Monuca

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La monuca es un animal legendario de la mitología cántabra.[1]

Nace cada once años en la primavera del cruce del gatu montés y de la rámila con los cuales guarda gran parecido.[2]​ Ciega y sin colores al nacer, su alumbramiento tiene lugar en una cueva. Tras ello vaga a tientas por el monte hasta cobrar la visión, momento en que regresa a su cubil para matar a su madre a la que chupa la sangre y arranca los ojos. Desde ese momento se refugia cerca de los ríos hasta adquirir su peculiar colorido; su cabeza es blanca como la lana de las ovejas, mientras su cuerpo es rojo, azul y negro con una cola morada.[1]

Se alimenta en los prados de saltamontes y tórtolas que caza, así como de la sangre que chupa a corderos y niños. Cuando cumple cinco años su tamaño le impide correr o subirse a los árboles por lo que acaba siendo cazada por el gato montés que, vengando la muerte de la rámila, la deja ciega a su suerte. Así la monuca acaba sus días despeñada o cazada por un animal salvaje.[1]

Las monucas quieren a los hombres, así el hombre que coge una y la lleva a su casa tiene suerte para toda la vida. Sin embargo, aborrecen a las mujeres, a quienes araña la cara e intenta sacar los ojos, como hiciera con su madre, antes de escapar.[1]

Véase también[editar]

Notas[editar]

No confundir con la monuca galana o bonuca, nombres, entre otros, con los que se conoce en Cantabria a la comadreja.[3]

Referencias[editar]

  1. a b c d Llano Merino, Manuel (1982). Mitos y leyendas de Cantabria (en cántabro y español) (1ª edición). Santander: Ed. Lázaro Sáinz. pp. 138-140. ISBN 84-300-6497-4. 
  2. Pindado Uslé, Jesús (2002). Gran Enciclopedia de Cantabria. Cantabria. ISBN 8486420296. 
  3. Alfredo Hernández Rodríguez y Paco Samblás. «barbastella». Archivado desde el original el 28 de enero de 2010. Consultado el 20 de enero de 2010.