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Sección introductoria

El ingenio azucarero San Javier se ubica en el Lote Chacra 11 de la localidad de San Javier, al margen del Rio Uruguay, constituye un centro industrial con: • Cultivo de materia prima organizado • Un sistema de gestión descentralizado • Sistema de producción con transformación de la materia prima hasta el producto final en envases listos para ser comercializados • Sistema de abastecimiento de energía y agua propios • Un taller de mantenimiento de equipos livianos de fábrica.


Índice

Introducción……………… Pág. 1 Contexto histórico……………… Pág. 2 La economía de Misiones………………Pág. 4 La actividad azucarera…………………………Pág. 4 Los colonos y la explotación familiar……………Pág. 5 El cooperativismo en misiones……………………………Pag 6 La cooperativa Azucarera San Javier Limitada…………….Pag 6 Conclusiones…………………………………………Pag 9


Contexto histórico


El actual pueblo de San Javier, se ubica en una zona muy cercana a la ex reducción de San Francisco Javier, fundada en 1629 por el Padre José Ordoñez. Luego de la expulsión de los jesuitas en 1768, éste como los otros pueblos jesuitas entra en decadencia, y fueron abandonados progresivamente. Después de los hechos revolucionarios de 1810, al encontrarse el actual territorio de la provincia de Misiones en una zona de permanente conflicto, entre paraguayos y portugueses, se produjeron varios saqueos, robos e incendios que acabaron con los restos de los pueblos jesuitas. En 1830 Misiones pasa a ser administrada por Corrientes, y en la década de 1850 por iniciativa de esta se empieza a repoblar la zona del Uruguay. Con ello se produce una reactivación económica y se establece una población permanente; renacen Yapeyú, Alvear y Santo Tomé, y se activa la zona de Apóstoles, Concepción y San Javier. Con la finalización de la Guerra de la Triple Alianza, los paraguayos son expulsados de la Trinchera (Posadas), y en la región se establecen uruguayos, brasileños, argentinos, españoles e italianos que acompañaban a las milicias, iniciando la colonización espontánea. Estos se dedicaban, en su mayoría, al comercio y a la artesanía, y el resto a los cultivos de subsistencia. Esta clase de colonización es la característica del departamento de San Javier. En 1877 el gobierno de Corrientes dicta la ley de pueblos agrícolas y se refundan ex pueblos jesuitas: Santa Ana, San Javier, Concepción, Corpus, San Carlos, Apóstoles, Mártires, San Ignacio y San José; y otros nuevos: Garruchos y San Alonso. Con esta ley se establecía la entrega de lotes gratis a los primeros ocupantes y a los pobres que no contaran con recursos. Pero pasado unos años, la entrega gratuita de tierra se suspende. Tras la iniciativa del Congreso Nacional de quitarle a Corrientes la antigua Provincia Guaranítica de Misiones, el gobierno correntino vende en junio de 1881 a 27 personas (funcionarios y militares) más de 2.000.000 de hectáreas, de lo que se creía que era el territorio misionero; menos Posadas y los pueblos agrícolas creados por ley en 1877. Estos latifundios frenaron durante varios años la colonización de la región. La colonización del Territorio Nacional de Misiones, a partir de 1882 hasta 1953, se dio de tres diversas maneras: colonización oficial, colonización privada (mediante compañías privadas) y colonización espontánea. Durante el gobierno de Lanusse Juan (1896-1905), se estableció que no se podía entregar tierras gratuitamente a los primeros pobladores, porque esto era insolvente para el gobierno nacional. Pero sí se entregaban pasajes gratis a las primeras 40 familias que venían desde Buenos Aires, además de alimentos y algunos animales, hasta que obtuvieran su primera cosecha. A estos se los vendía 150 hectáreas que deberían pagar en cinco años a partir del segundo año del establecimiento en la tierra. El Estado Nacional tenía como obligación construir una vivienda para un administrador y un albergue provisorio para los colonos recién llegados. Estas modificaciones luego se transforman en la Ley Nacional 4167 (1903). Mediante ella se establecía que los lotes agrícolas tendrían como máximo 100 hectáreas, y nadie podía obtener más de dos, evitando así la creación de latifundios. Los beneficiados tenían la obligación de poblar (cercar, sembrar, etc.). Pero también se podía entregar hasta el 20% de los solares a los primeros pobladores establecidos ya en la colonia. Esta clase de colonización fue la que empezó en el sur de la provincia, en el área de Apóstoles. Con respecto a la condición institucional de este territorio, durante la década del cuarenta hubo una tendencia nacional a transformar todos los territorios nacionales en provincias. Referido específicamente a Misiones, entre 1919 y 1953 se presentaron veinte proyectos para la provincialización. En noviembre de 1953, el Presidente envió al Congreso Nacional un proyecto de Ley con este mismo fin, que finalmente fue promulgada bajo el número 14.294 el 22 de diciembre del mismo año. Este cambio de carácter, permitió encarar varias acciones que incentivaban las actividades productivas misioneras desde otro lugar, además de mejorar las vías de comunicación y crear instituciones, organismos y comisiones tendientes a atender las producciones agrarias de la provincia, así como también la acción cooperativa.

La economía de Misiones La producción rural fue siempre una característica de este territorio; pero sólo una parte de ella es industrializada en los pueblos y o ciudades de Misiones. El sector agrario de la provincia está integrado por empresas modernas agroindustriales de organización plenamente capitalista, y por otro lado están los colonos, que componen una gran mayoría. Estos son productores agrícolas familiares, donde el trabajo doméstico es su base fundamental. A esto se debe que los problemas económicos sean un tema recurrente en esta provincia, ya que persisten problemas estructurales todavía no resueltos como la cuestión del acceso y regulación de la propiedad. Aparte del predominio de la pequeña empresa, hay una especialización en la explotación de pocos productos perennes o semiperennes (yerba, té, tabaco, etc.), que a la vez requieren un bajo nivel de industrialización en la provincia. Por lo visto se puede establecer que el suelo es la base del proceso productivo de Misiones. Haciendo un breve recorrido sobre su historia, se observa que en 1895 la población rural era del 79%; en 1914 70% y en 1947 81%. Los cultivos de subsistencia en el período de colonización eran maíz, mandioca y porotos; los cultivos industriales: tabaco y yerba mate; y otros cultivos opcionales eran arroz, tung, cítricos, yute, algodón, té, etc.

La actividad azucarera La caña de azúcar es una gramínea de la India, pero en la América Precolombina, los guaraníes y tupíes ya conocían variedades silvestres, como la caña dulce. Con la instalación del las Misiones Jesuíticas, se empezó con el cultivo de la caña de azúcar, por lo que el ingenio azucarero y la destilería de alcohol son consideradas actividades de tradición jesuita. Alrededor de 1883, el gobernador de Misiones, coronel Rudecindo Roca, hermano del presidente de la Nación, instaló una industria azucarera de última generación en los campos de San Juan, cercano a la actual localidad de Santa Ana. Los trabajadores del ingenio eran indios Pampas, Matacos y Tobas, que fueron traídos del sur y norte argentino para realizar un trabajo caracterizado como semiesclavo. Allí se instaló el primer ferrocarril de la provincia, para transportar hasta el puerto el azúcar que se embarcaba hacia el sur del país. Ya a principios de 1880, cuando este territorio era administrado todavía por Corrientes, la economía azucarera era vista como el progreso de la región, por lo tanto se planificaba en un futuro polo azucarero misionero. Como Rudecindo era miembro de la elite y tenía acceso directo al poder nacional, su proyecto estaba supuestamente destinando al éxito, pero a fines del siglo XIX tras una crisis azucarera nacional, el decaimiento político del roquismo y la sucesión de fugas de trabajadores indios del Ingenio San Juan, el ingenio entra en caída libre y es vendido a Otto Sebastián Bemberg, que siguió funcionando con el nombre de Sociedad San Juan. Por otro lado, Carlos Bosetti en su chacra de Cerro Corá instaló un trapiche, del que obtenía muestras de melazas y alcoholes. Hasta finales del siglo XIX en la región misionera existían dos ingenios, por lo que la caña de azúcar nunca se dejó de cosechar. Además había trapiches que funcionaban de manera clandestina. A principios del siglo XX, se tiene información de que varias familias instaladas en la costa del Alto Uruguay (Lentini, Bogado, Quessini, Do Santos, Melo y otras) sembraban caña de azúcar en sus chacras para preparar rapadura y miel de caña, además se utilizaba como alimento para ganado en época de escasez de pasto. También se plantaba yerba que se vendía a los acopiadores. Por ello se puede afirmar, que la caña siempre fue considerada una parte importante del espectro agrario regional, ya que se obtiene un óptimo rendimiento del producto en la zona, debido a las posibilidades climáticas perfectas que le ofrece la Provincia. Pero por otra parte, la caña siempre fue un cultivo secundario, para producción artesanal y cultivo permanente. Según el censo agropecuario de 1920, en la zona de Santa Ana y San Javier había 797 hectáreas de caña plantada; y para tener una referencia, había en el mismo momento en el Territorio Nacional de Misiones, 18.826 hectáreas de maíz; y 3.358 de yerba mate.

Los colonos y la explotación familiar El colono, es una categoría distinta de la del campesino y del farmer capitalista, pero que a la vez posee rasgos de ambos. En la economía campesina no existe excedente económico al terminar el ciclo productivo, por lo tanto no se produce la acumulación y la formación de capital. En cambio los colonos y farmers tienden a buscar una tasa de ganancia al terminal el ciclo de producción. A la vez el colono y el campesino comparten la característica de la utilización del trabajo familiar. Por otro lado, los colonos no se orientan a tener una ganancia del tipo de una empresa capitalista, no porque no tienen una mente especulativa, sino porque su motivación económica es diferente a la del capitalista; es una economía doméstica en la que los valores de uso se consideran de acuerdo a las necesidades del grupo familiar. Este concepto de colono de Bartolomé nos permite presentar a la actividad azucarera de la región como una explotación agrícola familiar, donde se evidencia que todos los integrantes del grupo familiar son los que se dedican a la plantación, cuidado y cultivo de la caña. Además el excedente económico obtenido en la producción no es capitalizado, sino que cubren las necesidades de los trabajadores que como lo aclaré, casi siempre pertenecen al grupo familiar. El cooperativismo en Misiones El cooperativismo en el territorio de nuestra provincia surge entre los colonos a fines de la década del veinte, que tenía como objetivo primordial mejorar los precios de sus cultivos y contar con una comercialización directa, sin intermediarios. En algunos casos, las cooperativas integraban a los colonos de diferentes nacionalidades, evitando así las viejas rivalidades de sus países de origen. La cooperación siempre fue una actividad común entre los colonos, que se organizaban para superar las dificultades que se presentaban cuando llegaban a estas tierras, ya que el Estado no les brindaba toda la ayuda necesaria. Las primeras cooperativas fueron la de Colonia Liebig (1926) y la Cooperativa Agrícola, Tabacalera y Yerbatera de Rincón Bonpland (1926); y así seguidamente se van creando otras. En 1939 se crea la Asociación de Cooperativas Agrícolas, que en 1943 se transforma en Federación de Cooperativas Agrícolas de Misiones. En 1949 existían 20 cooperativas en el Territorio Nacional de Misiones, contando con más de 9.000 asociados.

La Cooperativa Azucarera San Javier Limitada El 11 de noviembre de 1953 se crea el acta fundacional de la Cooperativa Azucarera. El período 1953-1974, comprende el momento inaugural de la Cooperativa hasta el año en que se registra el más alto índice de producción (2.517.600 kg de azúcar cruda), pero que al mismo tiempo significó la primera crisis azucarera, por medidas tomadas desde la Nación, que limitaban la exportación. Una ley del ministro de Economía José Martinez de Hoz limitaba obligatoriamente a un 65 por ciento la producción anual. Aunque la Cooperativa se dedicó después de varios años específicamente a la refinería de azúcar, en su acta fundacional, se apuntaba a toda la producción agropecuaria, para la diversificación de productos demandados en el mercado nacional e internacional. La instalación del ingenio en San Javier tiene la ventaja de poder realizar la industrialización de la materia prima en los lugares de producción. En sus primeros años, en un radio de 50 kilómetros sobre la costa del Uruguay estaban los cañaverales.

Durante el gobierno de César Napoléon Ayrault (1960) se compra la primera destilería y luego una refinadora, que permitió en 1962 sacar a la venta la producción azucarera, que hasta 1974 tuvo un crecimiento sostenido, teniendo en cuenta los índices de molienda y de áreas plantadas. Durante el gobierno de Adolfo Pomar se compra el predio del actual ingenio (1955-1958).

En 1958 la Cooperativa Azucarera San Javier Limitada solicita y obtiene del Gobierno Interventor Federal de la Provincia un préstamo de 500.000 pesos moneda nacional, para llevar adelante el proyecto de la planta destiladora de Alcohol y la chacra experimental, que debe devolverlo en los tres años siguientes. El 12 de mayo de 1960, en la Segunda Sesión Legislativa Consultiva de la Provincia, el Gobernador César Napoleón Ayrault hace referencia al cultivo de la caña de azúcar como una gran oportunidad en la zona del Alto Uruguay. Sostiene que la Cooperativa Azucarera, promovida por el Gobierno provincial, con la instalación del ingenio, abastecerá a toda la provincia. Destaca que la chacra experimental instalada tiene como función la prueba y elección de las variedades para cultivar, la utilización de suelos y abonos racionales, etc. También menciona que se recibirá de Piracicaba (San Paulo, Brasil), maquinarias que llagarán al puerto de San Javier. En 1961, la Cooperativa obtiene una ampliación del plazo para pagar el préstamo obtenido en 1958, para marzo de 1962 y marzo de 1963. En estos primeros años de trabajo, la fábrica consumía por día 500 toneladas de caña y había alrededor de 2.000 hectáreas cultivadas. El rendimiento por hectárea en ese momento se calculaba en 50 toneladas. Por su parte, en época de zafra se contaba con más de 500 personas ocupadas. En el ingenio, mediante el trabajo con mandioca que compraba a agricultores del Alto Paraná -ya que las zonas cercanas a la fábrica están ocupadas en su mayoría por plantaciones de caña de azúcar-, se llegó a producir almidón pregelatinizado (“Pre-Gel”) que se utilizaba como complemento en las perforaciones petrolíferas, también para la realización de hoyos y cajas de fundición. También se probó en la chacra experimental la producción de bananos, ananá, palta, mamón y mburucuyá. En la década del setenta, el ingenio competía en la región mesopotámica directamente con los de Las Toscas (Santa Fe) y Las Palmas (Chaco), y había veinte ingenios produciendo azúcar en todo el país. Por su parte en la provincia había entre 3.500 y 4.000 hectáreas plantadas. El Banco de la Nación Argentina, en ese momento, era la única institución financiera que brindaba dos clases de créditos para la producción azucarera en todo el país: créditos para evolución y créditos para renovación de cañaverales. Los primeros, son destinados al pago de materia prima, sueldos y jornales, gastos de molienda y elaboración. Los segundos, son utilizados para la ampliación de cañaverales. El Banco de la Provincia de Misiones otorgaba préstamos para evolución, compra de envases, materiales para elaboración y acopio de leñas. El ingenio, para producir la cosecha de 1974, necesitaba alrededor de mil trabajadores para las tareas de cortes de plantas, pero no se conseguía en la provincia esta cantidad de mano de obra, por lo que la Cooperativa gestiona ante la Dirección Nacional de Migraciones un permiso para el ingreso de mil brasileros y paraguayos para desempeñarse como braceros. En estos años, la Cooperativa contaba con alrededor de 500 socios, con un importante papel dentro del ámbito comunitario. Con respecto a esto, se realizaban tareas de asesoramiento, promoción de créditos, investigación, etc. El departamento técnico se encargaba específicamente de asesorar sobre las formas de cultivo, rendimiento, cuidado y fertilización del terreno, con base a datos obtenidos en la chacra experimental de la Cooperativa. A pesar de todas las posibilidades climáticas (abundantes precipitaciones y clima subtropical) y sociales de la instalación de la Cooperativa Azucarera en San Javier, el ingenio siempre ocupó el puesto de la más baja producción del país. A mediados de la década del noventa, la Cooperativa entra en una grave crisis económica debido a la situación nacional en la que se encontraba la actividad azucarera. Lo que acarreó que en pocos años, los bienes de la sociedad pasen a estar embargados, prendados, hipotecados o en acciones judiciales. En diciembre de 1995, tras una asamblea de socios, se inicia la disolución de la vida societaria de la Cooperativa. Ante el inminente cierre tras la quiebra del establecimiento, que afectaba a miles de familias productoras y de trabajadores de nueve municipios de la provincia, el Gobierno de Misiones el 11 de abril de 1996 expropia el establecimiento por Ley N° 3276, y lo pasa a administrar directamente el Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial (IFAI). Se quería con ello salvaguardar la actividad azucarera provincial, ya que este ingenio era y sigue siendo el único centro acopiador e industrializador de caña de azúcar en Misiones. Esta ley reglamentaba que en un plazo no mayor a 36 meses, el Estado debía transferir el ingenio a la actividad privada; pero este plazo fue prorrogado hasta la actualidad por la Legislatura provincial, por lo que el ingenio sigue siendo administrado por el IFAI.

El ingenio azucarero San Javier en la actualidad La recolección de la caña es manual, corte de tallos, deshojados, despunte y carga por cuenta del productor. El transporte a la fábrica se realiza por medio de camiones que pertenecen a los productores o a transportistas identificados en un padrón. A partir del año 1999 se comienza con la actualización tecnológica de la planta adaptándose a la producción orgánica con inversiones en equipamientos de laboratorio y capacitación en BPA y BPM mediante un convenio con la Facultad de Ciencias Exactas Químicas y Naturales y la SAGPyA. La actividad que desarrolla el Ingenio se divide en tres grandes bloques: trabajo de campo, industrialización de la caña de azúcar y administración, cada uno de los cuales constituye un departamento con jefaturas unipersonal y coordinados por un administrador. La actividad de campo consiste en : regular la provisión y controlar la calidad de la caña que llega al ingenio; capacitar a los actores de la cadena productiva en cuanto a rendimientos, sanidad, transporte, etc. de la materia prima; llevar adelante programas de previsiones, tiempo de cosecha y contingencias; adaptar nuevas tecnologías de campo y variedades de cultivos; integrar propuestas y trabajos con los demás departamentos, preparar los presupuestos de gastos anuales para el funcionamiento del Departamento, etc. La industrialización consiste en: alistar las instalaciones, realizar las previsiones de gastos e inversiones, recibir la caña y determinar los contenidos de azucares, procesarlos procurando los mayores rendimientos al menor costo posible conforme a un esquema técnico y normativo. La administración se encarga de: compartir con la Administración Central (IFAI) la tramitación de la comercialización y de conformar los cargamentos de productos finales; la contabilidad de todos los movimientos económicos, confeccionar los presupuestos de gastos e inversiones. Los estados contables del Ingenio se consolidan con los del IFAI; evaluar las fuentes de financiamiento y la liquidación de pagos de los productos y empleados; RR.HH, asesoría al Administrador, etc. Proceso de Elaboración La caña de los productores llega a la balanza con autorización y remito expedido por los inspectores del Departamento Agrícola del Ingenio, para la producción de azúcar orgánico o convencional según la categoría de certificación. Se pesa y se da entrada. Luego, la carga perfectamente identificada, tiene un seguimiento estricto hasta el momento de la molienda. Se evalúa su calidad a través del análisis del contenido del azúcar y se cargan los datos al sistema informático para posteriores cálculos de fábrica y liquidación al cañero. Una vez que la caña ingresa a la fábrica, se somete a las distintas etapas del proceso: molienda y separación del bagazo y el jugo; clarificación y evaporación del jugo; cocimiento de la meladura; centrifugación, secado, envasado y almacenamiento del azúcar. Como el ingenio San Javier produce azúcar orgánico, prácticamente con el mismo sistema que de la producción convencional, a excepción de agregados de productos de síntesis química, son válidos las comparaciones de los rendimientos de campo e industrial. A fin de que la industria azucarera incremente su competitividad y logre producir acorde a los estándares nacionales e internacionales, se ejecuta un programa de implementación de sistemas de control de la calidad enmarcado en el programa de la calidad de los alimentos PROCAL a través de la Dirección Nacional de Alimentos (DNA) dependiente de la Subsecretaria de Política Agropecuaria y Alimentos SAGPyA. Al productor se le abona por peso de caña y por dulzura (contenido del azúcar) mediante una fórmula matemática. El proyecto de producción de azúcar orgánico se gesta en el año 1996. El área de los lotes que poseen certificación orgánica que conforma la Cuenca Cañera es algo mayor a 20.000 hectáreas. Se estima que la superficie cultivada de caña es de 2000 hectáreas, o sea cuatro hectáreas promedio por productor. La maquinaria y las instalaciones principales están preparadas para el procesamiento de una única materia prima, la caña de azúcar, cuya capacidad de producción diaria actual (24h) es de 550 tn/dia. El record de producción fue de 9.505.000 kg de azúcar en el año 1974 con una molienda, también record, de 103.760.000 kg de caña. La destilería produce alcohol de buen gusto, 96° alcohólico con un 22% de rendimiento en melaza La licorería produce caña (aguardiente) de 34° GL con marca RIO URUGUAY que se comercializa en la zona utilizándose para ello una mezcla de : una parte de alcohol de destilería, agua potable y esencias. El laboratorio se encuentra en buen estado general y con un equipamiento moderno y casi completo: foto-colorímetros, espectrofometro, microscopio, estufas, computadoras, brixometros, etc. En este sector se realizan los análisis de contenidos de sacarosa de la caña, controles de parámetros para proceso y caracterización del producto final; también se lleva la confección de parte de producción y molienda general que se distribuye a la Administración y al IFAI. Los controles consisten en análisis de tipo fisicoquímico y microbiológico de jugos, mieles, producto final y ambiente.

Situacion social Enmarcado en la Cuenca Orgánica San Javier, a la cual se ha hecho referencia, los agricultores que producen la materia prima que abastece al Ingenio, son aproximadamente 500, los cuales han realizado la producción de antaño, con mano de obra familiar y no contratan mano de obra externas por los altos costos que representa la contratación de terceros.

Planta Industrial

Actualmente, se muelen 500 tn/día de caña (aproximadamente 50-60 camiones por día). El tiempo de zafra es normalmente de 100 a 200 días (4 meses) y se pretende una duración de 180 días. La caña de azúcar se procesa inmediatamente después del trasporte, o más tardar 12 horas para evitar las pérdidas de azúcar que llega hasta el 2% cada 24 horas. Se cuenta con la certificación de la Organización Internacional Agropecuaria (OIA) tanto para la materia prima como para el azúcar elaborado. La molienda comienza normalmente en los primeros días de Julio.

Azúcar Orgánico y derivados

El azúcar orgánico del Ingenio San Javier, es fabricado por un proceso de evaporación, concentración y centrifugación del jugo de la caña de azúcar orgánica, manteniendo todas sus propiedades estables por medio de un control estricto para evitar todo tipo de contaminación. No posee sabor diferente al del azúcar refinado blanco, ni contiene ningún adictivo.- Se empaca en bolsas de papel kraft en triple pliego con protección del ambiente (humedad, olores, etc.) con pliego de Polipropileno, entre la segunda y la tercera capa. Puede envasarse en 25 kg., 50 libras o 1 kg., según el pedido del cliente.- La gestión de la calidad del producto está respaldada por la implementación, a partir de 1999, del sistema HACCP (Análisis de peligro y puntos críticos). La dirección del proceso de desarrollo del sistema está a cargo de profesionales del Área de Gestión de calidad de la Facultad de Ciencias Exactas Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones con la que se mantiene un convenio de colaboración para esta finalidad.-

Conclusiones A modo de cierre, se puede evidenciar que con las investigaciones que se fueron realizando desde el año 1953 hasta la actualidad, se notó un cambio en la estructura, funcionamiento, el aumento de producción y la demanda en el Ingenio Azucarero San Javier, lo que hace que las familias de los empleados que trabajen ahí se beneficien así como también las familias de los productores cañeros de la región.


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