Ernest Terah Hooley

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Ernest Terah Hooley

"Papworth"
Hooley caricaturizado por Spy (Leslie Ward) en Vanity Fair, diciembre de 1896
Información personal
Nacimiento 5 de febrero de 1859 Ver y modificar los datos en Wikidata
Sneinton (Reino Unido) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 11 de febrero de 1947 Ver y modificar los datos en Wikidata (88 años)
Long Eaton (Reino Unido) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Británica
Información profesional
Ocupación Financiero Ver y modificar los datos en Wikidata

Ernest Terah Hooley (Sneinton, 5 de febrero de 1859- Long Eaton, 11 de febrero de 1947) fue un financiero inglés envuelto en prácticas fraudulentas y estafas a lo largo de su turbulenta carrera. Logró la riqueza y la fama comprando compañías prometedoras y vendiéndolas al público a precios inflados, hasta que un fiscal sacó a la luz sus prácticas engañosas. Quebró en cuatro ocasiones y cumplió dos penas de prisión[1]​.

Hooley fue el desarrollador del primer parque industrial del mundo, Trafford Park, en las afueras de Mánchester.[2][3]

Primeros años[editar]

Hooley nació en Sneinton, Nottinghamshire, hijo único de Terah Hooley, un encajero, y de su esposa Elizabeth. Se unió al negocio de encaje de su padre y en 1881 se casó con Annie Maria, hija de un panadero, con quien tuvo cuatro hijas y tres hijos. Posiblemente con la ayuda de una herencia de su madre, Hooley compró Risley Hall en Derbyshire por 5000 libras en 1888, y al año siguiente se estableció como corredor de bolsa en Nottingham.[2]

Carrera empresarial[editar]

Hooley trasladó su negocio a Londres en 1896 y comenzó a adoptar "un estilo de vida lujoso".[2]​ El aumento de su fortuna coincidió aquel año con el auge de las bicicletas, y hasta la caída del negocio en 1898 había lanzado a bolsa 26 fabricantes con un capital nominal total de 18,6 millones de libras.[4]​ Para impresionar a los inversores, situaba en los consejos de dirección de sus empresas a miembros de la aristocracia.[2]

Una de sus operaciones más rentables fue la compra de la propiedad de Trafford Park a Sir Humphrey Francis de Trafford en 1896. El plan original de Hooley era convertir el parque en una zona residencial de clase alta con 500 villas grandiosas, un hipódromo y una franja industrial en las orillas del Canal marítimo de Mánchester, pero finalmente optó por desarrollar los terrenos como un polígono industrial,[5]​ el primero en el mundo[6]​ y todavía el más grande de Europa.[7]

En 1895, compró Papworth Hall en Cambridgeshire.[2]​ Fue nombrado Alto Comisionado de Cambridgeshire y Huntingdonshire en 1897.[8]

En 1896, compró la propiedad de Anmer Hall situada en Norfolk (con una extensión de 810 hectáreas) por 25.000 libras, que vendió al Príncipe de Gales a precio de costo. El Príncipe de Gales, que ya poseía unos terrenos colindantes, había intentado adquirir sin éxito la propiedad, por lo que recurrió a Hooley como intermediario para que este la comprara.[9]​ Se ha sugerido que el príncipe estaba interesado en evitar la posibilidad de que el promotor comercial de Hooley, Alexander Meyrick Broadley, a quien había forzado anteriormente a salir de la sociedad, se convirtiera en un huésped constante y en un vecino incómodo.[10]​ Cuando Hooley fue procesado posteriormente por sus estafas financieras, Sir Robert Wright, juez de la Corte del Consejo de la Reina, denunció a Broadley como el auténtico maquinador de los manejos de Hooley.[10]

En 1897, Hooley fue seleccionado por el Partido Conservador como su candidato para disputar la circunscripción parlamentaria de Ilkeston, Derbyshire, en las elecciones generales.[11]​ Sin embargo, su bancarrota del año siguiente lo hizo inelegible.[2][3]

La quiebra de Hooley, declarada en junio de 1899, también fue un asunto fraudulento. Había hecho los arreglos necesarios para que amigos de confianza compraran sus fincas de Risley y Papworth Hall, y luego transfirió la propiedad de ambas a su esposa. De esta manera, protegió a su familia de los acreedores frustrados.[12]​ Persuadió al Tribunal de Bancarrota de que debería seguir negociando para pagar a sus acreedores, siempre que mantuviera las cuentas adecuadas, por lo que continuó disfrutando de una vida de lujo. La prensa lo llamó "The Splendid Bankrupt" (La Espléndida Bancarrota). Hooley continuó con sus engañosas actividades comerciales, aunque a menor escala. Fue declarado en bancarrota nuevamente en 1911, 1921 y 1939, y encarcelado por fraude en 1912 y 1922.[13]

Hooley estimó que durante su carrera habían pasado más de 100 millones de libras por sus manos, de lo que no se arrepintió: "Mi espíritu permanece inquebrantable... Consciente de que si hubiera hecho una cierta cantidad de daño a mis semejantes, fue el precio a pagar por una cantidad considerable de cosas buenas... Aparentemente, todos los ingleses en la Riviera almorzaron y comieron a mis expensas, y algunos incluso vinieron a desayunar".[14]

A pesar de sus delitos, también tenía admiradores. El fiscal Sir Richard Muir, lo consideró la personalidad más atractiva que encontró en su carrera profesional, escribiendo en sus memorias: "Podría haber sido el mejor Canciller del Tesoro que este país haya conocido jamás... ... 'The Splendid Bankrupt' ciertamente supuso un trato maravilloso para él".[15]

Sin embargo, el legado de Hooley fue una serie de empresas y negocios en ruinas, que luchaban contra la sobrecapitalización y el valor reducido de las acciones, con las consiguientes pérdidas para sus inversores.[13]

Empresas sacadas a bolsa por Hooley[editar]

A continuación se incluye una lista de las empresas sacadas a bolsa por Hooley y las ganancias brutas de cada lanzamiento:

£5.000.000
£1.250.000
£2.500.000
£100.000
£250.000
£375.000
£650.000
£900.000
£100.000
desconocido
desconocido
£200.000
£800.000
£200.000
£ 75.000
£100.000

(Información procedente de la declaración preparada por el Receptor Oficial del patrimonio de Hooley.[16]​)

En 1911, se encontraba en serias dificultades legales y financieras. Pasó un mes en la prisión de Brixton Gaol por desacato y en el mismo año fue sentenciado a doce meses por obtener dinero con pretextos fraudulentos como parte de un acuerdo de tierras. Al año siguiente, fue juzgado por su segunda bancarrota.[2]​ Volvió a ingresar en el negocio como agente inmobiliario, pero en 1921 quebró de nuevo, y en 1922 fue condenado por fraude y sentenciado a tres años de prisión.[3]​ Tras su liberación, Hooley regresó al negocio de la venta de propiedades, y continuó trabajando hasta los ochenta años. Quebró por cuarta vez en 1939.[3]

Hooley murió en Long Eaton, Derbyshire, a la edad de 88 años.[3]

Referencias[editar]

  1. Stratmann, 2010. none
  2. a b c d e f g Oppenheimer, P. M.; Ryan, Janette (rev.), «Hooley, Ernest Terah (1859–1947)», en la página web del Oxford Dictionary of National Biography (requiere suscripción) (en inglés), consultado el 4 de octubre de 2010 .
  3. a b c d e «Death of Mr. E. T. Hooley», The Times, 13 de febrero de 1947: 2 .
  4. Farnie, 1980, p. 120. none
  5. Farnie, 1980, pp. 120–121. none
  6. Nicholls, 1996, p. xiii. none
  7. «Trafford Park Masterplan». Trafford Council. octubre de 2008. Archivado desde el original el 8 de marzo de 2012. Consultado el 10 de septiembre de 2018. 
  8. London Gazette (26828): 1238. 2 de marzo de 1897. 
  9. -Hooley
  10. a b La Marquise de Fontenoy (seudónimo de Marguerite Cunliffe-Owen), Chicago Tribune, 8 May 1916 http://archives.chicagotribune.com/1916/05/08/page/6/article/la-marquise-de-fontenoy
  11. «Election Intelligence», The Times, 4 de marzo de 1897: 6 .
  12. The Derby Mercury, 9 November 1898; issue 9592; p.2, column A
  13. a b Robb, George White-Collar Crime in Modern England: Financial Fraud and Business Morality, 1845–1929, Cambridge University Press, 1992, pp. 105–107
  14. Hull Daily Mail, 27 February 1925
  15. Derby Daily Telegraph, Saturday 9 April 1927
  16. page 5 Coventry Herald, 13 May 1904 (findmypast.com The British Newspaper Archive)

Bibliografía[editar]

  • Farnie, D. A. (1980), The Manchester Ship Canal and the rise of the Port of Manchester, Manchester University Press, ISBN 978-0-7190-0795-8 .
  • Nicholls, Robert (1996), Trafford Park: The First Hundred Years, Phillimore & Co, ISBN 978-1-86077-013-5 .
  • Stratmann, Linda (2010), Fraudsters and Charlatans: A Peek at Some of History's Greatest Rogues (The Crooks Who Conned Millions), The History Press .

Lecturas adicionales[editar]

  • Vallance, Aylmer (1955). Very private enterprise: an anatomy of fraud and high finance. Thames and Hudson.