Torta de cañamones

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Las tortas o secas de cañamones son un producto de panadería crujiente que es típico de la provincia de Teruel, en Aragón, España, y en particular del municipio de Monreal del Campo,[1]​ así como de algunas villas de la comarca de La Mancha, como Herencia o Alcázar de San Juan.[2]​ La masa contiene agua, harina de trigo, huevos, aceite de oliva, se perfuma con anís y por encima se esparcen cañamones (semillas de cáñamo). La torta de cañamones puede ser salada, o dulce si se espolvorean con azúcar. Es redonda y plana, de escaso grosor, y con un diámetro aproximado de 14 cm.[3]​ Los cañamones aportan a la torta un sabor que recuerda a fruto seco ligeramente especiado. En tierras manchegas las tortas de cañamones también son conocidas como «secas».[4]

Torta de cañamones en Cuenca
Torta de cañamones dulces (de El Provencio, Cuenca)
Torta de cañamones y de garbanzos (de Quesada, Jaén)

El cáñamo es una planta que introdujeron los musulmanes en la península ibérica, cuyas fibras son útiles para hacer textiles, cuerdas e instrumentos de todo tipo. En España tradicionalmente ha sido cultivado en amplias áreas de La Mancha, Murcia y toda la cuenca del Segura, Alicante, Valencia y partes de Aragón y Andalucía.[5]​ En La Mancha se pueden visitar municipios cuya historia está estrechamente ligada a la producción de cáñamo, como Cañamares (Cuenca) o Santa Cruz de los Cáñamos (Ciudad Real). No obstante la cultura del cáñamo está desapareciendo en España. En su libro Pan de pueblo (2018), Ibán Yarza comenta «la torta de cañamones, una torta de pan reamasada con las semillas del cáñamo y acabada con un poco de azúcar y a veces matalahúva. En la voz de la gente mayor esta humilde torta siempre aparece asociada a recuerdos felices de las fiestas de los pueblos».[6]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Ávila Granados, Jesús (2003). El libro de la repostería tradicional. Ediciones Robinbook. p. 234. ISBN 978-84-96054-04-2. 
  2. «Tesoros venidos del corazón de la Mancha (I): secas de cañamones». Los Sabores Perdidos. 5 de diciembre de 2007. Consultado el 11 de mayo de 2022. 
  3. Montal Montesa, Rafael (1997). El pan y su influencia en Aragón. Institución Fernando el Católico. p. 93. ISBN 84-7820-350-8. OCLC 432087334. Consultado el 10 de mayo de 2022. 
  4. Yarza, Ibán (26 de octubre de 2017). Pan de pueblo: Recetas e historias de los panes y panaderías de España. Penguin Random House Grupo Editorial. p. 186. ISBN 978-84-16895-40-3. 
  5. Folker, Hans (18 de mayo de 2015). La economía del cáñamo en la España suroriental: El cultivo, manipulación y transformación del cáñamo en su significado para la estructura social de las vegas. Universidad de Alicante. ISBN 978-84-9717-366-7. Consultado el 16 de julio de 2022. 
  6. Yarza, Ibán (30 de enero de 2018). Pan de pueblo: Recetas e historias de los panes y panaderías de España. Penguin Random House Grupo Editorial. p. 179. ISBN 978-84-16449-92-7. «El cáñamo da nombre a varios pueblos de la provincia, pero la cultura de su fibra está en recesión y cada vez son menos los artesanos que lo trabajan. sin embargo su producción ha quedado presente en una elaboración que aún se puede encontrar en la región (y es compartida por el cercano Aragón). La torta de cañamones, una torta de pan reamasado con las semillas de cáñamo y acabada con un poco de azúcar y a veces matalahúva. En la voz de la gente mayor esta humilde tortas siempre aparece asociada a recuerdos felices de las fiestas de los pueblos; de hecho aún se rememora con regocijo cuando a los muchachos les daban un puñado de cañamones tostados. Los hermanos Regina, en Huete, las elaboran con forma redonda y con textura crujiente, como de galleta (también las llaman «secos»). Los cañamones saben a fruto seco levemente especiado. Es formidable cómo el pan siempre encuentra maneras de vincularse con el territorio y de ser una expresión gastronómica del paisaje; masticar estas tortas es casi masticar los mismos campos conquenses.»