universidades del mundo. Su función era educar, pero poco a poco fue convirtiéndose en una institución política, en un monstruo que alberga más de medio millón de estudiantes que lamentablemente no tienen ningún interés en su preparación profesional.”[18]

Las opiniones en contra del pase automático no son recientes, pues el rector Ignacio Chávez presentó una propuesta con la que se eliminó el pase, aunque tiempo después fue restablecido. Hace algunos años, con motivo de la huelga de la UNAM de 1999, el pase automático volvió a ser motivo de debate y duras críticas por parte de varios especialistas como Guillermo Sheridan, quien manifestó:

“Postular una UNAM que pueda prescindir de cotejar la calidad de su trabajo con la realidad, acabará por hacerla no sólo autónoma, sino autista.” “Esta insistencia parecería apuntar también a la posibilidad de que la UNAM sea refundada, […], sobre principios tan democráticos y populares que, a la hora de lo académico produzcan graduados muy poco competentes en evaluaciones a cargo de instancias menos democráticas y populares.”[19]

Indígenas[editar]

El artículo 2 de la Constitución consagra la protección a las comunidades indígenas otorgándoles los mismos derechos que a la población en general, pero además contiene preceptos específicos que buscan eliminar las desigualdades que limitan su desarrollo.

Artículo 2: La nación mexicana es única e indivisible.

La nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas que son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas. […]

B. La federación, los estados y los municipios, para promover la igualdad de oportunidades de los indígenas y eliminar cualquier práctica discriminatoria, establecerán las instituciones y determinaran las políticas necesarias para garantizar la vigencia de los derechos de los indígenas y el desarrollo integral de sus pueblos y comunidades, las cuales deberán ser diseñadas y operadas conjuntamente con ellos. Para abatir las carencias y rezagos que afectan a los pueblos y comunidades indígenas, dichas autoridades, tienen la obligación de: […]

II. Garantizar e incrementar los niveles de escolaridad, favoreciendo la educación bilingüe e intercultural, la alfabetización, la conclusión de la educación básica, la capacitación productiva y la educación media superior y superior. Establecer un sistema de becas para los estudiantes indígenas en todos los niveles. Definir y desarrollar programas educativos de contenido regional que reconozcan la herencia cultural de sus pueblos, de acuerdo con las leyes de la materia y en consulta con las comunidades indígenas. Impulsar el respeto y conocimiento de las diversas culturas existentes en la nación.

En la educación superior, la inequidad es tan evidente que mientras en la población urbana de mediano ingreso, el 80% de los jóvenes tiene acceso a la educación superior, en la población rural sólo el 3% del grupo de edad entre 19 y 23 años puede aspirar a ella, pero sólo el 1% ingresa a instituciones de educación superior y menos del 0.2% egresan y se titulan. La población indígena en México está conformada por más de 13 millones de personas, de un total de casi 105 millones de habitantes que tiene el país.[20]

La situación de desigualdad que enfrentan los jóvenes pertenecientes a alguna comunidad indígena es grave.

Autonomía universitaria[editar]

Uno de los argumentos más utilizados en defensa del pase, es que la universidad goza de autonomía, sin embargo la fracción VII del artículo 3 constitucional, que establece la autonomía universitaria no otorga facultades para determinar de forma discrecional criterios de ingreso para seleccionar a los estudiantes.

VII. Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas; realizaran sus fines de educar, investigar y difundir la cultura de acuerdo con los principios de este artículo, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y discusión de las ideas; determinaran sus planes y programas; fijaran los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico; y administraran su patrimonio. Las relaciones laborales, tanto del personal académico como del administrativo, se normarán por el apartado a del artículo 123 de esta Constitución, en los términos y con las modalidades que establezca la ley federal del trabajo conforme a las características propias de un trabajo especial, de manera que concuerden con la autonomía, la libertad de cátedra e investigación y los fines de las instituciones a que esta fracción se refiere.

Referencias[editar]

  1. a b https://www.dgae.unam.mx/normativ/legislacion/regein97.html
  2. https://www.dgae.unam.mx/normativ/legislacion/regein97/regein97.html
  3. Los conflictos de la UNAM: en el siglo XX, Javier Mendoza Rojas, México, UNAM, Plaza y Valdés, 2001, página 130
  4. Los conflictos de la UNAM: en el siglo XX, Javier Mendoza Rojas, México, UNAM, Plaza y Valdés, 2001, página 133
  5. Los conflictos de la UNAM: en el siglo XX, Javier Mendoza Rojas, México, UNAM, Plaza y Valdés, 2001, páginas 133-135
  6. Los conflictos de la UNAM: en el siglo XX, Javier Mendoza Rojas, México, UNAM, Plaza y Valdés, 2001, página 136
  7. Los conflictos de la UNAM: en el siglo XX, Javier Mendoza Rojas, México, UNAM, Plaza y Valdés, 2001, página 137
  8. a b Discursos y afirmaciones, Jorge Carpizo, UNAM, 1988, páginas 342-345.
  9. https://www.dgae.unam.mx/normativ/legislacion/regein73/regein73.html
  10. Los conflictos de la UNAM: en el siglo XX, Javier Mendoza Rojas, México, UNAM, Plaza y Valdés, 2001, páginas 173 y 174
  11. http://u2000.com.mx/677/677pasillos.html
  12. Guillermo Sheridan, Allá en el campus grande, Tusquets Editores, México, 2000, p. 142.
  13. http://www.planeacion.unam.mx/Publicaciones/
  14. http://www.excelsior.com.mx/nacional/2013/05/19/899892
  15. http://www.sdpnoticias.com/nacional/2012/07/24/estudiantes-que-llegan-a-la-unam-via-examen-de-seleccion-superan-a-alumnos-puma-estudio
  16. http://www.jornada.unam.mx/2012/03/16/politica/017n1pol
  17. http://www.animalpolitico.com/2012/03/narro-reta-a-josefina-a-demostrar-que-la-unam-es-un-monstruo/
  18. Josefina Vázquez Mota, "Informalidad: un problema de legalidad, la rebelión de los pobres", Tesis para obtener el título de licenciada en Economía, Universidad Iberoamericana, México, 1998, pp. 44 y 45.
  19. Guillermo Sheridan, Allá en el campus grande, Tusquets Editores, México, 2000, p. 140.
  20. http://paeiies.anuies.mx/public/index.php?pagina=info_gral.html