Alamanikon

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El Alamanikon –en griego: Ἀλαμανικόν–, o «impuesto alemán», fue un impuesto recaudado por el emperador bizantino Alejo III Ángelo en 1197 para pagar al emperador germánico Enrique VI un tributo de 1600 libras de oro.

Historia[editar]

En 1195, el emperador bizantino Isaac II Ángelo fue derrocado por su hermano Alejo y, en respuesta, el emperador occidental Enrique VI demandó de aquel un tributo, que originalmente ascendía a 5000 libras, bajo la amenaza de invadir su imperio. Enrique argüía como pretexto para ello la defensa de los derechos de Irene Ángelo, hija de Isaac y viuda de Roger III de Sicilia, de quien había tomado custodia y casado con su hermano menor Felipe, duque de Suabia, a consecuencia de su conquista del reino de Sicilia.[1]

Con el fin de obtener apoyos para gravar a Constantinopla, Alejo convocó una reunión del Senado, el clero –proveniente en su mayoría de la clase burocrática– y los gremios de mercaderes –la clase profesional–, a quienes propuso una tasación de su propiedad.[2][3]​ La reacción de la asamblea no se limitó exclusivamente a expresar su rechazo a la iniciativa por entenderla contraria a la costumbre, sino que derivó en un tumulto durante el cual se acusó al nuevo emperador de malgastar los fondos públicos e imponer como gobernadores de las provincias a partidarios suyos de notoria incompetencia, incluidos hombres que habían sido cegados.[3][4]​ Ante esta resistencia, Alejo desistió e intentó recolectar en las iglesias los objetos de oro y plata que no se empleaban en los oficios, pero el clero mostró una vez más su rechazo, en la que sería la única ocasión en que se opusiera a él durante su reinado.[2][3]​ Alejo finalmente abandonó la idea de cobrar el impuesto en la capital, y tomó el oro y la plata de las tumbas de sus predecesores, con excepción de la de Constantino el Grande.[3][5]

Pese a que la capital había quedado exenta, el Alamanikon siguió recaudándose en las provincias, y la cuestación total alcanzó la cifra de 7000 libras de plata y algunas de oro, pero debido al fallecimiento de Enrique VI el 28 de septiembre de 1197, el tributo nunca fue abonado.[3][6]​ Cronistas posteriores, como Nicetas Coniata, aseguraron que la cruzada de Enrique había tenido la intención de subyugar a Bizancio, pero no existen evidencias contemporáneas que lo avalen.[5]

Referencias[editar]

Notas[editar]

  1. Fuhrmann, 1986, p. 184.
  2. a b Brand, 1968, p. 121.
  3. a b c d e Brand, 1991, pp. 50–51.
  4. Brand, 1968, p. 148.
  5. a b Brand, 1968, p. 193.
  6. Brand, 1968, p. 154.

Bibliografía[editar]

Enlaces externos[editar]